Creencias, Tradiciones, Ritos y Mitos Mágicos

DR. GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA

Muchos de los rituales, actos o procedimientos psíquicos que buscan beneficios mentales y corporales los cuales se basan en creencias, mitos, ritos, costumbres, cristalizados todos con fe y los cuales se vuelven realidad. En todos existe la participación del pensamiento mágico omnipotente, y, a la vez son tomados como fenómenos psicosociales y religiosos dándoles una connotación parapsicológica.

El agua Bendita

Todos conocemos los beneficios del agua (H2O) para la vida, pues es esencial para ella, porque tiene los elementos básicos como son: el hidrógeno y el oxígeno, los cuales inter­vienen en la hidratación celular, en la composición de las bases nitrogenadas, los azúcares y fosfatos, los carboxilos.

Todos estos nos proporcionan la estructura del ARN y ADN y, con ello la organización genética la cual se fue distribuyendo y organizando con predominancia de ciertas tendencias o características de la vida, la especie, la historia, el destino, la relación con el medio ambiente, la inteligencia, el instinto, la tendencia egoística, la enfermedad, el manejo del temor, la personalidad, la forma de auto ensamblarse, la prehistoria, la mortalidad, el sexo, la memoria, la muerte, la reparación, la prevención, la ordenación socio-política, la diferenciación de etnias, el libre albedrío y lo que se llama el conflicto o diferenciación de los sexos XY.

Resulta que a través de la historia de la humanidad el ser humano le dio al agua la con­notación básica de vida pues no solo se requiere para la vida del ser humano, sino para la vida vegetal y animal en general.

Los usos externos son obvios, pues son útiles para limpiar el cuerpo interno y externo, para prevenir contaminaciones de múltiples bacterias o microor­ganismos patógenos, los cuales nos pueden mermar o privar de la vida.

Agua adquirió su simbolización y se relacionó con el pensamiento mágico

Es así como el agua adquirió su simbolización y se relacionó con el pensamiento mágico omnipotente dando las propiedades no solo de limpieza corporal, sino espiritual o psíquica. Lo cual conlleva todo lo emocional y por lo tanto se le dio el don de la purificación.

Fue así como se constituyó el bautizo, el lavado de manos y pies. Recuérdese que uno de los actos que se realiza después del nacimiento es lavar el cuerpo del nuevo ser, limpiándolo de líquidos amnióticos, sangre y cuando no el meconio.

De tal forma se bendijo el agua, se le dio poder mágico para “quitar el mal o lo malo” del ser, lo corporal o psíquico; y, para finalmente preservar la vida (buena) purificándola, obviamente con el agua físicamente pura; y, de la misma manera quedaba el espíritu pues el agua bendecida por Dios o su representante en la tierra.

Era o es (el agua) la que supuestamente puede curar, transformar y preservar del mal.

Transcurrió el tiempo y quedó la idea de que el “agua bendita” bendice al ser humano, le protege, y hasta es factible que le haga el “milagro”, lo cual en la realidad médica es un “pla­cebo”. Aquí recuérdese que el mismo Jesucristo fue bautizado por su pariente Juan Bautista.

De tal manera, el agua obra psicoemocionalmente en muchos pueblos y es la gran medicina que la vida. Otro aspecto es cómo los hombres comercializan estas ideas y venden el agua bendita que pertenece como tantos otros hechos al pensamiento mágico y no a la ciencia.

El Hechizo

El trabajo consiste en una representación simbólica del efecto que se pretende conseguir bajo la invocación de una deidad, a través de un acto, una palabra, un ritual.

Los hechizos proceden desde el periodo neolítico y se han transmitido de generación en generación y al­gunos asimilados por creencias culturales o por creencias religiosas. Sin embargo, algunos han sido considerados ilegales o perniciosos y denominándolos como “magia negra”. Por lo general, se asocia la causa con el efecto. Por ejemplo, el arrojar semillas implica fertilidad y nacimiento igual que con la cópula, y, de un acto menor se produce uno mayor.

Los hechizos se observan también en la magia de la literatura, de la novela, del cine, de la televisión o del teatro y aún en la música, la poesía, en el baile y en toda la plástica. En todas ellas participa un objeto seductor simbólico, significativo que atrae con magia, por una fuerza sensoperceptiva que produce deseos no solo de atracción sino de posesión de lo que se ve y se oye. De ahí que pueden provenir de distintas fuentes los hechizos y esto es manipulado por los brujos, los hechiceros con la palabra , con los hechos o situaciones que ocurren y la ya bien conocida vara fálica mágica utilizada por Moisés para producir el “maná” (agua), separar las aguas del Nilo.

