Proceso de gestación de los seres humanos
El proceso de gestación en seres humanos (el mismo embarazo) se considera el periodo entre la fertilización del óvulo hasta el nacimiento del feto. Por tal motivo, es que la edad gestacional se comienza a contar desde el primer día del último periodo; dando como resultado que el proceso de gestación es más de 9 meses, médicamente se considera el tiempo de la gestación en 10 meses. Así entonces, un embarazo se considera normal de la semana 38 a la 42, cuando nacen antes de la semana 37 se consideran bebés prematuros y después de la semana 42, bebés posmaduros. El embarazo se divide en trimestres, por lo que un embarazo normal está compuesto por 3 trimestres, que duran casi 13 semanas. (Ver también: Crecimiento y desarrollo del ser humano)
Proceso de gestación de los seres humanos: fecundación
La fecundación es la primera fase en el proceso de gestación, ocurre cuando los espermatozoides logran pasar el cuello uterino, atravesar las trompas de Falopio hasta encontrarse con el ovocito y fecundarlo. A pesar, de que, en la eyaculación masculina se liberan cerca de 80 a 300 millones de espermatozoides, solo menos del 1% logran atravesar las trompas de Falopio y solo uno logra fecundar al óvulo. (Ver también: Reproducción del ser humano)
Cuando se produce esta fecundación, comienza todo un proceso en el que el óvulo fecundado comienza a desarrollarse hasta transformarse en un embrión; y hasta llegar al útero que es donde continua el proceso de gestación.
La fecundación e implantación son dos procesos diferentes, 7 días después de que el óvulo es fecundado, se produce la implantación; es decir, que ese embrión se adhiere al endometrio que es el recubrimiento interno del útero. Este recubrimiento ya viene preparado desde el ciclo menstrual de la mujer para engrosarse y facilitar esa adhesión para dar lugar al embarazo. Cuando no ocurre el embarazo, ese recubrimiento se desprende y se expulsa a través de la vagina durante la menstruación.
Fases de la gestación
Primer trimestre
El primer trimestre va hasta más o menos la semana 12. El embrión pasa de tener el tamaño de un grano de arroz a tener sus órganos fetales ya desarrollados, sus brazos y piernas y los ojos, nariz y boca en su lugar. A la semana 6 por ejemplo, el embrión tiene los ojos cerrados, pero su corazón ya late y ya tiene columna vertebral; en la semana 9 aparecen los dedos, aunque no se pueden diferenciar muy bien. Desde la semana 4 a la 8, la mujer puede comenzar a sentir síntomas como náuseas, vómitos, mareos y cansancio, propios del embarazo.
Segundo trimestre
En promedio, va de la semana 12 a la 24, el embrión ya ha crecido lo suficiente para considerarse como feto y para que el útero tenga un crecimiento considerable. Justamente, el crecimiento del útero hace que otros órganos internos de la mujer se desplacen. Esto provoca situaciones como ganas de orinar más frecuentemente, estreñimiento, acidez estomacal, entre otros.
En la semana 20, por ejemplo, ya se puede saber el sexo del feto. Asimismo, se comenzará a mover más, ya podrá abrir y cerrar las manos. Aunque principalmente dormirá. A este punto, la cabeza del feto todavía será más desproporcionada en comparación con el resto de su cuerpo.
Tercer trimestre
Y finalmente, el tercer y último trimestre del proceso de gestación va de la semana 24 a la 40. Tiempo en el que el feto comienza a moverse para prepararse para el nacimiento. Es decir, que su cabeza queda orientada hacia la pelvis de la mujer.
En esta etapa de la gestación comienza el desarrollo de los pulmones para que el feto sea capaz de respirar por sí solo. Generalmente, a la semana 37 el feto ya tiene desarrollados sus pulmones completamente, por lo que ya estaría listo para nacer.
El feto sigue creciendo y aumentando de peso aceleradamente, en esta etapa es cuando acumula tejido graso. Y como ha crecido tanto, ya no tiene tanto espacio para moverse, sin embargo, es cuando la madre sentirá las “pataditas” más fuertes.
Cambios a nivel sistémico en el cuerpo de la mujer durante el embarazo
Durante el embarazo, el crecimiento del feto y los cambios hormonales provocan una serie de ajustes significativos en los órganos internos y en el funcionamiento de los sistemas y aparatos del cuerpo de la mujer. Algunos de los cambios más importantes son:
Sistema digestivo
Presión sobre el estómago: a medida que el útero crece, ejerce presión sobre el estómago. Esto puede provocar acidez estomacal y reflujo gastroesofágico. La presión también puede ralentizar el vaciamiento gástrico, lo que a veces causa sensación de plenitud o náuseas.
Estreñimiento: el aumento de los niveles de progesterona durante el embarazo relaja los músculos del tracto digestivo, lo que puede reducir la motilidad intestinal y llevar al estreñimiento. Además, la presión del útero sobre los intestinos contribuye a este problema.
Sistema urinario
Frecuencia urinaria: a medida que el útero se expande, ejerce presión sobre la vejiga, lo que lleva a una mayor frecuencia de micción. En las primeras semanas del embarazo, la necesidad de orinar puede ser frecuente debido al aumento de la producción de orina y a la presión sobre la vejiga. En el tercer trimestre, la presión sobre la vejiga se intensifica, haciendo que la necesidad de orinar sea aún mayor.
Sistema respiratorio
Cambio en la capacidad pulmonar: el crecimiento del útero puede elevar el diafragma, reduciendo la capacidad pulmonar. Aunque la capacidad pulmonar total puede disminuir, el cuerpo aumenta la frecuencia respiratoria para asegurar un suministro adecuado de oxígeno al feto.
Aumento del volumen de aire: durante el embarazo, la ventilación pulmonar aumenta para satisfacer las mayores demandas de oxígeno. Esto puede provocar una sensación de falta de aire en algunas mujeres.
Sistema cardiovascular
Incremento del volumen sanguíneo: el volumen sanguíneo de la mujer aumenta significativamente durante el embarazo para suministrar sangre al feto y al útero en crecimiento. Esto puede causar una ligera expansión de las venas y un aumento de la presión arterial en algunos casos.
Cambio en la frecuencia cardíaca: la frecuencia cardíaca de la mujer suele aumentar durante el embarazo para manejar el mayor volumen de sangre y asegurar un suministro adecuado de oxígeno a la placenta y al feto.
Sistema endocrino
Alteración de las glándulas: las glándulas endocrinas, especialmente la glándula tiroides, aumentan su actividad para satisfacer las necesidades metabólicas adicionales del embarazo. También se produce un aumento en la producción de hormonas como la progesterona y el estrógeno, que son esenciales para mantener el embarazo y preparar el cuerpo para el parto.
Sistema musculoesquelético
Cambios en la postura: el crecimiento del útero puede llevar a un cambio en la postura, con un aumento en la curva lumbar para equilibrar el peso adicional en el abdomen. Esto puede causar dolor en la espalda baja y en los músculos abdominales.
Relajación de los ligamentos: las hormonas del embarazo, especialmente la relaxina, hacen que los ligamentos se aflojen para permitir la expansión del útero y facilitar el parto. Esto puede llevar a una mayor movilidad en las articulaciones y aumentar el riesgo de lesiones.
Estos cambios son respuestas naturales del cuerpo para acomodar el desarrollo del feto y preparar el cuerpo para el parto. Sin embargo, pueden causar molestias o problemas, por lo que es importante que las mujeres embarazadas se mantengan en contacto con su proveedor de salud para recibir el cuidado adecuado y manejar cualquier síntoma que pueda surgir.
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