Anticuerpos Antifosfolípidos y Embarazo, Prevención y Tratamiento

Únicamente se menciona el manejo del SAF relacionado con el embarazo; el tratamiento de la trombosis no relacionada al embarazo y de otras manifestaciones como trombocitopenia, es motivo de otra revisión. En las tabla 5 y 6 se presentan algunas recomendaciones prácticas sobre el manejo.

Tabla 5. Recomendaciones terapéuticas del SAF durante el embarazo.

aFL (+), sin historia de trombosis  aFL (+), con historia de trombosis
– Administrar tratamiento profiláctico con HBPM* en el postparto, por 6 semanas, para evitar eventos  trombóticos venosos. -Siempre administrar tratamiento profiláctico con HBPM en el postparto por 6 semanas para evitar eventos trombóticos venosos.-Reanudar anticoagulación prolongada si hay indicación.
– No se requiere tratamiento médico durante el  embarazo en presencia de < 2 pérdidas  embrionarias. Antecedente de trombosis venosa:Profilaxis con HBPM durante todo el embarazo.Dosis mayores de las recomendadas según la historia personal trombótica y presencia adicional de otros factoresb de riesgo para eventos venosos.La historia obstétrica determinará el uso concomitante de ASA.
– Usar ASA + HBPM cuando: > 3 pérdidas embrionarias o 1 o más muertes fetales (morfología fetal normal). Antecedente de trombosis arterial:El manejo previo al embarazo (ASA y/o anticoagulación) y la historia obstétrica determinará el uso de ASA, HBPM, ambas o anticoagulación plena. Ocasionalmente se requiere cambiar heparina a warfarina durante el embarazo (semana 16 a 36), usando heparina durante el período restante (<16 y > 36 semanas).

– Suplementación adecuada de calcio y vitamina D con el uso prolongado de heparina y/o esteroides.
– No usar HBPM por lo menos 12 h antes y 4 h después de la analgesia epidural.
* Heparina de bajo peso molecular.

Tabla 6. Opciones terapéuticas en SAF durante el embarazo.

Efectos adversos maternos Efectos adversos fetales Lactancia
Aspirina Gastropatía Segura Segura
Warfarina Gastropatía
Hipersensibilidad
Hemorragia
Teratogénica
Hemorragia
Pérdida fetal
Segura
Heparina Osteoporosis
Trombocitopenia
Hemorragia
Hipersensibilidad
Segura Segura
Prednisolona Infección
Diabetes
Hipertensión
Síndrome de Cushing
Depresión/psicosis
Segura Segura

[spacer size=”10″]
El tratamiento del SAF continúa siendo empírico; y tiene como objetivo controlar los mecanismos procoagulantes e inmunes, ante la poca disponibilidad de estudios prospectivos, controlados y aleatorizados13-14. A continuación, se describe el manejo en mujeres con aFL positivos, con y sin manifestaciones clínicas:

Pacientes asintomáticas con aFL positivos

Si bien es imposible predecir que pacientes con aFL presentarán un evento clínico, su manejo incluye la disminución de los factores de riesgo para eventos trombóticos o pérdidas fetales, como tabaquismo, hipertensión arterial, diabetes, hiperlipidemia, y uso de ACO o TRH.

La profilaxis es aún tema de controversia pero se sugiere el uso de aspirina a dosis bajas (100 mg/día) a pacientes con altos títulos de aFL; también se recomienda heparina profiláctica durante situaciones de alto riesgo (cirugía, puerperio). La hidroxicloroquina posee propiedades antiplaquetarias e hipolipemiantes; además mejora algunos síntomas lúpicos y reduce el riesgo de trombosis en mujeres con LES y en modelos murinos14. La warfarina a dosis bajas (INR 1.5) puede ser otra alternativa profiláctica para pacientes de alto riesgo y con altos títulos de aFL, excepto en mujeres embarazadas. Como el riesgo de pérdida fetal en primigestantes es relativamente bajo, algunos investigadores recomiendan la sola observación, pero otros, sugieren la administración de aspirina u ASA. En la actualidad se lleva a cabo un estudio prospectivo, multicéntrico y aleatorizado comparando aspirina con dosis bajas de warfarina en la prevención de trombosis de pacientes con aFL.

Prevención de pérdidas fetales

Las mujeres con aFL e historia previa de eventos trombóticos o pérdidas fetales, son de alto riesgo para futuras complicaciones.

