La Luz

DR. GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA

(La Velocidad de la Luz y del Pensamiento)

El lector de estos textos se habrá encontrado con la palabra luz y de tal forma se halla con el concepto de energía emitida por el sol y astros del universo; sin embargo, ¿es la luz únicamente proveniente del sol? ¿Acaso no hay agentes lumínicos también producidos por la naturaleza en la tierra como son los rayos por choques de fuerzas electromagnéticas o las producidas por el hombre con el fuego? La respuesta es afirmativa; de todas maneras, ¿qué es la luz desde el punto de vista de la física y si ésta apareció por el azar o fue determinada? Va­yamos a los conceptos de creación del universo y las teorías hasta ahora conocidas como las del Big Bang en donde partículas subatómicas unen sus masas, se juntan y hacen un estallido singular produciendo una explosión y así la energía electromagnética con sus radiaciones y las conocidas partículas llamadas fotones.

Yendo a la cosmogonía y mitología nos encontramos que primero estaba la oscuridad, la nada y el caos, después se hizo la luz. Pueblos y sus creencias milenarias, por ejemplo los vedas hablan de la aparición de la luz y de la velocidad de la misma, así en el Bhagavat Pu­rana se escribe en el sánscrito que la luz dura un parpadeo.

Hindúes, islámicos, griegos como Empédocles y Aristóteles se referían a que la luz era finita; sin embargo, Heron de Alejandría argumentó que la velocidad debería ser infinita; al contrario Avicena y Alhazen se pronuncia­ron en forma contraria; de la misma manera lo hizo la escuela de Ayran de la India.

Mucho más adelante Kepler:

Descartes, concibieron la misma finitud de la luz y comen­zaron las mediciones (Siglo XVII), y lo mismo hizo Galileo. En 1676 Oler Rommer realizó el primer estimado cuantitativo de la velocidad de la luz, estimándolo en 22 minutos cruzar el diámetro de la órbita de la tierra, (J. Flores Valdés, 2000).

Más adelante vinieron otros como León Foucault (1862) calculó la velocidad de la luz a 298.000 K/s, y luego en 1926 Michel­son dio la velocidad de 299.796 K/s, lo que equivale aproximadamente a 300.000 K/s. Nótese en todas estas ideas y cálculos la gran necesidad que tiene el hombre de determinar la velo­cidad de los cuerpos y así mismo entrar a dirimir la relación materia (cuerpo), movimiento, velocidad, espacio tiempo; conceptos que nos conducen a la cuarta dimensión.

En escritos anteriores nos hemos referido a los conceptos de energía, materia, en su orga­nización neurobiológica y psíquica y a los conceptos de determinismo e indeterminismo, así como a las definiciones del azar y probabilidad, incertidumbre, necesidad, voluntad, destino, libertad, predictibilidad, computación, conexión de la física cuántica con la psicodinamia, in­formación y codificaciones, sistemas complejos, dinámicos no lineales y a las investigaciones actuales, a lo simétrico y asimétrico.

De la misma manera en la obra anterior “Cerebro-Mente” (2009), nos ocupamos más deta­lladamente de esta conexión materia-energía y arribamos al “puente cerebro mente” a través de la física ondulatoria explicándola y probándola a través de la ecuación de Schrödinger.

De una u otra manera nos encontramos con la teoría de la relatividad de Einstein

La incertidum­bre, incompletud, indecibilidad planteados por Heisenberg, K. Gödel y A. Turing. A ellos le han seguido una serie de investigadores que se ocupan no solamente del principio de la relatividad, de la velocidad de la luz, sino de la velocidad de los cuerpos puestos en el cosmos para luego acercarnos al concepto tiempo y espacio y aún más cuestionarlos ellos mismos más allá de las ilusiones que produce la misma observación. Conocemos cómo “la relativi­dad se pronuncia en que no existe un punto de vista privilegiado objetivo para hacer ciertas observaciones” (J. Flores Valdés, 2000).

Es así como se hace una analogía en la observación de dos barcos en altamar en una noche oscura que llevan una sola luz en el mástil y sólo se ven dos puntos en el horizonte; cualquiera de los dos capitanes podría decir que su barco está quieto y el otro en movimiento. Muy semejante sucedió con la observación del movimiento de la tierra y se requirió un Copérnico y un Galileo para probar que girábamos alrededor del sol; sin embargo ¿se mueve el sol? La respuesta es obvia pues tiene sus movimientos sobre su eje y alrededor de la galaxia y esta se mueve en el espacio.

