Prohibición del Conocimiento

DR. GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA

Un Breve resumen y comentarios

El lector al haber leído todos estos textos del “ser y no ser” del “azar y el determinismo”, del “sí y el no” se encuentra también con “el temor al conocimiento” y aun con la producción humana de los mitos que determinan el destino.

Sin embargo, también ya se ha hecho alusión al determinismo de las partículas subatómicas y del comportamiento de las mismas que tienen acciones determinadas de acuerdo a sus potenciales positivos, negativos o neutros, las cuales producen tendencia para llegar a lo animado e inanimado, vivo o muerto, inercia o movimien­to, no sin ser acompañados en el hombre por cierto grado de temor; por ejemplo, cuando algo no se conoce y no se espera, que se mueva o lo contrario, o cuando aparece algo o al que se siente peligroso que puede cambiar de una posición a otra, es entonces cuando el hom­bre puede entrar en un campo llamado de lo siniestro cuando se rompe el equilibrio entre imaginación y realidad y de lo que se supone no existe.

Por ejemplo, la resurrección de los muertos; entonces, aquí una pregunta, el mismo comportamiento físico-químico no tiene un destino predeterminado que va a ser parte de la evolución en la interrelación materia-energía para luego presentarse la construcción de todas las moléculas, células, órganos que constitu­yen el ser humano? La respuesta es afirmativa, entonces, nos encontramos con que el destino está predeterminado por la misma naturaleza como ya se explicita en otra parte.

(Lea También: El Sentimiento de “Lo siniestro” ante lo Desconocido)

El mismo conocimiento de los hechos está determinado y que también pertenece al azar determinista para seguir las leyes de la evolución de las especies

De todo esto podemos concluir que el mismo conocimiento de los hechos está determinado y que también pertenece al azar determinista para seguir las leyes de la evolución de las especies de Darwin y con ello también la evolución del hombre, del conocimiento, de la consciencia individual y colectiva, aceptando a la vez que existe “un no conocimiento” puesto que el ser humano aunque viene con codificaciones genéticas requiere aprender lo que no conoce; he ahí el instinto epistemofílico o la curiosidad ante lo desconocido o incógnito; además opera aquí lo ya planteado en textos anteriores la prohibición o el temor a conocer.

Observemos que este “no conocimiento”, o transgresión de la “prohibición del conocimiento” Se encuentra en diferentes mitos (Adán y Eva, Edipo, Tiresias, Prometeo, Torre de Babel, Psique y Narciso).

Aquí caben nuevamente las preguntas que nos hemos venido haciendo: ¿Por qué la prohibición del conocimiento? ¿Por qué la transgresión de dicha prohibición? ¿Por qué la prohibición se refiere específicamente a lo sexual, y concretamente a lo genital? ¿Acaso tiene que ver con la conciencia de la genitalidad de los padres (escena primaria) y la aceptación de la misma, la cual causa gran ansiedad y por ende se trata de evitar mediante la prohibición superyóica de los padres? ¿Se refiere la prohibición a los orígenes de la vida, que no se pueden conocer bien? ¿Es acaso la imposibilidad del conocimiento del todo y de los orígenes de los universos conocidos y desconocidos lo que nos angustia tanto, porque llegamos al infinito? La respuesta puede ser afirmativa a todos los niveles344.


344 “En la Edad Media, la prohibición del conocimiento se trasladó a las autoridades eclesiásticas y su difusión a la aceptación previa por ellas mismas”, (A. De Francisco, 2010).

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