Determinismo, Complejidad, Sistemas Caóticos y la Teoría Ergódica

DR. GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA

Sistemas caóticos

Por su parte conocemos cómo todos los sistemas caóticos, son sensibles a las condicio­nes iniciales y cómo las trayectorias de las partículas cuánticas divergen exponencialmente en condiciones de alta inestabilidad pero con cierta predictibilidad de acuerdo con nues­tros instrumentos de medición.

Aquí incluyo algún concepto del psicoanálisis; si bien éste apareció en el Siglo XIX se desarrollo en el Siglo XX y trajo una explosión de modelos conceptuales buscando el principio de causalidad, en las relaciones pre-objetales y objetales; vínculos padre-madre-feto-bebé y el desarrollo de todo el concepto del complejo de Edipo y de castración, descubriéndose así los dos instintos básicos de vida-muerte, ya citado en varias parte de esta obra.

Un aspecto a tener en cuenta dentro de la ciencia, tecnología actual es cómo los instru­mentos de medición en física son más precisos y/o menores cuando se pasa de los átomos a la partículas y muy distintos obviamente a los del psicoanálisis:

Por ejemplo, en psicoanálisis te­nemos como base el encuadre y la asociación libre y la interpretación, parámetros que si bien pueden medirse tienen sus variables.

La física se vale para su medición y demostración de las matemáticas (251), de los sistemas, de ecuaciones diferenciales autónomas y no lineales; de tal manera, se cumplen las condiciones necesarias para asegurar la existencia y la unidad en las soluciones para cada conjunto de valores de las variables dependientes. Tengamos en cuenta cómo la evolución de un sistema caótico es completamente determinístico.

La misma “teoría ergódica no describe los sistemas altamente inestablesen términos de puntos de trayectorias en el espacio de las fases…o en términos de microestados y sus evoluciones252, sin embargo, “brinda una macrodescripción mediante una participación de concepción de grano grueso (del espacio de las fases)” (Olimpia Lombardia Argentina, No. 5).

Dentro de toda esta concepción hablamos de “macro estados”, “macro evolución”, “macro procesos,” “propiedades estadísticas”, “probabilidades asociadas y transitorias”, “macro historias del sistema”, con lo cual estamos precisando características mayores. La misma entropía de Kol­mogorov es una medida de la cantidad de “macro estados de la entropía”.

Tesis, antítesis y síntesis

Cuando pensamos en la tendencia natural a la “tesis, antítesis y síntesis”, al orden, desor­den y nuevo orden, esta conceptualización la podemos asociar con el principio del equilibrio dinámico (equilibrio-desequilibrio) y la lógica matemática y por ende con la exactitud o la “cuasi exactitud” de las ecuaciones matemática dentro de toda una complejidad.

Entonces ¿será que las leyes naturales son exactas y ellas ya incluyen la ordenación matemática? Esta pregunta pertenece más a una observación y comprobación de los descubrimientos que se han realizado a través de la historia, descubriendo las leyes; aún más, los mismos filósofos ya lo han propuesto; así lo encontramos en Dubarle M., en “La lógica formalizante y la física hegeliana” (1970). De la misma manera, están presentes estos conceptos en la obra de Henry Lefebre, en “Lógica formal, lógica dialéctica”.

Entendamos aquí, como ya se mencionó en otra parte, todo se interrelaciona en forma compleja, relativa, probabilística, comple­mentaria, transformadora, simétrica y asimétrica, con distintas variables, con funcio­nes íntegra y desintegradoras para confluir y volver repetitivamente a ciclos alternos o continuos, los cuales por ahora no están bien calculados y que pueden tener un fin más con otra pregunta: ¿si de ese punto se puede partir nuevamente a otros? Estas ideas también nos llevan a pensar en la organización de sistemas y a la comprensión de los procesos inter e intrasistémicos.

Así es como llegamos a la conceptualización del pensamiento sobre las neurociencias en las que confluyen distintas disciplinas, desde las materialistas simples hasta las más comple­jas matemáticas y electrónicas, y entre ellas toda la biología, es decir la vida del hombre y finalmente incluir la cosmología (253).