Los mismos científicos de la Nasa que supervisan el sol afirman:

Que el campo magnéti­co de nuestra estrella hace una vuelta y tiene sus polos magnéticos que se intercambian de acuerdo al ciclo solar; por ejemplo, el sol en el año 2012 invertirá nuevamente sus polos; esta transición sucede en cada ciclo y esto sucede de 5 a 50 millones de años. Se conoce como los “campos magnéticos solares y terrestres se comportan diferentemente y tienen algo en común y su forma es semejante a lo que ocurre con un imán de barra cerca del ecuador en que las líneas abiertas del campo son muy fuertes”.

Los flujos meridionales en la superficie del sol llevan campos magnéticos de manchas solares y hay un flujo entre el polo norte y sur; a la vez el campo del dipolo se debilita con el polo opuesto dirigido. Dentro de este fenómeno se ve que el campo magnético es semejante al de una mariposa cambiando del color azul al amarillo o viceversa. A la vez conocemos que el sol rota una vez cada 27 días, (J. Flores Valdés, 2000). (ver figura 34).

Campos magnéticos directos en el sistema solar

Existen obviamente científicos como Steven Suess y David Hathaway (289) entre otros que se dedican específicamente a la física solar. ¿Qué tiene que ver esta última mencionada con el azar y el determinismo? La repuesta es obvia todo lo que ocurre en nuestra relación sol- tierra, sistema planetario y galáctico tiene una interrelación para conseguir un orden que organiza los distintos elementos y así las funciones y por lo tanto existe un determinismo.

Fenó­menos psico-sociales

Ocurre sí que el hombre ha tratado de especular con interpretaciones sobre algunos fenó­menos psico-sociales relacionándolos con las posiciones de la ubicación de nuestra tierra en el sistema solar y galáctico referido a las constelaciones; de ahí el pensamiento mágico en la astrología, los horóscopos, para ubicar a la persona dentro de unas características supues­tamente determinadas con diversas variables determinísticas las que a la vez están sujetas a la participación de hechos ocurridos al azar o al caos determinístico; por ejemplo, cuando observamos cómo el sistema solar está atravesando una nube interestelar (que la física dice que no debería existir). El Voyager ha descubierto un fuerte campo magnético, en las afueras del sistema solar.

El investigador Merav Opner, estudioso de la heliofísica perteneciente a la Universidad de George Mason dice: “este campo magnético sostiene la nube interestelar uni­da y resuelve el enigma de larga data de cómo es que puede existir”. La nube tiene alrededor de 30 años luz y contiene una mezcla de átomos de hidrógeno y helio a una temperatura de 6.000 grados centígrados.

Aquí la pregunta: ¿por qué está la nube interestelar? La respuesta es que por el “azar determinista” esta nube se presentó y no invadió los límites del campo magnético del sistema solar dentro de nuestra galaxia. De aquí podemos deducir que cada elemento macro y micro tiene sus límites y a la vez sus protecciones para poder existir; he ahí el concepto de frontera en todo el universo que actuan como un escudo pudiendo ser con campos electromagnéticos que operan como una burbuja con masa y energía o simplemente con energía pasando por el gas interestelar. Aquí sugiero tratar de comprender que así como participan estos campos en el macrocosmos ocurre en el psicocosmos.

El científico ruso Alexey Dimitrev explica:

“Cómo vamos avanzado hacia una nube de energía con consecuencias impredescibles”; por lo tanto, “el aumento de la actividad solar es un resultado directo de los crecientes flujos de materia-energía e información que expe­rimentamos a medida que avanzamos hacia la nube energía interestelar.

El sol sufre nuevas exigencias y nosotros experimentados el impacto de esas exitencias en nuestro propio plane­ta. Los efectos en la tierra se encuentran en la aceleración del desplazamiento de los polos magnéticos, en la distribución vertical y horizontal del contenido de ozono, y en el aumento de la frecuencia y la magnitud de significativos acontecimientos climáticos catastróficos. Las respuestas adaptativos de la bioesfera y de la humanidad a estas nuevas condiciones pueden generar una revisión total y global de la gama de especies y de la vida en la tierra” (290).

Aquí me atrevo a preguntar y hacer la reflexión, si también ¿todas esas fuerzas no par­ticipan a la vez en el movimiento de presión y de acomodación de las capas tectónicas? y así pudiéndose producir los terremotos y tsunamis, los cuales, en estos últimos años se han presentado con más frecuencia en China, India, Indonesia, Nueva Zelandia, Haití, Chile y Japón.

Obviamente no podemos negar las influencias electromagnéticas de la gravedad y de las fuerzas nucleares y entre ellas de las partículas cuánticas que participan en el funcionamiento físico y psíquico; sin embargo, en el ser humano siempre ha obrado el pensamiento mágico-omnipotente para buscar explicaciones y soluciones a lo incógnito.

