Tipos de Cabello

Tipos de Cabello

Así como hay tipos de pieles, también hay tipos de cabello, y es súper importante saber cuál es el nuestro para así mismo darle el cuidado que necesita con productos especiales. Por ejemplo, el shampoo debería ser especial para nuestro tipo de cabello y sus necesidades, ya sea que sea de raíz grasa, que esté opaco, que tenga mucho frizz o necesite nutrición extrema. Pero, para darle a nuestro cabello lo que necesita, primero tenemos que definir qué tipo de cabello tenemos.

Cabello seco

Este tipo de cabello presenta una consistencia frágil, opaca y quebradiza. Su apariencia seca puede deberse a factores naturales, al abuso de productos inadecuados o al medio ambiente.

Como la resequedad es uno de los problemas más frecuentemente sufridos por el cuero cabelludo, los especialistas han creado fórmulas sofisticadas que contienen nutrientes para restituirle el brillo y la elasticidad y hacerlo retener la humedad necesaria, devolviéndole el equilibrio perdido.

En caso de tener el cabello reseco por la utilización de productos químicos, debes escoger un producto formulado para cabello teñido. Por ejemplo, compuesto por una combinación de acondicionadores que limpian el cabello sin afectar el color y le dan una apariencia radiante.

Si en la actualidad tu cabello se encuentra extremadamente seco y dañado, selecciona productos con fórmulas intensivas que contengan complejo de vitamina B para fortalecerlo. Así como gran cantidad de queratina, proteína vital para mantenerlo saludable.

¿Cómo cuidar este tipo de cabello?

Ante todo evita los productos a base de alcohol, especialmente si se trata de lacas, ya que estas estimulan el resecamiento. En caso de utilizar secador, ajústalo en la temperatura más baja. Aplica una crema con base aceitosa para amoldarlo. Empieza el proceso untando un poco en las palmas de las manos, frota y aplica cuidadosamente en las puntas dañadas. Si es el caso, en todo el cabello.

Un masaje ayudará a mantener el cabello en mejores condiciones: cuando tengas un momento libre, presiona las yemas de los dedos contra el cuero cabelludo y frota con suavidad. Recuerda que esta piel tiene elasticidad y movimiento naturales.

Cuando cepilles tu cabello, dobla el cuello hacia delante de manera que la sangre fluya hacia el cuero cabelludo. Hazlo con cepilladas largas, siguiéndolas y suavizándolas con la otra mano. Esto ayuda a eliminar la electricidad estática que con frecuencia se produce al peinarse.

Cabello grasoso

Este tipo de cabello se caracteriza por no tener volumen y presentar, después de un día de lavado, una apariencia húmeda debida a un excesivo trabajo de las glándulas sebáceas que puede obedecer a causas genéticas o tener su origen en problemas del sistema nervioso o en desequilibrios en la alimentación.

Pudiera pensarse que la solución al cabello grasoso estaría en controlar la secreción de las glándulas sebáceas, pero esto es algo completamente imposible. Sin embargo existen algunas soluciones transitorias que pueden ser de gran utilidad.

¿Cómo cuidar y manejar este tipo de cabello?

Lo primero es llegar a un equilibrio en la aplicación del tratamiento escogido. Mientras en algunos casos el lavado diario tiende a empeorar la situación debido a la sobreestimulación de las glándulas sebáceas, en otros, el no lavarlo con frecuencia da como resultado una desagradable masa de cabello lacio y pegajoso.

Lo mejor que puede hacer, en caso de poseer este tipo de cabello, es lavarlo con la frecuencia requerida, pero utilizando un champú suave para cabello normal. Otra alternativa consiste en utilizar una loción especial, sin alcohol, para reducir la grasa: aplícala, déjala secar y luego lava el cabello con abundante agua.

No cepilles con demasiada frecuencia ni hagas masajes muy fuertes en el cuero cabelludo. Cuando lo hagas, pon la cabeza hacia delante de manera que los aceites se dirijan a las puntas. Además es aconsejable utilizar agua fría para lavar el cabello, y para secarlo, basta con retirar el exceso de agua y dejarlo al natural.

Ten en cuenta que el cabello suele volverse temporalmente graso en épocas como la pubertad y durante o inmediatamente después del embarazo, y que luego recupera lentamente su estado normal.

Cabello grueso

La contextura de este tipo de cabello es gruesa y muy difícil de controlar. Para un adecuado mantenimiento aconsejamos lavarlo de 3 a 4 veces por semana. Utiliza siempre un buen acondicionador después del champú, el cual debe estar libre de proteínas que le añadan volumen o peso. También es recomendable usar acondicionador o alguna mascarilla para que le otorgue suavidad al cabello grueso.

¿Como cuidar y manejar el cabello grueso?

