Algunos Hechos y el Destino

(Descubrimientos y Hechos Históricos)

DR. GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA

A estas alturas el lector podrá reflexionar sobre:

¿Cuántos hechos ocurren y han ocurrido a través de la historia en la que aparece el destino con buena o mala fortuna, es decir, con aspectos y consecuencias positivas o negativas?

Aquí solamente voy a mencionar algunos pocos ejemplos; por ejemplo, nuestro sistema solar dentro de la galaxia, la vía láctea y dentro del universo conocido se mueve continuamente, produce múltiples fenómenos de orden y desorden determinados por el azar determinista en el macro y micro universo para ocasionar ordenaciones, armonías o lo contrario; todo lo cual incluye la vida conocida y desconocida actual que involucra el propio destino de lo conocido, y lo más importante el ser humano.

Ahora, si nos preguntamos ¿cómo fue la aparición del lenguaje del ser humano homo sapiens y si estaba determinado por la misma naturaleza? La respuesta es afirmativa no solamente para el lenguaje y expresión del pensamiento, sino para toda su conducta desde la marcha bípeda.

(Lea También: Un Acercamiento Psicoanalítico al Destino, Instintos, Determinismo, Azar, Libertad e Interpretación)

El mito de Adán y Eva

Si reflexionamos sobre el mito de Adán y Eva como aparece la serpiente (animal venenoso) ofreciendo a Eva la supuesta buena, bella deleitable manzana para comer y lue­go para Adán; aquí podemos observar cómo existe una señalización un estímulo específico que desencadena una serie de determinantes con sus consecuencias por desobediencias ante la curiosidad imperante.

Por su parte los símbolos no fueron realizados al azar poniendo a éste último en la serpiente En el mito en cuestión, en la creación del hombre, éste se hace a imagen y semejanza (es decir, imagen de Dios), luego estaba determinado el destino del hombre según su creador, así como su compañera y para ello el “señor Dios hizo caer sobre Adán un profundo sueño; y mientras estaba dormido le quitó una de las costillas, y llenó de carne aquel vacío”, así apareció Eva; sin embargo, en las escrituras aparece que Dios dijo a Adán: “esto es hueso de mis huesos y carne de mi carne, llamarse a, pues, hembra porque del hombre ha sido sacada.

Por cuya causa dejará el hombre a su padre y a su madre, y estará unido a su mujer; y los dos vendrán a ser una sola carne” (capítulo 1:23, 24, 25); he ahí el destino determinado del hombre y de la mujer y la diferenciación de los sexos. Más adelante aparece la expulsión del paraíso cuando desobedecen al padre Dios “por comer del fruto del árbol prohibido ofreciendo la serpiente la famosa manzana que al hacerlo podrían “conocer de todo del bien y del mal”.

Aquí nuevamente la diferenciación, los opuestos (bien y mal) y el conocimiento. Adán y Eva son condenados a trabajos y miserias bien determinados. En el comer la manzana “fruto del árbol prohibido” era para conservar la vida, conocer el bien y el mal y vivir para siempre (inmortalidad).

En el mito de Caín y Abel aparece la envidia, la rivalidad, la diferenciación, el sentimiento de no ser aceptado sino rechazado; y, termina Caín el primogénito, matando a su hermano Abel; esto lo vamos a ver repetido en Rómulo y Remo.

Recordemos aquí en la historia el “diluvio universal” expuesto en el mito de Gilgamesh que no es otro sino Noé; Noé se salva por que ya estaba elegido y dicho por el “Señor” lo que debía hacer para evitar la muerte o desaparición de él y de los suyos y así de la humanidad; obviamente esto es un mito, como también lo es el mito de Adán y Eva, y de las lenguas en la Torre de Babel.

