Fuerzas Militares y Protección del ambiente en la fase de transición ¿Cuál es el problema?

1. Protección del ambiente en la fase de transición ¿Cuál es el problema?

Durante la etapa de implementación del Acuerdo de Paz —lo que en este informe denominamos la fase
de transición— han venido ocurriendo varios problemas y fenómenos preocupantes, relacionados con la protección del ambiente.

En esta sección analizaremos los siguientes: primero, la deforestación, que se encuentra en niveles muy altos; segundo, la llegada de “nuevos” actores a lugares donde antes las FARC tenían el control territorial, que ha conllevado a nuevas colonizaciones y el acaparamiento de tierras en lugares como las Reservas Forestales, las Zonas de Reserva Campesina y resguardos indígenas; y tercero, el aumento de las amenazas y atentados contra la vida e integridad de las autoridades ambientales y los líderes sociales que ejercen labores de protección ambiental, que van de la mano con la presencia de los nuevos grupos armados y facciones criminales que están llenado vacíos de regulación y de presencia estatal.

1.1. Deforestación – Protección del Ambiente

Según información del IDEAM, en 2017 Colombia perdió 219.973 hectáreas de bosque natural, lo que significó un aumento del 23% con respecto a 2016. Si bien en 2018 la deforestación se redujo en un 10% y en 2019 el 19%, en relación con el año anterior, las cifras continúan siendo alarmantes: en este último año se perdieron 158.894 hectáreas de bosque, el 62% de ellas en la región amazónica. En el último trimestre de 2019 fueron identificados 13 núcleos de deforestación, los departamentos de Caquetá, Guaviare y Meta fueron más afectados4.

Este fenómeno continúa en 2020, según el último reporte semanal del sistema de Detección Temprana de Deforestación del IDEAM, solo entre el 5 y el 12 de agosto de 2020 se detectaron 34 puntos de deforestación en el país; los departamentos con mayor número de alertas fueron La Guajira (6), Amazonas (5), y Norte de Santander (5).

Detrás de la deforestación hay causas directas e indirectas, con variables sociales, políticas, económicas, tecnológicas y culturales, que influyen en esta problemática5. Si bien en este informe no nos detendremos en estos factores, es importante considerar que, si bien la deforestación no es un asunto nuevo, sí ha ido tomado fuerza en distintas regiones del país en el periodo de implementación del Acuerdo de Paz. Existe evidencia sobre los efectos diferenciados del desarme de las FARC en la deforestación6.

En algunas áreas de especial importancia ecológica —donde este grupo insurgente ejercía control territorial—, y que eran utilizadas como zonas de retaguardia y de desarrollo de diferentes economías ilegales, la presencia de la guerrilla evitó la remoción de los bosques y contribuyó a su aislamiento7.

En estos lugares, el desarme parcial de las FARC, en un contexto de baja capacidad de regulación del Estado y débil gobernanza ambiental, ha exacerbado y dinamizado las causas de la deforestación, aunque esto no se hadado con la misma intensidad en todos los territorios8.

Es especialmente preocupante lo que ha ocurrido recientemente en el Área de Manejo Especial de La Macarena, donde desde febrero de 2020 se presentan numerosos incendios que afectan, en especial, a los Parques Nacionales Naturales Tinigua y Sierra de La Macarena.

Para el Ministro de Defensa y los altos mandos militares, el responsable de los incendios y la deforestación son las disidencias de las FARC9; sin embargo, expertos y organizaciones tienen explicaciones diferentes, entre ellas la exploración de hidrocarburos10, la consolidación de proyectos agroindustriales, y la llegada de nuevos colonos y grandes inversionistas a la región, para los cuales la deforestación causada por el fuego resultaría funcional11.

El Ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, señaló la hipótesis de que los incendios se deben a una estrategia de retaliación en contra de la Operación Artemisa.

Mientras tanto, académicos señalan que el uso del fuego en esta zona está más asociado con el avance de actividades agrícolas y ganaderas, la falta de claridad en la tenencia de la tierra y, sobre todo, con el uso del fuego para la práctica de roza, tumba y quema, y otras malas prácticas que causan incendios forestales12.