Debido a su contextura los tipos de cabello grueso es bastante difícil de amoldar, aunque no imposible: después de lavarlo, sécalo con una toalla y luego con un secador de mano, manteniendo este último a cuatro centímetros del cabello, e imprimiéndole movimientos de arriba hacia abajo para evitar que se revuelva innecesariamente.

Utiliza un cepillo plano de cerdas naturales para peinarlo. Para aplacarlo, opta por productos de consistencia ligera, dejando las espumas cremosas o geles, ya que dejan el peinado rígido y hacen parecer el cabello más grueso y voluminoso. Acostúmbrate a cortarse las puntas regularmente y no utilices rollos pequeños, ya que en vez de disminuir, aumentarán el volumen del cabello.

Igualmente, se debe aplicarse por lo menos una vez al mes un tratamiento a base de aceite, especialmente en las puntas, por ser las que más sufren. Para que el tratamiento sea más efectivo, calienta primero el recipiente con el aceite al baño de María. Así el calor hará penetrar más fácilmente el producto, optimizando los resultados.

Cabello fino

El cabello fino se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para muchas personas debido a aspecto lacio, sin cuerpo, sin vida. También a su tendencia a caerse con facilidad y a que pocos peinados se mantienen en su lugar. Por esto es muy importante tratarlo con delicadeza. Para cuidarlo sugerimos utilizar un champú con proteínas formulado para este tipo de cabello y no aplicar mucho acondicionador, ya que este podría restarle el volumen que necesita.

Si tu cabello, además de fino es débil y se encuentra maltratado por el sol, debes recurrir a un revitalizante con vitamina B que penetre fortificándolo de adentro hacia fuera. Aplícalo después de enjuagar el champú pero no lo retires; de esta manera logrará darle salud y vitalidad.

¿Cómo cuidar el cabello fino?

Para darle consistencia al cabello fino, aplica en toda la cabeza una espuma libre de alcohol, luego seca solamente las raíces con el secador de mano para darle mayor volumen. Utiliza los dedos o un cepillo de cerdas redondas para darle forma. Si se trata de mantener el peinado por más tiempo y darle vida, aplica un fijador de ingredientes fuertes, de los que se usan en peinados que exigen un amoldado perfecto.

Cabello rizado

Este tipo de cabello suele ser la envidia de muchas personas que no han logrado sacarle partido a su cabellera. El cabello rizado, sin embargo, tiende a encresparse con facilidad, es áspero, con poco brillo y en ocasiones se torna indomable. Aunque no lo creas este tipo de cabello es el que más atenciones necesita debido a su gran tendencia hacia la resequedad, que lo hace en extremo quebradizo.

Por esto te aconsejamos lavarlo frecuentemente con un champú suave o formulado para cabello rizado o con permanente. Esto ayuda a suavizarlo y acondicionarlo sin destruir los crespos. Las propiedades humectantes de este champú dejan el cabello suave, manejable y con una delicada fragancia de frutas tropicales.

¿Cómo manejar el cabello rizado?

Después de lavarlo, sécalo con una toalla suave para eliminar el agua y péinalo hacia atrás con una peinilla de dientes anchos y separados. Para que los rizos no pierdan su forma, es recomendable utilizar una gelatina o producto especialmente formulado, para aplicar sobre el cabello, bien sea mojado o seco. En caso de decidirse por la gelatina, aplícala primero en tsus manos y distrubúyela luego sobre el cabello, dándole forma con los dedos de adentro hacia fuera.

Lo ideal es dejar secar al natural, pero si deseas hacer uso del secador, no lo apliques directamente, aléjalo lo más posible de tu cabeza y mantenlo en constantes movimiento. En el mercado es posible encontrar dispositivos para la boca del secador que ayudan a esparcir el aire de manera eficaz.

No se debe usar cepillo para peinar el cabello rizado, pues con ello se destruyen sus ondas naturales. Recuerda no exponerse al sol sin la protección de un sombrero o una pañoleta. Retoca además tu corte cada seis semanas para devolverle la vitalidad al cabello y propiciar su crecimiento.

Cabello indomable

Muchas personas se quejan porque su cabello es indomable y se torna siempre como púas de erizo. Lo más importante en estos casos, además de tener la calma, es practicar los siguientes pasos.

Al lavarse la cabeza, aplica el champú en la raíz del cabello, deja que la espuma escurra hacia las puntas. En cuanto al acondicionador, este debe aplicarse solamente de la mitad del cabello hacia las puntas y no lo debes retirar. En el momento de secarse utiliza una difuminadora para darle volumen al cabello y evitar que se erice. Ponla a temperatura y velocidad mínimas.

Aunque tengas la costumbre, trata de no cepillar constantemente el cabello. Utiliza la punta de los dedos para masajearse la raíz y darle el volumen deseado. En caso de querer alisar tu pelo, puedes rociarlo con laca, estirarlo suavemente hacia las puntas o amoldarlo con gel cuando esté húmedo. No utilices espumas pues tienden a resecar el cabello, empeorando el problema.

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