Infección del Torrente Sanguíneo asociada a Catéter de Nutrición Parenteral

Artículos Originales

Estudio de 1.513 días-catéter en una institución académica

Bloodstream infection associated with parenteral nutrition catheter: retrospective study of 1,513 catheter days at an academic institución

Eduart Iván Valbuena1, Aníbal Manuel Ariza2, Juan Carlos Ayala3, Luis Carlos Domínguez4

Resumen

Introducción. Los catéteres venosos centrales en pacientes con necesidad de soporte nutricional parenteral presentan, entre sus complicaciones más importantes. La infección del torrente sanguíneo, la cual incrementa la morbilidad, la mortalidad y los costos para el sistema de salud.

Objetivo. Determinar la tasa de bacteriemia asociada a catéter venoso central de nutrición parenteral por 1.000 días-catéter y evaluar la presencia de factores de riesgo específicos.

Métodos. Se llevó a cabo un estudio retrospectivo con un seguimiento de ocho meses, de pacientes hospitalizados en el Hospital Universitario San Ignacio de Bogotá, que recibieron nutrición parenteral por un acceso venoso central. Las variables evaluadas (sitio de inserción y tipo de catéter, personal que practicó el procedimiento y estado nutricional, entre otros). Fueron recolectadas consultando la historia clínica.

Resultados. En el estudio se incluyó la información sobre 11 catéteres, para un total de 1.513 días-catéter. Se documentaron 4 (3,6 %) casos de bacteriemia, que representan una tasa de bacteriemia asociada al catéter venoso central de nutrición parenteral, de 2,64 por 1.000 días-catéter. No se encontró ninguna asociación estadísticamente significativa entre las variables medidas y este resultado.

Discusión. La tasa de bacteriemia asociada al catéter venoso central de nutrición parenteral. Disminuye con la implementación de protocolos para la inserción y cuidado de estos dispositivos por parte del grupo de soporte metabólico y nutricional de cada centro.

Palabras clave: nutrición parenteral, catéter venoso central, bacteriemia.

Abstract

Introduction: The use of central venous catheters in patients who require parenteral nutritional support exhibits bloodstream infection as one of its most important complications, thus increasing morbidity and mortality as well as costs to the health system.

Objective: To determine the rate of bacteremia associated with central venous parenteral nutrition per 1,000 catheter days and assess the presence of specific risk factors associated with it.

Methods: Retrospective study of patients admitted to the San Ignacio University Hospital in Bogotá who received parenteral nutrition by central venous access during a period of eight months. The evaluated variables (site and catheter insertion type, staff who performed the procedure, nutritional status, etc.) were collected by consulting the medical history.

Results: One hundred and one catheters were included in the study, for a total of 1,513 catheter days. There were four documented cases of bacteremia associated with the use of central venous catheter (3.6%), yielding a rate of bacteremia associated with central venous parenteral nutrition of 2.64 per 1,000 catheter days. There were no findings of any statistically significant association between measured variables and the presence of the outcome.

Discussion: The rate of bacteremia associated with central venous parenteral nutrition decreases with implementation of protocols for insertion and care of these devices by the metabolic and nutritional support group of each center.

Keywords: parenteral nutrition, central venous catheter, bacteremia.

Introducción

La nutrición parenteral total mediante un acceso venoso central fue desarrollada a finales de 1967 por Stanley Dudrick (1). Para proporcionar soporte nutricional a pacientes cuyas enfermedades no permitían la absorción de nutrientes en el tubo digestivo (2,3).

A pesar de los amplios beneficios que tiene la nutrición parenteral total, de que su seguridad y eficacia han mejorado en gran medida debido al aumento de conocimientos y habilidades. Y del advenimiento de equipos especializados de apoyo nutricional y avances técnicos en la preparación de fórmulas parenterales, entre otros aspectos, tiene considerables riesgos y complicaciones asociadas (2,3).

La terapia nutricional parenteral requiere la inserción de un catéter venoso central. La European Society for Clinical Nutrition and Metabolism (ESPEN) clasifica los catéteres de acuerdo con la duración de la nutrición parenteral total (4), como sigue:

  • De corto plazo:

Catéter venoso central no “tunelizado” (sic.) para uso continuo por menos de 30 días, insertado a través de vía venosa en subclavia, yugular interna, axilar o femoral, así como catéter central de inserción periférica.

