Función Vestibular y su Concordancia Frenológica: Conclusión

DISCUSIÓN

Considerar que el sector craneal 12 del hueso parietal concuerda con el lobo cerebral parietal, para el sentido del lugar y el sentido espacial (9) fue intuitivo. Esto surgió, porque por ese tiempo existía un desconocimiento funcional de los recientes descubrimientos anatómicos de Antonio Scarpa (1747-1832) sobre los tres conductos semicirculares, los dos órganos otolíticos (12) y el ganglio de la porción canalicular del VIII par craneal (que corresponde al nervio vestíbulo-coclear). Estos aspectos funcionales, se esclarecieron posteriormente con los hallazgos experimentales del fisiólogo Mari Jean Pierre Flourens en 1832, sobre la función de los receptores vestibulares (13). Él, sugería que los conductos semicirculares no participan en la audición (6,13), más si, que la dirección de dichos conductos, determina la dirección de los movimientos de la cabeza (14). Se tuvo que esperar otro siglo para profundizar en el esclarecimiento del papel que jugaban en el equilibrio y no en la audición, por ello, es imposible que la literatura anterior a estas épocas, reporte aproximaciones específicas cortico-vestibulares (5), salvo por las aproximaciones intuitivas de los frenólogos al relacionar relieves craneanos con la corteza cerebral.

El conocimiento de la relación cortical y vestibular básicamente no existía por la época de los frenólogos, sólo se pudo inferir por asociaciones desde consideraciones clínicas, gracias a que los síntomas de vértigo han sido bien reconocidos por varios miles de años y se fundamentaron con los trabajos pioneros de Prosper Menière por la mitad del siglo XIX (5), cuando se describieron inicialmente los síntomas de este síndrome, aunque Hallpike y Cairns hicieron la correlación clínico patológica con hidropesía del laberinto en 1938 (15), una acumulación progresiva de endolinfa en este lugar (16). Se apreció así desde Menière, que el vértigo podía originarse por daño en el oído interno, aunque antes de ese tiempo, los pacientes con vértigo decían tener “congestión cerebral” (15) lo que cabe suponer que alguna región cortical estaba involucrada.

Las primeras hipótesis para explicar las funciones cerebrales entre las que se cuentan las del registro gravito-inercial, tuvieron como base la neuroanatomía y lo que nos separa comparativamente de los predecesores frenólogos del siglo XVIII, son las herramientas tecnológicas avanzadas que existen (17), para implementar con métodos de imágenes cerebrales, que se convierten en poderosas herramientas para ayudar a responder hipótesis (18) pues, se puede ver el cerebro en funcionamiento.

Ya en el siglo XX con el desarrollo de estas técnicas que han permitido ver el cerebro en acción, la representación cortical para la función vestibular se ha aclarado un tanto, pues se asume comúnmente situada en diferentes regiones, entre ellas los lobos parietales (5). Aunque hay varias regiones de la corteza cerebral involucradas con el procesamiento de la información vestibular. Se ha asignado como zona cortical vestibular principal, la que se encuentra en el lobo parietal (19,20), en la unión entre los surcos intra-parietal y parietal ascendente (21). Esto, tiene sentido funcional, ya que esa región de la corteza cerebral somatosensorial, participa en la apreciación consciente de la posición del cuerpo (21). Además, se sabe que en el lobo parietal, la estimulación eléctrica del área para mediana del precuneus puede reproducir los síntomas de la dinámica vestibular (22) y que neuronas vestibulares intra-parietales se activaban por movimientos de la cabeza, lo que sugiere su papel como neuronas vestibulares corticales, en el que funcionan como interfase entre la corteza sensorial y motora, y asociarse con la formación de planes motores, así como representaciones del espacio vestibular (23).

CONCLUSIONES

La frenología del siglo XVIII marco intuitivamente con base en la craneoscopía, la localización lobar cortical para el procesamiento vestibular, aspecto que se corroboró con los estudios imagenológicos del siglo XX y XXI. La base determinante se logró en el siglo XX, mediante el uso de técnicas de visualización funcional cerebral, que han permitido involucrar principalmente los lobos parietales cerebrales en el procesamiento vestibular. Por lo tanto, la intuición de los frenólogos en el siglo XVIII ha llevado a otra coincidencia topográfica cráneo-cortical sobre la función vestibular.

REFERENCIAS

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Fecha de recibido: Agosto 15 de 2012
Fecha de aprobado: Septiembre 3 de 2012
Dirección para correspondencia:
publicaciones@anmdecolombia.org.co

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