Fuerzas Militares y Protección del Ambiente: Roles, riesgos y oportunidades

Introducción a las Notas de Estabilización de Fuerzas Militares y la Protección del Ambiente

El desarme de las FARC y la implementación del Acuerdo de Paz no han traído, hasta ahora, buenas noticias para el ambiente en Colombia. Durante la fase de transición, en distintas regiones del país aumentó la deforestación y se intensificaron economías ilegales como los cultivos ilícitos, la minería y el
tráfico de madera.

Grupos armados ilegales y facciones del crimen organizado han consolidado su influencia sobre las áreas de especial importancia ecológica. Además, los homicidios y las amenazas contra las autoridades ambientales (en especial los funcionarios de Parques Nacionales Naturales) y otros líderes ambientales se han incrementado, lo que genera gran preocupación.

La ganadería se ha extendido de manera descontrolada, en áreas ubicadas por fuera de la frontera agropecuaria y en otros lugares donde tampoco está permitida; los incendios forestales intencionados se han incrementado, y los procesos de colonización y acaparamiento de tierras continúan, poniendo en
grave riesgo ecosistemas y comunidades. Tendencias preocupantes en un país como Colombia, cuya superficie continental —que equivale sólo al 0.7% mundial— alberga más del 14% de la diversidad de plantas y animales del planeta1.

Durante el proceso de diálogo con las FARC, teniendo en cuenta lo ocurrido en otros países,
se advirtió sobre las posibles consecuencias para el ambiente que podría traer la etapa de implementación del Acuerdo; advertencias que, sin embargo, no recibieron la atención necesaria2.

Aunque se acordaron algunas disposiciones clave para su protección, como la delimitación de la frontera agropecuaria, la zonificación ambiental participativa y el catastro multipropósito, su avance no ha sido suficiente para evitar las dinámicas de deforestación y otras afectaciones que analizará este informe.

Notas de Estabilización No. 1 / Septiembre 2020

Durante la fase de transición, en varias regiones del país aumentó la deforestación y se intensificaron economías ilegales como los cultivos ilícitos, la minería y el tráfico de madera. Grupos armados ilegales y facciones del crimen organizado han consolidado su influencia sobre las áreas de especial importancia ecológica.

En este contexto, ha tomado relevancia el papel de las Fuerzas Militares en la protección del ambiente: 22.000 integrantes de la Fuerza Pública están hoy dedicados a esta tarea. Los organismos de control y las instituciones del sistema de justicia también han incrementado el número de funcionarios y la especialización en la protección del ambiente.

El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, anunció la creación de la Fuerza de Tarea Ambiental, que tendrá el propósito de contrarrestar “el grave daño” que ocasionan los grupos armados al margen de la ley contra el agua, la biodiversidad y el ambiente.

La campaña Artemisa,

Iniciada en abril de 2019, ha ocupado los titulares de prensa con imágenes de la incursión de tropas en Parques Nacionales Naturales (PNN) como Picachos, Chiribiquete, La Macarena y La Paya. Lo anterior, en el marco de las limitadas capacidades de las autoridades ambientales encargadas de la protección de estas zonas3.

Parques Nacionales Naturales

Mientras que desde el sector defensa se ha señalado que se mantendrá la ofensiva militar en los Parques Nacionales Naturales, distintos sectores han señalado dudas sobre los impactos que pueden tener estas intervenciones. Para la FIP es importante abrir un debate informado sobre los roles, los riesgos y las
oportunidades de la participación de las Fuerzas Militares en la protección de la biodiversidad.

La experiencia internacional muestra que el involucramiento de las Fuerzas Militares en la protección del ambiente puede ser positiva, pero tiene también un alto riesgo. Mientras que en algunos países se encuentran avances, en otros los efectos han sido contraproducentes: la militarización de las prácticas de
conservación ambiental, el despliegue de tropas a las áreas protegidas y las tareas de desalojo forzado de personas que habitan estos lugares, han sido objeto de críticas y cuestionamientos.

En este informe identificamos, de manera general, cuáles son los desafíos que enfrenta el Estado en su propósito de proteger las áreas de especial importancia ambiental (con énfasis en las del Sistema de Parques Nacionales Naturales) durante el periodo de implementación del Acuerdo de Paz.

En una segunda parte, identificamos las acciones desplegadas por las Fuerzas Militares en Colombia para proteger la biodiversidad. Luego, bajo una perspectiva comparada, analizamos los ocurrido en cinco países donde se han dado respuestas militares para proteger el ambiente. Finalmente, señalamos algunas lecciones y orientaciones para la política pública.

Autores:

Este informe se elaboró en el marco del Programa de Estabilización que cuenta con el apoyo
financiero del Reino Unido.

El análisis y las opiniones contenidas en este documento pertenecen exclusivamente a las FIP.

María Victoria Llorente – Directora Ejecutiva de la FIP
Juan Carlos Garzón – Director del área de Dinámicas del Conflicto y Negociaciones de Paz

Investigadoras:
Catalina Riveros Gómez
Paula Andrea Tobo
Edición y corrección de estilo:
Martín Franco Vélez

ISBN
978-958-5517-49-3

Fuentes: 

  1. Colombia es el país con más especies de aves y anfibios, el segundo con más especies de peces de agua dulce, plantas y mariposas, el tercero en reptiles y el cuarto en mamíferos. (Amaya-Espinel et al., 2011 en Expresiones relacionadas con la oferta y demanda, los motores de transformación y pérdida y la gestión de la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos en Colombia: Síntesis diagnóstica) Lo anterior a pesar de que muchas áreas del territorio nacional todavía siguen siendo desconocidas para la ciencia, entre otras razones, por la violencia que afectó con mucha intensidad a los territorios más biodiversos.
  2. Garavito, C., Franco, D., & Crane, H. (2017). La paz ambiental: retos y propuestas para el posacuerdo. De justicia
  3. En Colombia hay un sólo guarda parques por cada 25.000 hectáreas, cuando el estándar debería ser de 1 para cada 100 hectáreas. Fuente: Revista Semana, “Así me sacaron de Chiribiquete”: la historia no contada de las amenazas a los guarda parques. Obtenido de: https://especiales.semana.com/guardaparques-amenazados-y-parques-nacionales-en-jaque-por-las-disidencias/index.html

Contenido Fuerzas Militares y la Protección del Ambiente:

  1. Introducción
  2. Protección del ambiente en la fase de transición ¿Cuál es el problema?
  3. El uso de las Fuerzas Militares en la protección ambiental
  4. La experiencia internacional: riesgos y lecciones de la “militarización verde”
  5. Los riesgos y oportunidades de usar a las Fuerzas Militares en la protección del ambiente
  6. Recomendaciones

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