  • De mediano plazo:

Catéteres centrales usualmente no “tunelizados” (sic.) para uso intermitente, por un periodo superior a 30 días e inferior a tres meses. Incluyen los de inserción periférica y los de silicona (Hohn).

  • De largo plazo:

Catéteres “tunelizados” (sic.) o dispositivos implantados para usar durante más de tres meses, por ejemplo, en nutrición parenteral total domiciliaria.

Las complicaciones de la nutrición parenteral total se dividen en metabólicas, destacándose la hiperglucemia y sus efectos secundarios, mecánicas o derivadas de la inserción del catéter (por ejemplo, neumotórax, hemotórax, punción arterial, inadecuada posición del catéter, etc.) y, por último, las relacionadas con el catéter, como trombosis e infección, destacándose la bacteriemia asociada a catéter venoso central (2).

La tasa de esta última, independientemente del uso de catéter:

En un estudio observacional reciente en Estados Unidos, varió de 0,8 a 5,5 por 1.000 días-catéter, según el tipo de paciente y su entorno intrahospitalario (5). Incrementa la morbilidad, la mortalidad, los días de estancia hospitalaria y la administración de antibióticos, lo que resulta en un aumento en los costos para el sistema de salud (6-8).

La bacteriemia asociada al catéter venoso central se define como la presencia de uno o más hemocultivos periféricos positivos, con manifestaciones clínicas de infección (fiebre, escalofríos o hipotensión), sin otro foco aparente.

Además, debe cumplir, al menos, una de las siguientes condiciones: cultivo positivo de la punta del catéter (más de 15 unidades formadoras de colonias, UFC. Por método semicuantitativo, o más de 100 UFC, por método cuantitativo), con identificación del mismo microorganismo encontrado en sangre periférica (según especie y antibiograma). Hemocultivos cuantitativos simultáneos a través del catéter y por venopunción, con una razón 5:1 (sangre del catéter Vs. sangre periférica), y tiempo diferencial hasta detectarse crecimiento bacteriano inferior a dos horas entre el hemocultivo obtenido del catéter y el periférico (4,9).

Las variables que disminuyen el riesgo de presentar bacteriemia asociada al catéter venoso central se han establecido en múltiples estudios de buena calidad metodológica.

(Lea También: Infección del Torrente Sanguíneo asociada a Catéter de Nutrición Parenteral, Métodos)

Entre ellas se han determinado: sitio de inserción del catéter venoso central:

prefiriéndose la vía subclavia, catéteres de luz única, adecuada higiene de manos. Uso de barreras asépticas máximas durante la inserción, asepsia de la piel en el sitio de inserción con clorhexidina a base de alcohol al 2 % y durante cada manipulación del catéter, entre otras (4,10-12).

En el presente estudio se hizo una revisión sobre los catéteres venosos centrales utilizados exclusivamente para nutrición parenteral. Con el objetivo de determinar la tasa de bacteriemia asociada con su uso, por 1.000 díascatéter. En pacientes manejados por el Grupo de Soporte Metabólico y Nutricional en el Hospital Universitario San Ignacio de Bogotá. El cual está conformado por un docente (especialista en Cirugía General). Residentes de Cirugía General de primer año, enfermera profesional y nutricionista con experiencia. Además, se pretendió evaluar la presencia de factores de riesgo específicos asociados al resultado principal.

Autores

  • 1 Eduart Iván Valbuena. Médico, residente de Cirugía General, Universidad de La Sabana, Chía, Colombia
  • 2 Aníbal Manuel Ariza. Médico, residente de Cirugía General, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá D.C., Colombia
  • 3 Juan Carlos Ayala. Médico, cirujano general, Departamento de Cirugía, Universidad de la Sabana, Chía, Colombia, Departamento de Cirugía, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, D.C., Colombia
  • 4 Luis Carlos Domínguez. Medico, cirujano general, Departamento de Cirugía – Universidad de La Sabana, Chía, Colombia, Departamento de Cirugía – Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá D.C., Colombia.
    Recibido: 12 de agosto de 2013, aceptado: 28 de agosto de 2013

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