A todas estas:

¿Será que los movimientos solares con sus velocidades tienen algo que ver con nuestro funcionamiento mental? Además ¿cómo es el movimiento solar galáctico?, ¿es relativo y no absoluto? ¿Qué se denomina arriba y abajo, derecha izquierda en el sistema ga­láctico? ¿Tiene este último un centro? La respuesta voy a iniciarla desde la última pregunta; el centro de nuestra galaxia lo calculamos geo-cosmo-físicamente; sin embargo, siempre está cambiando porque nuestra misma galaxia tiene su movimiento y su desarrollo, su principio y su fin como todos los cuerpos cambiando sentidos, posiciones y direcciones; por lo tanto, es relativo.

A pesar de todo esto tenemos el reloj que suena “tic-tac” para marcar el tiempo solar. Co­nocemos a su vez que el mismo reloj sigue marcando a ese ritmo mecánico, pero si volamos alrededor de la tierra hacia el oriente o el occidente las horas no son las mismas para la latitud terrestre más sí para nuestro reloj biológico y psicológico; he aquí que en los laboratorios de química biológica se tiene en cuenta el ritmo circadiano.

Además cada sujeto vive su tiempo interno de acuerdo a su orden y su configuración personal la cual incluye la cotidianidad, los hábitos, sus sensopercepciones su vida emocional; es así como algunos viven el tiempo en forma lenta y otros muy rápida. Este tema está desarrollada en forma pormenorizada en el libro del autor: “Tiempo, Espacio y psicoanálisis”, (1987).

Otro aspecto a considerar es aquel que se refiere a la velocidad de la luz:

Que depende de la velocidad de los cuerpos, a mayor tamaño el cuerpo lo percibimos más lento y al más pequeño más rápido porque hay menos resistencia además los puntos de referencia de­penden de los volúmenes.

Es bien conocido que la luz tiene una unidad mínima indivisible que se llama fotón o el gravitón que viaja a velocidad (“gv” ó “c”); estas medidas de tiempo y velocidad no se relacionan por constantes sino por lo que Poincaré denominó “transforma­cionespara llegar a una constante; a la vez las partículas subatómicas tienen sus unidades mínimas llamadas quantum; el fotón es un quantum de luz y por lo tanto la luz está hecha de fotones; sin embargo el electrón es tan pequeño que los fotones lo desvían y lo que recibi­mos es la percepción de la función del fotón: la luz.

Sin embargo, si tratamos de disminuir la capacidad del fotón para ver el electrón ocurriría que las ondas fotónicas serían más largas y tampoco nos permitirían ver al electrón. Posición y velocidad de partículas no puede deter­minarse al mismo tiempo (Principio de incertidumbre de Heisenberg).

De todo esto podemos concluir que el comportamiento básico de la materia-energía pue­de ser determinista mas no de lo particular, es decir que depende de otras variables como ocurren con el comportamiento de los movimientos del péndulo.

Dentro de toda esta concep­tualización observamos cómo existe una relación entre azar y determinismo, así como entre el caos, desorden y orden, asociado a la mecánica cuántica con sus sistemas y estados con niveles de energía que dan un comportamiento predecible con la posibilidad de entrar al caos siempre y cuando existan otras determinantes. He aquí nuevamente el concepto de azar determinista. (Ver “Cerebro-Mente. El pensamiento cuántico” 2009, pág. 469).­

Cuando nos referimos a las partículas subatómicas lo hacemos también a las partículas llamadas “taquiones” (291), neutrones y neutralinos (bosón de Higgs) (292).

Se conoce que la velocidad de la luz en el vacío es de 300.000 Km/s aprox. y es conocida como la constante de Einstein; a su vez la velocidad de la luz en el espacio tiene sus caminos en el equilibrio gravitatorio y puede llegar a los 5 millones de Km/s.

De lo expuesto hasta ahora podemos concluir cómo la física moderna incluye las radiaciones electromagnéticas y obviamente en donde operan sus leyes tales como la ecuación de Maxwell (293) y las velo­cidades de la luz. Si se pudiera viajar más rápido que C (constante de la velocidad de la luz) la constante sería violada y la información podría considerarse que sería recibida antes de ser mandada; de tal manera, que la causa puede ser observada después del efecto.

Aquí viene otro concepto sobre la dilatación del tiempo de la relatividad espacial, la constante del tiempo, observado y percibido; de tal forma, que si se pudiera mover más rápido que la constante de la luz no sería un número real, siempre y cuando partiéramos de que C (constante) es el re­ferente. En otra parte del texto hice referencia a cómo nuestro pensamiento viaja más rápido que la luz.