El tratamiento de elección es la anticoagulación con heparina, usualmente a dosis más altas que las utilizadas en mujeres no embarazadas. Las heparinas de bajo peso molecular (HBPM) son eficaces, más comodas de aplicar (una vez por día), y más seguras pues el riesgo de trombocitopenia, sangrados y osteoporosis es menor. Se recomienda 7.500 a 10.000 unidades SC cada 12 horas de heparina no fraccionada o 40 unidades de enoxaparina una vez al día antes de la semana 20 y posterior a ésta, se debe duplicar la dosis; la dalteparina se aplica en dosis de 5.000 unidades SC una vez al día (< semana 20) y 5.000 unidades cada 12 horas luego de la semana 20 de embarazo. La heparina se debe iniciar tan pronto se haga el diagnóstico de embarazo o se confirme la embriocardia pues su uso temprano favorece la implantación exitosa durante el inicio del embarazo debido a sus propiedades anticoagulantes: este medicamento se une a los aFL interfiriendo en el bloqueo de la anexina V por los aFL. En resumen, la heparina se recomienda en aquellas pacientes que previamente al embarazo han recibido anticoagulantes orales, las que tienen antecedentes de eventos trómbóticos, una o más pérdidas fetales previas durante el segundo trimestre y tres o más en el primer trimestre.

La sola aspirina ha demostrado ser efectiva en varios estudios no aleatorizados15; sin embargo, dos estudios prospectivos demuestran que la combinación heparina y ASA, es superior a la aspirina16-17. Dosis bajas de aspirina inhiben la producción de tromboxano A2 dando origen a vasodilatación y disminución subsecuente del riesgo de trombosis. Si bien la seguridad de la aspirina durante el primer trimestre de embarazo es aún tema de controversia18, se recomienda iniciarla antes de la concepción o tan pronto se confirme el embarazo y según el caso, continuarse hasta el parto, puerperio o indefinidamente.

Actualmente los corticoesteroides, si bien suprimen los niveles de aFL, son menos usados pues su administración prolongada se asocia a diabetes, pre-eclampsia, osteoporosis y embarazo prematuro por ruptura prematura de membranas19. Sin embargo, en ciertas circunstancias, tales como actividad lúpica y trombocitopenia, están ampliamente justificados. La combinación de heparina y corticoesteroides incrementa notablemente el riesgo de pérdida ósea y osteoporosis.

Evidencia anecdótica sugiere la utilidad de la gamaglobulina intravenosa en el síndrome relacionado al embarazo. Sin embargo, un estudio reciente prospectivo, multicéntrico y aleatorizado20, no demostró mayor eficacia de la combinación heparina, ASA y gamaglobulina sobre heparina, ASA y placebo. No obstante, puede ser de utilidad para casos refractarios o pacientes con complicaciones adicionales como trombocitopenia inmune.

La warfarina por ser teratogénica, se debe evitar durante el embarazo, aunque el periodo de alto riesgo está entre las semanas 6 y 12. Por lo tanto, el cambio de warfarina a heparina debe ser antes de la sexta semana de gestación, en aquellas mujeres bajo tratamiento con warfarina por antecedente de eventos trombóticos previos; ocasionalmente se requeire de su uso durante el embarazo en mujeres con eventos trombóticos arteriales no controlados con heparina y ASA. Sin embargo, se recomienda utilizarla a partir de la semana 12 de gestación manteniendo el INR entre 2 a 2.5.

En conclusión, el tratamiento del SAF debe ser individualizado teniendo en cuenta diferentes aspectos como historia obstétrica, historia personal o familiar de eventos tromboembólicos, comorbilidad (HTA, LES), ingesta de medicamentos (ACO, TRH, etc.) y factores de riesgo trombogénicos diferentes a los aFL. En casos de pérdidas embrionarias recurrentes, se deben excluir principalmente causas genéticas y anatómicas. Cuando existe historia personal de eventos trombóticos, se debe considerar su frecuencia, naturaleza, severidad y circunstancias en las cuales se presentan.

El tratamiento farmacológico del SAF durante el embarazo todavía es discutible, principalmente por carencia de estudios controlados y aleatorizados. Si embargo, la heparina y la aspirina, son los agentes de elección. Para situaciones especiales como actividad lúpica y trombocitopenia severa, los corticoesteroides, los antimaláricos y la gamaglobulina intravenosa son de utilidad.