Esta idea de “interrelación” no es nueva, más es im­portante recabar en ella y comprenderla dentro de la teoría de la complejidad (pensamiento complejo) y la interrelación de disciplinas, no solo para entender los hechos y fenómenos, sino cómo debemos operar en ellos.

El problema del determinismo nos lleva también a pensar en los micro niveles, micro estados, micro procesos y así sucesivamente que participan en los anteriores macros.

Es inte­resante entender que los sistemas altamente inestables son totalmente deterministas por que se produce también unos macro estados detectables y predecibles y por lo tanto deter­ministas y susceptibles de estadística.

En el trabajo de Olimpia Lombardi de la Universidad Nacional de Quilmes y Universidad Autónoma de Madrid sobre el “Determinismo e Indeter­minismo en física” trae una cita de William Ditto y Louis M Pecora (1993) que se refieren a que “si bien el caos es impredecible y es determinista, a la vez, dos sistemas caóticos prácti­camente idénticos del tipo apropiado son impedidos o forzados por la misma señal y produ­cirán la misma salida, aún cuando nadie pueda decir qué salida será”. El ya mencionado I. Prigogine refiriéndose “al azar y al ámbito” a la mecánica clásica escribe: “ciertos sistemas dinámicos inestables son aleatorios, como los juegos del azar (254) tipo Bernoulli. Así pues, “… se puede hablar de azar; y el azar se ha convertido en un elemento fundamental de la di­námica” (citado por Wagensberg, 1986)255.

El mismo autor piensa que “el caos o el azar eran los enemigos de la ciencia que avanzaba contra la incertidumbre…” “hasta cuando apareció la teoría de la probabilidad…” y se pregunta: “¿el azar es un producto de mi ignorancia o es un derecho de la naturaleza? “Las soluciones se van produciendo al azar” (personalmente y con el determinismo); “en la biodiversidad hay soluciones para problemas que todavía no se han presentado”. Todo esto nos puede conducir o puede presentarse en actitudes fanáticas o apáticas en l ciencia y en la tecnología; los primeros, tienen cargas tanáticas o destructivas o los segundos tienen miedo a la vida, la cual puede despertarse, (Wagensberg, 2011) (256).

Aquí llegamos a una conclusión importante y es la que se refiere a cómo las interpreta­ciones objetivas como las subjetivas en las macro evoluciones en sistemas de alta inesta­bilidad, cuentan con argumentos válidos.

Paul Davies a quien se cita en otra parte de esta obra, en su escrito “Chaos Frees the Universe”, (1990)257 argumenta “a favor del carácter abierto del universo de la realidad del libre albedrío sobre la base de los resultados de la teoría del caos y de la teoría ergódica” (Lombardi).

He ahí cómo se abren las ventanas a la comprensión de la aleatoriedad o al azar en la postulación del “libre albedrío” o capacidad de decidir en uno u otro sentido. Sin embargo, esto podría tener cierta validez en el ser humano, más no es bien claro en los sistemas cosmológicos a no ser que entremos a darles una connotación humana de Yo, de capacidad para decidir, pues coopera la conciencia cósmica y con ella el Ente Supremo, Hacedor al cual se le dio el ya tan nombrado y denomi­nado Dios.

Al reflexionar aparece la pregunta sobre:

Si el cosmos fue elaborado por una conciencia y si al pensar en ella ¿estaremos proyectando una cualidad humana en el allá o más allá? A la vez, si nos referimos a un Yo cósmico o universal, ¿estaremos haciendo lo mismo? ¿Será que pueden existir seres más evolucionados que el hombre en otros sistemas planetarios y/o ga­lácticos? A pesar que esto puede ser válido preguntémonos nuevamente:

¿Si el hombre llegó en su evolución a ser consciente y tener conciencia no sería porque estaba ya determinado (principio de determinación) para un proceso evolutivo y llegar a los estados de conciencia? Siguiendo esta línea de pensamiento nos encontramos que el hombre estaría determinado en su programa evolutivo para pensar en un ser que hubiese determinado y/o programado y ese sería simplemente al que llamamos Dios.

Esta conclusión aparentemente válida está sesgada por un determinismo del principio de causalidad, y así todo está determinado por algo.

