Trastorno Afectivo Bipolar

En sus dos primeras ediciones de 2003, la Revista Colombiana de Psiquiatría –donde también se publico la anterior investigación- trae dos estudios sobre este tema. Reconocido este trastorno con la sigla TAB, Jenny García-Valencia, Jorge Ospina y colaboradores, de la Universidad de Antioquia de Medellín definen la variedad I como una entidad psiquiátrica que se caracteriza por episodios cíclicos de oscilación del estado de ánimo o tono energético vital, de días, semanas o meses de duración, que pueden ir desde el apagamiento o depresión hasta la exaltación o manía.

Con un curso crónico y recurrente, estos ciclos están separados usualmente por períodos de remisión completa de la sintomatología. La prevalencia del TAB I en Colombia es de 1,2%. Por medio de un estudio observacional de corte transversal, caracterizaron clínicamente un grupo de estos pacientes, encontrando asociación entre agregación familiar y mayor gravedad de los episodios depresivos junto con peor funcionamiento ínter crítico. Observaron además que el análisis de correspondencias múltiples es una herramienta útil para estudios sobre fenomenología psiquiátrica.

Por otro lado Maritza Rodríguez Guarín -psiquiatra de la Universidad Javeriana, Bogotá- exploro la prevalencia de punto de TAB en una población de ciento ochenta y una mujeres con anorexia nerviosa, bulimia nerviosa o trastorno por atracones de alimentación con multi-impulsividad.

Observo que catorce pacientes presentaron diagnóstico TAB II o III y que el 86% de los pacientes bipolares presentaban episodios mixtos con ciclos cortos o ultracortos. El modelo de asociación propuesto por esta investigadora sugiere que aquellas pacientes con conductas multi-impulsivas (automutilaciones, intento de suicidio, cleptomanía, tricotilomanía, abuso de sustancias), en presencia de síntomas alimentarios (por ejemplo, atracones o purgas), que han hecho transiciones en sus síntomas, que son menores de 23 años y presentan antecedentes familiares positivos de trastorno bipolar, tienen 38 veces más posibilidad de tener un trastorno bipolar que aquellas sin estas variables de riesgo.

Si bien una encuesta reveló una prevalencia más alta para TAB I que para TAB II, otros estudios más recientes señalaron al segundo como el sub-tipo más frecuente en adolescentes y adultos jóvenes, y también el más sub-diagnosticado.

Los niños y adolescentes presentan características atípicas dadas por episodios mixtos, ciclajes rápidos, síntomas psicóticos y alto grado de disfunción, con síntomas frecuentes como conducta disruptiva, cambios en el estado de ánimo, impulsividad, alteraciones del sueño, hiperactividad, dificultad para concentrarse, explosiones de rabia, intolerancia a la frustración y deterioro en el funcionamiento académico, lo cual hace muy difícil el diagnóstico diferencial con trastornos de la conducta y otras comorbilidades.

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