Determinismo, Definición, Conceptos y Principios

DR. GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA

La definición o explicación de lo que entendemos por “determinismo”; a este lo consi­deramos como lo trae María Moliner en el diccionario del uso del español, (2002) como “la doctrina filosófica según la cual la marcha del universo físico responde exactamente a un encadenamiento de causas y efectos y sería totalmente predecible en un momento dado si fuera posible conocer todos los datos”.

En esta definición se hace alusión solamente al “uni­verso físico” y no a lo psíquico; esto es algo importante para tenerlo en cuenta porque existe un determinismo psíquico, del cual me ocuparé más adelante. La etimología de la palabra “determinismo” proviene del latín “de” y “terminar”, lo que implica poner un límite o señalar los límites como un regulador.

El sentido y significado del determinismo debe ser buscado en los conceptos de causali­dad, condición y necesidad.

En realidad existe una discusión entre los filósofos de la ciencia en general y los filósofos de la conciencia. Unos y otros se basan en la racionalidad, en la lógica, en los principios de causalidad, en la necesidad y en la voluntad.

De una u otra manera existen en términos generales clases del determinismo: el físico y el psíquico; el primero nos lleva a lo que se denomina como ciencias duras exactas, con la lógica matemática, el compor­tamiento físico-químico-eléctrico; y, el segundo la participación del primero en sus funciones que se manifiestan con hechos psíquicos.

En general se clasifica el determinismo absoluto y el parcial; uno y otro siguen los criterios experimentales, la teoría de la relatividad, la mecá­nica cuántica, la noción de causalidad y así se llega a lo absoluto o relativo (parcial), con los conceptos de espacio-tiempo, materia-energía, las leyes de la probabilidad; en el determinis­mo relativo o parcial participa los principios de indeterminación y/o incertidumbre, por lo tanto no es exacto.

(Lea También: El Determinismo Físico-Químico)

Téngase en cuenta que así como existe el determinismo también existe el indeterminismo y aún el predeterminismo enunciado por Kant, en el cual se postula la acción humana como el encuentro determinante en tiempo y espacio que antecede a la misma acción como ser los antecedentes que participan más adelante.

El indeterminismo niega el carácter universal de la casualidad. El determinismo absoluto tiende a adoptar un determinismo res­tringido, imperfecto y sólo con probabilidades determinantes, por ejemplo: “si tiene lugar este hecho, ocurrirá aquel otro”; sin embargo, existe una coherencia que “se caracteriza por constituir una situación intermedia entre los opuestos de lo continuo y lo discontinuo, entre lo cuantitativo y cualitativo, entre lo heterogéneo y lo homogéneo, etc.” (38). (39).

Al contrario el determinismo hipotético dice: “las cosas tienen que suceder así”, de tal forma es taxativo, sin discusión, sin cuestionamientos y sin interrogaciones. El concepto de determinismo, como ya se expresó se relaciona necesariamente con los principios de causalidad y de la previsión, así como con la relación condicional del método.

Obsérvese cómo existe necesariamente el principio de causalidad y con ello el determinis­mo absoluto con el “principio universal del conocimiento científico” el cual al descartarlo aparece el indeterminismo, lo que equivale al reconocimiento del azar o de lo aleatorio y a la aparición de la casualidad o arbitrio, de la generación de los fenómenos naturales, sin desconocer y apartarnos de la necesaria condición, las cuales dan la posibilidad de aparecer el hecho probable como una simple contingencia coherente.

Recabando sobre la definición de la doctrina filosófica del determinismo, éste tendría su base en el entendimiento de que todo acontecimiento físico, incluyendo las funciones psíquicas como el pensamiento, están casualmente determinados en la cadena causa-efecto-consecuencia.

Otras de las clases del determinismo es el fuerte y el débil; en el primero no existen acontecimientos aleatorios o pertenecientes al azar y por lo tanto el futuro es predecible; de ahí que la predictibilidad y la determinación están presentes; en el determinismo débil, es la probabilidad la que está determinada por los hechos presentes en una correlación de estados.