Por qué no preguntarnos o darnos la posibilidad de pensar que también venimos de un azar, de una probabilidad en la evolución de las fuerzas cósmicas que originaron la energía-materia y luz para llegar en su proceso evolutivo al hombre.

Aquí también viene otra pregunta: ¿Y después del hombre qué? La respuesta puede ser que evolucionemos por milenios en nuestras capacidades neuropsíquicas y arribemos al pensamiento que ha sido muy elaborado por los hinduistas (budismo) que el hombre llega en las diferentes etapas de evolución en el pensa­miento cósmico, es decir vuelve al cosmos y se fusiona con el todo; ahí se cerraría el círculo no sin pasar por el desorden y el caos para llegar al punto cero.

He aquí un concepto sobre el hombre en el cosmos o el hombre sujeto-Yo y el otro, el universo. Todas estas son elucubra­ciones en que participa el azar y el determinismo.

Según el citado autor Davies, “ignoramos los detalles ultrafinos incluso de unos pocos grados de libertad”.

De esto concluimos cómo existe un objetivismo y subjetivismo con res­pecto al macro y micro determinismo e indeterminismo, pues este último genera una serie de incógnitas y probabilidades más de tipo conceptual. Sin embargo, existe un único modo objetivo de describir la realidad, más allá de la descripción teñida de subjetivismos, sino en la observación de los distintos fenómenos a estudiar en el campo físico-químico-psíquico.

A la vez, conocemos cómo los “objetos del mundo” existen independientemente en nues­tro conocimiento y de ahí que las descripciones parten del sujeto observador que describe, y cómo lo describe corresponde a su propia percepción y vivencia en la relación de las pala­bras, de los objetos externos nominados con palabras; aquí nos encontramos con una franja o banda, o un puente entre lo externo y lo interno.

Lo importante es tener en cuenta en que no debemos caer, como ya se expresó anteriormente, y es en parcializaciones o en una sola ubicación de lo externo o de lo interno; más sí es importante tener en cuenta que lo externo, los objetos no existen independientemente de los esquemas o modelos conceptuales con que pensamos y trabajamos.

Es entonces cuando debemos pensar que la relación senso-percep­ción-objeto-nombre-acción-hecho-fenómeno-conocimiento y concepto, nos pueden llevar a ciertas verdades y/o realidades a las cuales les damos nombre y existencia, y, que no son meras ilusiones o apariencias subjetivas si no presencias objetivas (individuales o colectivas) que se relacionan; son los entes que están ahí presentes.

Desde el punto de vista del “realismo internalista” de una u otra manera, nos encontramos con la “alternativa entre determinismo, probabilidad e intedeterminismo”.

A este respecto Popper afirma: “Hoy comprendo por qué tantos deterministas, e incluso exdeterministas, que creen en el carácter determinista de la física clásica, creen seriamente en una interpretación subjetivista de la probabilidad, es de algún modo, la única posibilidad razonable que pue­den aceptar; porque las probabilidades física objetivas son incompatibles con el determinis­mo” (Popper, 1982, p. 125)258.

Esta idea escribe Lombardi, “continúa vigente hasta nuestros días”; por ejemplo, en una obra relativamente reciente Meter Kosso clasifica los tipos de pro­babilidad en dos grupos: “La probabilidad objetiva es una propiedad de la naturaleza misma y se aplica a eventos que son genuinamente indeterministas […] La probabilidad subjetiva es una propiedad de nuestro conocimiento de la naturaleza y se aplica a casos donde carecemos de información y, por tanto, poseemos incertidumbre” (Kosso, 1998, p. 114).

Como se deja notar estos textos pertenecen más a la filosofía de la ciencia que a la práctica de las mismas y son útiles para poder ubicarse epistemológicamente y así facilitar la com­prensión o entendimiento de los hechos y fenómenos con interpretaciones probabilísticas, pero tratando de salir de la ignorancia y de la confusión en que podemos caer.

Las teorías del caos y la ergódica259 pueden ser complementaria; entiéndase que esta “teoría ergódicacorresponde a formulaciones matemáticas probabilísticas en donde las funciones tiempo- espacio, más menos infinito, materia-energía están incluidas en ellas para dar valores pro­babilísticos; estas dos teorías participan en la teoría cuántica y en el entendimiento de los orígenes del universo. De tal forma nos encontramos con una posición y una realidad en el determinismo e indeterminismo, en el objetivismo y subjetivismo sin caer en una verdad ab­soluta.

