La Nutrición en los Estilos de Vida Saludable en Guías Alimentarias Gestantes
Los estilos de vida están constituidos por una variedad de actitudes, hábitos y prácticas individuales que pueden influir positiva o negativamente en el proceso salud – enfermedad.
Incluye todo tipo de presiones familiares, sociales, comerciales que condicionan los conocimientos, actitudes, aficiones y hábitos, como seguridad, recreación, ocio, trabajo, sueño, sexualidad, alimentación, higiene, sedentarismo, el habitar en el área rural o urbana, entre otros.
El modelo de vida se compone de comportamientos y hábitos que hacen referencia a las costumbres, a lo cotidiano y las emociones. Los hábitos son los valores y estilos de vida que dependen de las condiciones de existencia y concepciones del mundo. (Leer también: Menús Recomendados a Gestantes y Madres en Lactancia en Guías Alimentarias)
En la sociedad existen hábitos de curación y prevención y también de consumo que, a su vez, están determinados por la cultura, de allí que se trate entonces de transformar o reafirmar valores, tradiciones o reforzar comportamientos y costumbres, para promover una alimentación sana y un estilo de vida saludable.
El estilo de vida puede convertirse, por tanto, en factor de riesgo o en factor protector para la salud. Como factor de riesgo se asocia a mayor presencia de enfermedad; por ejemplo, el consumo de alimentos inadecuados, tabaco, la falta de ejercicio, la adicción al alcohol y otras sustancias.
Existe también un factor genético, por cuanto todo individuo hereda genes con información que determinan ciertas características que llevan a permanecer saludables o a enfermar; sin embargo, los efectos de esos genes son modificados por la interacción con los factores medioambientales en los cuales la alimentación y el ejercicio son importantes.
La carga de la enfermedad refleja que la mayor prevalencia de incapacidades y muertes se deriva de una mezcla de factores de riesgo socio ambientales -como la inequidad, la pobreza o la miseria- con los estilos de vida -como hábitos alimenticios, sedentarismo, relaciones familiares e interpersonales, entre otros-. De allí que los estilos de vida jueguen papel fundamental como determinante del estado de salud, nutrición y calidad de vida de la población.
Algunos de los Elementos que Constituyen un Estilo de Vida Saludable
La Salud
Entendida como el completo estado de bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad. Un efecto importante de las enfermedades en la sociedad humana es la alta tasa de muertes evitables; por tanto, el aumento de las expectativas totales de vida de la población es un objetivo importante en el mejoramiento de la salud pública.
Los hábitos de consumo diario de alimentos, las prácticas deportivas, el ambiente familiar y las prácticas sexuales son situaciones que influyen directamente en el estado de salud. Cada comunidad tiene estilos o tendencias de vida que, de una u otra forma, dan orientación a su perfil epidemiológico; por ejemplo, la prevalencia de altos índices de enfermedades cardiovasculares responde a consumo desordenado de alimentos con alto contenido de grasa animal, vida sedentaria, consumo de alcohol o tabaco y falta de ejercicio.
Infortunadamente, el aumento de las expectativas de vida, a menudo trae consigo un deterioro en la salud; por tanto, se debe prestar atención no solo a incrementar los años vividos, sino a mejorar la calidad de vida adicional.
La Nutrición
Es la suma total de los procesos involucrados en la absorción y asimilación de nutrientes en el cuerpo, de modo que este funcione adecuadamente y mantenga la condición de salud.
Nutrición significa más que el abastecimiento adecuado de todos los nutrientes esenciales. Comer es una fuente importante de placer, de interacción social y, en consecuencia, tiene un significado cultural. La cultura alimentaria guarda las tradiciones regionales y evoluciona influenciada por muchos factores, entre ellos la industria de alimentos, los medios de comunicación y los programas encaminados a mejorar el estado nutricional de la población.
El Suministro de Alimentos
Los cambios producidos en los estilos de vida, urbanización e industrialización, en la estructura familiar y en las tendencias demográficas durante el presente siglo han traído cambios en el suministro de alimentos.
Existe acuerdo en el hecho de que los individuos deberían comer una dieta variada y balanceada, disminuir el consumo total de grasa, aumentar el consumo de frutas, verduras y cereales integrales y mantener el equilibrio energético.
Los fabricantes de alimentos tienen la oportunidad de contribuir a su mejoramiento y selección mediante el ofrecimiento de una amplia variedad de alimentos fortificados al mercado.
De hecho, el mayor desarrollo en el procesamiento de los alimentos ha ayudado a los fabricantes a responder a los estilos de vida dinámicos actuales y a las demandas cambiantes de los consumidores. La industria alimentaria debe apoyar para lograr el objetivo de mejorar la alimentación de la población y su calidad de vida.
Las desigualdades económicas y sociales inciden en el estado de salud y nutrición de las personas. Los estudios muestran una diferencia marcada en la expectativa de vida, en los índices de mortalidad y en el estado nutricional entre los grupos de profesionales y los que no poseen ninguna educación.
En la actualidad, los problemas de sobrealimentación tienen un peso mayor que las deficiencias nutricionales en las condiciones de salud de muchos países, incluido Colombia.
El sobre consumo de grasa en relación con los carbohidratos ha sido identificado como un factor creciente en la alta prevalencia de la enfermedad coronaria, importante causa de muerte asociada al aumento de grasa dietaria, al aumento en el consumo de alimentos refinados pobres en fibra y a otros factores ambientales no dietarios, como el cigarrillo y la inactividad física.
El consumo de alcohol en forma excesiva y de manera crónica, se asocia con una variedad de enfermedades, puede ocasionar adicción con los consecuentes problemas mentales y sociales y, más aún, si se encuentra en estado de gestación o en periodo de lactancia.
Actividad Física
La actividad física apropiada es un elemento importante para tener buena salud. El equilibrio entre la ingesta alimenticia que proporciona el combustible para el cuerpo (ingesta energética) y la actividad física (gasto energético) es importante para el bienestar de la persona.
Sin embargo, dentro de los cambios en los estilos de vida, se ha producido una drástica reducción de la actividad física diaria, la cual se explica, en parte, por la tendencia hacia la creación de ocupaciones con menor actividad física y por la adaptación de actividades recreativas más sedentarias.
En general, no es necesario que la mujer gestante limite el ejercicio siempre que no se fatigue excesivamente o corra el riesgo de lesionarse o de lesionar al feto. El Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología recomienda permitir que las mujeres acostumbradas al ejercicio antes de la gestación, continúen practicándolo durante esta.
No se recomienda a las mujeres que previamente eran sedentarias una actividad más enérgica que caminar. Se recomienda a las gestantes y a las madres en lactancia realizar caminatas diarias de 20 minutos como mínimo. Las madres con bajo peso deben procurar que durante la lactancia su actividad física disminuya con el fin de realizar ahorro del gasto energético.
Se debe estimular, en todas las edades, la actividad física de modo regular, incluida la actividad de intensidad moderada, porque mejora las condiciones físicas y ayuda a mantener el peso estable. Solo se puede esperar un beneficio reflejado en una mejor salud tanto física como mental, con un cambio de estilo de vida sedentaria a uno más activo.
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