Experimentos de Elección y Valoración Conjoint

Elección y Valoración Conjoint

8.6 Experimentos de Elección y Valoración Conjoint 

Los experimentos de elección y la valoración conjoint (análisis conjunto) buscan identificar el valor que le asignan las personas a diferentes atributos de un bien o de un servicio. A través de la comparación de escenarios alternativos a los cuáles se les puede asociar una disponibilidad a pagar o a aceptar. Mediante el procesamiento de las preferencias expresadas por los individuos en experimentos.

Son métodos de preferencias declaradas similar a la valoración contingente. Sin embargo, en los métodos de experimentos de elección y valoración conjoint o análisis conjunto no se pide directamente a las personas que expresen su disponibilidad a pagar o a aceptar. Sino que dichas disposiciones son deducidas a partir del ordenamiento de sus preferencias (más preferido o menos preferido).

Una ventaja que tienen los experimentos de elección y la valoración conjoint (análisis conjunto). Es que generan oportunidades para determinar compensaciones (trade-offs) entre condiciones ambientales a través del énfasis que tiene en revelar la estructura de preferencias de los individuos y no sólo en el valor monetario de su disposición a pagar o disposición a aceptar. Esto es especialmente importante cuando se busca valorar ecosistemas que proveen una multitud de bienes y servicios de forma conjunta. Además, estas metodologías reflejan más razonablemente el tipo de elección multi-atributo que la elección unidimensional de la valoración contingente (Liu et ál., 2010).

(Lea También: Transferencia de Beneficios)

Aplicación

 Se asume que los individuos tienen la capacidad de evaluar y comparar todas las alternativas  que se les presentan. Para poder ordenarlas o clasificarlas de la más preferida a la menospreferida.

En ese sentido, es fundamental que el lenguaje que se utiliza para presentar los escenarios, los atributos seleccionados, los niveles escogidos y la cantidad de opciones. Estén no solamente basados en posibilidades reales del caso específico evaluado. Sino que puedan ser entendidos a cabalidad por las personas que participarán en el estudio.

El lenguaje se tiene que adaptar a las condiciones de la población y los escenarios deben ser lo más cercanos a lo que podría pasar en la zona evaluada.

Para la aplicación del método, se deben definir los atributos y sus niveles en el escenario a valorar. Los atributos son los bienes y servicios ecosistémicos a valorar.

Los niveles de atributos se refieren a la cuantificación biofísica inicial (es decir la cuantificación de los servicios ecosistémicos en el estado actual) y los diferentes cambios en la cuantificación de acuerdo con la evaluación del comportamiento de los servicios ecosistémicos frente a los impactos analizados en la evaluación del proyecto, obra o actividad.

La variación en los niveles de los servicios ecosistémicos identificados puede ser al alza o a la baja. Siempre que estén completamente argumentados los niveles determinados.

Como siguiente paso está el diseño experimental, es decir, se define la forma en que se pedirá a las personas que procesen la información. Ya sea a través de preguntas directas de elección, técnicas de ordenamiento contingente o que se califiquen de acuerdo a un rango dado según su preferencia.

Para esto, se debe: (i) definir el número óptimo de combinaciones de atributos y sus diferentes niveles a ser incluidos en el experimento y, (ii) combinar estas categorías para determinar los escenarios para poner en consideración de los encuestados.

Existen varios formatos de pregunta para aplicar los métodos de elección, entre los que se encuentran:

Ordenamiento contingente: consiste en entregar unos escenarios a los encuestados los cuales contienen atributos específicos por niveles del bien o programa a valorar. La idea es que los encuestados las ordenen de mayor a menor preferencia.

Por ejemplo, las personas pueden hacer comparaciones y clasificar de mayor a menor preferencia, varios programas de mejora ambiental considerados para una cuenca, cada uno con diferentes costos y resultados.

Elección discreta: se presentan al encuestado unas alternativas dentro de un conjunto de programas para que éste seleccione la alternativa más preferida. De esta forma, se obtiene una respuesta binaria basada en el modelo de utilidad aleatoria.

Comparación de parejas: esta es una variación del formato de elección discreta, donde los encuestados tienen que comparar dos situaciones alternas para que califiquen sus preferencias en términos de fuerza.

En otras palabras, bajo este enfoque se presentan dos bienes o programas como alternativas de elección; la idea es que las personas clasifiquen sus preferencias asignándole valores a cada uno de ellos. La escala de valores va de 1 a 10. Siendo 1 el más preferido, 10 el menos preferido y 5 es indiferente.

El siguiente paso es la elaboración de la explicación del contexto experimental. Es decir, la justificación de la elección de las combinaciones que se presentarán a los encuestados como una forma de guiar la interpretación de resultados.

De la misma manera, las pruebas de validación se aplican para determinar si las posibles elecciones y las formas en que se puede solicitar la elección generan autocorrelaciones, ocasionando debilidades en el modelo econométrico.

Al igual que en el caso de la valoración contingente, se debe aplicar un experimento piloto para verificar la efectividad de la construcción de los escenarios y el experimento frente a la recolección de información.

Finalmente, se deben construir el modelo econométrico para la obtención de la disposición a pagar o la disposición a aceptar, cuando corresponda, y la agregación de los datos.

De esta forma, se obtienen tanto valores de uso, como valores de no uso, es decir, se realiza una aproximación al valor económico total del atributo y del escenario evaluado.

Mejores prácticas 

  • Debido a su similitud con el método de valoración contingente, las recomendaciones realizadas anteriormente también aplican para este método.
  • No es necesario que las encuestas incluyan todos los escenarios de elección posibles; se puede reducir el análisis a los más relevantes o deducir los demás escenarios a partir de métodos matemáticos.
  • Se debe hacer una encuesta piloto antes de aplicar la definitiva. Para ajustar no sólo los escenarios y el cuestionario. Sino también los valores y la forma en que se va a manejar la pregunta de elección (Alpizar et ál., 2001).
  • Los escenarios deben construirse de tal forma que sean independientes entre sí y permitan exponer a los encuestados a todas las alternativas posibles de elección.
  • Uno de los escenarios de elección debe ser el estado actual del servicio que se quiere estudiar.
  • Los niveles dados a los atributos deben ser realistas.
  • El total de escenarios a evaluar por cada encuestado no debe ser mayor a seis. Ya que se pierde la capacidad de comparar las alternativas cuando son muchas a la vez. Esto implica que el número total de atributos y de niveles que se pueden analizar en un estudio son limitados.

 

 

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