Cómo Manejar las Rabietas o Pataletas de los Niños
Las rabietas en niños son esos quejidos, llantos, gritos, patadas y golpes, en algunos casos hasta aguantar la respiración, que hacen los pequeños para demostrar su frustración o malestar.
Estos episodios de rabietas o pataletas hacen parte de su desarrollo normal, en algunos niños es más frecuente que en otros y suelen ocurrir entre los 1 y 3 años de edad, siendo más frecuentes en los 2 años.
Esto no quiere decir que después de los 3 años de edad los niños no vuelvan a hacer rabietas, claro que no, este comportamiento puede seguir después de la primera infancia, pues a los niños les resulta una herramienta muy eficaz de manipulación.
Son varios factores los que pueden desatar una rabieta en el niño, puede ser que estén incómodos, molestos, tengan hambre, estén cansados y quizá la razón más frecuente, es que se frustran porque no consiguen lo que quieren; por ejemplo, que le compren un juguete o simplemente la atención de los papás.
Es importante entender que las rabietas o pataletas es la forma que ellos tienen para expresar sus sentimientos, ten presente que en los primeros 3 años de vida los niños todavía no pueden expresar con palabras lo que sienten.
Los expertos señalan que en la medida en que los niños aprendan a hablar y comunicarse mejor, las rabietas o pataletas van a disminuir.
Recomendaciones para Evitar una Rabieta en Niños
Son unas recomendaciones básicas que los padres pueden ensayar para evitar que sus hijos comiencen una rabieta:
1. Entregue el control de pequeñas cosas a sus hijos. En parte las rabietas son porque los niños ya comiencen a querer controlar cosas y no puede, esa frustración la demuestran con las pataletas. En este caso permita que el niño escoja entre dos opciones, pero siempre teniendo que hacer las cosas.
Por ejemplo, si en el desayuno hay una rabieta porque no le gusta comer fruta, la opción no es que no coma fruta, la opción será decirle ¿qué fruta quieres comer hoy, banano o manzana? Así el niño sentirá que tiene el control de la situación, pero finalmente se hará lo que los padres quieren.
2. Atención positiva. El refuerzo positivo siempre es el mejor consejero en la educación. Cuando su hijo se porte bien, felicítelo, no necesariamente tiene que darle un regalo cada vez que se porta bien, ni recompensarlo con cosas materiales, así sea un dulce; basta con atención o con elogios para reforzar ese comportamiento positivo.
3. Conozca a su hijo. Como lo mencionamos antes, algunas pataletas se dan porque los niños se encuentran cansados, incómodos, tienen hambre o frío. Aprender a identificar los detonantes de una pataleta es clave.
Cuando ya como padres aprendemos a saber, por ejemplo, que el cansancio lo pone de mal humor, vamos a evitar muchas rabietas. O si por ejemplo, luego del colegio van al supermercado y siempre hace una rabieta, analice si tal vez el niño se siente agotado y simplemente quiere dormir, cambie el horario de ir al supermercado a ver si funciona.
Consejos para Manejar las Pataletas en Niños
1. La comunicación es la base para manejar las pataletas, no solo se trata de que los padres sean claros al hablar, sino también que sepan escuchar a sus hijos. Lo primero es que los padres deben establecer reglas básicas, deben dejarle claro a los niños cuál comportamiento es aceptable y cuál no. Por ejemplo, no está permitido gritar, puedes hablar y te puedo entender si gritos. No está permitido golpear las cosas, ni romperlas, ni tirarlas.
En ese sentido es importante también que los padres sepan escuchar a sus hijos, ellos deben expresar sus emociones y los padres deben comprenderlos, brindando palabras que le permitan encontrar las emociones adecuadas. Por ejemplo, decirles “eso te hizo enojar” o “eso debió ser muy triste para ti”.
Esto, aparte de ayudarles a identificar la emoción que están sintiendo y que la aprendan a reconocer y a expresar, les ayuda a saber que los padres los escuchan y los comprenden.
2. Dense espacio, tanto ustedes como padres y a los hijos, esto sirve especialmente cuando están en casa. Está bien alejarse de un conflicto o de una situación que pueda provocar una pataleta; pero esto no significa que al alejarse el niño va a ganar la partida.
Por ejemplo, el papá le pidió al niño que recoja sus juguetes, como consecuencia el niño va a comenzar una pataleta; el padre puede decirle al niño cuando te calmes volvemos a hablar y retirarse hasta que la situación nuevamente esté tranquila y volver a pedirle que recoja sus juguetes.
Si por el contrario, ya la pataleta apareció, el padre puede decirle, te voy a dejar solo para que te calmes o decirle que salga al jardín para que se calme; pero que después tiene que hacer la tarea que le pediste.
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