“Solo, ni el más grande resistirá”
Distraves frente al Alca:
Esta compañía santandereana, que acaba de recibir la certificación del Invima para su planta de beneficio de pollo, dice estar dispuesta a fusionarse para enfrentar el nuevo orden del comercio en el continente americano.
GONZALO MUNÉVAR M.
MADRUGARLE A LA COMPETENCIA, INNOVAR, MOSTRAR EL CAMINO, INVERTIR, cuando otros prefieren quedarse quietos, son algunos de los rasgos de las empresas del santandereano Francisco Serrano y su familia, que desde 1965 están trabajando en avicultura cuando en Bucaramanga abrieron una distribuidora de alimentos balanceados; luego se presentó la oportunidad de dedicarse a la incubación, y “¿por qué no engordar y comercializar en canal los pollos que producimos?”, dijeron más recientemente sus miembros. Como respuesta nació Distraves.
UN ASPECTO DE LA PLANTA EL DIAMANTE.
Con el Area de Libre Comercio de las Américas, Alca, como amenaza u oportunidad a la vuelta de la esquina o “respirándoles en la nuca” a los empresarios, el poco tiempo que queda no puede despilfarrarse en divagaciones; todos deben concentrarse en trabajar, trabajar y trabajar. Frente a esta realidad, Jorge Mesa Salazar, presidente de la compañía, dice que la lógica indicaría que en los próximos dos o tres años debería empezar a concretarse la fusión de empresas como la única fórmula capaz de salvarlas del naufragio que podría causar una eventual avalancha de productos de otros países.
“Le aseguro que todos los grandes productores de pollo somos concientes de lo que se avecina y que sin excepción, y cada uno a su manera, debe estar buscando alternativas como alianzas, fusiones o adquisiciones, porque solo, ni el más grande es capaz de sobrevivir a lo que se nos viene en diez años. No vislumbro que una compañía pueda comprar a otra porque todas son débiles; si la más grande factura, por decir algo, $60.000 millones, no puede salir a comprar a la segunda si esta cuesta $50.000 millones; hay que fusionarse o hacer algo como lo que se le ocurrió a un grupo de cinco fabricantes de grasas, que sin fusionarse formaron una alianza para que en cada zona productora una fábrica elaborara las distintas marcas de grasas y aceites y la comercializara exclusivamente allí; este esquema acabó con las ineficiencias, racionalizó la logística y aumentó la rentabilidad del negocio sin que ninguno de los socios tuviera que renunciar a sus marcas. En Distraves estamos preocupados y dispuestos a fusionarnos”.
En Santander, donde operan cinco plantas incubadoras, con una producción de pollo que representa cerca de 30% de la nacional, y alrededor de 18% la de huevo, parece estar empezando a notarse cierto grado de saturación de explotaciones avícolas, particularmente en La Mesa de los Santos y Lebrija, a juicio de Jorge Mesa, que invita a que se analice la conveniencia de pensar en buscar nuevas áreas, teniendo en mente el riesgo sanitario que se corre al concentrar poblaciones muy altas de aves. Resolver esta situación hace parte de los planes de crecimiento de la empresa para los próximos dos años, a sabiendas de que lo más aconsejable sería irse a producir el pollo cerca de Bogotá, donde está el consumo, pero en la decisión final pesan significativamente los costos de producción, muy por encima de los de otras regiones.
La experiencia de Delichicks
En febrero de 1989, Distraves lideró una trascendental modernización de las costumbres del consumo de pollo en Colombia, al ser la primera empresa en dedicarse a la elaboración de carnes frías, con su marca Delichiks. Hace dos años, siguiendo con el propósito de ofrecer alternativas al consumidor, apareció en el mercado con una línea de carnes bovinas maduradas empacadas al vacío, y también desde entonces es distribuidor exclusivo para Colombia de Tyson Foods, con productos que, como subraya Elsa María Serrano, gerenta de la empresa, no hacen competencia al pollo colombiano.
ELSA MARÍA SERRANO,
GERENTE DE DISTRAVEZ.
Explica que desde cuando la empresa apareció en el mercado con la línea de carnes frías, se buscó que por sus precios estos productos estuvieran al alcance de los consumidores, independiente de su estrato socioeconómico. La rápida y positiva acogida permitió a la empresa diversificar ampliamente la oferta y pronto pasó de los seis productos “fundadores” a cuarenta y cinco; hoy, al cabo de trece años de actividades, del portafolio hacen parte veintitrés, que se ofrecen en treinta y dos presentaciones.
