Neumonía Adquirida en Comunidad

Bogotá. La frecuencia de hospitalización de pacientes neumónicos de más bajo riesgo (clases I a II del Índice de Severidad de Neumonía de Fine) de un trabajo realizado en varios hospitales universitarios colombianos fue del 38% (Revista Colombiana de Neumología 2003; 15: No.3). El descenso porcentual de la hospitalización de estos pacientes en bajo riesgo se ha propuesto como uno de los objetivos de la estandarización de la práctica clínica en esta enfermedad, aunque con resultados aún no satisfactorios. Según los investigadores Carlos Elí Martínez y colaboradores, el proceso de atención del paciente en las instituciones participantes se compara favorablemente con lo descrito en otras series, con alta toma de estudios radiológicos y prescripción de antimicrobianos en urgencias en todos los casos, aunque muestra un menor uso de los exámenes orientados a la detección del microorganismo responsable (toma de esputo en menos de la mitad de los casos y de hemocultivos en una tercera parte de los pacientes), con mayor uso de los exámenes indicados para determinar la severidad en urgencias (gases sanguíneos en más de 65%, hemograma en 94%, creatinina en 84% y glicemia en 66%). Como grupo parece que la orientación del manejo de la neumonía adquirida en la comunidad en los hospitales participantes es más hacia la determinación de la severidad que la determinación de la etiología. La prescripción de antimicrobianos también varió ampliamente entre los hospitales, observando que más de 66% de la prescripción se debe al uso de quinolonas respiratorias o de cefalosporinas de tercera generación, aunque el rango de las proporciones en las que se usa cada antimicrobiano es variable entre los hospitales, encontrando incluso ausencia de prescripción de algunos grupos de antibióticos en cada hospital. La mortalidad en esta cohorte de pacientes es baja y es comparable con la descrita en la literatura (en el estudio canadiense del año 2000 14%, en Francia 7% y en el estudio argentino 18%), confirmando también el pronóstico más ominoso de las neumonías de clase IV a V, lo mismo que la mayor frecuencia de requerimientos de atención en cuidado intensivo y ventilación mecánica en este grupo.

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