1.2. Colonización y acaparamiento de tierras – Protección del Ambiente

Durante la etapa de transición han tenido lugar procesos de colonización en áreas ubicadas por fuera
de la frontera agropecuaria, como Parques Nacionales Naturales, Reservas Forestales, Resguardos Indígenas y otros más13. Esta dinámica migratoria sucede, algunas veces, de manera espontánea y progresiva, y otras de manera masiva e impulsada por actores que buscan generar las condiciones para la apropiación de grandes extensiones de tierras.

Puede, además, estar acompañada por actividades agrícolas de subsistencia —en el caso de los pequeños agricultores— o darse a gran escala y acompañarse de actividades económicas legales, como la ganadería, o ilegales, como los cultivos de coca14. En la Amazonia, diversas fuentes señalan presión sobre las tierras para su transformación en agronegocios.

En el caso de las áreas protegidas del Sistema de Parques Nacionales Naturales,

Las ocupaciones recientes complican un panorama ya de por sí desafiante: para 2018, se estimaba la ocupación de, al menos, 10.555 personas15, sin contar los habitantes pertenecientes a los pueblos indígenas o comunidades negras16

En lugares como los PNN Tinigua y Serranía de la Macarena, la Zona de Reserva Campesina del Guaviare, la Reserva Forestal de la Amazonia y el Resguardo Indígena Nukak Makú, se evidencia un fenómeno de acaparamiento de tierras, precedido, en la mayoría de los casos, por la praderización y la introducción de ganado, usados como un método para demostrar ocupación de la tierra. También se ha presentando un fenómeno de deforestación sin población, en el cual se talan o queman los bosques como mecanismo para degradar los ecosistemas y luego ir “legalizando” las actividades17.

Varios expertos coinciden en que no son los campesinos y comunidades vulnerables quienes están deforestando para acaparar grandes extensiones de tierra, ya que no cuentan con los recursos económicos que se necesitan para ello. Distintos estudios y reportajes han mostrado cómo el costo de una hectárea deforestada se encuentra entre $500.000 y un millón de pesos18, lo que excede, claramente, las posibilidades de personas de escasos recursos cuando se realiza sobre cientos o miles de hectáreas.

1.3. La influencia de nuevos grupos armados y facciones criminales que amenazan las funciones de las autoridades y otros liderazgos ambientales – Protección del Ambiente

Desde la perspectiva de la seguridad, distintos grupos armados ilegales y facciones criminales han
aprovechado la salida de las FARC para, durante esta fase de transición, extender su campo de acción sobre las áreas de especial importancia ecológica, en relación con las Áreas Protegidas del Sistema de
Parques Nacionales Naturales. Si bien esta no es una situación nueva, en la etapa reciente de reconfiguración y reacomodamiento que siguió al desarme de las FARC, la manera como operan estos grupos y las reglas que imponen, han tenido algunas variaciones.

El reacomodo de los grupos armados y estructuras criminales ha tenido implicaciones para las autoridades ambientales —en especial para los funcionarios de Parques Nacionales Naturales— y otros líderes ambientales. Su vulnerabilidad ha aumentado en varias zonas, como lo demuestran los homicidios
de Wilton Fauder Orrego León, guardaparques de la Sierra Nevada de Santa Marta, en enero de 2019, y
de Yamid Alonso Silva Torres, quien trabajaba en el Parque Nacional Natural El Cocuy, el 6 de febrero de 202019, así como múltiples amenazas recibidas por otros funcionarios.

Como consecuencia, por lo menos cinco áreas protegidas de la región amazónica (los PNN Chiribiquete, Cahuinarí, Río Puré, La Paya y Yaijagé Apaporis) se encuentran desprovistas de sus autoridades ambientales desde febrero de 2020. Los guardaparques tuvieron que desplazarse a Bogotá, centros poblados o ciudades aledañas, después que un grupo de disidencias de las FARC les comunicara que debían salir de los Parques20 porque, en lo sucesivo, el control ambiental lo realizarían ellos directamente21.

