Infección del Torrente Sanguíneo asociada a Catéter de Nutrición Parenteral, Métodos

Se trata de un estudio descriptivo y retrospectivo, llevado a cabo en pacientes hospitalizados en el Hospital Universitario San Ignacio de Bogotá y valorados por el Grupo de Soporte Metabólico y Nutricional, que recibieron nutrición parenteral por un acceso venoso central, durante un periodo de ocho meses comprendidos entre el 1° de octubre de 2012 y el 31 de mayo de 2013.

Excluyeron los pacientes que en el momento de la valoración por parte del Grupo tenían un acceso central implantado previo, aquellos en los cuales se utilizó el catéter para fines diferentes a la administración de nutrición parenteral (por ejemplo, reanimación hídrica, fármacos inotrópicos) y los que continuaron con nutrición parenteral total después de la fecha de seguimiento.

Se revisaron las historias clínicas de los pacientes incluidos en el estudio y se diseñó una base de datos en Excel, en la cual se recolectó información de las siguientes variables: edad (años), estado nutricional basado en la valoración global subjetiva, diagnóstico principal, días con nutrición parenteral por catéter venoso central, personal que insertó el catéter, tipo de catéter utilizado, sitio anatómico de inserción, número de punciones durante la inserción, lugar donde se practicó el procedimiento (sala de procedimientos de hospitalización, quirófano, urgencias, sala de radiología o unidad de cuidados intensivos), lugar de hospitalización del paciente, número de curaciones practicadas por personal de enfermería, motivo de retiro de catéter y resultados de cultivos de sangre periférica y punta de catéter.

Grupo de Soporte Metabólico y Nutricional

La revisión de las historias clínicas y la recolección de datos estuvieron a cargo de dos residentes de Cirugía General, pertenecientes al Grupo de Soporte Metabólico y Nutricional.

Algunos pacientes requirieron más de un catéter venoso central durante su estancia hospitalaria, así queel análisis se hizo sobre cada dispositivo intravascular.

El análisis estadístico de los datos recolectados se hizo por medio del software estadístico Stata 9.0.

Las variables categóricas se presentan en porcentajes y, las continuas, en promedios y desviación estándar (DE).

Las variables categóricas se compararon con la prueba de ji al cuadrado o con el test exacto de Fisher.

La comparación entre las variables continuas con distribución normal, se estableció mediante la prueba t de Student y se utilizó la prueba de Mann-Whitney para las variables con distribución diferente a la normal (p<0,05).

La tasa de bacteriemia asociada al catéter de nutrición parenteral por 1.000 días-catéter, incluye en el numerador el número de bacteriemias que cumplían los criterios mencionados en la introducción y, en el denominador, el número de días-catéter por mil.

Resultados

Se analizaron 118 catéteres centrales, de los cuales, siete cumplían algún criterio de exclusión, quedando un totalde 111 catéteres en 89 pacientes, 60 hombres (67,4 %) y 29 mujeres (32,6 %); su promedio de edad fue de 57,5 y 56 años, respectivamente.

Se estableció un tiempo promedio en días-catéter de 13,6 (2 a 57 días, DE=9,5), para un total de 1.513 días-catéter. Se documentaron cuatro casos de bacteriemia asociada al uso de catéter venoso central, lo que corresponde a 3,6 %.

(Lea También: Infección del Torrente Sanguíneo asociada a Catéter de Nutrición Parenteral, Discusión)

Nutrición parenteral enfermedad gastrointestinal

La tasa de bacteriemia por esta causa fue de 2.64 por 1.000 días-catéter. En 92 % de los casos, la indicación para iniciar la nutrición parenteral fue una enfermedad gastrointestinal; la mayoría de las veces fue algún tipo de falla intestinal, con mayor frecuencia fístula y obstrucción intestinal e íleo posoperatorio.

El 60,36 % de los catéteres venosos centrales fueron insertados por personal perteneciente al Grupo de Soporte Metabólico y Nutricional (residentes de Cirugía General), todos por vía subclavia y la mayoría de una luz (97 %). El 19,81 % lo insertó el Servicio de Cirugía General, quienes utilizaron como sitio de inserción exclusivamente la vía subclavia, el 14,41 %, radiólogos intervencionistas bajo guía ecográfica, y el 5,4 %, por anestesiólogos y personal de la unidad de cuidadosintensivos. En 81,98 % de los procedimientos, el catéter venoso central se insertó mediante una única punción, el 8,11 % con dos punciones, y el 9 ,91 % con tres o más punciones.

Se implantaron 90 (81,08 %) catéteres centrales de una luz, 17 (15,31 %) de dos luces, y cuatro (3,6 %) fueron implantables.

El sitio anatómico más utilizado para la inserción del dispositivo intravascular fue:

La vena subclavia derecha (70,27 %), seguida por la vena subclavia izquierda (20,72 %) y, por último, las venas yugulares internas (9,01 %), las cuales fueron utilizadas únicamente por el Servicio de Radiología Intervencionista y el de Anestesiología (tabla 1).

Tabla 1. Variables estudiadas en la población
(n) %
Sexo
Masculino 60 (67,4)
Femenino 29 (32,6)
Estado nutricional
A 23 (20,72)
B 28 (25,22)
C 60 (54,05)
Sitio de inserción del catéter venoso central
Vena subclavia derecha 78 (70,27)
Vena subclavia izquierda 23 (20,72)
Venas yugulares internas 10 (9,01)
Personal que insertó el catéter venoso central
Grupo de Soporte Metabólico y Nutricional 67 (60,36)
Cirugía General 22 (19,81)
Radiología Intervencionista 16 (14,41)
Cuidado Intensivo y Anestesiología 6 (5,4)
Tipo de catéter utilizado
De una luz 90 (81,08)
De dos luces 17 (15,31)
Implante 4 (3,6)
Número de punciones durante la inserción del catéter venoso central
Punción única 91 (81,98)
Dos punciones 9 (8,11)
Tres o más punciones 11 (9,91)

El 40 % de los catéteres fueron implantados en salas de procedimientos de hospitalización, el 30 % en quirófanos, el 12 % en salas de radiología, el 11,8 % en urgencias y el 6,2 % en la unidad de cuidados intensivos.

De los cuatro casos de bacteriemia asociada al catéter venoso central de nutrición parenteral, tres catéteres fueron insertados en urgencias y el restante en la unidad de cuidados intensivos; sin embargo, no hubo una diferencia estadísticamente significativa al respecto (p>0,05).

Tampoco se encontró asociación estadísticamente significativa, con el número de curaciones practicadas a los catéteres.

El 54,05 % de los pacientes presentaban desnutrición grave de acuerdo con la valoración global subjetiva (C), el 25,22 % tenían desnutrición moderada (B) y el resto  fueron clasificados como bien nutridos (A). No se evidenció asociación estadísticamente significativa entre el estado nutricional y la presencia de bacteriemia asociada al catéter venoso central.

Se retiraron 18 dispositivos por sospecha de bacteriemia asociada al catéter:

Debido a la presencia de fiebre sin otro foco infeccioso o a signos inflamatorios locales en el sitio de inserción del catéter. Se obtuvieron 16 hemocultivos periféricos positivos, 14 (77,8 %) para Staphylococcus epidermidis, 1 (5,5 %) para Staphylococcus simulans y 1 (5,5 %) para Aeromona spp.

Tan solo cuatro de los hemocultivos periféricos positivos se relacionaron con cultivos positivos de la punta de catéter, cumpliendo los criterios para bacteriemia asociada al catéter venoso central. En estos cuatro casos se aisló S. epidermis como agente microbiológico causal.

No hubo ninguna asociación estadísticamente significativa entre el personal a cargo del procedimiento, el número de punciones, el tipo de catéter y el sitio anatómico de inserción, y la presencia de bacteriemia asociada al catéter venoso central de nutrición parenteral (p>0,05 en todas las asociaciones).

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