Dentro de todas estas concepciones el determinismo se aplica en las leyes sociales como ex­plicación del comportamiento global de los sistemas individual y colectivo, para darle sentido y dirección a la evolución de los sistemas sociales, los cuales tienen su propia estructura y las acompaña el “libre albedrío”.

Dentro de este determinismo estaría el económico, determinado por las fuerzas productivas, el modo de producción, la tecnología, el desarrollo y las necesida­des humanas. El determinismo tecnológico estaría dirigido por factores materiales, sociales, científicos y culturales. Esta temática ha sido contemplada por Jared Diamond, Marvin Harris y Karl Marx.

Aquí debemos incluir los postulados del materialismo dialéctico que incluye el determinismo mecanicista y reconoce el carácter objetivo y universal de la causalidad sin identificarla con la necesidad; téngase en cuenta aquí que el materialismo histórico establece el determinismo en las investigaciones sociales en sus procesos, con razonamientos que in­cluyen los desarrollos, las leyes y procesos históricos; todos estos dan paso a la comprensión del socialismo y del comunismo, éste último ya en decadencia40.

A su vez está el determinismo geográfico y geológico que se refiere al medio físico o medio ambiente que se determina con la adaptación de las especies, la conducta de las socie­dades humanas en forma individual y colectiva, a niveles de su desarrollo socio-económico y cultural.

De esto se infiere la importancia del determinismo climático en el comportamiento de la sociedad, el desarrollo de la cultura y de la historia de las civilizaciones. El determinis­mo por carácter social de Hobbes niega la libertad en virtud de la convivencia social, lo que significa que la colectividad impone leyes o normas necesarias para equilibrar intereses y de­seos individuales en los cuales se puede incluir los intereses de los niveles socio-económicos que también determinan la clase socio-cultural y de conocimiento; aquí también se incluye lo que se denomina “el sueño americano”.

Dentro de toda esta concepción del determinismo social, de las ciencias sociales se debe contemplar la del sentido probabilístico individual y colectivo.

A todas estas no hemos mencionado, como se debería haber hecho en primer término, el determinismo de las ciencias naturales como ser el determinismo biológico que programan comportamientos de los seres vivos a partir de las estructuras genéticas y marcan el proceder o conducta para la supervivencia; esta última también determinada por la genética, la cual demarca la personalidad y las acciones, tendencias, intereses en la vida y la conducta.

Aquí en este momento, no podemos apartarnos o ignorar el determinismo ambiental o educacional del aprendizaje y el conductista que está condicionado genéticamente.

En este momento hay que hacer énfasis en el concepto del determinismo psíquico postulado por Sigmund Freud y el concepto del psicoanálisis, en el cual los fenómenos psíquicos tienen sus principios de causalidad para la libre elección de una decisión humana, la cual no es tan libre, porque hay conflictos que predeterminan el pensamiento, los afectos y la conducta (por ejemplo el Edipo heredado desde la horda primitiva) (41), especialmente debido a las fuerzas potentes del instinto o de la “libido” o las del “tanatos” (agresión-muerte), las cuales se relacionan con la herencia, la biología, la educación y la cultura. (42)

Por último incluimos aquí el determinismo lingüístico, el cual se ha construido a través de los tiempos para organizar pensamientos, expresarlos en forma gestual y hablada y/o escrita con razonamientos, concepciones y distintas formas que la estudia la psicolingüística, la cien­cia cognitiva y también el psicoanálisis. (43).

Por lo expresado anteriormente, el determinismo de las ciencias naturales se relaciona con la físico-química, la historia, el aprendizaje, y todas las fuerzas que animan la naturaleza en sus diferentes estados, posiciones, épocas, y, que parten desde las partículas subatómicas con masa y energía cooperando alternativamente para llegar a la concepción de la teoría de la relatividad, y los conceptos de movimiento en toda la evolución de los procesos y desa­rrollos físicos dentro de la complejidad de los sistemas complejos y caóticos.