Aquí la pregunta:

¿Es que el pensamiento tiene materia o energía, por ejemplo el taquión? ¿Qué velocidad tiene el pensamiento o la imaginación?, ¿a qué velocidad están las ondas electromagnéticas y las partículas cuánticas?; ¿serán estas las portadoras (vehículo) con que se transmite? Las respuestas no las tengo. Por lo general las distancias astronómicas se miden en años luz; es decir, el recorrido de la luz en un año que es aproximadamente 9 millones y medio de kilómetros por segundo.

Entiéndase que la velocidad de la luz es importante para las telecomunicaciones; la velo­cidad de la luz es cerca del 30% más lenta en una fibra óptica y tienen retrasos cuando pasan a través de interruptores eléctricos o generadores de señales.

Cuando Neils Armstrong viajó a la luna, Houston tenía que esperar cerca de 3 segundos para la llegada de la respuesta aún cuando aquella era inmediata; así mismo el control remoto instantáneo es imposible. En la supercomputadora la velocidad de la luz impone un límite; por ejemplo si un procesador opera a 1 Ghz, la señal solo puede viajar a una velocidad máxima de 300 mm en un ciclo único; por lo tanto los procesadores deben ser colocados uno cerca de otro para minimizar las comunicaciones. Un observador que persiguiera un rayo de luz y si lo midiera al moverse paralelamente él mismo viajando a la misma velocidad conllevaría consecuencias inusuales para la velocidad.

Si dos automóviles se acercan en direcciones opuestas a una velocidad de 50 Km/h se podría suponer que se percibiría uno al otro en una velocidad combinada 50 + 50 a 100 Km/h.

Ese sería el resultado de las velocidades encontradas frente a frente (velocidad y choque); sin embargo el observador externo lo que ve es que los vehículos siguen cada una a la misma velocidad (50 Km/h) y, si dos naves viajan a 90% de la velocidad de la luz, un tercer observador entre ellas no podrá percibir al 180% de la velocidad de la luz, sino es una aproximación del 99.5%. He aquí la ecuación: μ=(v+ ω)/((1+vω)/c2).

Donde ν y ω son las velocidades de las naves observadas por un tercer observador, y μ es la velocidad de cualquiera de las dos naves observada por la otra, y C la velocidad de la luz (aproximadamente 300 K/h).

La ecuación anterior es derivada de la teoría de la relatividad especial de Einstein, el cual tomó el principio de la relatividad como premisa principal y principio originalmente propuesto por Galileo. Téngase en cuenta que si la luz es una constante de 300.000 Km/s nos enfrentamos a que el espacio-tiempo y movimiento son partícipes y por lo tanto implica unos límites; además pueden y en realidad existen materiales “n” en el interespacio exterior.

Otra pregunta que podemos hacer es si será que la luz “c” disminuye en su trayectoria y a mayor distancia menor velocidad de la luz “C”; por ejemplo ¿por qué no vemos la luz de millones de estrellas? La respuesta fácil es porque no alcanzamos la distancia, la cual es tan enorme, que hay unas mayores distancias a recorrer y el tiempo no ha sido suficiente. De una u otra mane­ra, la física contempla que la luz es una constante, la cual reafirma el principio de relatividad de Galileo.

Otra pregunta a hacernos es si la luz viaja en un espacio al vacío:

¿podrá ser que tiene menor resistencia y mayor velocidad que cuando no está al vacío?, ¿será que el vacío completo existe?; ¿no será más bien que en los campos interestelares e intergalácticos también existen elementos del microcosmos, partículas elementales que pueden servir como fotones o se convierten en fotones o en antifotones, es decir, en elementos de resistencia que pueden desviarla y retardar la luz en forma de refracción pudiéndose producir o presentar interfases entre los materiales y así su refracción? Por lo tanto, el índice de refracción dependería de la frecuencia de la luz y sus diferentes velocidades de acuerdo a los materiales existentes y entre ellos están las fuerzas y ondas electromagnéticas que producen una dispersión de la luz.

Téngase en cuenta que la radiación electromagnética opera como una partícula que tam­bién tiene una acción de refracción (refractaria) con absorción continua y emisión de fotones que compone la luz. Recordemos que la radiación electromagnética se considera como una onda que tiene cargas de las partículas atómicas y que interfieren en los campos electromag­néticos de la radiación.