Referencias

1. Wilson WA, Gharavi AE, Koike T, et al. International consensus statement on preliminary classification criteria for definite antiphospholipid syndrome: report of an international workshop. Arthritis Rheum 1999; 42: 1309 -1311.
2. Asherson RA. A “primary” antiphospholipid antibody syndrome. J Rheumatol 1988; 15: 1742-1746.
3. Molina JF, Gutiérrez S, Molina J, et al. Variability of anticardiolipin antibody isotype in 3 geographic populations of patients with systemic lupus erythematosus. J Rheumatol 1997; 24: 291-296.
4. Godfrey T, D’Cruz D. Antiphospholipid syndrome: general features. In: Khamashta MA, ed. Hughes syndrome (Antiphospholipid syndrome). London: Springer, 2000, 8-19.
5. Blank M, Cohen J, Toder V, Shoenfeld T. Induction of antiphospholipid syndrome in naive mice with mouse lupus monoclonal and human polyclonal anticardiolipin antibodies. Proc Natl Acad Sci USA 1991; 88: 3069 – 3073.
6. Salafia CM, Starzyk K, López-Zeno J, Parke A. Fetal losses and other obstetric manifestations in the antiphospholipid syndrome. In: Asherson RA, Cervera R, Piette JC, Shoenfeld Y (eds). The antiphospholipid syndrome. CRC Press, 1996; 117-131.
7. Sammaritano LR, Gharavi AE, Soberano C, Levy RA, Lockshin MD. Phospholipid binding of antiphospholipid antibodies and placenta anticoagulant protein. J Clin Immunol 1992; 13: 37-35.
8. Rand JH. The pathogenic role of annexin-V in the antiphospholipid syndrome. Curr Rheum Reports 2000; 2: 246-251.
9. Grennan DM, McCormick JN, Wojtacha D, Carty M, Behan W. Immunological studies of the placenta in systemic lupus erythematosus. Ann Rheum Dis 1978; 37: 129-134.
10. Lockshin MD. Pregnancy loss and antiphospholipid antibodies. Lupus 1998; 7: S86-S89.
11. Scott RAH. Anticardiolipin antibodies and preeclamsia. Br J Obstet Gynecol 1987; 94: 604-605.
12. Lakasing L, Bewley S, Nelson-Piercy C. The management of antiphospholipid syndrome in pregnancy. In: Khamashta MA, ed. Hughes syndrome (Antiphospholipid syndrome). London: Springer, 2000; 397-407.
13. Derksen RHWM, De Groot PhG, Nieuwenhuis HK, Christiaens GCML. How to treat women with antiphospholipid antibodies in pregnancy? Ann Rheum Dis 2001; 60: 1-3.
14. Cuadrado MJ, Khamashta MA. The anti-phospholipid antibody syndrome (Hughes syndrome): therapeutic aspects. Balliere’s Clinical Reumatology. 2000; 14: 151-163.
15. Petri M. Treatment of the antiphospholipid antibody syndrome: progress in the last five years? Curr Rheum Reports 2000; 2: 256-261.
16. Kutteh WH. Antiphospholipid antbody-associated recurrent pregnancy loss: treatment with heparin and low – dose aspirin is superior to low-dose aspirin alone. Am J Obstet Gynecol 1996; 174: 1584-1589.
17. Rai R, Cohen H, Dave M, Regan L. Randomised controlled trail of aspirin and aspirin plus heparin in pregnant women with recurrent miscarriage associated with phospholipid antibodies (or antiphospholipid antibodies). Br Med J 1997; 314: 253-257.
18. Ginsberg JS, Hirsh J. Use of antithrombotic agents during pregnancy. Ches 1998;114(suppl): S24-S30.
19. Cowchck FS, Reece EA, Balaban D, Branch DW, Plouff L. Repeated fetal losses associated with antiphospholipid antibodies: a collaborative randomized trial comparing prednisone with low-dose heparin treatmente. Am J Obstet Gynecol 1992; 166: 1318-1323.
20. Branch DW, Peaceman AM, Druzin M, et al. A multicenter, placebo-controlled pilot study of intravenous immune globulin treatment of antiphospholipid syndrome during pregnancy. Am J Obstet Gynecol 2000; 182: 122 -127.

CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *