Aplicaciones del Láser KTP en el Tratamiento de la Hiperplasia Prostática Benigna

Juan Guillermo Velásquez López
Residente Urología CES – IV año
Federico Escobar Jaramillo
Urólogo CES – Clínica Medellín
Santiago Arbeláez
Urólogo CES – Clínica Medellín
Medellín – Colombia

Introducción

La próstata es una glándula con múltiples funciones en el ser humano. De todas sus posibles afecciones la más frecuente es la hiperplasia prostática benigna (HPB), entidad histológicamente caracterizada por un incremento en el número de células epiteliales y estromales en la zona periuretral de la próstata.

Considerada la causa mas importante, junto con la inestabilidad del detrusor, de síntomas del tracto urinario bajo (LUTS) y por ende, de morbilidad en las personas con edad avanzada.

Evaluando la prevalencia de HPB, el principal factor relacionado con su presentación es la edad, múltiples estudios descriptivos evaluando su epidemiología han reportado que es una enfermedad rara antes de los 30 años pero esta presente en el 70 al 90% de los pacientes entre la séptima y novena décadas de la vida, respectivamente1 .

Situaciones en la hiperplasia prostática benigna

Situaciones como retención urinaria refractaria, hematuria macroscópica, litiasis vesical e insuficiencia renal post-renal, son indicaciones claras de tratamiento quirúrgico de la HPB, pero la literatura define que la presencia de una sintomatología, medida objetivamente, moderada a severa es indicación de algún tipo de intervención.

Entre las diferentes opciones para manejar la HPB se encuentran la “observación esperada”, tratamiento medico, cirugía y las denominadas terapias mínimamente invasivas, entre estas últimas están descritas los stent intraprostáticos, ablación transuretral con aguja (TUNA), terapia con microondas (TUMT, Ej.: Prostatron® – Urologix, Minneapolis, Minnesota), electrovaporización transuretral, resección transuretral (RTU) y la terapia con láser2 .

La denominada prueba de oro según la literatura actual es la RTU y es con la que se comparan todas las opciones existentes3 .

El láser como una opción de tratamiento no es nuevo, ahora con las modificaciones actuales en su funcionamiento, incremento en la efectividad y superación de dificultades técnicas, hacen que algunos autores pongan la terapia con láser como la nueva prueba de oro. Presentamos a continuación una revisión actual de la terapia con láser como tratamiento de la HPB, teniendo en cuenta que pronto estará en nuestro medio este tipo de alternativa terapéutica.

Láser

¿Que es el láser?

La palabra LÁSER es la representación de las siglas en ingles Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation.

Hay dos elementos a los cuales se les puede denominar láser.

El primero es un tipo de radiación, la cual es muy energética y esta compuesta por ondas, que viajan a la misma velocidad, frecuencia, dirección y tienen la misma longitud de onda; propiedad que conlleva a que sean de un solo color (emisión monocromática).

Segundo, se le puede llamar láser, a los dispositivos que transforman diferentes formas de energía (eléctrica, lumínica, etc.) en radiación electromagnética, imprimiendo las características de un rayo láser.

¿Como se produce un rayo de láser?

Un rayo láser requiere para su producción una cavidad resonante. Cuando una radiación cualquiera llega a una cavidad resonante, ésta es la que se encarga de homogenizar toda la radiación que le llega y solo le permite salir cuando todas las ondas tienen la misma velocidad, frecuencia, energía y dirección.

La diferencia entre la radiación emitida por un láser y la emitida por una fuente de luz convencional (un bombillo de luz) es que los rayos emitidos por un láser son mas energéticos que los que emite un bombillo, esto se debe a que la energía que emite el bombillo es enviada en todas las direcciones, mientras que el láser la enfoca en un solo punto

Algunas de las aplicaciones de los lásers son:

Medir distancias, es de anotar que la primera vez que se midió la distancia tierra-luna se hizo mediante un láser, Otras aplicaciones son en lectura y reproducción de formatos (CD, DVD, etc.), impresión de datos, lectores de códigos de barra, procesado de materiales (soldadura y corte).

Estamos más familiarizados con la potencia de un láser que con su energía. La potencia esta medida en Watts. La potencia se define como la energía transmitida por unidad de tiempo.

Para saber la energía total que emite un láser, se multiplica la potencia del láser por el tiempo de exposición a éste. La frecuencia de un láser esta relacionada con la longitud de onda (la distancia que se requiere para que la onda complete un ciclo), a mayor longitud de onda, menor frecuencia y viceversa. Es la longitud de onda la que determina el tipo de láser (KTP, Holmium, etc.)4 .