Durante la emergencia sanitaria generada por el covid-19

Que ha obligado a la gran mayoría de la población colombiana (incluyendo a las autoridades públicas), a mantenerse en aislamiento preventivo obligatorio desde el 25 de marzo, los incendios forestales se han disparado22. Autoridades ambientales como Corpoamazonia, han manifestado que personas inescrupulosas “están aprovechando la cuarentena para quemar la selva”23, y han solicitado la intervención de la Fiscalía y el Sector Defensa para dar con los responsables.

El pasado 10 de abril, en un comunicado firmado por la Unidad Jhon Linares del Frente Comandante
Jorge Briseño (SIC), el grupo disidente de las FARC manifestó que la organización “abre la posibilidad”
de que los campesinos sin tierra tumben la selva “en la cantidad que puedan trabajar”. Además, este facción armada le ordena a la comunidad dejar de formar parte de los proyectos impulsados, financiados o puestos en práctica por la OEA, Usaid, el Instituto Sinchi, Visión Amazonia, las Corporaciones CDA y Cormacarena y Parques Nacionales Naturales, entre otros, así como en las burbujas ambientales “puesto que serán declarados objetivo militar, y así mismo quien se vincule a ellas”24.

Hechos como estos han tenido un fuerte impacto sobre las actividades de las autoridades y líderes ambientales y han afectado la relación de los guardaparques con las comunidades que, en algunas de las áreas protegidas, ha pasado de la confianza al temor por cuenta de las represalias que pueden tomar los actores armados.

La orden de sacar a los funcionarios de Parques Nacionales Naturales podría responder a diferentes
razones:

(i) Retaliaciones por la Operación Artemisa;

(ii) Rumores de que los guardaparques avisan a las
autoridades sobre la minería ilegal y otras actividades ilícitas que se realizan dentro de las áreas protegidas;

(iii) Porque, supuestamente, no habría consenso con las comunidades para el uso de recursos; 

(iv) Por el interés de quienes realizaron las amenazas de depredar el ambiente para financiar sus actividades25. Para el Procurador Fernando Carrillo, los guardaparques han terminado en peligro por descubrir las rutas y formas de desplazamiento que utilizan las mafias.

Durante la emergencia sanitaria generada por el covid-19, que ha obligado a la gran
mayoría de la población colombiana (incluyendo a las autoridades públicas) a mantenerse aislada, los incendios forestales se han disparado

Definiendo el desafío

No hay un único desafío. Las causas y agentes de fenómenos como la deforestación, la colonización reciente de áreas de especial importancia ecológica y el acaparamiento de tierras ubicadas por fuera de la frontera agropecuaria, son múltiples y se conectan entre sí. Algunos de ellos tienen una clara conexión
con la agenda de seguridad, pero otros dependen de diferentes ámbitos de la política pública.

Motores de deforestación y afectación al ambiente

Motores de deforestación y afectación al ambiente

  • La situación que se presenta en los parques nacionales y otras áreas de especial importancia ecológica es heterogénea, por lo que las respuestas pasan, necesariamente, por comprender el contexto, las distintas fuerzas y los múltiples intereses presentes.
  • En la cadena de la deforestación y otros crímenes ambientales hay múltiples eslabones, con distintos recursos de poder. En estos fenómenos participan actores armados ilegales con capacidad de usar la violencia, agentes legales con poder económico, capacidad de corrupción y de “capturar el Estado”, y poblaciones (campesinas, desplazadas, étnicas) en condiciones de vulnerabilidad.
  • Las deforestación y afectación de las áreas de especial importancia ecológica de mayor magnitud son, generalmente, impulsadas por sofisticadas redes.
  • Las intervenciones no deben limitarse al uso de las fuerzas militares; el fortalecimiento del sistema de justicia y de las otras las instituciones que tienen a su cargo la seguridad ciudadana, deben ser parte integral de la estrategia para proteger el ambiente.

Autores:

Este informe se elaboró en el marco del Programa de Estabilización que cuenta con el apoyo
financiero del Reino Unido.