Así arribamos a la mecánica cuántica como una teoría determinista, en la cual el azar participa con el principio de incertidumbre de Heisenberg pero en forma restringida, a la comprensión de la evolución determinista de la función de onda de Schrödinger. De esto se concluye que la mayoría de los físicos actuales consideran que el azar juega un papel importante en la escala atómica, en la cual participa la escala humana en un mundo determinista. He ahí nuevamente la relación del azar determinista a nivel universal, cosmológico y humano.

Cuando definimos el determinismo, lo relacionamos con al principio de causalidad, a las causas y efectos, las cuales son referidas como se menciona en textos anteriores, a las ciencias naturales, a la física, a la química y en las ciencias matemáticas, a la computación, a la esta­dística y en las ciencias sociales, a la filosofía, la historia y la psicología.

Si nos detenemos en la física, indefectiblemente llegamos a las leyes de la naturaleza.

Fue Pierre Simón Laplace (44) quien afirmó cómo “si se conoce el estado actual del mundo con toda precisión, se puede predecir cualquier evento del futuro”; es lo que se considera el determinismo causal; actual­mente en el siglo XXI no solamente recordamos estos postulados, sino los que aparecieron en el siglo XX usando los superordenadores en la predicción del tiempo, por ejemplo: “el Cray X-MP del Centro Europeo para el Pronóstico del Tiempo a Medio Plazo, que operaba con una capacidad máxima de 800 megaflops, podía calcular en apenas media hora un pro­nóstico aceptable del tiempo, para el día siguiente, en todo el hemisferio. Y aunque cada día se realizaban pronósticos de los siguientes diez días, los resultados del pronóstico a partir del cuarto o quinto día, diferían sensiblemente de lo previsto por el ordenador”. (O. Stewart, 2001).


38 Gurvitch, “Determinismes sociaux”, 1955, pp.28 ss.

39 Op. cit., Abbagnano, N., 1997, pág. 314)

40 El determinismo histórico está bien estudiado por F. Fernández Armesto, (2001). “Civilizations. Culture, Ambition, and the Transformation of Nature”, Simon & Schuster.

41 “Por eso Cassirer llamó al pensamiento primitivo pensamiento mitopoético y subrayó su imposibilidad de actuar analíticamente y su necesidad de comprender seres y cosas como unidades. Otros llamaron a este fenómeno pensamiento mágico, lo que conlleva el problema de la distinción entre religión, magia y ciencia.

“El problema de la concepción del espacio en las culturas primitivas fue deficientemente planteado por Ernst Cassirer, quien llamó la atención sobre la imposibilidad de los primitivos de comprender el espacio de una forma abstracta, sistemática. Pero de ahí parece querer deducir la concreción de la representación del espacio en las culturas primitivas, lo que da lugar a un considerable malentendido (Cassirer, 1983: 76-79).

La confusión proviene de no distinguir lo que son conceptos instrumentales abstractos para la medida y observación del tiempo y del espacio, y las categorías estéticas que se expresan en las obras de la literatura oral y escrita. Los primitivos carecen de conceptos instrumentales abstractos para definir el espacio-tiempo, pero utilizan categorías estéticas abstractas para expresar el espacio-tiempo” (Beltrán Almería L., “Bos­quejo de una estética del cuento folclórico”, Universidad de Zaragoza; Cassirer E., (1983). “Antropología filosófica”. Trad. Eugenio Imaz. México: FCE. Revista de Literaturas Populares, Año V, Número 2, julio-diciembre de 2005). (La negrilla es mía).

42 S. Freud en “Más allá del instinto del placer” (1921) y G. Sánchez Medina “Psicoanálisis y la teoría de la complejidad”, (2002).

43 G. Sánchez Medina y J. Márquez Díaz, (2009). “Cerebro Mente. El Pensamiento cuántico”, Editorial Cargraphics, Bogotá-Colombia

44 “La idea de Laplace que ya pasó de moda; era un producto del pensamiento de la Revolución Francesa. Todo un pensamiento que dejó de tener vigencia con Einstein y sobre todo con la física cuántica”, (De Fran¬cisco A., 2010)

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