Cuando nos referimos a su aplicación en seres vivos, es según la interacción entre el tejido y la luz lo que determina el efecto terapéutico: Térmico (según la temperatura alcanzada) 100o C, carbonización y vaporización.

Mecánica Mecánica – Baja energía con pulsos cortos de duración, destrucción de cálculos

Fotoquímica Fotoquímica – Muerte celular por concentración de fotosensibilizadores en un tejido diana, activados por un láser.

(Lea También: Testosterona y su Relación con el Cáncer de Próstata)

Tipos de Láser

La energía láser ha sido utilizada para destruir tejido neoplásico en múltiples órganos desde hace varias décadas.

En la próstata, los efectos clínicos del láser dependerán de la longitud de onda, potencia, duración de exposición y técnica; entonces la energía láser puede ser usada para producir necrosis por coagulación, vaporización del tejido o resección del tejido5 .

Hay cuatro tipos de láser descritos para el tratamiento de la próstata.

El Neodimium:Ytrium-Aluminio-Garnet (Nd:YAG) láser,

Con una longitud de onda de 1064 nm, fue uno de los primeros aprobados por la FDA (Federal Drugs Administration) para ablación tisular en el tracto urinario.

Por tener una pobre absorción en el agua y los pigmentos corporales, puede penetrar los tejidos de manera relativamente profunda, 10mm dentro del tejido, llevando a una coagulación térmica de los tejidos superficiales y por ende una hemostasia total, con efecto de corte muy limitado, es decir no hay remoción inmediata del tejido tratado.

El tiempo de cicatrización completa suele ocurrir a los tres meses. Con respecto a este hay un metaAnálisis por Hoffman et al, que reporta una reducción mayor en el puntaje de síntomas, 78% versus 66% y una mejor respuesta en el flujo urinario, 127 versus 77% cuando se compara con la RTU7 .

Existe también un trabajo comparando la efectividad del Nd:YAG láser sumado a una resección inmediata del tejido necrótico residual versus la RTU sola, se logró demostrar una reducción significativa del sangrado, pero no hubo diferencias clínicas importantes8 .

El Holmium: Ytrium-Aluminio-Garnet (Ho:YAG) láser:

Este emite luz con una longitud de onda de 2100nm. La energía es emitida en series de pulsos con una corta duración.

Existe un efecto neto de corte por vaporización del agua presente en los tejidos, por lo tanto tiene propiedades menos hemostáticas que los demás, es decir existe más corte pero con una menor tasa de coagulación y hemostasia. La penetración en los tejidos es de 0.5 a 1mm.

Con este tipo de láser se puede realizar ablación, resección y/o enucleación del tejido, de ahí que existan estudios con vaporización del tejido únicamente (HoLAP), resección de la glándula (HoLRP) o más recientemente enucleación de la próstata (HoLEP).

Con respecto a este ultimo, se requiere de una curva de aprendizaje larga, una habilidad sustancial en técnicas endoscópicas y un conocimiento preciso de la anatomía, pues el procedimiento se realiza del ápex a la base y se maneja una energía promedio de 142.2 +/- 52.2kJ.

Finalmente la sonda vesical se deja en promedio por un día y el tiempo operatorio según la literatura es variable, además que se considera laborioso la extracción de los fragmentos de tejido, incluso algunos han descrito la utilización de morceladores con cierta disminución del tiempo quirúrgico.

Entre las complicaciones más frecuentes esta la eyaculacion retrograda (74-96%), analgesia por más de 3 semanas (46%) y disfunción sexual (~8%)6 .

Láser diodo:

Con una longitud de onda de 830nm, es un láser en estado sólido y sus propiedades son similares a las del Nd:YAG (necrosis por coagulación), con una profundidad tisular de aproximadamente 3-4 mm, son pocos los estudios recientes con este tipo de láser.

El Láser KTP (Potassium Titanyl Phosphate = Potasio-Titanil-Fosfato):

Es un láser Nd:YAG que se hace pasar por un cristal de KTP, situación que lleva a: primero, que se divida la longitud de onda original y resulte una longitud de onda de 532nm, lo que implica un doblaje en su frecuencia; y segundo, a que ocurra en este proceso un paso de la luz de su localización en área infrarroja a una porción verde visible en el espectro electromagnético, aspecto que lleva a que algunos la denominen láser de luz verde (Greenlaser)9 ; estos hechos finalmente se traducen en una combinación de coagulación y vaporización del tejido, sin una penetración tan profunda como la del Nd:YAG láser solo.

Este tipo de láser resultante es una fiel muestra de cómo la alteración en la frecuencia lleva a cambios en la longitud de onda y finalmente en el efecto del láser sobre los tejidos.