Dentro del conjunto de carnes frías que se ofrecen hoy en Colombia, en tan sólo diez años las de pollo han conquistado entre 12 y 15%, participación que se atribuye en buena parte a que conservan las características saludables que se le reconocen a la carne de pollo, entre ellas su bajo contenido de grasa y colesterol.
Un promedio de 12% de la carne de pollo que produce Distraves se ofrece transformada en uno de los veintitrés productos de salsamentaria. Para aprovechar la época navideña se está trabajando para ofrecer a partir de diciembre tres nuevos productos. Distraves beneficia diariamente entre 75 mil y 80 mil pollos y tiene aún suficiente capacidad instalada para crecer en las áreas de beneficio, incubación, carnes frías hasta el 2004, sin necesidad de ampliar las construcciones. Para incubar, engordar, alimentar, beneficiar y comercializar estas aves emplea en forma permanente a cerca de 1.300 personas y a trescientas eventualmente. La comercialización de 72% de su producción tiene lugar en sesenta y cinco puntos de venta en todo el país.
Esta empresa santandereana ha tenido el buen juicio de hacer partícipe de su crecimiento a comunidades campesinas de Charalá y Barichara, a las que ha enseñado a engordar pollo como mecanismo para crear empleo y darles acceso a una mejor calidad de vida ante la desaparición del cultivo del tabaco como medio de ganarse la vida.
Certificación para distraves
La más reciente expresión de liderazgo de esta empresa santandereana es la obtención, el mes pasado, de la certificación HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control, por sus siglas en inglés), expedida por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, Invima, para su planta de beneficio de pollo El Diamante, localizada en el municipio de Piedecuesta. Fue la recompensa a casi dos años de un trabajo intenso que contó con el acompañamiento técnico de Fenavi.
A comienzos del 2001, para poner en marcha el plan diseñado por Carolina López y Santiago Orozco, asesores de la Federación, la empresa integró con catorce profesionales de las distintas áreas el equipo de trabajo responsable del proyecto HACCP, encomendándole la dirección a la ingeniera de alimentos Stella Hernández González. Se invitó a tomar parte de ese grupo a los distintos proveedores de servicios y de insumos, como agentes que pueden contribuir a garantizar la inocuidad del producto.
Algo valioso en este proceso, que destaca Jorge Mesa Salazar, presidente de Distraves, fue la activa participación de las trescientas cincuenta personas que trabajan en la planta de beneficio, con quienes se llevó a cabo una intensa y prolongada capacitación, en la que se enfatizó sobre el beneficio que recibirían la empresa y las personas con la certificación. Una vez entendida la filosofía del HACCP se consiguió un compromiso total de los trabajadores, que con entusiasmo recibieron la invitación a participar y todo el tiempo aportaron sugerencias significativas para mejorar el procesamiento del pollo.
Los eventos finales de la asesoría de Fenavi fueron una preauditoría y una auditoría por parte de los asesores, tras las cuales estos profesionales estimaron que Distraves estaba lista para someter su proceso al juicio de los evaluadores del Invima.
EL EQUIPO HACCP DE LA PLANTA DE BENEFICIO DE DISTRAVES
Los directivos de Distraves reconocen que a finales del 2001 tuvieron la percepción de que el proceso había perdido el ritmo que traía; hoy lo atribuyen a que el exceso de trabajo propio de la época navideña y de año nuevo absorbió todo el tiempo y las energías, lo que se confirmó cuando a finales de enero las tareas retomaron la velocidad normal.
La certificación se buscó, ante todo, como reafirmación de que la empresa estaba llevando a cabalidad su trabajo, esto es, que el sistema aplicado en el beneficio del pollo garantiza la inocuidad del producto, con lo cual se protege la salud del consumidor. Todos están concientes de que si no fue fácil llegar a la certificación, mantener su actual estándar de calidad supone enfrentar un reto muy serio; para salir airosos del desafío, sin excepción la totalidad del personal ha renovado su compromiso mediante la firma de una carta de intención.
Jorge Mesa subraya que la certificación es un paso inicial hacia la obtención de metas trascendentales, pensando ante todo en la globalización de los mercados; “es un valor agregado que nos permite mostrar nuestras ‘garras’ para enfrentar lo que venga”. La empresa ha empezado a trabajar para que en un futuro cercano se pueda solicitar al Invima la certificación al trabajo en otras áreas y, simultáneamente, un certificado ISO para las plantas de incubación y de carnes frías.
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