Una pregunta más a hacer es si ¿existe una velocidad más rápida que la luz como la planteada por la existencia de los denominados taquiones? En física se considera que es posible para la velocidad “agrupada de la luz” exceder a “C”; he aquí las dos clases de la velocidad agrupada y la frontal; la primera es la que corresponde a los ra­yos láser que viajan a distancias muy cortas a través de átomos “cesio” (300 veces C) y la frontal es igual al cuadrado de la velocidad normal de la luz en un espacio con materiales.

Concebida así la velocidad de la luz:

Podríamos suponer que la energía del pensamiento (T), (K) o (P) (294) es diferente a la energía de la luz “C”. ¿Será que el transporte de T, K o P se realiza por partículas que no conocemos?, o ¿será que las conocidas (algunas de las cuánticas son las que viajan a velocidades superiores a la luz? O ¿será que el pensamiento no viaja sino en el cerebro? Y ¿lo que suponemos que viaja se traslada es en la imaginación?, la cual ubica en milisegundos la imagen a donde se desea. Téngase en cuenta que no hay técnicas para conseguir transferir información más rápida que C., pues depende de la velocidad frontal.

Es necesario incluir aquí el concepto de los túneles cuánticos por donde viaja la velocidad fase de ondas evanescentes, las que pueden exceder a “C”. Dentro de este concepto están los efectos cuánticos los cuales pueden ser retransmitidos a velocidad mayores a “C” con acciones a distancia (295); es aquí cuando nos encontramos con el problema de las veloci­dades de los elementos de la mecánica cuántica y el concepto de estados cuánticos de dos partículas, las cuales pueden ser enlazadas, de tal forma que una partícula arregle el estado de otra (partícula). Con esta ideación entramos a la “superposición de estados cuánticos”; por lo tanto “si las partículas son separadas y una de ellas es observada para determinar su estado cuántico, entonces el estado cuántico de la segunda partícula es determinado automá­ticamente”, (Mackay, R. J., y R. W. Oldford, 2000).

De tal forma que “la segunda partícula toma el estado cuántico instantáneamente tan pronto como la primera observación se lleva a cabo”. Sin embargo, es imposible controlar el estado cuántico… así que ninguna información puede ser transmitida y controlada de esta manera.

Con esta conceptualización:

No podríamos sustentar el viaje de la información fácil­mente para ser demostrada y evidenciada, y obviamente a la vez concebida como un medio de comprender la velocidad del pensamiento. Para algunos científicos podría entenderse un movimiento superlumínico como los pertenecientes a las galaxias activas y “cuásares”(296), más esto es una proyección del efecto de la luz en un ángulo del horizonte.

Téngase en cuenta que todavía concebimos una información y la conducción de la misma de un espacio a otro a través de un conductor y nos valemos de la velocidad del fotón para entenderlo o de las velocidades electromagnéticas. Lo conocido es que los fotones pueden intensificar la radiación y el resultado puede ser una velocidad mayor análoga a la “explosión sónica” o a la conocida radiación Cherenkov.

Nuevamente nos encontramos con las velocidades superlumínicas a través de los taquiones postulados por la física de las partí­culas cuánticas. A toda esta teoría se le llama “velocidad de la luz variable”, la cual explicaría muchos fenómenos cosmológicos y entre ellos la velocidad del pensamiento e imaginación, (Magueijo J., 2006). Esta explicación muy personal, es una posibilidad más proveniente de inferencias.

(Lea También: Azar, Determinismo y Nuestro Sistema Solar)

Reflexionemos en el cuásar de la cruz de Einsten :

En que se ven cuatro puntos, esto ocurre como una deformación por una distorsión de la luz, la cual se proyecta en cuatro (4) puntos debido a que existe una galaxia entre el sistema solar, planeta tierra (en la galaxia de la vía láctea y el cuásar). He ahí que las distancias, las velocidades e intensidades de luz, los campos electromagnéticos, las fuerzas gravitatorias, determinan una multiplicación y de­formación del objeto (cuásar) y así al azar llega la información al ojo humano en el Siglo XX y XXI.

Hagamos la siguiente pregunta: ¿por qué sólo hasta ahora nos llega esta información? La respuesta la encontramos en el destino de los descubrimientos tecnológicos para ser fac­tible la percepción y representación del objeto a 800 o 10300 años luz. He aquí otro ejemplo del “azar determinista” en la capacidad de captación de imágenes del universo. ¿Cuánto más podrá el hombre descubrir, conocer e interpretar? La historia dará la respuesta. Entiéndase toda esta contextualización como una ventana a los orígenes del universo.