Láser KTP

Este tipo de láser, tiene mayor absorción por los tejidos pigmentados (con presencia de hemoglobina y melanina), comportándose en estos casos como un verdadero Holmium láser (en profundidad) mientras que en tejidos no pigmentados, la profundidad es solo de pocos milímetros. Actúa por vaporización rápida del agua presente en las células diana.

Interacción tisular

Por tener un diferente espectro, la luz emitida por el láser KTP, es fuertemente absorbida por la oxihemoglobina, evitando que haya una mayor profundidad, además por no tener absorción o difusión en el agua, todo su poder es liberado directamente al tejido diana.

Las consecuencias a todo esto, es una mayor rapidez para lograr el punto de ebullición de cada uno de los citoplasmas celulares, seguido por la disrupción de las membranas celulares, proceso denominado vaporización. Este último es evidente durante el procedimiento por la liberación continua de burbujas a partir de la superficie tisular.

Técnica operatoria

 Inicialmente se realiza la introducción de la fibra óptica de láser a través de un cistoscopio de flujo continuo 19fr para láser con canal separado para la irrigación, la cual debe ser continua y por lo general agua estéril, con el fin de asegurar una visibilidad correcta y un adecuado enfriamiento de la fibra.

Existe una luz infrarroja que demarca el sitio a donde el láser esta dirigido. La vaporización se realiza entonces bajo visión directa y para lograr el máximo efecto es necesario trabajar a una distancia no mayor a 1 – 2 mm de la superficie tisular.

El resto del procedimiento es similar a una RTU de próstata; la técnica convencional, consiste en iniciar por el cuello y lóbulo medio, luego lóbulos laterales y se termina en la área apical. A todos los pacientes se le aplica profilaxis antibiótica y se deben continuar por 10 días más, esto por el remanente estromal de la cápsula prostática expuesto que favorece la colonización bacteriana.

Estudios clínicos

Existen hoy en día múltiples artículos que ponen en cuestionamiento la RTU como prueba de oro en el manejo de la HPB cuando se compara con las diferentes modalidades de tratamiento mínimamente invasivo.

La RTU permanece siendo un procedimiento técnicamente demandante que se asocia a un riesgo de posibles complicaciones.

El sangrado intraoperatorio es uno de ellos y es considerado el de mayor importancia clínica, además conlleva a una perdida de la topografía prostática durante la resección, elevando así el riesgo de lesiones (esfínter, capsula, etc.). Para la curva de aprendizaje se requieren mínimo 50 a 100 procedimientos.

La foto vaporización o terapia con láser KTP:

Ha logrado en varios estudios plasmar su alta efectividad como un procedimiento seguro y efectivo, con alivio inmediato de los síntomas de obstrucción al tracto de salida debido a HPB, tanto clínicamente como a través de evaluaciones urodinamicas10.

Algunos autores reportan que es un procedimiento sin sangrado, con casi ninguna complicación postoperatoria (POP), con un tiempo quirúrgico promedio de 50 minutos y un requerimiento de sonda vesical en promedio solo por 16 horas en el POP 9 .

No requiere de irrigación vesical POP y por permitir soluciones iso-osmolares como agente de irrigación no se describe Síndrome TURP o hiponatremia dilucional.

Se ha demostrado incluso su efectividad en pacientes con próstatas de gran tamaño (120grs) o pacientes anticoagulados11,12, sin necesidad de transfusiones, con seguimiento hasta de un año y al 92% de los pacientes se les dió de alta sin la sonda, hechos que hacen mucho mas atractivo este tipo de practica, sobretodo cuando se tiene un paciente de alto riesgo o con comorbilidad importante.

Entre las posibles complicaciones se describe la disuria transitoria (9-19%), que mejora con manejo conservador y sin ningún tipo de intervención, re-cateterización por retención urinaria (5%), eyaculacion retrograda (36%) y en ninguno se reporto incontinencia, infección urinaria o reintervención13,14.

Conclusión

El procedimiento ideal para el manejo de la HPB con indicación de intervención seria uno que fuese rápido, efectivo, fácil de aprender y con una tasa de complicaciones muy baja.

Teniendo en cuenta estas consideraciones, aparece hoy en día la terapia con láser KTP como un procedimiento que goza de estas características.

Es único y seguro, sin posibilidad de sangrado importante, alivio inmediato de los síntomas obstructivos y una alta probabilidad de manejo ambulatorio sin sonda vesical.

Bibliografía

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    Enviado para publicación: Noviembre de 2006
    Aceptado para publicación: Noviembre de 2006 

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