Entiéndase aquí que estas discusiones filosóficas relacionan a la física, a la química y a la biología y entre ellas está la psicología como un derivado funcional y producto psíquico en donde existe un pluralismo complejo, ontológico que tiende al conocimiento, y a darle sentido a lo que conocemos.

A estas alturas el lector se puede volver a preguntar ¿qué es una ley, qué es la ley natural?, ¿qué o quién las determinó?, ¿es el hombre el que las encuentra?, ¿por qué está determinado a ello?, ¿es el instinto epistemológico el que nos hace trabajar para pensar y buscar respuestas, relacionar, asociar, negar o afirmar para encontrar explicaciones que nos den cierta tranquili­dad nos alejen de la ignorancia y la incertidumbre?

Las respuestas a todas estas incógnitas las encontramos a través de la historia de las ciencias y de la unión del pensamiento filosófico y científico de distintos conceptos.

Hoy en día nos encontrarnos además de todos los métodos de investigación originados en siglos anteriores, con hechos que hacen reflexionar y replantear lo conocido y nos posicionan en las ya mencionadas ciencias de la complejidad cuántica y de los conceptos matemáti­cos ergódicos.

De todas maneras, nos encontramos con el tema propuesto en esta obra, “el determinismo, el azar y la probabilidad” dentro de todos los fenómenos que ocurren en el macro y micro universo y entre ellos el hombre con su materia y energía, con sus cuerpos movimientos vacíos, con las formas sustanciales, con su propia naturaleza; es así como nos enfrentamos a cómo los filósofos y científicos se cuestionan hasta la existencia y la conformación del “alma” humana, la cual según algunos espiritualistas reside en un “cuerpo” con elemen­tos biofísicoquímicos, reales y otros la ubican en lo etéreo sobre o “supranatural” presente, existente e incógnito, más con un sentimiento y sentido cósmico y teológico, para llegar y confundirse con el Todo, el Uno o a lo que, como ya en repetidas ocasiones se ha mencionado, se llama o lo llaman Dios.

Sin embargo, surgen múltiples teorías y conocimientos en la interrelación de los sistemas, de los principios de causalidad, y aún de las leyes que interrelacionan un fenómeno con otro.

La misma existencia de la ley de la naturaleza se cuestiona para encontrar los orígenes de las mismas, así como los fenómenos humanos que, como a través de todo este texto, tiene sus bases físico-química-cuánticas, para luego posicionarse en la natalidad o en la mortalidad260. Así mismo nos encontramos con los acontecimientos del azar, pero estos se correlacionan con las leyes naturales y llegamos a la conclusión que se requieren una serie de circunstancias físico-eléctricas o cuánticas que determinan los fenómenos.

Aquí podría argumentarse: ¿cómo el hombre a pesar de todo esto es (posiblemente par­cialmente) libre para tomar sus decisiones, para actuar en tal o cual forma?; sin embargo, como ya se planteó, el libre albedrío es otra ilusión. El mismo hombre está constituido por moléculas, por átomos específicos y partículas cuánticas para hallar la vida, desde el encuen­tro del espermatozoide con el óvulo y antes en la conformación de los mismos con la estruc­tura del ADN; esta misma estructura está determinada para luego llegar a conformar al sujeto.

¿Qué determina el encuentro de un óvulo y un espermatozoide aceptado e incluido dentro del primero?, o ¿Qué hace la elección en ese “espacio tiempo determinado”, para luego consti­tuir un ser diferenciado? Si reflexionamos existen múltiples cuestionamiento al respecto; sin embargo, siempre nos encontramos con “el azar”, “el determinismo” y “la probabilidad”, así como el de la voluntad del supuesto “ser supremo”, esté determinado cuando no hay otra respuesta o no la encontramos.