La única forma en que pudo haber ocurrido es a través del azar

Este es un hallazgo casual. “La única forma en que pudo haber ocurrido es a través del azar”, indica Fred Hamann, profesor en Florida. El cuásar en cuestión -denominado J105400.40+034801.2- es de hace 10.300 millones de años. “Los seres humanos no podemos monitorear directamente cambios en cuásares ya que tardan muchos varios años […] Podría ser una fase evolucionaria o quizás un estadío de transición de una fase a otra”, señala Hamann “la evolución de los cuásares está relacionada con la evolución de las galaxias. La materia eyectada por los cuásares podría ser la clave para esta relación porque puede alterar o regular la formación de galaxias alrededor de los cuásares. Este hallazgo es una pequeña pieza de una historia que vemos ocurrir en tiempo real y lo que vamos a hacer ahora es seguir observando”. Ref: tomado de https://imagine.gsfc.nasa.gov/Images/news/gb1508_illustration.jpg.

Desde el otro lado de la orilla es bien conocida como la luz se puede retardar de acuerdo al campo o al medio por el que pasa, más allá del vacío entrando a elementos de partículas a diferentes radiaciones electromagnéticas y acciones de las fuerzas gravitatorias, al agua, a los gases, o a las diferentes densidades del medio hasta llegar no solamente a la refracción de la luz sino a la reflexión de la misma.

Volviendo nuevamente a la supervelocidad de la luz en un viaje interestelar podríamos entrar por una parte a la ciencia ficción, o, por otra, a comprender mejor el universo entendiendo más la teoría de la relatividad especial, por ejemplo, viajar más rápido que la luz es decir más de 300.000 K/s aprox. en un medio al supuesto vacío sin elementos que reproduzca la reflexión o radiaciones.

Esta posibilidad incluiría y/o excluiría teorías, leyes, por ejemplo el de la relatividad de Einstein o la posibilidad de acelerar un objeto con aceleraciones infinitas y tiempos finitos o viceversa (tiempo infinito, aceleración infinita) lo que implica una energía de tales cualidades; todo esto nos lleva a nociones irra­cionales o a supuestos teóricos y/o a concepciones de la temporo-espacialidad en la cuarta di­mensión, muy distinta para justificar el comportamiento más rápido que la luz lo cual también es factible. Ignorar la relatividad especial de Einstein obviamente descartando las leyes de Newton, implica también descartar la mecánica cuántica o de las partículas subatómicas.

Por lo contrario incorporando la relatividad en la teoría de campos cuánticos (no gravitacionales):

Nos permiten entender como los puntos de energía se curvan en el espacio tiempo más no producen una aceleración superlumínica; todo esto nos lleva a deducir que la velocidad de la luz es constante. Sin embargo, suponiendo el vacío (ya expuesto en otra parte) la luz podría alcanzar un valor superior a C (a esto se le llama el vacío de Casimir). Nótese aquí la falacia a que podemos llegar en que solamente es un campo de vacío y no todo el universo; de ahí el supuesto teórico, (Elizalde E., 2009).

El sistema solar completa una vuelta alrededor del núcleo de la vía Láctea

Figura 37. El sistema solar completa una vuelta alrededor del núcleo de la Vía Láctea en 226 millones de años.
Velocidad de la oscilación hacia y desde el núcleo de la galaxia: 15-20 km/s. Velocidad de la oscilación Norte-Sur,
Sur-Norte desde el plano galáctico: 5-7 km/s. Ref: Modificado de R. Hurt (SSC), JPL, -Caltech, NASA., 2007.

Por su parte si rechazamos el principio de causalidad, tales como el de la témporo-espacia­lidad entraríamos en que no existe lo que concebimos tiempo, espacio, movimiento, objeto y menos la gravedad cuántica y por lo tanto dos puntos dados en el espacio podrían recorrerse a velocidades superlumínicas.

Desde otro punto de vista la velocidad de la luz es variable de acuerdo con la energía, la masa, y el campo; si incluimos dentro de estos conceptos una masa menor que la conocida podríamos pensar en una mayor velocidad de la luz. Aquí nuevamente entramos en un supuesto teórico que también viola las leyes ya medidas con sus marcos re­ferenciales; de tal manera, entramos a hipótesis imaginativas. Dentro de este contexto podría incluirse la que nos lleva a pensar en campos en los cuales la relatividad especial no aplica, por ejemplo a lugares desconocidos y lo que plantea la ciencia ficción imaginativa de la cual no me ocupo.

Otros de los aspectos a considerar es aquel en el que se asume que se puede acelerar una velocidad mayor de C; para ello hay que pasar por C para lo cual se requeriría una energía más grande de la conocida o poder concebir todo lo contrario que no exista aceleración, lo que supone de otra energía interna o externa que le dé el movimiento.

