Psicoterapia y Aprendizaje

DR. GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA

Cuando uno se refiere a la psicoterapia debe especificar qué se entiende como tal y cuáles son las clases de psicoterapia.

Como en este escrito no se trata de plantear todos los métodos psicoterapéuticos, que son más de treinta y seis, sin incluir los no psicológicos propiamente dichos sino los humanos, religiosos o grupales que intervienen en los cambios de la conducta, de la actitud, de la ideología, de las creencias del ser, del hacer, del tener y del existir del sujeto. Es por esto por lo que no voy a explicar todos aquellos procedimientos o conductas que pueden intervenir en el ser humano en su funcionamiento mental y en la vida de relación.

Sin embargo, es necesario hacer una mención específica de algunos métodos psicoterapéuticos que son aplicados hoy en día, tales como los individuales y los grupales.

Entre éstos están en primer lugar los que siguen los modelos psicodinámicos, los conductuales, los de la psicología de la Gestalt, los transaccionales, los adaptativos.

Todos estos métodos pueden ser aplicados al niño, al adolescente, durante el período del proceso de enseñanza-aprendizaje cuando el sujeto lo requiere, pero es el médico especialista quien tiene que indicarlo cuándo encuentra un trastorno mental que impida al alumno aprender o cuándo se puede mejorar un desorden de conducta escolar con una simple psicoterapia de apoyo, o cuándo una gran inteligencia está siendo no sólo no detectada por los profesores, sino que el alumno está desaprovechándola y, aún más, no aplicándose por tener un coeficiente intelectual más alto dentro del grupo donde está operando.

Con esto no se entienda que el alumno con algún problema siempre debe ser llevado al médico; para eso están los psicopedagogos y los psicólogos, quienes tendrán que trabajar con aquél.

Por su parte, no todos los trastornos durante la infancia tienen que ser tratados con métodos especializados:

Sino simplemente un apoyo del profesor, o la compresión y el diálogo entre el alumno y sus padres, pueden lograr un cambio en la producción del niño, o también una guía sicológica dada por el médico. Por el psicopedagogo o por el psicólogo especializado en educación, consigue ayudar al niño en sus procesos mentales y en el del aprendizaje en especial.

Es muy claro cómo los factores emocionales, los conflictos familiares, los problemas con la autoridad, con las imágenes vividas en los profesores, pueden estar impidiendo el buen desarrollo de capacidades mentales y del funcionamiento productivo en el aprendizaje. Más aún cuando los mismos profesores tienen problemas que reviven o viven, al rojo vivo, con el alumno, el cual es la víctima expiatoria de los mayores.

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Clasificación de neurosis, pseudopsicosis o psicopatía

De esto podemos concluir cuán importante es no excederse en los criterios de diagnósticos creyendo que cualquier desorden transitorio del niño deba encasillarse dentro de una clasificación de neurosis, pseudopsicosis o psicopatía.  Cuando muchas veces un simple diálogo, en una entrevista de dos a cinco horas, logra modificar el desorden observado.

En otras ocasiones, como se expresó anteriormente, una psicoterapia de apoyo instrumentada por un técnico en psicología, puede solucionar el problema. Pero otras veces se observa que no basta la psicoterapia y que aún ésta no sirve, sino que lo útil y operativo es el cambio de colegio del alumno.

Hay traslados muy productivos y se deben estudiar no resistiéndose a ellos, pensando que aquellos cambios son siempre nefastos por la discontinuidad y las nuevas adaptaciones que el niño tiene que realizar en los nuevos grupos.

Hay, por lo demás, niños que no deben ser cambiados, y otros, por el contrario, lo necesitan para que se observe la modificación en la producción del alumno. Existen casos en que el colegio o las directivas son los factores patologizantes. Por el sadismo que muchas veces está presente en profesores o educadores solteros, que viven su frustración de madre en las hijas o hijos, queriéndolos ideales.

Aquí hay que considerar cómo la homosexualidad latente y a veces manifiesta de los maestros puede perturbar gravemente la psicología y el desarrollo mental del niño.

En ocasiones las consecuencias son nefastas y hasta pueden observarse más tarde durante la vida universitaria en las motivaciones vocacionales, en el trabajo del adulto y en la vida en general del sujeto.

De esto hay que concluir cuán importante es que se tomen medidas para estudiar quién debe ser capacitado para ser profesor y maestro.

Por lo tanto, sería muy ventajoso que los maestros fueran estudiados desde el punto de vista médico-psicológico antes de entregárseles grupos para la enseñanza, o dárseles permisos para trabajos en colegios o instituciones educativas, pues el mal, algunas veces se inicia desde los factores inconscientes que rigen el plantel.

Hay casos que no son detectados fácilmente y que se escudan bajos reglas moralistas haciendo defensas que se denominan formaciones reactivas. En otros casos las desviaciones o el mal funcionamiento de la vida sexual o los trastornos del carácter son camuflados o negados y cultos de tal manera que el alumno y los padres de familia pasan por la intuición sin darse cuenta de ello.

La psicoterapia, por lo tanto, aunque es necesaria en algunos casos para el alumno, para el maestro o para los padres de familia, no siempre es el método indicado en la solución de los problemas del aprendizaje.

Se ha observado cómo las charlas con el director(a), con un profesor o con un profesional idóneo en psicología, pueden llevar al grupo de jóvenes y adolescentes temas cuya discusión, es factible, logre un cambio no sólo en el planteamiento respectivo sino en las medidas que se pueden adoptar para el manejo del alcohol, la prostitución, la marihuana, la coca, las drogas, la masturbación, las relaciones sexuales en el adolescente, el embarazo, el aborto, la pornografía, las perversiones sexuales, la homosexualidad, el trasvestismo, la zoofilia, la cleptomanía, y toda aquella variante de trastornos que afectan al sujeto durante el período escolar. Es importante e indispensable que se hable clara y francamente con toda libertad sobre estos temas, algunas veces con detalles para que el sujeto no tenga dudas ni confusiones.

Estas mismas charlas o discusiones y diálogos sirven de psicoterapia al alumno, pues es el mismo grupo también favorece el desahogo de la problemática.

Así como hay una psicoterapia individual y otra colectiva, se pueden instrumentar métodos para que los alumnos en grupo o individualmente presenten sus dificultades y sus opiniones personales que en ocasiones son contrarias al funcionamiento de los planteles. Algunas veces es el alumno el que sí puede aportar soluciones creativas para el cambio positivo y creativo.

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