Pasaron las hojas de la historia y se llega a Abraham a quien el señor le pide sacrificar a su hijo Isaac e instantes antes le detiene; aquí nos podemos preguntar si es el Señor Dios interno de Abraham que detiene los destinos de Isaac y el Abraham y así deja libre el camino para que llegue Esaú, Jacob (Israel), y para más tarde llegar a los doce hijos de Israel en donde aparece nuevamente el destino de José que se convierte en Gobernador de Egipto y luego aparece Moisés, salvado de las aguas y recogido por el azar y el destino, por la hija del Faraón.

No hace mucho tiempo la prensa mundial trajo a colación el Evangelio de Judas en el cual aparece insinuar que Jesús aceptaba su propio destino porque lo conocía, es decir estaba predeterminado el hecho de su propio sacrificio, el fin, la muerte para la supuesta salvación de la humanidad.

Trescientos (300) años más tarde aproximadamente Constantino vence en Batalla, acon­tecida en Roma frente al puente conocido como Pons Milvius, el 28 de octubre del 312 d.C., que enfrentó a Magencio con Constantino I, el Grande. La victoria fue para este último quien pasó a ostentar definitivamente el título de co-emperador en el trono de occidente junto con su cuñado Licinio que lo era de oriente.

La victoria se efectúo después de que Constantino, al marchar con sus soldados, vio la forma de una cruz frente al sol y más adelante tuvo un sueño que le ordenaba poner un nuevo símbolo a su estandarte en donde aparecía el signo de los cristianos; recuérdese aquí que su padre había sido soldado romano y su madre Helena era cristiana; así estaba determinada en su mente la cristiandad más también la ambivalencia; pudo más la relación con su madre y el deseo de la victoria sumándose a las fuerzas cristianas.

Fue la percepción de una cruz en el sol, un azar o simplemente una percepción de un fenó­meno visual que en la retina aparece la división de los rayos solares en forma de cruz o de estrella y, más adelante el sueño confirma los deseos; es decir, se concluye los determinantes psicológicos, los perceptivos, las interpretaciones, los reales; es así como aparece Constanti­no el Primer Emperador Romano que acepta la cristiandad en los demás y en él mismo. Más adelante aparece ya el ejemplo de la toma de Constantinopla por los Otonamos en el ejemplo de Kaporta ya mencionado en otra parte.

Entre otras anécdotas, ya mencionadas, están la de cómo se descubre el Principio de Ar­químedes: “Hiero, el rey de Siracusa, había dado una cantidad de oro a un orfebre para que hiciera una corona. La corona se hizo, y poseía el peso correcto, pero se sospechaba que el artesano se había quedado con algo del oro y lo había reemplazado por la misma cantidad pero de plata.

Arquímedes fue consultado acerca de este hecho. Poco después, cuando se encontraba en los baños públicos se dió cuenta que su cuerpo era afectado por una fuerza ascendente la cual aumentaba hasta un máximo que se producía cuando se encontraba completamente sumergido. Arquímedes reconoció el valor de esta observación, salió de la bañera y tal como estaba corrió por las calles gritando eureka!, eureka! (eureka=lo encon­tré).

Su experimento demostró que el agua permite el cálculo exacto del volumen de un cuerpo ya que el peso del volumen del agua desplazada es precisamente la pérdida de peso que experimenta el cuerpo cuando se haya sumergido.

Queda la cuestión (aparte del destino del orfebre) de cómo Arquímedes pudo demostrar técnicamente y por lógica el engaño del orfebre. Arquímedes determinó el volumen de agua desplazado por la corona, por una cantidad de oro y una de plata y calculó qué proporción de plata tenía la corona”, (Traducido del libro “A history and philosophy of fluid mechanics” de G. A. Tokaty) (549) (550).

Además ¿qué determinó que Arquímedes asociara el desplazamiento del agua cuando se bañaba, con el problema de la corona? La respuesta es que en el incons­ciente estaba el pedido del rey Hiero de Siracusa quien también “sospechaba” inconsciente­mente de que aquel orfebre podía robarlo, lo cual equivale a que estaba prevenido.

