La Paradoja “AD” El Azar Determinista de GSM y Penrose

GSM y Penrose(389)

DR. GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA

En los textos que a continuación se presentan traigo el “azar determinista”:

Hecho o fe­nómeno que he venido presentando a lo largo de esta obra, en los diferentes capítulos, no sin antes hacer alusión a múltiples raíces que confluyen en el título de la obra. Si hago referencia a la “categoría de paradoja” debo también hacer alusión a lo ya definido anteriormente sobre el término paradoja como idea extraña u opuesta a la común opinión y al sentir del hombre” (diccionario de la lengua), a la vez a la aserción inverosímil o absurda que se presenta con apariencia de verdadera y que envuelven con posibles contradicciones.

Si bien esto es cierto en forma superficial, en primera instancia, podemos caer en el absurdo por que un hecho a primera vista no puede estar determinado y ocurrir al azar. En este punto específico ya se ha discutido en forma detallada el por qué y cómo ocurren estos hechos. Vayamos al ejem­plo de la paradoja de la vida y la muerte, del bien y del mal; sabemos que nacemos más no cuando vamos a morir, pero es indefectible el hecho de la muerte, y más aún, cada momento que vivimos más, más nos acercamos a la muerte; ese es el mismo destino o fin de la vida (la muerte).

Entre nacimiento y muerte, existe un abanico abierto (de 360 grados) de posibilida­des de distintos fenómenos y hechos en que la vida transcurre con sus azares, eventualidades, posibilidades, probabilidades y aún acciones que atentan contra el equilibrio vital. Todos estamos sujetos a ella; sin embargo, el ser humano desde milenios ha buscado la inmortalidad y prevenir la muerte o demorarla, o hacerla más aceptable en sus facetas negativas, dolorosas, física, psíquica, socioeconómico y culturalmente.

De todas formas nos encontramos con la variedad de determinantes en pro y en contra de la vida:

Para tener un equilibrio de las fuerzas energéticas que regulan la materia-energía; más cuando llega un desorden en uno de los sistemas, viene su interacción con los otros que comienzan a fallar y sobreviene el colapso; este hecho puede ser lento, crónico, acelerado o de repente.

Aquí se introduce la casualidad o el hecho de “la coincidencia”; esta última consiste en que dos o más cosas, eventos, aconteceres acaecen o inciden encontrándose al mismo tiempo y lugar con “algo determinado sin conocimiento” o “aleatoriamente por el azar” en forma transitoria o permanente en un sitio. Aquí podríamos analizar cómo dos líneas se unen coin­cidencialmente en el espacio, o dos señales de información concurren en tiempo y/o espacio con uno o varios resultados o convienen una cosa con otra, conforme con ella.

Es así como nos hallamos con los fenómenos simples y complejos del encuentro, convergencia, concu­rrencia, reunión, unión, confusión, concordancia, de acuerdo, correspondencia, relaciones y correlaciones; cada uno de estos términos y otros más se conectan o asocian con los acon­tecimientos o hechos naturales, humanos con los sujetos y objetos que les corresponden las acciones. De esto podemos concluir por un lado que la coincidencia está en parte determinada y por otra sobreviene el azar (“azar determinista”), metafóricamente las dos líneas concuer­dan, convergen, corresponden para producir un hecho al cual llamo “azar determinista”.

(Lea También: El Azar Determinista en Algunas Obras Literarias)

En toda esta concepción tenemos que incluir que la vida está constituida por:

Una conscien­cia y un orden, además de sus opuestos el inconsciente y el desorden; estos últimos como una instancia o un espacio, o mejor un sistema en donde operan todas las informaciones, señali­zaciones y codificaciones recibidas del afuera y del adentro, a la vez que las producidas en la interrelación de ambos (adentro y afuera) para construir el orden conciente.

En ese espacio del inconsciente, obviamente no funciona la consciencia, puesto que esta última opera en el nivel consciente del conocimiento con todas sus interacciones témporo espaciales, las que se proyectan en la llamada pantalla de la consciencia o del conocimiento. Por lo expuesto, el inconsciente es atemporo-espacial, funciona a distintos niveles y a lo que se denomina universos paralelos(390).