Si pensamos en que Einsten:

Lo que hizo fue hacer inferencias de sus ecuaciones permitiéndose pensar en la construcción del tejido espacio-tiempo podría ir más rápido que la luz; de cualquier forma llegamos a lo mismo y aquella pregunta ¿energía es la que puede producir esa velocidad la cual no conocemos hasta ahora? Las mismas partículas hipotéticas llamadas taquiones no han sido observadas, probadas y refutadas. Sin embargo, quedan posibilidades teóricas con respecto a la física de las partículas, a la teoría de las cuerdas bosónicas, a la de las supercuerdas. La teoría de la relatividad general y especial incluye los conceptos de gravedad y con ello las velocidades de la luz con sus marcos referenciales que todavía no nos aclara este deseo de viajar más rápido que la luz sin violar las teorías, los principios de causalidad, y la misma lógica.

Falta aquí que nos encontremos con la teoría de la gran unificación la cual nos puedan dar otras luces distintas y entrar al universo supersimétrico de Gödel de cinco dimensiones en que se puedan violar principios de causalidad y existan otros principios en donde participen partículas cuánticas conocidas o desconocidas en que las velocidades resulten superiores a las de la luz obviamente sin el efecto fotónico o de luz, pero con posibilidad de una señal y obviamente de su señalización comprobada.

Por lo general el ser humano cuando llega a un límite científico hace un pare y tiene tres alternativas: o renuncia a cuestionarse más, o fantasea, imagina y cae en la ciencia ficción, o persevera buscando caminos de compren­sión, y por azar determinista o por casualidad o por el destino encuentra lo desconocido y descubre lo incógnito que lo lleva a más interrogantes.

289 https://ciencia.nasa.gov/science-at-nasa/2001/ast15feb_1/

290 https://science.nasa.gov/science-news/science-at-nasa/2009/23dec_voyager/

291 Un taquión (del griego ταχυόνιον, –takhyónion– de ταχύς –takhýs-, rápido, veloz), es cualquier partícula hipotética capaz de moverse a velocidades superlumínicas al sustraerle la energía volviéndose su velocidad infinita en relación con el universo en general.

Con este concepto de taquiones se violaría la ley de causali­dad, puesto que no podríamos descubrir aquellas cuando solo vemos el efecto que es un supuesto. Esa idea puede entrar dentro del concepto de ciencia ficción más cuando se opone a la ley de la entropía. Es posible que con esta energía se establezca un equilibrio entre la materia de las fuerzas físicas básica y la con­ciencia mental que armoniza los campos de energía caótica o la llamada “energía de la unicidad” en donde se incluye “el concepto de alma”, lo armónico y lo que llaman los físicos “energía de punto cero”. Para mayor información ver obra: “Cerebro-Mente. El pensamiento cuántico”, primera parte, Física Clásica, Cuántica, los taquiones pág. 466-473.

292 Un neutrón “es un barión neutro” formado por dos quarks down y un quark up. Forma, junto con los pro­tones, los núcleos atómicos. Fuera del núcleo atómico es inestable y tiene una vida media de unos 15 minutos emitiendo un electrón y un antineutrino para convertirse en un protón.

Su masa es muy similar a la del pro­tón. Por estar formado de quark es un hadrón, por tener tres quark es un barión y por lo tanto un fermión. La carga del neutrón es: +2/3-1/3-1/3 = 0 lo que equivale que no tiene carga o esta es cero por que se anula. Fue descubierto en 1918 por Rutherford y lo identificó el físico inglés Hames Chadwick en 1932. Los neutrones sufren las cuatro fuerzas fundamentales, y, a pesar de no tener carga tiene un momento magnético, su fuerza más importante es la de la fuerza nuclear fuerte que mantiene a lo quark unidos en el interior y la que une los neutrones con otros neutrones y a éstos con el protón.

Los átomos de un elemento con diferentes niveles de neutrones se denominan isótopos. Existen neutrones libres que son difíciles de observar; cuando un neutrón se desintegra lo hace en un protón, un electrón y un antineutrino. Los neutrones libres son peligrosos y son producto de la desintegración radioactiva por reaccio­nes nucleares.

La única manera en que puede perder energía es porque choquen con núcleos de otros átomos. Para protegerse de la acción de los neutrones se requiere de escudos con paredes espesas de cemento y para­fina. Cuando un neutrón golpea el núcleo de un átomo de una base nitrogenada de un ADN puede producir mutaciones. Sin embargo, el neutrón al estar dentro del núcleo en estado no libre es anodino. El neutrón tienen una masa de 1,675×10-27 kg., un momento magnético de -1,9130427 ± 0.0000005 μN.

