El imperio Hitita o Hatti nació a mediados del siglo XVIII a. C. y desapareció sobre el siglo XII a. C. Su origen se dio durante el periodo del Neolítico, a finales de la Edad de Piedra y se desarrolló en la zona de Oriente Próximo.
Su capital, Hattusa, cerca de Ankara en Turquía, se ubicó en las cercanías del río Kizil Irmak, limitando con los pueblos Kizzuwadna, Arzawa, Kaskas y Mitanni; los dos primeros, luego pasarían a ser parte del territorio de los hititas. Este imperio abarcaba también zonas en Siria y Chipre y una franja de tierra fértil entre el río Éufrates y el río Tigris.
Por el sur, el imperio hitita limitaba con la civilización egipcia, con quien liberaban grandes batallas, así como con el imperio babilónico. Se estima que los hititas fueron una gran fuerza del Oriente Próximo por cerca de 500 años hasta que sus tierras fueron invadidas y saqueadas por los “pueblos del mar” que llegaron por el oeste, mientras que el imperio Asirio atacaba por el este. (Ver También: Civilizaciones Antiguas)
Características del Imperio Hitita
Inicio, Desarrollo y Fin
Se considera que el imperio Hitita nació durante el siglo XVIII a. C cuando Hattusilis conquistó las mesetas de Anatolia y su ejército llegó hasta la costa sur de Turquía. De ahí, partieron a conquistar ciudades al norte de Siria, fue el nieto de Hattusilis, Mursilis I quien logró conquistar Alepo, una de las ciudades más poderosas de Siria.
El desarrollo del imperio Hitita continua con Mursilis I, quien después de conquistar Alepo, continuo por el río Éufrates hasta llegar a Babilonia y saquearla.
En su regreso, a Mursilis I lo asesinó su cuñado, lo que por una parte debilitó al imperio; además que, la tribu de hurritas los atacaron, de hecho, más adelante, los territorios que había logrado conquistar Mursilis I fue arrebatado por los hurritas.
La nueva consolidación del imperio Hitita llegó cuando el rey Suppiluliumas llegó al poder, un rey con muchas cualidades, lo catalogaron como inteligente, diplomático, guerrero y valiente. Comenzó su reinado recuperando los territorios al sur de Anatolia, después ganó la batalla contra los hurritas y asegurando la lealtad de esa zona casando a su hija con el príncipe que él mismo puso para gobernar allí.
De esta manera Suppiluliumas logró fortalecer nuevamente al imperio Hitita, adhiriendo muchos reinos pequeños a su gran imperio. Estos reinos que enviaban un tributo anual al imperio y varios hombres para fortalecer el ejército; a cambio de protección y matrimonios arreglados entre miembros de la familia del rey y los vasallos que gobernaban los pequeños reinos.
Mursilis II, hijo de Suppiluliumas conquistó más territorios hasta lograr apoderarse de las zonas aledañas del Mar Egeo. Luego de Mursilis II vino el rey Muwatalis, quien entabló las batallas contra el imperio egipcio, quien era gobernado por Ramsés II.
Luego de un gran tiempo de mucho poder y prosperidad y de firmar la paz con Egipto, el imperio Hatita se vio atacado hasta desaparecer. Por el oeste de Anatolia los llamados “pueblos del mar” invadieron territorio hitita hasta llegar a la capital; mientras que por el este, el imperio Asirio se fortalecía para conquistar más territorio.
Economía
El desarrollo económico de los hititas se basó en la agricultura, la ganadería y la artesanía. La mayor parte de los hititas trabajaban en el campo en donde se cultivaba cebada, trigo, uvas, manzanas, cebollas y aceitunas. También trabajaron la ganadería, con la que conseguían leche, carne y lana proveniente de las cabras y ovejas.
Por su parte, los artesanos trabajaban diferentes materiales, se destacaron principalmente por el metal, pero también fueron escultores, carpinteros y alfareros; se conocen piezas como copas bajas pero anchas, jarras con cuello pequeño y vasos con formas de animales, especialmente pájaros.
En cuanto al manejo del metal, se destacaron por el trabajo con el hierro y el bronce, este último era usado para las armaduras y armas, pues el hierro era escaso. Sin embargo, los hititas lograron aprender la fundición del hierro; de esta manera, no solo lograban extraer el hierro de la mena, sino darle forma de lingotes para luego transportarlos a otras ciudades para su comercialización.
Los hititas también se destacaron por sus esculturas, se caracterizaron por ser muy grandes, representando a hombres, dioses y animales en grabados sobre una superficie de piedra plana que se encontraban en solo una cara de la escultura.
Autor: Jacobo Rodríguez
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