Tubo de Derivación Intracolónica, Procedimiento Quirúrgico

Después de laparotomía mediana y resección del colon sigmoide entre clamps intestinales, y hemostasia de los bordes con electrocauterio, los extremos fueron preparados mediante limpieza de residuos de materia fecal con gasa impregnada en solución de Yodopovidona (Fig. 2).

Colon preparado para la anastomosis -Tubo de Derivación Intracolónica

Posteriormente, el extremo proximal fue evertido empleando pinzas de Babcock, para permitir la anastomosis tubo colónica (Fig. 3).

En seguida se procedió a anastomosar el tubo al colon evertido, saturádolo proximal mente, a 5 cm del borde de resección, con puntos continuos cruzados, de poligliconato Nº 4 ceros para conseguir hermeticidad, prestando especial atención a hacer tomas firmes de mucosa y submucosa (Fig. 4).

Tubo de Derivación Intracolónica

Anastomosis tubo-colónica terminada - Tubo de Derivación Intracolónica

A continuación se procedió a lavar el segmento colónico distal, con NaCI 0.9N, empleando para este fin una sonda de Levin NQº 20.

El lavado se continuó hasta comprobar salida de material cristalino. Tras concluir la irrigación, se fijó el extremo distal del tubo a la misma sonda, la cual, fue deslizada hasta salir por el ano, traccionada por un auxiliar, junto con el puente (dren de Penrose).

Posteriormente se construyó la anastomosis imperfecta, mediante aproximación de los bordes con cuatro puntos de poligliconato W 4 ceros (Fig. 5).

Aspecto de una anastomosis del colon - Tubo de Derivación Intracolónica

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Finalmente, la cavidad abdominal fue irrigada con 500 mL de NaCI O.9N y cerrada mediante la técnica convencional.

Después de terminar el procedimiento abdominal se traccionó el tubo a través del ano, hasta sentirlo tenso y se seccionó a ese nivel, permitiendo su retracción a la ampolla rectal.

Cuidados posoperatorios

La vía oral se reinició a las 6 horas posoperatorias, permitiéndose dieta líquida ad libitum. Los animales fueron observados clínicamente, registrando periódicamente la presencia de fiebre, intolerancia de la vía oral y hallazgos abdominales positivos.

Las características de las deposiciones fueron consignadas, anotando, además, la fecha de expulsión del puente, en los casos en que ocurrió.

Estudios posmortem 

El sacrificio de los animales se hizo en el décimo día posoperatorio mediante la técnica de sobredosis de tiopental.

Se verificó la presencia de adherencias, de peritonitis o abscesos, de dehiscencia y de filtración. Se examinó la impecabilidad y la integridad de la anastomosis y la continuidad de la pared.

Resultados

Todos los animales sobrevivieron el período de observación. La tolerancia de la vía oral fue buena, excepto en 1 perro que requirió rehidratación parenteral.

Las deposiciones fueron normales en 1 perro, en tanto que en los restantes fueron frecuentes, líquidas, de escasa cantidad y acompañadas de pujo y tenesmo.

El tubo intracolónico no fue expulsado por 1 animal y fue encontrado cn la ampolla rectal en la revisión posmórtem. La expulsión del tubo ocurrió, entre el cuarto y el sexto días (promedio 4.6 días) en los otros 5 animales.

En la revisión se comprobó que la anastomosis había sido bloqueada por epiplón y mesenterio, los cuales se adherían firmemente a ella en todos los casos. La luz colónica tenía continuidad en todos los especímenes.

En ningún caso hubo presencia de peritonitis localizada o generalizada. Se encontró un absceso para anastomótico de 0.5 mL, en 1 perro.


Doctores: Alberto F. García Marín, Cirujano de Urgencias y Docente Adjunto; Abrahan Kestenberg H., Cirujano Colorrectal y Docente Adjunto, Hospital Universitario del Valle, U. del Valle, Cali, Colombia.

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