Operación a través de Esternotomía (mediana o transversa)
Esternotomía
Al terminar una esternotomía, mediana o transversa. Se deben colocar uno o dos tubos que emerjan por sendas contra incisiones en la piel del epigastrio, a unos 4 ó 5 cm por debajo y laterales a la incisión.
Si los espacios pleurales han sido abiertos. Se colocan tubos intercostales adicionales para drenaje de la cavidad pleural durante el cierre de la esternotomía, para ser retirados en cuanto cumplan criterio.
El tubo de drenaje colocado en el espacio retroesternal debe ser tratado con drenaje de sello bajo agua o con succión, por su real o eventual comunicación con las cavidades pleurales.
Neumonectomía
Excepto bajo condiciones especiales, la cavidad pleural no debe ser drenada después de una neumonectomía.
Al finalizar una resección total del pulmón conviene colocar un catéter o una simple sonda de Nelaton, que puede salir por el extremo posterior (o anterior) de la herida.
Cuando esta última esté totalmente cerrada y el paciente haya sido cambiado de la posición de decúbito lateral a la de de cúbito dorsal.
Con lo cual el mediastino se reubica en su posición normal, el catéter, abierto a la presión atmosférica ambiente, es retirado.
Igual efecto puede lograrse sin colocar este catéter o sonda, puncionando el segundo o tercer espacio intercostal sobre la línea medio-clavicular.
Cuando el paciente ya esté en decúbito dorsal, con una aguja calibre 14 o 16 abierta a la presión atmosférica.
Presión intrapleural y la presión atmosférica
Lo anterior para lograr el equilibrio entre la presión intrapleural y la presión atmosférica ambiente.
Una jeringa de vidrio de 50 ml, lubricada con agua o con solución salina con el objeto de que el émbolo se mueva fácilmente, oscilará con la inspiración y la espiración.
Ahora se aspira suavemente para dejar una leve presión negativa (-4 a -10 cm H2O). Logrado este equilibrio, se retira el tubo.
Nunca se debe dejar un tubo conectado a succión en la cavidad pleural vacía, esto con el fin de evitar el desplazamiento del mediastino y del pulmón contralateral hacia la cavidad pleural vacía, lo cual puede causar la muerte.(3)
En casos de contaminación copiosa del tórax o en aquellos en los cuales la producción intrapleural de líquido sea predeciblemente muy alta.
Se prefiere dejar un tubo conectado a drenaje bajo sello de agua (figura 1), pero, por supuesto, nunca a succión. Así se drenan la sangre y el líquido, que pueden ser un excelente medio de cultivo.
El drenaje (sin succión) se puede mantener durante dos a siete días, según la evolución del paciente.
En los casos rutinarios posneumonectomía no contaminados el tubo intrapleural no debe ser dejado por más de una o dos horas.
Puesto que éste es una formidable fuente de contaminación y produce al paciente incomodidad y limitación de movimientos. Además de ser una carga adicional de trabajo y vigilancia para la enfermera.
Se corre el riesgo de que el paciente, al toser en forma violenta, pueda evacuar suficiente aire de la cavidad pleural que genera presión negativa y desvíe peligrosamente el mediastino hacia la cavidad pleural vacía.
Neumonectomía
En casos de neumonectomía se recomienda tomar una radiografía del tórax a la llegada del paciente a la unidad de cuidado postoperatorio inmediato. Con el fin de determinar la correcta posición del mediastino.
Por otro lado, ha habido controversia en cuanto a la utilidad del uso rutinario de radiografía del tórax posterior al retiro de un tubo de toracostomía cerrada.
Existe evidencia en la literatura que demuestra que toda intervención en el tórax, desde una toracentesis, una inserción de un tubo de toracostomía y el retiro del mismo, debe ser seguida de manera rutinaria mediante una radiografía de tórax como control en busca de neumotórax iatrogénico.
Sin embargo, también existe evidencia en la literatura que apoya la no necesaria realización de radiografía de tórax de manera rutinaria si los procedimientos han sido realizados bajo la supervisión de personal experto.(8-18)
Sistemas de drenaje y succión pleural
En los hospitales ubicados en centros urbanos se utilizan de manera rutinaria los sistemas de succiones pleurales comercialmente disponibles, muy seguras y de fácil manejo.
Pero en regiones apartadas puede ser necesario instalar un sistema “artesanal” de frascos estériles.
Las figuras 1 a 4 ilustran el ensamblaje y la disposición del sistema de frascos reesterilizables que comúnmente se utiliza para el drenaje pleural mediante:
- Sello de agua con un frasco (figura 1) o dos frascos (figura 2),
- Succión mediante la conexión al sistema central de pared o a un succionador portátil, utilizando un sistema de dos frascos (figura 3) o de tres frascos (figura 4).
