Exacerbaciones de EPOC

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Exacerbaciones

¿Qué es el plan de manejo en casa?

Es muy importante que durante las consultas al médico se elabore un plan por escrito para controlar las exacerbaciones en el EPOC; este plan podría incluir:

  1. Utilizar los broncodilatadores más a menudo y en una mayor dosis.
  2. Añadir un corticoide inhalado a su medicación, o bien, aumentar la dosis si ya lo está usando.
  3. Añadir un broncodilatador nuevo.
  4. Utilizar antibióticos.
  5. También utilizar corticoides orales durante unos pocos días.
  6. Y utilizar oxígeno, o bien, aumentarlo.

No existe un plan de manejo estándar para todas las personas, pues cada paciente es único: los medicamentos que recibe cada uno son distintos en cada caso, y la gravedad de su EPOC tampoco es la misma.

Por eso, el plan de manejo de exacerbaciones debe ser personalizado según el estado de cada uno de los pacientes.

¿Cómo saber si se está sufriendo una exacerbación de EPOC?

Los síntomas pueden ser diferentes para cada persona; sin embargo, los cambios más comunes son:

  • Aumento de la tos.
  • También aumento de la falta de aire.
  • Además, aumento de la producción de flemas.
  • Cambio en el color de las flemas.
  • Sibilancias (sensación de que el pecho le silba).
  • Respiración rápida.
  • Aumento de la frecuencia con la que late el corazón.
  • Fatiga extrema.
  • Cambio en el tono de la piel, como a “azulado”; especialmente, en las puntas de los dedos o en los labios.

Si el paciente presenta dichos síntomas se debe iniciar el plan de trata­miento que se haya elaborado con el médico para controlar las exacer­baciones.

¿Cuándo consultar al médico?

Se debe consultar al médico en un plazo no mayor de 24 horas si des­pués de iniciado el plan de manejo en casa se presenta uno o más de los siguientes síntomas:

  • La falta de aire no mejora con el tratamiento en casa.
  • El pecho sigue sonando como si silbara.
  • Necesita utilizar cada vez más oxígeno o más inhaladores para poder respirar.
  • La flema cambia de color, se vuelve más densa y cambia en cantidad.
  • Empieza a aparecer una hinchazón en las piernas que no mejora ni siquiera después de dormir con los pies en alto.
  • Se despierta ahogado durante la noche.
  • El aumento del ahogo y de la fatiga duran más de un día.
  • Tiene fiebre que no cede con el acetaminofén.
  • Las puntas de los dedos o de los labios son de color azul.

¿Cuándo llamar a una ambulancia o acudir de inmediato a urgencias?

Además de lo expuesto previamente, si se presenta alguna de las siguien­tes situaciones:

  • Desorientación, confusión, dificultad para hablar o mucho sueño.
  • No puede hablar por la falta de aire o empieza a presentar dolor en el pecho.
  • Los síntomas empeoran intensamente con un desarrollo súbito de falta de aire mientras está descansando.
  • Uso de los músculos del pecho o del cuello para ayudarse a respirar.
  • Respiración muy rápida o muy lenta.
  • Aumento de la frecuencia con la que late el corazón.

Recuerde, como paciente, que su salud es lo más importante. No trate de ignorar los síntomas, y siempre trate de estar acompañado, para que, en el caso de necesitarlo, puedan prestarle la ayuda oportuna que necesita para llegar con prontitud al servicio de urgencias.

Viviendo con la EPOC

Existen unas recomendaciones muy importantes para que el paciente pueda vivir con la EPOC:

  • Deje de fumar; evite el humo del cigarrillo, de leña o de carbón, así como la exposición a polvos, gases o humos.
  • Tome los medicamentos según las órdenes médicas, aun si se siente mejor.
  • La tos ayuda a limpiar los pulmones, así que tosa para expulsar el moco de los pulmones; especialmente, en las mañanas.
  • Coma de forma balanceada y saludable: la EPOC le genera un mayor consumo de energía; por lo tanto, debe tener una buena ali­mentación, para evitar la pérdida exagerada de peso.
  • Continúe la rehabilitación en casa: los programas de rehabilitación pulmonar son muy importantes para mejorar su calidad de vida; en estos programas no solo lo capacitan sobre actividad física, sino que también aprende muchas cosas respecto a la enfermedad y a cómo realizar las actividades diarias sin quedarse sin aire.

Lo más importan­te es proseguir la terapia en la casa, así como aprender los ejercicios y las recomendaciones mientras se encuentra en el programa, y luego realizarlos a diario en su casa.

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