Últimamente en el año 2011 se habla del “neutralino” como una partícula elemental hipotética que surge de las teorías de las supersimetrías también supuesta, pero que también contempla la simetría de la naturaleza; se simboliza como X-0i (chi) en donde i va de 1 a 4. ¿Qué es la supersimetría? La respuesta radica en que es la máxima simetría contemplada en los objetos y dentro de este contexto en las partículas elementales. La supersimetría es conocida con el acrónimo inglés SUSY En la simetría como en la supersimetría existe el concepto de conjunto con dos posibilidades la forma, función, efecto, color, posición, carga, masa y caracte­rísticas y también se refiere a los hechos fenómenos, estados, organización de sistemas y estructuras, etapas, procesos y desarrollos de distinto tipo. (ver también “proyección aurea”).

En el caso del “neutralino” estamos hablando al mismo tiempo del Boson de Higgs o la partícula hipotética de Dios, la cual estaría dotada de masa, hasta ahora nadie la ha comprobado ni visto, más sí predicho teóri­camente; y, al hacerlo se concibe que se duplica las partículas elementales aceptadas en el modelo estándar.

El neutralino sería la partícula más ligera que da cuenta de la materia oscura, y la simetría es solamente una hipótesis. En el modelo estándar tenemos como grupo general los fermiones y los bosones, los primeros los dividimos en quarks, leptones y hadrones y éstos últimos en bariones y mesones y los mesones en bosones; entre los leptones estarían el electrón, el muon, el “tao y el neutrinio”.

Y el neutralino estaría dentro del rango de los bosones.

Nótese en la clasificación estándar así como en los conceptos de la física atómica cómo existe el elemento opuesto en carga (energía +, -, 0), masa (espacio vacío), antimasa, función de onda, color, posición, efecto (fuerte, débil), partícula, antipartícula y aún el concepto de la sombra; todas ellas regidas por las fuerzas gra­vitatorias, electromagnéticas, fuerzas débiles y fuertes, las de atracción y rechazo, de interacción, cohesión, aglutinación, diferenciación, equilibrio; cada cual tendría su complemento variable (opuesto o no) que lo mantiene en cierto orden, el cual tiene características especiales, las cuales pueden variar (por ejemplo: luz, fotones, taquiones).

Al combinarse estos opuestos y estructuras, el átomo y la señal derivada de éstos con sus partículas elementales conlleva la función de acoplarse o no; cada partícula tiene un determinismo y un azar (he aquí la conjunción e interrelación del azar determinista y/o de un destino).

El lector verá en la clasificación de partículas toda esta participación de opuestos.

Aquí valdría la pena pensar, si este funcionamiento de partículas puede analogarse en algún sentido a lo que ocurre en las relaciones vinculares objetales del ser humano para desarrollarse, diferenciarse, acoplarse en forma transitoria, permanente o rechazarse o lo que se llama afinidades o no afinidades en las cuales intervienen las fuerzas ya expuestas en la física de partículas y las cuales obviamente operan en el funciona­miento neuropsíquico.

Este último planteamiento es solamente una elucubración hipotética, transpolando las funciones de las partículas elementales a las relaciones macroscópicas psicoafectivas o neuropsíquicas. Este supuesto, obviamente está sin probar, como lo está la partícula del Neutralino y tantas otras teorías.

293 La ecuación de Maxwell se refiere a la velocidad “C” de la radiación electromagnética que no depende de la velocidad del objeto que emite la radiación; y, por lo tanto la luz emitida viajará a la misma velocidad que la luz proveniente de una fuente estacionaria a pesar que el color, la frecuencia, la energía y el momento de la luz cambiarán (esto es lo que se conoce como el efecto Doppler).

Una persona viajando a una velocidad cercana a C (velocidad de la luz constante) se encontrará que los colores de la luz al frente se tornan azules y atrás se tornan rojos, lo que equivale a que al acercarse aparece el azul y al alejarse el rojo. (Ver: “Cerebro-Mente. El pensamiento cuántico”, pgs. 18, 211-212, 351, 371, 455, 463, 570. 

294 La sigla K por Knowledge, o T por Though (en inglés) o P por Pensamiento.

295 La negrilla es mía.

296 Un cuásar ó quásar (en inglés: quasi-stellar radio source) es una fuente astronómica de energía electro­magnética, incluyendo radiofrecuencias y luz visible.

En el 2007, el consenso científico determinó que estos objetos están extremadamente lejos, con un desplazamiento al rojo intenso, son extremadamente luminosos que se pueden ver a pesar de su distancia, a la vez son observados muy compactos y pueden cambiar de brillo con rapidez. Se cree que son núcleos activos de galaxias jóvenes.

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