La alternativa al sistema de frascos re-esterilizables, preferible pero costosa, es la unidad de succión torácica de plástico desechable, con sello en seco y digitalizado (tipo Pleuravac, Pleura-Guard, atrium express, thopaz, etc) que se ilustran en las figuras 5-7.
En el sistema de frascos todos los tubos y recipientes deben estar debidamente esterilizados, y los frascos deben permanecer en sus canastillas de ruedas, para su fácil manejo al pie de la cama o durante el transporte del paciente.
El sistema debe ser ensamblado con técnica aséptica y cambiado cada 24 horas.
Drenaje bajo agua (sello de agua “trampa de agua”) sin succión
Es el sistema más sencillo, puede ser instalado en cualquier lugar, con los frascos al lado de la cama del paciente, siempre ubicados en su carro móvil a un nivel inferior (sobre el piso) y debidamente asegurados para evitar voltear los accidentalmente.
Pueden utilizarse uno o dos frascos (figuras 1 y 2), pero de preferencia dos, para mayor seguridad.
1. Un frasco (figura 1).
La extremidad del tubo de seguridad (sello de agua) debe permanecer siempre a 2 cm bajo el nivel del agua. El diámetro de este tubo debe ser 1/ 20 del diámetro del frasco.
Si se tiene una presión intrapleural de -20 cm de agua y el tubo está a 2 cm bajo el nivel del agua, la inspiración del paciente hará que el agua suba 1 cm por el tubo de seguridad, que dando todavía 1 cm del tubo por debajo del nivel del agua.
Entre mayor sea su profundidad bajo el nivel del agua, mayor será la presión intrapleural que debe ser generada para evacuar el aire o líquido.
No debe quedar demasiado cerca del nivel del agua, pues se correría peligro de que la evaporación haga descender el nivel y se pierda el sello de agua, y tampoco demasiado profundo por cuanto esto anularía su capacidad de drenar.
El frasco debe ser rotulado, indicando la cantidad de agua estéril colocada, la fecha, hora e iniciales de quien instaló el sistema.
El líquido drenado se mezcla con el agua del sistema, lo cual impide su inspección adecuada y aumenta el nivel del agua en el frasco.
2. Dos frascos (figura 2).
Con este sistema se evita el peligro que existe con el sistema de un solo frasco, el ingreso potencial de agua al tórax si el frasco de sello de agua es levantado accidentalmente a un nivel superior al del tórax del paciente.
Se coloca un primer frasco, el receptáculo o frasco recolector (ojalá con marcación volumétrica), entre el tubo de tórax y el sello de agua.
Esto permite la evacuación del líquido de drenaje antes de su ingreso al segundo frasco, y también evita que se incremente el nivel del líquido en el sello de agua (segundo frasco).
Lea También: Precauciones en el Sistema de Drenaje del Tórax y Succión Pleural
Drenaje bajo agua (sello de agua “trampa de agua”) con succión
3. Dos frascos (figura 3).
El primer frasco, que es el receptáculo o frasco recolector, constituye una válvula de seguridad, con sello de agua.
El segundo regula la magnitud de la succión, con base en la profundidad del tubo que está bajo el agua, usualmente a 15-20 cm por debajo del nivel. El nivel del agua debe ser revisado cada 6 horas, pues éste desciende como consecuencia de la evaporación.
Por tanto, el manómetro del succionador de pared no es el que determina la presión negativa (succión) en el frasco.
El manómetro de pared debe ser mantenido en succión continua, a una presión suficiente para asegurar el burbujeo en el segundo frasco durante las dos fases de la respiración.
El tubo bajo agua del segundo frasco, usualmente con su extremo a 15-20 cm bajo el nivel del agua, regula la succión y también actúa como válvula de seguridad: al aumentarse la succión en el sistema, por cualquier circunstancia, permite que el exceso de presión negativa “desfogue”, lo cual se manifiesta por un burbujeo intenso pero con mantenimiento de la misma magnitud de succión en el sistema.
Este sistema se utiliza preferencialmente para drenaje de aire de la cavidad pleural.
4. Tres frascos (figura 4).
El más complejo, pero al mismo tiempo el que ofrece mayor seguridad, es el sistema de preferencia y de uso rutinario en la mayoría de los pacientes que requieran succión torácica. Combina las ventajas de los anteriores.
El primer frasco, receptáculo o frasco de recolección, se mantiene libre de agua, lo cual permite definir el tipo y volumen del líquido drenado. Es protegido por el segundo frasco, que es el de sello de agua.
La magnitud de la presión negativa de nuevo está determinada por la profundidad del tubo bajo agua en el tercer frasco (usualmente 15-20 cm) y no por el nivel de presión negativa que marca el manómetro de la pared.