He ahí también la sugestión e hipnosis de las masas, lo cual en el siglo XXI la encontramos en las películas, novelas llevadas a la pantalla grande del personaje Harry Potter.

Las creencias paganas de antaño adquirieron una estructura que consta de seis partes en el procedimiento de la hechicería.

La primera es la preparación del espacio con materiales, y los sujetos que van a ser objeto del hechizo con ayunos, etc. La segunda o ritual produciendo efectos en un entorno mágico.

La tercera es la invocación o súplica que exige a las supuestas fuerzas sobrenaturales que tratan de hacer un cambio a la realidad. La cuarta la ejecución con sensaciones y actos mágicos ritualizados para modificar el curso de la realidad advocando entidades sobrenaturales.

La quinta el sacrificio en que se ofrendan comestibles, animales, y hasta seres vivientes (recuérdese aquí los sacrificios humanos en las diferentes culturas precolombinas Mayas, Aztecas, Chibchas, Incas y aún en las Mesocaldeicas y en otras) para hacer pactos con Dios. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento está presente la promesa del sacrificio de Abel, así como la prueba de Abraham para sacrificar a su hijo Isaac.

Como se observa, han existido sacrificios en las culturas y civilizaciones. Hoy en día lo encontramos en el sacrificio de la eucaristía, de los cristianos y con palabras mágicas se invoca a Dios.

El término hechizo viene del latín “facticius” que significa “ficticio o postizo” que perte­necía a la brujería o hechicería práctica, o procedimiento o hecho usado para producir resul­tados sobrenaturales, o encantos o algo irresistible.

(Lea También: Energía y sanación)

Este procedimiento está conectado con el uso de conjuros y rituales, y, en ocasiones se refiere también a adivinar el futuro, denomi­nándose así “sortilegio” y cuando se usa para someter la voluntad de otra persona o influir en ellos se denomina encantamiento o maldición, si es con mala voluntad, o bendición si es para protección.

Los hechizos se presentan en muchas religiones paganas. El cristianismo prohíbe esta práctica. Sin embargo, procede de creencias mágicas de la época neolítica y ac­tualmente es más de tipo clandestino.

Geográficamente sobrevino en algunas zonas asociadas a las religiones, por ejemplo budista, o a las creencias chamánica y tuvo su época en que fue prohibida y aún es considerado como una brujería que atentaba contra la sociedad, y por lo tanto condenada por la Inquisición a la hoguera.

Hoy en día su práctica tiene el amparo de la libertad de creencias como un derecho fundamental. Sin embargo, se está alerta a que sea usada como una estafa basándose en la credulidad y necesidad de las personas.

En el hechizo se invoca también a deidades y puede ejecutarse de manera involuntaria con lo que se denomina “mal de ojo”, que en ciertos pueblos es una creencia.

En las creencias paganas había seis pasos. El primero era la preparación con oraciones, ayunos, ciertas activi­dades previas. El segundo la apertura creando un entorno mágico y produciendo un efecto de comunión entre las personas participantes. El tercero la invocación o súplica en que se pedían las fuerzas sobrenaturales la participación de ellas. El cuarto la ejecución en donde se realizan actos mágicos ritualizados bajo la advocación de las entidades sobrenaturales invocadas. El quinto el sacrificio simbólico o tangible para ganar favores y el último el cierre solemne de clausura. Obsérvese aquí un paralelismo con las liturgias de las religiones. Por ejemplo, la misa cristiana.

Cuando el hechizo tiene una connotación ilegal y perniciosa a la realidad se denomina “magia negra” y si es a favor del bien común es “magia blanca”.

En algunas áreas geográficas se reivindican los hechizos a nivel popular y en otras ocasiones son utilizados a cambio de favores económicos, cobrando el ritual, en la mayoría de las veces, una conno­tación de la recuperación del objeto perdido (mujer, hombre, amante, esposa, hijo, dinero, propiedad, etc.).

En todos estos actos aparece la acción causa efecto sin mediar el método científico y el pensamiento lógico, más sí con el pensamiento mágico omnipotente con un pequeño acto, para superar el suceso mayor.

Los hechizos aparecen en la literatura, en el cine, en la televisión, con su varita mágica (Alí Baba y los cuarenta ladrones, las mil y una noche, Harry Potter).