(Lea También: El Azar Determinista)

Al propio tiempo el azar fue despreciado y no tenido en cuenta desde el punto de vista de las ciencias; es así como encontramos con la frase, ya repetida, de Einstein:

Dios no juega a los dados”. Así mismo las ciencias fueron cambiando haciendo explicaciones; por ejemplo la teoría de la luz y la interrelación entre cargas eléctricas y electromagnetismo en sus diferentes campos, así como el concepto de luz como partícula (fotón); de tal forma se fue profundizan­do en la física hasta llegar a la mecánica cuántica u ondulatoria en que se explicita las posicio­nes de los electrones con la incertidumbre (principio de Heisenberg).

Si consideramos que las partículas y las regiones internas de los núcleos atómicos con los quarks y los muones son parte de las estructuras más complejas de los fenómenos universales, estas partículas forman parte de las estructuras de la naturaleza … con la existencia de leyes probabilísticas que son susceptibles de representación”, (Mario E. Flórez de la Cruz, 2003).

Si bien todo esto es complejo, nos encontramos en la física clásica con los tres principios fundamentales, ya enunciados en otra parte, de las leyes conocidas como gravitacionales, electromagnéticas, atómicas y en esta última con sus dos fuerzas: la fuerte y la débil; y a la vez toda esa teoría nuclear y cuántica si bien, por ahora, se está estudiando, y gracias a esto, se ha encontrado las funciones de onda con las cuales nos valemos para explicar mucho de los fenómenos que hasta hace algún tiempo eran inexplicables. Todo esto es cierto, pero re­cordemos que está sujeto a las leyes de la probabilidad, que determina nuestros elementos y nuestro conocimiento.

El mismo azar ha sido asociado a los fenómenos que no tienen leyes de causa efecto.

¿Será que se puede hablar de leyes del azar? ¿En dónde está incluido el concepto indeter­minista para establecer las probabilidades? De una u otra manera nos encontramos con los “fenómenos de simetría y asimetría”, mecanismos complejos y entre ellos el que se desarro­lla fundamentalmente en esta obra y que se refiere al pensamiento complejo del cual ya nos ocupamos.

Cuando nos referimos a las leyes probabilísticasnos encontramos con los conceptos de predicción y grados de certeza”(261), (262) en relación con las frecuencias con que se realizan los hechos y a la vez nos llevan a suponer grados de certidumbre en el conocimiento de los mismos. Estos conocimientos se han referido más a lo físico, a la computación, a los hechos atómicos y partículas elementales y se ha relegado los hechos psicológicos más no bio-quími­cos-cuánticos que en el momento actual están despertando gran atención en las ciencias de la bioquímica con la química cuántica, la biología genética, la biotecnología y biología cuántica, obviamente con la biología molecular, y la nanotecnología.

Además lo que nos proponemos en este texto es adentrarnos dentro de los hechos psicodi­námicos:

Por ejemplo, pensamos que no es por el azar sino por una circunstancia de organi­zación psicológica que las acciones de las neurosis obsesivo compulsiva se presenta no solo explicadas simplemente por circuitos cerebrales, cerrados o por mecanismos psicodinámicos específicos, o por infecciones microbianas con alteraciones de los neurotransmisores, sino por mecanismos de función de onda, de las que operan en la química cuántica cerebral en las neuronas y obviamente en toda la química cerebral que ejecutan acciones psíquicas cotidia­nas.

Recordemos cómo los trastornos psicóticos se pueden presentar por traumas, infeccio­nes, tumores, enfermedades degenerativas, trastornos metabólicos o tóxicos, más sin la pre­sencia de ellos también el desorden psicótico puede estar presente; de suerte que el desorden o trastorno psíquico pertenece a toda una organización psicopatológica de o los sistemas que afectan las estructuras mentales; aún más una identidad psicopatológica implica un sistema de funcionamiento permanente o transitorio según la estructura organizativa (263).

El mundo científico en la época actual está abriendo la ventana o las puertas a la conscien­cia de la física ondulatoria, al determinismo, al azar y probabilidad para entender múltiples mecanismos que se presentan en la interrelación cuerpo mente. Todos estos textos pueden aparecer como sólo teorías, especulaciones reduccionistas y con una categoría de ensayo científico. No lo podemos negar, más cuando nuestro objetivo es plantear unas hipótesis teó­ricas que deben ser comprobadas con posterioridad en el laboratorio y aplicando las teorías ya enunciadas: la cuántica, la complejidad, las ergódicas que contemplan las matemáticas y ente ellas la estadística.