Naturalmente, el manómetro debe ser mantenido a una presión mayor que el nivel de profundidad del tubo para lograr succión efectiva en el tercer frasco, lo cual se manifiesta por burbujeo permanente durante las dos fases de la respiración.
Así ensamblado el sistema, para obtener la magnitud deseada de succión, por ejemplo 15 cm, se coloca la punta del tubo a 15 cm por debajo del nivel de agua y se incrementa la succión de la pared (o del succionador portátil) hasta lograr un burbujeo suave y constante en las dos fases de la respiración.
Para el transporte del paciente debe desconectarse el tubo que conecta el segundo con el tercer frasco, lo mismo que la succión central, quedando el paciente conectado al sistema de sello de agua.
5. Unidad desechable de drenaje torácico (figura 5).
En el mercado se encuentran disponibles unidades estériles desechables de plástico (tipo Pleuravac, Pleura-Guard, etc.) específicamente construidas para succión torácica.
Son costosas pero muy prácticas y evitan las confusiones y la complejidad relativa del proceso de esterilización y conexión implícitas con los sistemas de frascos.
La unidad desechable equivale al sistema de tres frascos y tiene tres cámaras: la primera, que se conecta al tubo de tórax, es análoga al primer frasco, sirve como reservorio de recolección -por lo cual está calibrada en incrementos graduales- y tiene capacidad hasta de 2500 ml.
La segunda cámara es el sello de agua, análoga al segundo frasco. Controla la dirección del flujo de la succión entre el paciente y la cámara de recolección, pero no en el sentido contrario.
La tercera cámara es la reguladora de la magnitud de la succión y corresponde al tercer frasco, pero mientras en el sistema de tres frascos la succión máxima es determinada por la profundidad bajo agua del tubo (15-20 cm es lo usual), cuyo extremo superior es abierto al ambiente, en la unidad de plástico está determinada por la altura hasta la cual se llena con agua la tercera cámara, y puede llegar hasta 25 cm.
Esto quiere decir que existe una limitación, hasta 25 cm de presión, con la unidad, limitación que no se produce con el sistema de frascos, en el cual el volumen de agua puede ser aumentado para alcanzar presiones mayores de 25 cm H2O.
Para el transporte del paciente basta desconectar el equipo de la succión central y éste queda automáticamente en la modalidad de sello de agua, en virtud de la válvula de una sola vía presente en la unidad.
6. Drenaje en seco (figura 6).
Tiene la característica de tener una válvula unidireccional de sellado en seco para control de la impermeabilidad Contiene un regulador fijo de aspiración en seco preestablecido a -20 mm Hg.
Y además no requiere usar agua para proteger el sello durante la utilización en el paciente.
Este dispositivo es de fácil utilización, instalación y brinda comodidad en el transporte por tamaño facilitando la movilidad del paciente con él.
7. Drenaje con sistema digital (figura 7).
El uso de sistemas digitales en todos los campos de la medicina ha probado tener mayor confiabilidad y exactitud en sus medidas. Aunque también el costo de la atención aún está por establecerse si se disminuye o no.(16)
Los sistemas de drenaje torácico no escapan a este avance. Ellos utilizan un sistema de drenaje digitalizado, sistema innovador que tiene muchísimos beneficios tanto para el personal hospitalario, como para el paciente.
Facilita el manejo del instrumento en cuanto a la monitorización del paciente. Al almacenar todos los datos obtenidos por el sistema, en el lapso de tiempo desde la colocación del drenaje y descargar esta información al computador si es deseado.
Su sistema digital muestra en una pantalla los valores de presión pleural y flujo de aire expresado en ml/min.
Donde se puede desde el punto de vista teórico permite entender lo que sucede al interior del tórax. Porque presiones positivas se pueden correlacionar con fugas de aire o neumotórax postoperatorios.(17)
Esto da mayor seguridad en el momento del retiro del drenaje, acortando el número de días para el retiro del drenaje torácico. Así como los días de estancia intrahospitalaria, después de resecciones pulmonares.(6,19-27)
También refieren los estudios mayor concordancia en el personal clínico (94% con el sistema digital y 58% con el sistema análogo). Recuperación más rápida, menor dolor, mayor movilidad y mayor grado de satisfacción por parte del personal médico y el paciente.
Contiene un sistema de alarmas, muy útil para prevenir las deficiencias del sistema, la literatura recomienda conocer su funcionamiento. Debido a los problemas que se presentan al no saber cómo desactivarlas.(7)
No requiere succión desde un sistema centralizado y el recipiente se puede cambiar, admitiendo que sea más pequeño y cómodo para su transporte.
Drenajes con Sistemas Digitales
Los anteriores métodos y sistemas aparecen bien descritos e ilustrados en los artículos que se enumeran al final en las referencias bibliográficas.
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