Formas Absurdas de Morir en que Participa la Imprudencia y/o el Azar Determinista

DR. GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA

Accidente fatal como una forma absurda

A través de la historia de la humanidad existen múltiples ejemplos, en que aparece el accidente fatal como una forma absurda. En los casos a que se hace alusión se encuentra por ejemplo personas que por no utilizar los puentes peatonales se lanzan imprudentemente a las vías y a autopistas encontrando la muerte.

O aquellas que se resbalan y caen desde los puentes o desde edificios o muros altos; existen casos en que aparece en que se resbalan después de salir de la ducha o bajando de las escaleras o por una caída de un árbol precisamente en el momento en que pasan, o por derrumbes en carreteras o en los barrios aledaños, ahogándose en una bolsa plástica que sirve como trampa (los niños juegan a ser luchadores o héroes tele­visivos, cubriéndose la cara con la bolsa y mueren asfixiados).

Existen otros que mueren por envenenamiento con alcohol industrial, puesto que desean estimular a bajo costo, u otros que consumen bebidas adulteradas o los niños que perecen por agua hirviendo o electrocutados por manipulación de planchas y radios con las manos mojadas o con un cable de alta tensión; se han presentado casos de niños que mueren en las piscinas ahogados o succionados por el agua o los que mueren simplemente bañándose en una tina o los que se ahogan con un vaso de agua, puesto que el agua pasa a la tráquea y se produce un espasmo bronquial; aparecen los ciclistas que no utilizan las redes ciclo rutas y prefieren el tránsito exclusivo de los vehículos.

Accidentes de tránsito

Los accidentes de tránsito son múltiples y se producen por imprudencias y conducir la alta velocidad o con ingesta de alcohol o por estrés y alta tensión agresiva. Con respecto al estrés este es un mal de nuestra época y así encontramos políticos, ejecutivos, médicos, constructo­res, profesionales que manejan alto riesgo de peligrosidad en que se presenta el infarto cardia­co o aquellos que encuentran la muerte en las labores riesgosas, por ejemplo en la minería.

El estrés tiene factores de riesgos coronarios que pueden presentarse tanto en adultos o en jóvenes así como en hombres o en mujeres.

Por lo general las personas estresadas se sienten presionados o acosados a diferentes niveles y las relaciones personales se vuelven explosivas especialmente en el medio laboral, pero se llevan al medio familiar y en el trasfondo existe un problema económico de ahí la necesidad de ordenarse en todo sentido, planear el futuro, evaluar las situaciones, analizar por qué o no funciona tal o cual labor, responder con since­ridad, ser responsable por las fallas, definir metas cortas y realizables, ordenar haciendo ano­taciones de sus prioridades, cuidar la salud, ser positivista, cuidar la autoestima, sus valores y creencias, saber a qué renunciar, y cuando para que el azar determinista no le vaya a ocasionar accidentes que perjudiquen su vida emocional, de relaciones laborales y familiares.

(Lea También: Recuerdos de dos Pacientes y una Experiencia Personal)

Ejemplos del Azar determinista en la psicología de la vida cotidiana

Son muchos los casos en la vida cotidiana o en el tratamiento psicoanalítico en los que se pueden ejemplificar los diferentes hechos psíquicos asociados a esta obra y en especial a los que pertenecen a la intuición, a los olvidos, a los errores de distinta índole en los cuales entran las parapraxias, el azar, el determinismo, los recuerdos encubridores, los sueños premonitores, el azar determinista, el destino y otros hechos en donde se observan el infor­tunio, lo contrario, la fortuna de no haber caído en accidentes fatales; es por esto por lo que a continuación voy a atraer unos pocos ejemplos consignados en la historia.

La historia en general está llena de ejemplos en los cuales nos preguntamos: ¿este hecho fue ocasionado por el azar o estaba determinado?, ¿es una coincidencia o una casualidad?; y, ahora podríamos cuestionarnos: si es por el azar determinista o sencillamente arribamos a que no hay causalidad conocida sino una casualidad inferida; de tal manera, quedaría así ce­rrada toda investigación, como se deja planteado en anteriores capítulos.

Sin embargo, ténga­se en cuenta, por ejemplo cómo se presentan accidentes fatales de distinta índoles con causas conocidas o por conocer a cada minuto o segundo en nuestro planeta, y siempre tratamos de encontrar la causa y la responsabilidad en alguien y en algo.