Es así como llegamos a la interrelación de los sistemas lógicos, complejos, caóticos que interactúan en el campo de la física y química cuántica los cuales son responsables de los procesos del pensamiento y la conciencia. Es por esto que aparecen los términos de física y química del pensamiento y de la conciencia o el denominado “pensamiento cuántico”. (G. Sánchez Medina y J. Márquez Díaz, 2009).

El lector a estas alturas de la obra se habrá podido dar cuenta cómo los textos traen con­ceptos divergentes pero con un hilo conductor, y es aquel que se refiere a las relaciones del azar con el determinismo e indeterminismo en los hechos físicos y psíquicos, a la vez que se trajina con la lógica de la investigación científica en toda con toda la profundidad del pensa­miento de Karl Popper, el cual también plantea las ideas de la física cuántica y el pensamiento de Albert Einstein.

Así en las confluencias de conceptos y hechos es factible encontrar el camino lógico de la propuesta de la interacción de acontecimientos entre ellos del ser y no ser, y poder así postular la dinámica compleja del “azar determinista”, lo cual implica el proceso de ordenamiento y la relación íntima cuerpo-psiquis o cerebro-mente cuya base y orden vista en la operatividad de la físico-química ondulatoria. Por lo expresado, entiéndase estos textos como elementos lógicos útiles para el constructor hipotético.


251 La misma matemática, obviamente tiene su lógica, de ahí que tengamos la denominada “lógica matemá­tica” que se conecta con el pensamiento y la Psicolingüística.

Así mismo con la gramática; a la vez, cuando nos referimos a “algoritmos” (como se ve en otra parte de esta obra), se refiere a ordenaciones matemáticas, pensamos inmediatamente que esta capacidad es la programada en el cerebro, en las relaciones y orga­nizaciones moleculares que operan en las neuronas; aún más el cerebro contiene en sus estructuras neuro-moleculares, toda una programación que la misma lógica matemática la determina, o la de­muestra en la lingüística; es por esto por lo que se conocen las cuatro proposiciones de la lógica matemática a saber: ES, DE, UN, CON.

Cada una tiene su sentido y significado, los cuales están al servicio de la lógica como conectores básicos psicolingüísticos; por ejemplo, la proposición ES conlleva la existencia, el ser en su esencia; la segunda proposición DE nos lleva a pensar en la pertenencia; la tercera UN, se refiere al principio de individuación y la última; la cuarta CON es el de la relación de una cosa con otra, un sujeto con el objeto.

Además existe la determinación constructiva del sujeto, el objeto y el verbo, de esta construc­ción, de la cual siempre trata el “SER” o la existencia ES DE algo que pertenece a UN alguien en relación CON algo.

Esta programación se hace automáticamente y debe estar presente en todo discurso conceptual, no así en el irracional inconsciente e ilógico que al pasar a la conciencia en el discurso verbal o escrito no sólo se concientiza, sino tiene la estructura de la lógica.

Lo interesante es que esta ordenación lógica es una tendencia humana para determinar no sólo la esencia (es), presencia (de) e individualidad (un) y relación (con) en general, sino están en referencia al objeto y a las acciones que sobre él operan, las cuales a la vez, indefectiblemente van a ubicar al ser” en “el estar, hacer y tener” (verbos regulares) que son una constante psicolingüística para la comunicación, expresión y comunicación de la información en relación al objeto y al tiempo y espacio dentro de los parámetros de los deberes, derechos, poderes y libertades.

252 En la evolución o historia del pensamiento científico y de las investigaciones en las neurociencias, están las conceptualizaciones filo y ontogenéticas, la neuroelectroquímica y física, la teoría del caos, entre otras.

En estas ideas se ha observado, a través del tiempo Siglo XIX , XX y XXI de nuestra era, las tendencias po­larizantes (cerebro-cuerpo, mente-psiquis) también la tendencia organicista y no organicista parcializándose y/o afinándose cada vez más el pensamiento para luego conectarlo con lo social y económico político, y aún buscar principios de causalidad; al mismo tiempo, que todo esto ocurre, se define, clasifica la psicopatolo­gía y la fenomenología y hechos psíquicos.