Aquí vale la pena pensar en el destino del rey, del orfebre y de Arquímedes y aún del conocimiento de este principio físico y lo que podía significar para la humanidad. Por lo expuesto podemos inferir que azar y determinismo estaban presentes como se menciona múltiples veces en esta obra, puesto que se interrelacionan para producir un lazo u origen del destino.

En mi curiosidad al estudiar cómo se había descubierto el telescopio, el microscopio y el telescopio, encontré lo siguiente: “Se dice que el telescopio fue inventado por Hans Lippers­hey en Holanda, durante los primeros años del siglo XVII; parece ser que un par de niños, tal vez sus hijos, jugaban con las lentes de su taller cuando notaron que, con cierta combinación de ellas, los objetos lejanos se amplificaban. Lippershey observó ese fenómeno y ofreció el invento, en secreto, a la corona de su país, dado su indiscutible valor estratégico.

“Sin embargo, en las demostraciones que siguieron, se hallaba un amigo de Galileo Gali­lei quien, a su regreso a Italia, le comunicó con gran entusiasmo lo que había visto en ellas; esto sucedió en noviembre de 1609 y Galileo, sin perder un momento y habiendo imaginado cómo se podría lograr tal efecto, comenzó a experimentar con las lentes de un amigo suyo, fabricante de anteojos. Así logró, en pocos días, reproducir el fenómeno de la amplificación de objetos lejanos, pensando de inmediato en su aplicación al estudio del firmamento” (551).

El microscopio fue inventado hacia los años 1610, por Galileo, según los italianos, o por Zacharias Jansen, en opinión de los holandeses. La palabra microscopio fue utilizada por primera vez por los componentes de la Accademia dei Lincei, una sociedad científica a la que pertenecía Galileo. Encontramos una conexión de un descubrimiento con otro; el primero a través de un juego al azar de los niños con los lentes y el otro la observación de este mismo juego poniendo los lentes en diferentes posiciones para descubrir las dimensiones micros­cópicas.

Actualmente nos falta todavía avanzar más con una u otra tecnología (telescopio-microscopio) para ver espacios más allá de lo que vemos teniendo en cuenta que tenemos una alta tecnología en donde se utiliza la radiación electromagnética, microscopios electromagné­ticos etc. Ese es el destino del hombre ver más allá de lo que le permiten sus ojos.

La historia de la manzana y Newton es casi tan famosa como la de Eva; estos ejemplos en cierto modo ya están descritos en otra parte. W. Stukeley en “Memorias de la vida de sir Isaac Newton” escribe: Tras la cena [el 15 de abril de 1726], con clima agradable, salimos al jardín, él [Newton] y yo a tomar el té a la sombra de unos manzanos. En la conversación me dijo que estaba en la misma situación que cuando le vino a la mente por primera vez la idea de la gravitación.

La originó la caída… al azar…de una manzana, mientras estaba sentado, reflexionando. Pensó para sí ¿por qué tiene que caer la manzana siempre perpendicularmen­te al suelo? ¿Por qué no cae hacia arriba o hacia un lado, y no siempre hacia el centro de la Tierra? La razón tiene que ser que la Tierra la atrae. Debe haber una fuerza de atracción en la materia; y la suma de la fuerza de atracción de la materia de la Tierra debe estar en el centro de la Tierra, y no en otro lado. Por esto la manzana cae perpendicularmente, hacia el centro”.


549 Tomado de FAQ Mecánica de Fluidos. Escuela Superior de Ingenieros-Universidad de Navarra Campus Tecnológico de la Universidad de Navarra TECNUN. https://www1.ceit.es/asignaturas/Fluidos1/ WEBMF/Mecanica%20de%20Fluidos%20I/FAQMFI/FAQ1.html

550 La negrilla y bastardilla son mías.

551 Tomado de “La historia del telescopio. https://www.astronomiaonline.com/información/telescopio/

 

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