La hechicería de escuela se basa en la magia mediante fórmulas con palabras, idiomas arcanos, fuego, humo, huesos, vapores, infusiones, sedimentos y otros.

Algunas veces se conectan con la evocación de los espíritus o supuestos seres de otros mundos con la sanación, la protección o la manipulación de fuerzas consideradas sobrenaturales, para controlar las fuerzas naturales a través de ese pensamiento mágico, no necesitando un idioma especial pero sí utilizando la supuesta ener­gía con menores trabajos y mejores efectos. La magia en estos hechizos y conjuros manipula con la voluntad y la palabra e induce al sujeto al hechizo y al conjuro.

Sanación (80)

Los pensamientos que voy a exponer son en parte los consultados en obras que fueron apareciendo en la historia y no por ello debe ser tenidos por certeros, con la fuerza de la evi­dencia científica. Más aún, cuando se habla de:

Sanación, milagros, clarividencia, percepción extrasensorial, regresión a vidas pasadas, poderes psíquicos, imposición de manos, chakras, cuerpo etéreo y astral, espiritual, mental, hechizos, conjuros, adivinación y otros términos, estos son provenientes de las ciencias hinduistas o chinas de la antigüedad. Todas estas con­cepciones no deben ni pueden ser consideradas pertenecientes al pensamiento científico, más sí al pensamiento intuitivo, al precientífico, a los prejuicios y a las creencias primitivas.

A la vez, al traer la cita que enseguida voy transcribir, debe tenerse en cuenta que aquella pertene­ce a un personaje con capacidades intuitivas y con cierta ideas que hoy están en investigación.

El solo traerlas a este texto puede ser llevado a una equívoca interpretación y crítica, pues con­lleva cierta participación del pensamiento mágico, el cual no debemos ignorar y sí investigar para buscar explicaciones científicas a los posibles hechos que se describen o señalan.

“El cuerpo humano está compuesto por vibraciones electrónicas, que se realiza con cada átomo y cada elemento del cuerpo, cada órgano y organismo teniendo su propia unidad de vibración necesaria para el sustento y el equilibrio en, ese organismo en particular. … Cuando una fuerza en cualquier organismo o elemento del cuerpo se torna deficiente, en su habilidad de reproducir ese equilibrio necesario para el sustento de la existencia física y su reproducción, esa porción se torna deficiente en energía electrónica”. Edgar Cayce (81)

¿Qué es la sanación?

La respuesta es que pertenece a un proceso humano en que se aplica ciertos tipos de energía, (82) para mejorar o restaurar la salud. Esto ha existido desde tiempos remotos a.C.

Recordemos aquí a Jesús haciendo los milagros de sanación para sanar las dolencias físicas y emocionales mediante la palabra y el tacto.

Sin embargo, antes en Egipto, en el año 1552 a.C., en el papiro de Ebers se describe el tratamiento médico por la imposición de las manos. Le siguieron siglos para descifrar cómo y por qué ocurrían estos sucesos en donde participa la función física, química y psíquica, para restaurar un equilibrio influyendo en la enfermedad o dolencia. Nótese aquí como siempre existe el factor mental o emocional con la participación de los campos electromagnéticos en el campo físico.

Esto es muy conocido en oriente, y fue allí en donde se explicitó los centros energéticos o chakras y otros sistemas que se encargan de distribuir la energía vital por todo el cuerpo humano. En China el legendario “I Chin” escrito por el emperador chino Huan Ti entre los años 2797 y 2596 a.C. (83), lo plantea como “redes energéticas que mantienen un intercambio coherente y ordenado entre varios sistemas energéticos”. Más adelante, como ya se mencionó, los egipcios conocían esas prácticas para influir en la salud del cuerpo humano.

En 1574-1637 (d.C.) el británico Robert Fludd continuador de la obra de Paracelso, y el austriaco Franz Mesmer 1734-1815 se pronunciaron con respecto al campo de la hipnosis, a las facultades intuitivas y a la investigación de la sanación (84).

Medicina natural con el uso de la energía de la naturaleza

Fue así como apareció la medicina natural con el uso de la energía de la naturaleza y sus diferentes hechos para lograr la sanación por medios psíquicos o espirituales; sin embargo, esto no se debe confundir con los procesos o hechos psicofísicoquímicos científicos comprobados, más sí puede confluir en un solo hecho porque se puede interrelacionar lo natural, lo físico, químico con lo psíquico emocional, produciendo un fenómeno equilibrante o desequilibrante y obviamente intra e intersistémico.