El análisis y las opiniones contenidas en este documento pertenecen exclusivamente a las FIP. Vea los Autores en la entrada de introducción.

Fuentes: 

4. Se identificaron núcleos en: Marginal de la Selva (Guaviare); Parque Nacional Natural Tinigüa (surdel Meta); Sabanasdel Yarí (Caquetá);Calamar-El Retorno (Guaviare); Río Caquetá (Putumayo); Puerto Asís (Putumayo); Río Sunciya (Caquetá); Piedemonte Caquetá (Caquetá); Orito-Mocoa (Putumayo); El Capricho-San José del Guaviare (Guaviare); Mapiripán (Meta); Belén de los Andaquíes (Caquetá); y Uribe (sur del Meta). Fuente: Fuente: IDEAM. (2020). 21 Boletín de Detección Temprana de Deforestación. Obtenido de: http://smbyc.ideam.gov.co/MonitoreoBC-WEB/pub/alertasDeforestacion.jsp?

5. González, J.Cubillos, A.,Chadid, M., Arias, M.,Zúñiga, E.,Cubillos, M., Joubert, F. Pérez, I. (2018). Lineamientos conceptuales y metodológicos para la caracterización de causas y agentes de la deforestación en Colombia. Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales – IDEAM-. Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Programa ONU-REDD Colombia. Bogotá, 2018.

6. A nivel internacional y en Colombia se han experimentado fenómenos similares de aumento de deforestación tras el fin de un conflicto, como en Sierra Leona, o después de la desmovilización de las AUC. Prem, M., Saavedra, S., Vargas, J. (2019). End-of-conflict deforestation: Evidence from Colombia’s Peace Agreement. LACEA Working PaperSeries, N° 0021. Burgess, R., Miguel, and C. Stanton (2015): “War and deforestation in Sierra Leone,” Environmental Research Letters, 10, 095014. Fergusson, L., D. Romero, and J. Vargas (2014): “The environmental impact of civil conflict: the deforestation effect of paramilitary expansion in Colombia,”

7. Lo anterior, en la medida en que en diferentes veredas y corregimientos, las FARC impusieron normas de control social que impidieron la deforestación o la restringieron a unas “justas proporciones”.

8. Como lo han mencionado varios autores, no es posible identificar una única causa y tampoco un solo responsable de la deforestación en Colombia.

9. “Quien estaría ingresando “gente a las áreas vacías del parque que tumba bosque y hace que mas, y construye casas para aparentar haber habitado muchos años allí, sembrar coca y meter ganado” Fuente: https://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/tres-claves-para-saber-que-paso-con-los-incendios-de-la-macarena-articulo-906168

10. Una consulta realizada por los campesinos de la zona a la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) en febrero de 2019, permitió establecer que para esa fecha existían, dentro de los parques Tinigua y Picachos, 87.000 hectáreas adjudicadas a empresas petroleras para la exploración de hidrocarburos dentro de esas áreas protegidas. Fuente: https://www.elespectador.com/colombia2020/territorio/petroleo-terratenientes-y-colonos-la-disputa-por-la-tierra-en-la-macarena-articulo-906409

11. Foro ¿Qué está pasando en La Macarena?. 4 de marzo de 2020. Universidad Nacional de Colombia.

12. Armenteras, D, González, M., Barreto, S. (2018). Fuegos y Áreas Protegidas de la Amazonia colombiana: cambio en los motores de la deforestación. En: Revista Colombia amazónica, No.11. Obtenido de: https://www.sinchi.org.co/files/publicaciones/revista/pdf/11/4%20fuegos%20y%20reas%20protegidas%20de%20la%20amazonia%20colombiana%20cambio%20en%20los%20motores%20de%20deforestacin.pdf

13. La Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, ha documentado procesos de colonización recientes en la Amazonia en lugares como: la zona de ampliación del PNN Chiribiquete, la Reserva Forestal de la Amazonia, la cuenca baja del río Caguán, las veredas La Quebrada y El Billar en Cartagena del Chairá (Caquetá), entre otros lugares. https://fcds.org.co/la-colombia-amazonica-al-desnudo/

