Habilidades Emocionales en Niños

Habilidades Emocionales en Niños

Las habilidades emocionales son una serie de competencias que se adquieren a lo largo de la vida y que determinan en gran medida la personalidad; y la forma en que la persona maneja su entorno y las situaciones cotidianas. Existen unas habilidades emocionales en niños que son importantes desarrollar y potenciar; para que logre, de adulto, manejar de forma exitosa su entorno, su relación con los demás y algo muy importante, su autoconocimiento y autodesarrollo.

Adicionalmente, es importante saber que hay dos tipos de habilidades emocionales que debemos desarrollar en los niños; las de tipo personal y las de tipo social. En las habilidades personales se encuentran; por ejemplo, la autorregulación, la toma de decisiones, la autopercepción, la tolerancia a la frustración, la perseverancia, entre otros.

Por su parte, en las habilidades de tipo social se destacan las habilidades comunicativas, la asertividad, la empatía, la capacidad de escuchar al otro, estar en la capacidad de decir no, entre otras. Todos estos tipos de habilidades emocionales son importantes trabajarlas durante la niñez. (Ver También: Crianza Positiva.)

Las Habilidades Emocionales en Niños de Mayor Importancia

Si bien hay una gran cantidad de habilidades emocionales que todas las personas deberíamos tener; también hay unas puntuales que cobran mayor importancia y que debemos enfatizar durante la niñez. Una de ellas es la confianza, una habilidad que le permitirá al niño ser un adulto más seguro de sí mismo, con el control suficiente sobre su vida en todos los aspectos.

Otra habilidad importante durante la niñez es el autocontrol, esta habilidad consiste en que los niños sean capaces de controlar sus acciones, incluso a pesar de sus emociones; por ejemplo, que, aunque sientan rabia por perder un juego, no deben golpear a sus compañeros o hacer pataletas.

La capacidad para comunicar es otra habilidad emocional en los niños muy importante que debemos ayudarles a desarrollar. Ésta consiste en que el niño tenga la total capacidad para comunicar sus sentimientos, sus deseos y sus pensamientos; ya sea de manera verbal o de otras formas.

Esta habilidad es muy importante en cualquier etapa de la vida y es una habilidad indispensable para trabajar la inteligencia emocional; pues un niño que sea capaz de identificar sus emociones y las pueda expresar, será un niño con mayor inteligencia emocional. (Ver También: Cómo Detectar la Ansiedad en Niños.)

Otras habilidades emocionales importantes en los niños es la cooperación, que es la habilidad que le permite a una persona sopesar las necesidades propias con las necesidades de otros; ya sea del salón de clase, del equipo de deporte, de la familia, etc.

Y finalmente se encuentra la intencionalidad, que se refiere a la habilidad emocional que le permite al niño y posterior adulto, actuar con tenacidad, con voluntad y con persistencia para lograr todas sus metas en la vida; teniendo en cuenta siempre, que toca acción tiene una consecuencia, ya sea positiva o negativa.

Técnicas para Mejorar las Habilidades Emocionales de los Niños

Existen tres técnicas recomendadas para mejorar o potenciar las habilidades emocionales en los niños: a través de la experiencia directa, del ejemplo o la imitación y del refuerzo; se pueden aplicar las tres juntas o por separado.

La técnica de la experiencia directa es una de las más recomendadas, porque los niños van aprendido a medida que viven sus propias experiencias. A su vez, para que el niño aprenda el manejo o desarrollo de sus habilidades emocionales a través de la experiencia directa; existen varias técnicas dependiendo de la habilidad que se quiera manejar.

Por ejemplo, los juegos son muy útiles para que los niños aprendan a identificar y manejar sus emociones, como la frustración, la rabia o la alegría. Pero, para trabajar otras emociones como la empatía, se recomienda llevar al niño a que viva experiencias directas a lugares específicos; por ejemplo, donar juguetes a niños en un hospital, o donar ropa a niños en condición de vulnerabilidad, ser voluntario en un refugio de animales, etc.

Por su parte, la imitación es la técnica en la que los niños aprenden de su entorno; es importante aclarar que los niños no solo aprenden del ejemplo de los padres, sino de todas aquellas personas a su alrededor que se puedan convertir en su modelo; pueden ser cuidadores, hermanos, vecinos, abuelos, tíos, profesores, etc.

A través de la imitación se pueden desarrollar habilidades emocionales como la asertividad a la hora de hablar, la empatía, la habilidad para escuchar, la autorregulación, entre otros.

Finalmente, los refuerzos son una técnica que puede complementar las dos anteriores, se tratan de refuerzos sociales en las conductas en las que los niños apliquen con certeza su habilidad emocional; de esta manera ayuda a que en el futuro los niños tengan más probabilidades de seguirlas teniendo.

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