80 El término sanación proviene de la palabra sanar o restituir o recobrar la salud que se ha perdido.
81 Edgar Evans Cayce (Hopkinsville, Kentucky, 18 de marzo de 1877 – Virginia Beach, 3 de enero de 1945), “vidente y psíquico” estadounidense. Egdar Cayce fue uno de los psíquicos más célebres de Estados Unidos, ya que se supone que poseía facultades de clarividencia y percepción extrasensorial, aunque nunca fueron demostradas con rigor científico. Entraba en estado de trance hipnótico durante sus llamadas “lecturas” (Readings) y respondía a las preguntas de un individuo. Estas lecturas mencionaban, al principio, la salud fí­sica del individuo. Fue un gran investigador de la reencarnación por medio de “regresiones” a vidas pasadas. Mucha gente lo visitaba para buscar ayuda a sus males y dolencias. El ARE (Asociación para Investigación y Aclaración) actualmente conserva todas las lecturas.

Cayce consideraba más importante su dedicación al trabajo social (la mayoría de sus «lecturas» las realizó en personas que estaban enfermas) o la teología cristiana (Cayce fue toda su vida un miembro de la iglesia pro­testante “Discípulos del Cristo”) Se ganaba la vida con su trabajo fotográfico, pero recibía también modestas donaciones que lo ayudaban, ya que no cobraba nada por sus tratamientos y consultas. Sus procedimientos eran múltiples: medicinas, masajes, hidroterapia, ejercicios, hierbas y remedios naturales. Veía las causas de la enfermedad que, a veces, se remontaba a reencarnaciones distantes y enseñaba cómo disolver los karmas pendientes.

Según el escritor francés Louis Pauwels, que narra la historia de este personaje en su libro “El retorno de los brujos” (Le Matin des Magiciens, 1960, libraire Gallimard), Cayce era un hombre muy sencillo, sin apenas formación cultural, que cuando dormía era capaz de recetar la solución médica de cualquier enfermedad; su habilidad apareció desde la edad de cinco años cuando cayó en coma a causa de un pelotazo del que parecía que no sobreviviría, siendo víctima de una enfermedad incurable que no quiso revelar a nadie. Personalmente hoy día (2014) solo considero de atención que E. Cayse se refiriera en ese entonces a las vibraciones electró­nicas necesarias para el sustento de y el equilibrio en el organismo, aquí vale pensar que esa idea hace alusión a la participación de la química y física cuántica de hoy día.

82 Aquí vale la pena explicitar lo que entendemos como energía que es el poder o fuerza causal capaz de trans­formarse en trabajo mecánico. Las fuerzas hasta ahora conocidas en el universo astrofísico y cosmológico de acuerdo a los modelos conceptuales con respecto a la materia y energía que funciona alternativamente. Estos modelos o conceptos conciben a la fuerza energética en cuatro clases: la gravitatoria, la electromagnética y la nuclear débil y fuerte (ésta última producida por la fisión y fusión nuclear). Estas fuerzas energéticas operan en todo el ser humano en su sistema bio-neuro-psico-inmuno endocrinológico, así como en todos los otros sistemas; téngase en cuenta aquí también que la luz (los fotones) tienen fuerzas electromagnéticas. Las fuerzas pueden ser macro o micro dimensionales los cuales operan en todo el organismo humano con accio­nes y reacciones, de tipo determinístico, con energía cinética y potencial en todas las sensopercepciones y en los efectos sensoperceptivos mentales (imágenes, representaciones, consciencia, pensamiento, lenguaje). No sobra aquí hacer alusión a toda la energía proveniente de la mecánica cuántica o física ondulatoria de las partículas elementales (quark y hadrones con sus bariones y mesones, y por otro lado los leptones que son partículas neutras y no participan en las interacciones fuertes). De todo esto podemos inferir que cuando nos referimos en medicina o en fenómenos paranormales existe una participación de estas fuerzas energéticas para producir nuevos órdenes o restaurarlos.

Por lo general se estudia la energía física, gravitatoria, potencial, cinética, la cuántica, la fotónica, la eléctrica, psíquica, química, y aún algunos se refieren a la energía espiritual.

83 Pienso que no fue él sino durante su imperio que se escribió.

84 La sanación puede considerarse como la tendencia a una recuperación del equilibrio, o a la semejanza o igualdad del funcionamiento del sistema operante anterior.

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