¿Por Qué no Debemos Gritar a los Niños?
No gritar a los niños debe ser una premisa en su proceso de educación, aunque en ocasiones los gritos no son vistos como una forma de violencia y; por el contrario, muchos padres recurren a los gritos para corregir y educar a sus hijos, lo cierto es que gritarlos traen consecuencias negativas en su salud mental.
Es importante aclarar que los gritos SÍ es una manifestación de maltrato, pues se considera una forma de violencia psicológica; así como los chantajes y las amenazas.
Y es que después de los gritos ya no hay vuelta a atrás, es decir, por más que los padres se disculpen o busquen remediar la situación dándoles cariño o “recompensas”, el daño ya está hecho.
Y es que está demostrado que los gritos traen consecuencias negativas en los niños; según un estudio de la Universidad de Pittsburgh y la Universidad de Michigan, niños que fueron gritados por sus padres, desarrollaron problemas de conducta en el año siguiente; comparados con niños a los que sus padres nunca han gritado.
¿Qué tipo de problemas de conducta? Puede ir desde tristeza repentina, bajo rendimiento escolar, decir mentiras a los papás; hasta tener discusiones con compañeros, peleas en el colegio, robar en tiendas o tener síntomas de depresión.
Por Qué NO Gritar a los Niños
Todos somos seres humanos y tenemos defectos, en cualquier momento podemos perder el control; pero como padres debemos ser más conscientes de nuestro comportamiento, especialmente cuando afecta directamente a nuestros hijos.
Debemos preguntarnos, si queremos que nuestros hijos nos vean con temor o con respeto; y es que los gritos tienen efectos tan negativos en la vida de los pequeños, que jamás deberían ser usado en un proceso de crianza, mucho menos si los gritos vienen acompañados de insultos.
Es importante recalcar que los insultos sí es una forma de violencia contra los niños y que sí dejan una huella psicológica y emocional; que no educan en el respeto y la confianza, sino en el temor y la inseguridad.
Efectos de los Gritos en los Niños
Los gritos afectan directamente la autoestima y la autoconfianza en los niños. Crecer en un ambiente donde los gritos son el patrón de educación, hacen que los niños sean retraídos y se sientan constantemente inseguros.
También hace que aumente el estrés y la ansiedad en ellos y los síntomas de depresión. De hecho, un estudio de The Journal of Child Development demostró que gritar a los niños, produce en ellos resultados similares al castigo físico.
De igual manera, aprenderán con el ejemplo de que, tratar a los demás a punta de gritos, es la única manera de hacerse valer y respetar; infundiendo miedo por medio de los gritos, porque es la forma en la que el pequeño fue educado.
También debes tener presente que los gritos asustan a los niños, ellos sienten miedo al ver ese comportamiento de sus padres. Pero luego ese miedo se convierte en rabia e impotencia; lo que termina generando un comportamiento totalmente opuesto al que seguramente los padres quieren que es obediencia.
Porque con cada grito, los padres pierden autoridad positiva, es decir, que lo padres comienzan a perder con sus hijos el respeto, pierden la comunicación; por lo que los hijos comenzarán a alejarse de ellos, a poner un muro entre la relación de padre e hijo haciendo que tengan una relación fría y distante.
¿Estás seguro que eso es lo quieres? ¡Piénsalo bien antes de dar tu próximo grito!
Sabemos que no es fácil dejar de gritar y más cuando es un comportamiento heredado; pero dando el primer paso y siendo conscientes que no está bien gritar podemos modificar nuestro comportamiento.
Aprende a controlar tus emociones, cuando logras identificar la emoción que estás sintiendo, puedes detenerte un momento, respirar profundo y controlarte.
Recuerda que finalmente son niños y sus pensamientos y necesidades no son las mismas tuyas; lo que no quiere decir que esté mal, debemos entender que sus prioridades son otras.
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