Entendamos que fue la clínica y en ella la práctica, las cuales exigieron de la técnica nuestros aportes y pensamientos; poco a poco se llegó a puntos ciegos o a caminos sin salida y sin respuesta, para luego partir de allí, a abrirse a la interrelación de disciplinas y pensamientos; he ahí la ciencia de la complejidad o del pensamiento complejo (Juan Carlos Gallego Gómez, “Evolución y neurociencias: neurobiología, filogenia y teoría del caos”, Revista Colombiana de Psiquiatría, Suplemento No. 1, Vol. XXXIII, 2004, páginas 25-36) y “Psicoanálisis y la teoría de la complejidad”, (2002), “Mode­los Psicoanalíticos. Arquitectura y Dinámica del aparato mental”, (2001). “Cerebro Mente. El pensamiento cuántico”, (2009).

253 Jaime Sepúlveda. “Filosofía y neurociencias. Hegel: La realidad como vida”. Revista Colombiana de Psiquiatría, Suplemento No. 1, Vol. XXXIII, 2004, páginas 9-24.

254 La negrilla es mía

255 Wagensberg, J. (ed.) (1986), “Proceso al Azar”, Tusquets, Barcelona

256 El Tiempo, 29 de Julio/11, Bogotá Colombia, pág 24

257 Davies, P., (1990), “Chaos Frees the Universe”, New Scientist, 128, pp 48-51.

258 Popper, K., (1982), “Quantum Theory and the Schim in Psysics”, Hutchinson, London. Los números de páginas corresponden a la versión castellanas Teoría Cuántica y el Cisma en Física, Tecnos, Madrid, 1985

259 La palabra “ergódica” proviene del prefijo griego “ergon” y “alos” que significa trabajo, fuerza, obra, camino; dentro de este contexto “de lo” que significa, la entiendo en el aspecto de “lo que”, que implica “luego” o “por tanto” y es perteneciente o indicativo “de” una causa o proceso y como consecuencia, a causa “de o por” “consiguiente, luego”.

La palabra “ergonomía”, es el estudio científico concerniente a la relación entre el hombre y sus condiciones de trabajo como son los de datos biológicos y tecnológicos aplicados a problemas múltiples, a adaptaciones y al trabajo entre el hombre y la máquina y por supuesto ayudándose de las matemáticas. (Moliner, M., 1998. “Diccionario del uso del español”).

260 “Morir es lo natural; vivir es el milagro”, decía L. Zea Uribe.

261 El concepto de predicción (o pre-decir, lo que significa decir antes de que ocurra) es una necesidad científica para tener precisión en el determinismo.

Sin embargo, en ciencia no todo es predecible porque existen la multiplicidad de variables que no son precisas y obviamente impredecibles. Existen además las predicciones no científicas de las cuales se ocupa la parapsicología, la cual puede llevar fácilmente a la seudociencia, magia, profecía, adivinación, clarividencia, todas ellas con un sentido prospectivo mágico, omnipotente, (esta temática está desarrollada en la obra en preparación. “Ciencia, Magia y Pensamiento”).

Sin embargo, la predicción es una clave de la ciencia la cual se construye con modelos y se trata de implementarlos para que se puedan tener predicciones precisas. Por su parte todos conocemos las dificultades de predicción y pronóstico exacto por la complejidad en los diferentes campos; por ejemplo en la demografía, en la dinámica de la población, predicción de desastres naturales, metereología o clima y en las ciencias psicológicas las ya bien descritas fantasías conscientes e inconscientes.

De todas maneras, están los conceptos ya enunciados atrás sobre los atractores, los conceptos de la mecánica newtoniana, la evolución temporal macro y microscópica, los modelos computacionales usados en la ciencia pero de todas maneras operan con cierta probabilidad y no con toda la certeza. (Estos conceptos se tratarán más adelante).

262 “Grados de certeza, en lo que se refiere a la ciencia; grado de credibilidad en lo que se refiere a las creencias” (A. De Francisco, 2010). 263 Sugiero al lector revisar los textos de las obras “Nuevo Modelo de Diagnósticos Mentales”, (1995) y “Modelos Psicoanalíticos. Arquitectura y Dinámica del Aparato Mental”, (2002).

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