Introducción del Desarrollo en Joven de 10 a 29 Años
La actualización de la Guía de detección temprana de las alteraciones del joven de 10 a 29 años, originan una herramienta que permite la atención integral de la población joven del país.
Este conjunto de estándares y recomendaciones intentan proporcionar a los clínicos, pacientes, familiares, investigadores, compañías de seguros y demás personas interesadas, información acerca de los aspectos de asistencia del adulto joven de 10 a 29 años.
Cada paciente debe ser evaluado en particular y el clínico definirá si requiere de evaluación y tratamiento por parte de otros especialistas.
Los revisores declaran no tener conflicto de intereses frente a las recomendaciones generadas. Estas recomendaciones son acciones terapéuticas y diagnósticas que se sabe y se cree ejercen una influencia favorable en la evolución de los pacientes.
Se sugiere revisar esta Guía en forma periódica como quiera que los avances en terapéutica puedan modificar las recomendaciones presentes y, entonces, tener una vigencia temporal de tres a cinco años. (Lea también: Examen Físico Completo por Sistemas)
Metodología
Los aspectos relevantes en la actualización de la norma se centraron en: La evaluación de la experiencia nacional, latinoamericana y mundial sobre los servicios de atención integral a adolescentes y jóvenes, servicios diferenciados que se adecúen a las necesidades y la demanda real de esta población, no solo desde el aspecto enfermedad sino concibiéndolos desde las dimensiones biológica, sicológica y sociocultural.
La atención integral e integrada de adolescentes y jóvenes ofrecida desde las actividades de promoción y prevención con una visión amplia que incluye el desarrollo del potencial humano y las actividades específicas de prevención ante problemas específicos de manera integrada entre instituciones y sectores.
La actualización de la Guía de detección temprana de las alteraciones del joven de 10 a 29 años, origina una herramienta que permite la atención integral de la población joven del país.
La atención en salud de adolescentes y jóvenes como un todo vinculado con su núcleo familiar y su entorno, en donde se puedan detectar factores de riesgo y protectores que permitan intervenciones oportunas en las áreas biomédica y sicosocial para garantizar un desarrollo saludable.
Se elaboró una estrategia participativa que incluye la elaboración de revisiones sistemáticas, focalizadas en identificar evidencia de guías clínicas seleccionadas de acuerdo con criterios de la AGREE Collaboration (Appraisal of Guideline Research & Evaluation, 2001).
Las recomendaciones se han analizado en su validación externa (generalización de resultados) mediante el trabajo colaborativo de un grupo de expertos provenientes de diferentes sectores como salud, educación y cultura, al igual instituciones públicas, privadas y comunitarias, y asociaciones científicas.
Se consultaron las siguientes fuentes electrónicas de información biomédica: MEDLINE® (desde su aparición hasta junio de 2005); LILACS® (desde su aparición hasta junio de 2005), BIREME (desde su aparición hasta junio de 2005).
Además se analizaron estudios realizados en el país en diferentes departamentos y que no aparecen aún publicados de trabajos con adolescentes y jóvenes, y se visitaron entidades que ofrecen servicios diferenciados para adolescentes.
Se realizó un análisis cualitativo de la información ponderado por la calidad metodológica, tanto de las fuentes primarias como del soporte bibliográfico de revisiones y consensos, para elaborar las conclusiones, en grados de evidencia y niveles de recomendación (Tabla 1) que soportan la presente actualización.
A lo largo del documento se citará la evidencia enunciando primero el grado de recomendación y luego el nivel de evidencia, por ejemplo, Grado de recomendación A, nivel de evidencia 1: (A1).
Tabla 1 Grados de evidencia y niveles de recomendación de la Guía clínica
Justificación
Más del 30% de la población colombiana está representada por adolescentes y jóvenes entre 10 y 29 años de edad (1), que necesitan de unas condiciones adecuadas para desarrollar su potencial físico, intelectual, emocional, espiritual, social y artístico; condiciones que se deben ofrecer desde la esfera biológica, sicológica, socioeconómica y cultural, dentro de una perspectiva de género y equidad.
El crecimiento y desarrollo de adolescentes y jóvenes está influenciado por múltiples factores, entre los cuales se encuentra el entorno, el cual abarca unos prerrequisitos que son básicos para la salud, como los menciona la Carta de Ottawa (2): paz, vivienda, educación, alimentación, ingresos, ecosistema estable, recursos sostenibles, justicia social y equidad; sin embargo, un entorno sano que proporcione apoyo y oportunidades a los adolescentes y jóvenes es un elemento necesario pero no suficiente para un desarrollo sano (3).
También es necesario tener en cuenta otros factores como familia, colegio, pares, medios de comunicación y el crecimiento y desarrollo como persona para ganar competencias cognitivas, sociales y profesionales que potencien los factores protectores y minimicen los comportamientos de riesgo que puedan alterar su desarrollo.
A la prevención en salud de la población adolescente no se le puede dar solo el enfoque de reducción de problemas como: embarazos en adolescentes, abuso de sustancias psicoactivas, VIH/SIDA, trastornos del comportamiento alimentario, violencia sexual, depresión, suicidio, prostitución, etc., porque sería pensar a corto plazo y en forma limitada y fragmentada como lo hacemos cuando se ofrecen servicios solo enfocados a tratar de arreglar problemas y a la utilización focalizada de los recursos por cada problema (3).
La prevención en adolescentes y jóvenes debe buscar, también, la interacción del joven con su familia y su entorno social (colegio, pares, pareja, comunidad) tras el desarrollo de su potencial humano, ofreciéndole oportunidades, seguridad y apoyo que le permitan desarrollar su responsabilidad, autoestima, ética, compromiso con la comunidad, competencias cognitivas, comportamientos y hábitos saludables.
La prevención de la enfermedad en adolescentes y jóvenes vista desde un enfoque mixto, desarrollo del potencial del joven y solución integral de problemas, debe estar siempre acompañada de unos servicios que ofrezcan atención diferenciada para adolescentes y jóvenes, servicios de atención integral que tengan características especiales con los cuales se sientan identificados y reciban una atención con respeto, confidencialidad, confianza y calidad.
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