14. IDEAM (2011), Análisis de tendencias y patrones espaciales de deforestación en Colombia. Bogotá: IDEAM.

15. Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. (2019). Hacia una política para el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Colombia Visión 2020-2030 SINAP V3. Obtenido de: http://www.minambiente.gov.co/sinap/images/wwwf/fases/Diagnostico/Documentos/DOCUMENTO_POLITICA_SINAP_V3.pdf

16. Según las caracterizaciones realizadas por esta entidad, el origen de la tenencia de la tierra se distribuye de la siguiente manera: Asignado por JAC 3%, Colonización u Ocupación 20%, compra por escritura pública o por carta de venta 50%, herencia 13%, otro 12% y por resolución de adjudicación el 2%. Estas caracterizaciones se han realizado para el 62,7 % de las áreas del SPNN donde se ha identificado presencia de comunidades campesina.

17. Vélez, J. & Garzón,C.A. (2020).“Lachispaqueprendelos incendiosdeLa Macarena”. La Silla Vacía. Obtenido de: https://lasillavacia.com/chispa-prende-los-incendios-macarena-75683

18. Arenas, N. (2018). Acaparamiento de tierras: la herencia que recibe el nuevo gobierno de Colombia. Series de Mongabay: ESPECIAL Posconflicto: guerra a muerte por la tierra en Colombia. Zona Franca(2019). Especial: Deforestación y acaparamiento de tierras en Guaviare. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=fDH8YZ7OBWs

19. En los últimos 25 años, al menos 12 guarda parques han muerto de manera violenta mientras cuidaban las áreas naturales a su cargo. Bermúdez, A. (2019). Los guardianes de los parques que la guerra se llevó. Colombia Check. Obtenido de: https://colombiacheck.com/especiales/tierra-resistentes/esco/chapter/colombia/losguardianesdelosparquesquelaguerrasellev

20. Semana Sostenible(2020). ¿Sacarán las disidencias de las FARC a los guarda parques amazónicos?. Obtenido de: https://sostenibilidad.semana.com/medio-ambiente/articulo/sacaran-las-disidencias-de-las-farc-a-los-guardaparques-amazonicos/48725

21. Revista Semana (2020). “Así me sacaron de Chibiriquete” La historia no contada de las amenazas a los guarda parques. Obtenido de: https://especiales.semana.com/guardaparques-amenazados-y-parques-nacionales-en-jaque-por-las-disidencias/index.html

22. De acuerdo con el Instituto Sinchi, durante marzo de 2020 se registró un aumento casi del 300% en los puntos de calor en la Amazonia. En marzo de este año se registraron 12.958 puntos de calor, mientras que en el mismo periodo de 2019 se presentaron 4.691.

23. Revista Semana(1 de abril de 2020).“Están aprovechando la cuarentena para quemar la selva”: Corpoamazonia. Obtenidode:https://sostenibilidad.semana.com/impacto/articulo/estan-aprovechando-la-cuarentena-para-quemar-la-selva-corpoamazonia/49489

24. Revista Semana (15 de abril de 2020). “Tumbenelbosque”: la sentencia macabra de las disidencias de las Farc a la Amazonia. Obtenido de: https://sostenibilidad.semana.com/medio-ambiente/articulo/tumben-el-bosque-lasentencia-macabra-de-las-disidencias-de-las-farc-a-la-amazonia/49952

25. “Es distinto a las épocas de las FARC, que a pesar de todo cuidaban el bosque. La selva era estratégica para la guerra, un bosque en pie también les servía para esconderse, por ejemplo, pero parece que conservar y ano es la apuesta” (Ibídem).

Contenido Fuerzas Militares y la Protección del Ambiente:

  1. Introducción
  2. Protección del ambiente en la fase de transición ¿Cuál es el problema?
  3. El uso de las Fuerzas Militares en la protección ambiental
  4. La experiencia internacional: riesgos y lecciones de la “militarización verde”
  5. Los riesgos y oportunidades de usar a las Fuerzas Militares en la protección del ambiente
  6. Recomendaciones

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