Al hablar del cuidado y de la buena salud de la piel, es inevitable hacer mención al rostro, que haciendo una analogía, es “la cara visible de la salud de tu piel en general”, puesto que la aparición de cualquier anomalía o rareza en la superficie de tu rostro, será el aviso inevitable de que algo debes hacer para mejorar la salud de la misma.
La piel envejece de forma natural, el paso del tiempo y los factores hereditarios juegan un papel importante sobre cómo se comporta la piel conforme van pasando los años, y con ello, comienza la aparición de pequeñas líneas, luego arrugas, y finalmente, bolsas en los ojos, párpados, y la lista de cambios puede continuar.
Sin embargo, la mayor parte de las situaciones en las que la piel del rostro y la piel en general comienzan a envejecer, no tienen nada que ver con el tiempo o la genética directamente, sino que están asociadas a ritmos de vida, a malos hábitos o a una alimentación deficiente, entre otras tantas razones.
¿Cuáles son las principales situaciones que colaboran para el envejecimiento de la piel?
Como se ha dicho antes, las principales situaciones que se asocian al envejecimiento de la piel son totalmente naturales o, dicho de otro modo, que no dependen directamente de lo que hagas o dejes de hacer, puesto que inevitablemente ocurrirá.
El paso del tiempo y la herencia
Sucede así con el paso del tiempo, porque conforme las personas comienzan a cumplir más de 25 años en adelante, comienzan a aparecer los primeros signos de envejecimiento o la pérdida de elasticidad de la piel, visiblemente en el rostro. Son pequeñas líneas, muy finas, pero que anticipan el desenlace. Entre los 30 y los 45 años es cuando se producen los cambios más notorios, con ojeras, bolsas en los ojos, manchas o arrugas considerables, que tienen tanto que ver tanto con la genética como con los hábitos de vida.
Y es que, relacionado con el paso del tiempo, está la genética. Algunas personas, de acuerdo a su tono de piel, pueden ver signos visibles de envejecimiento cutáneo o no. “Parece que no se arrugan”, se suele decir. Además, si en tu familia hay antecedentes de personas con piel sensible o con alergias que se manifiestan a nivel cutáneo, las probabilidades de que la piel envejezca a mayor velocidad, o desde más temprana edad, serán mayores.
Factores que sí dependen de ti
Las razones por las que la piel envejece, aunque diferentes entre sí, tienen un efecto en común: producen una mayor oxidación molecular. Es por ello que la mayoría de las terapias para reducir el envejecimiento -también productos cosméticos especializados- utilizan antioxidantes que son los encargados de eliminar los radicales libres -siendo éstos los causantes de la oxidación de las células de la piel-.
Por eso, todo lo que ayude a potenciar la capacidad antioxidante de tu organismo, por defecto, también será beneficioso para la vitalidad y elasticidad de tu piel.
La oxidación molecular se produce por diversos factores externos. En lo que respecta precisamente al envejecimiento de la piel, se nombrarán algunos como los siguientes:
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Exposición al sol:
Aunque los rayos del sol pudieran considerarse antioxidantes, los rayos UV no lo son, siendo los causantes de un proceso denominado fotoenvejecimiento, que es incluso más rápido en mostrar sus consecuencias que el envejecimiento por oxidación celular.
Por eso, todo consejo para evitar el envejecimiento de la piel pasará, principalmente, por evitar la exposición directa al sol.
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Suciedad en el aire:
La cantidad de radicales libres que se producen en un ambiente contaminado -como el aire de las principales ciudades- es muy alta.
Por eso, una exposición prolongada -y más aún, un insuficiente cuidado posterior- ayudarán para que puedan empeorar los efectos sobre tu piel.
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Mala alimentación:
Eres lo que comes, y en el caso de la piel, mucho más. Una dieta rica en antioxidantes -como la vitamina C- ayudarán a que la piel no envejezca tan rápido.
Una dieta carente de elementos que puedan evitar los radicales libres y que puedan hidratar la superficie cutánea, serán consecuencias evidentes de la pérdida de elasticidad y juventud.
Blefaroplastia para devolver elasticidad, vitalidad y juventud a la piel
La blefaroplastia en Madrid no es más que una técnica para reducir el envejecimiento de los párpados -quizás uno de los síntomas más visibles y evidentes de envejecimiento de la piel-, para cuya intervención se utiliza tecnología láser muy segura y con alta eficiencia, lo que también produce efectos rejuvenecedores en toda la piel del rostro.
Es una intervención sencilla y forma parte de una de las maneras más efectivas de devolver elasticidad y juventud a la piel, a la vez que reduce los riesgos de posibles enfermedades cutáneas que pueden aparecer a cierta edad como producto de una prolongada exposición a factores externos como los ya mencionados.
Y aunque es cierto que la blefaroplastia representa una de las mejores maneras de combatir el envejecimiento, no todas las personas requieren de esta pequeña intervención quirúrgica, por lo que en primer lugar, deben asistir a una consulta en la que un especialista -preferentemente que sean oftalmólogos oculoplásticos, cirujanos especialistas en el método- para que se valore si su caso requiere, precisamente, de una intervención.
De no ser así, existe una segunda alternativa, la blefaroplastia sin cirugia, que tiene exactamente los mismos efectos, pero que a diferencia de la anterior es un tratamiento ambulatorio que se realiza por sesiones trimestrales, tras las cuales, la elasticidad y la vitalidad del rostro serán visibles, siendo un tratamiento indoloro y con efectos duraderos en el tiempo. Para este tipo de tratamiento sin cirugía, se utiliza el ácido hialurónico en la zona de las ojeras y los párpados, pero también puede ser extrapolable a cualquier zona del rostro que muestre signos visibles de envejecimiento, con la misma suficiencia y facilidad.
Alimentación y productos específicos para la piel
Aunque la manera más rápida de notar los efectos y prolongar la vitalidad de la salud del rostro es a través de técnicas como la blefaroplastia, no se puede negar la importancia que los buenos hábitos tienen sobre la vitalidad de la piel. Dentro de esos hábitos, más allá de la exposición segura al sol -con protectores solares contra rayos UV- o la exfoliación constante si vives en una zona con niveles de contaminación considerables, la alimentación será la forma más fácil de prevenir los efectos del envejecimiento de tu piel.
Todas las dietas deben incluir altos niveles de vitamina C, vitamina A y colágeno, encargándose las primeras de reducir los efectos de los radicales libres y proteger a tu piel de cualquier proceso de oxidación celular; mientras que el colágeno actúa sobre la elasticidad, haciendo que tu piel se muestre más firme, más hidratada y mucho más joven.