Las compañías aseguradoras y los actuarios hacen sus cálculos para vender seguros; cada vez más existen normas con el fin de asegurar personas, compañías, instituciones y aún se ponen cláusulas preventivas contra la corrupción y la mala fe; estas dos últimos no se presentan por el azar sino por el determinismo de la ambición de poder, del dinero y por la mala estructuración de la consciencia moral que participa en el destino de la humanidad y que en esta obra no se plantea.

Adviértase que cuan­do nos referimos a los accidentes estos pueden ser ocasionados por diferentes causas técnicas, humanas, físicas, externas o internas, es así como nos encontramos en algunos accidentes en que se mueren todas personas o se salvan algunas e inclusive ya veremos en los ejemplos solamente una, sin conocer la causa a la cual se le atribuye la salvación, y por eso surge la pa­labra “milagro” y como se consigna en otra parte, con el carácter de favor de la Divinidad.

A continuación traeré algunos ejemplos de la historia y luego otros del conocimiento común de las personas, algunos personales y todos los cuales pueden relacionarse al azar determinista.

En el Siglo XV, el 29 de mayo de 1453 en el cerco de Bizancio (Constantinopla ahora Estambul) cuando se definió la batalla por un mero capricho de una simple y vana interpre­tación que cambio la historia (hecho ya mencionado); en el sitio del combate este se defi­niría a pesar de que el ejercito cristiano estaba bien entrenado y ocupaban, el primer recinto amurallado de Constantinopla, los soldados defensores (cristianos) se atrincheraban detrás de un último reducto cuyas puertas trataban de forzar el grueso del ejército turco.

En estas circunstancias, un novato soldado, cuyo nombre no registra la historia, se acercó a una puerta secundaria que sólo se usaba para dar acceso peatonal al interior del dicho recinto cuando estaban cerradas las puertas principales.

El soldado “creyó” que la puerta estaba cerrada e “interpretó” que la puerta llevaría a un depósito; el soldado se sorprendió cuando la puerta estaba abierta y llevaba al reducto de los defensores cristianos de la ciudad. Así fue como en forma definitiva cayó el imperio romano de oriente. Dicha puerta es conocida para la historia con el nombre de “kerkaporta”. Para los cristianos la interpretación es que todas las puertas debían estar cerradas, pero aquella estaba “olvidada”; he ahí otro error de interpretación que cambió la historia438.

Así mismo ocurrió con el descubrimiento de América; Colon interpretó mapas e información de la redondez de la tierra, para llegar al Japón y descubrió el nuevo mundo (439).

Otro ejemplo diferente lo encontramos en las “interpretaciones erróneas”. En el año 2002 cuando en la ciudad de Nueva York se vieron en el puente de Brooklyn a dos hombres haciendo equilibrio entre los aceros del puente; se interpretó que “podían ser terroristas ubi­cando explosivos que ocasionarían una tragedia”; la policía detuvo el tráfico, comunicó la información a todos los medios, se produjo un pánico que llegó a Wall Street y así se cayeron las acciones pues se temía una acción terrorista en masa; se dio alarma en toda Manhattan; finalmente se descubrió que eran dos borrachos que hacían sus piruetas.

La interpretación causó daños momentáneos en la Bolsa y en forma gradual con efecto dominó. Todo por una “falsa interpretación”.

En estos dos casos, los del año 1453, 1492 y el año 2002 uno en Constantinopla otro en América y el último en Nueva York, tienen un punto en común, la interpretación de un hecho, en la que también participan percepciones reales; la de Constantinopla con una motivación de los turcos de tomar la ciudad, y la de América no debían ser cálculos muy fidedignos y de las autoridades de la ciudad de Nueva York, de la alarma por el terrorismo y la prevención.

El re­sultado fue un hecho; en los dos casos fortuitos para los romanos (caída del imperio romano) y en el otro la caída de la bolsa de Nueva York; sin embargo, el de América encontrar, descri­bir y tener un nuevo mundo. ¿Son estos hechos causados por solo errores de interpretación del ser humano o por el “azar determinista”? o ¿es éste último parte del error? La respuesta está en las dos direcciones, por error y parte por el azar determinista que también produce errores.


438 Hay que señalar que a veces se da una interpretación fácil como está de la “puerta olvidada” y “se olvida” que fueron los cañones de Mehnet II, los más poderosos de la época, los que destruyeron en varios puntos las gruesas murallas de la ciudad.

439 Mario Acosta Amador, “Teoría Unitaria Universal: ¿Mito o Realidad?”, W. Taller Editorial, 1991

 

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