Lo que ocurre en el inconsciente sólo es factible a través de sus derivados; estos conceptos no significan que en el inconsciente no exista información, sino que no es factible de ser consciente y solamente, como ya se expresó anteriormente, puede conocerse y pasar a la consciencia y observarse por sus consecuencias, o resultados en el campo de los sentimientos, afectos, emociones, conductas o acciones y en el pensamiento, en las fantasías conscientes. Sin embargo existe un espacio intermedio ya descrito en la obra que es “el preconsciente”.

Como se dice comúnmente nadie a todo momento puede ser consciente de todo, de ahí la necesidad del sueño dormido o despierto. El cual puede operar a diferentes niveles, desde el más profundo hasta el superficial en donde se presentan los ensueños o la actividad onírica al despertar con sus percepciones alucinantes.

De lo anterior podemos llegar a pensar que estos espacios del inconsciente y el conscien­te y preconsciente nos determina en su totalidad, más cuando las mismas codificaciones genéticas conllevan pulsiones que contienen sus señalizaciones específicas las cuales deter­minan las diversas funciones físicas (biológicas) y psicológicas y aún psicosociales.

Si bien esto es así, también existe el campo de lo que se denomina el libre albedrío, el azar, el destino que está enlazado con el determinismo antes mencionado y éste con el primero el azar. Tengamos en cuenta que el libre albedrío y la libertad son la ilusión del destino. Esta temática se desarrolla en los capítulos XVI, XVII y XVIII.

Como conclusión en todos los textos expuestos en esta obra se develan la multiplicidad de fenómenos complejos y caóticos con hechos desde los físicos cuánticos hasta los físicos de la sensopercepción consciente y de las codificaciones genéticas, pasando por esa gran franja del espacio inconsciente y preconsciente en donde existe la señalización atemporo-espacial, de las cuales podemos conocer algunas, a las que el ser humano les ha dado el nombre de presentimiento, adivinación, telepatía, clarividencia; no así los fenómenos de la superstición, los conjuros, la magia, que pertenecen más a fenómenos o hechos ritualísticos, culturales de sociedades en donde hay un predominio del pensamiento primitivo mágico omnipotente. Esta temática, como se anuncia en otra parte, será desarrollada en la próxima obra co nel nombre de: “Ciencia, magia y pensamiento” (en preparación).

Entonces ¿es el azar determinista una paradoja o no?

La respuesta afirmativa cabe en este contexto mas surge otra pregunta: ¿es el azar determinista igual o equivalente al inconsciente?, La respuesta es negativa, más en el inconsciente opera el azar determinista que es un hecho o fenómeno psicofísico y el inconsciente es más un sistema del espacio mental, la respuesta es que “es y no es”, como lo es la vida y la muerte, el consciente y el inconsciente.

Son las contradicciones operantes al mismo tiempo. ¿Cuál es entonces el cami­no a seguir? La respuesta nos la da la propia existencia y es la que se refiere a cómo es nece­sario permitirnos que exista la contradicción, la paradoja, los opuestos, lo irracional y lo racional en su juego y en la lógica, la ilógica y la racionalidad, y darnos la posibilidad de funcionar en ambas posiciones dentro de una realidad y una fantasía que nos permita, mientras estamos en este transcurrir de la existencia que implica vivir felices de estar vivos, no esperar a que podemos predecir el futuro con exactitud y tampoco caer en “la tentación de lo imposible”, más sí con cierta probabilidad para favorecerlo prevenirlo, mas no todo puesto que ahí entraríamos en el absurdo que se describen en las paradojas.

El lector a estas alturas ya estará cansado de haber encontrado en los textos repetitivamen­te el término “azar determinista”.

Se trata es del análisis y explicación de este hecho y de asociarlo al “destino” como una fuerza desconocida que se cree obra sobre los hombres o los sucesos necesaria, favorable o acertadamente y que puede ocurrir en el ser humano o en su entorno y que es el punto o meta de llegada de la existencia, por eso se le dio al subtítulo de la obra el nombre: “el lazo del destino”.


389 GSM Siglas del nombre del autor de la obra que en el año 2000 propuso el término y R. Penrose que lo introdujo en la jerga fisico-matemática en 1998.

390 Ver textos en donde se mencionan estos temas.

 

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