Osteonecrosis de la Rodilla

Dr. Edgar Alberto Muñoz Vargas

La osteonecrosis espontánea de la rodilla, es una entidad que, como su nombre lo indica, es de aparición súbita, compromete básicamente la zona de apoyo del cóndilo femoral interno y se presenta en pacientes mayores de 60 años. Es primariamente una enfermedad del hueso de etiología desconocida. Desde el punto de vista clínico se trata de un paciente anciano, quien súbitamente presenta dolor sobre el aspecto medial de su rodilla y al examen físico manifiesta dolor a la palpación del cóndilo medial, con moderada efusión articular y pérdida de los últimos grados de la flexión y / o de la extensión.

Los hallazgos radiológicos dependen del periodo o estado en el cual se encuentra la enfermedad:

ESTADO I: Estado incipiente, en el cual no hay cambios radiológicos y sólo se puede diagnosticar mediante el uso de gamagrafía ósea.

ESTADO II: Estado evacuar, en el cual aparece una imagen radiolúcida oval, en el hueso subcondral del área de apoyo del cóndilo medial, con esclerosis de la cortical distal.

ESTADO III:Estado de colapso. El área radiolúcida está rodeada pro esclerosis y hay colapso del hueso sub-condral, el cual se hace visible aparentando un plato calcificado.

ESTADO IV:Estado degenerativo con osteofitos y esclerosis que comprometen no sólo el cóndilo femoral sino el platillo tibial correspondiente.

La gamagrafía ósea muestra una alta captación en el área lesionada, de tal manera que el patrón de otras entidades como las lesiones meniscales y osteoartrosis. La gamagrafía ósea es muy útil en el diagnóstico durante los estadios I y II principalmente. Cuando en un paciente anciano sospechamos una lesión meniscal, es imperativo descartar primero la osteonecrosis mediante gamagrafía, antes de iniciar una meniscectomía que podría agravar el problema.

El manejo básicamente depende del estado en que se encuentra la enfermedad y de la alineación de la extremidad. Estados I y II con una extremidad bien alineada (más o menos 5º de valgo), se manejan conservadoramente mediante el uso de agentes anti – inflamatorios no esteroideos, analgésicos, restricción del apoyo y ejercicios isométricos del cuadriceps. Si la rodilla está deformada en varo y el paciente no responde al tratamiento conservador, se hará una osteotomía vasguizante proximal de la tibia. Los estados II y IV se deben manejar mediante artroscopia, con la idea de practicar un debridamiento articular con abrasión del área lesionada, asociada a una osteotomía valguizante proximal de la tibia. En estados IV avanzados con varo mayor de 10º se recomienda practicar un reemplazo articular total.

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