Función Pulmonar en Lactantes y Niños Pequeños

*Santiago Vidaurreta, MD, Neumonólogo
Pediatra. Buenos Aires – Argentina

Aunque los estudios de la función pulmonar en lactantes y niños pequeños se han implementado en distintos lugares del mundo, su aplicación asistencial todavía no está generalizada probablemente debido a que algunas de las bases fisiológicas en las que se fundan los métodos no han sido aún suficientemente comprendidas, los instrumentos para su medición son complejos y costosos, a la vez que no existen normas estándar para la construcción y calibración de los mismos, los estudios son prolongados y requieren la sedación del paciente.

Las indicaciones para efectuar un estudio funcional respiratorio en lactantes y niños pequeños son:

  • Fibrosis quística
  • Enfermedad pulmonar crónica neonatal
  • Enfermedad pulmonar crónica postviral
  • Obstrucción bronquial recurrente que no responde a los tratamientos habituales
  • Obstrucción de vías aéreas centrales
  • Estudios epidemiológicos y de investigación

El análisis de las curvas de respiración corriente es de utilidad para la evaluación funcional respiratoria de lactantes. Existen diversos parámetros que pueden obtenerse a partir de la observación de curvas flujo/volumen y flujo/tiempo que permitirían establecer parámetros obstructivos y restrictivos. La técnica consiste en la medición de los flujos inspiratorios y espiratorios durante la respiración a volumen corriente del paciente, mediante la colocación de un neumotacógrafo adosado a una máscara facial. A través de la misma pueden determinarse:

a. Parámetros que se alteran en alteraciones de la retracción elástica pulmonar: flujo pico espiratorio (PTEF), tiempo absoluto hasta alcanzar el ptef (T-PTEF) y la relación entre ptef y el volumen corriente (PTEF/TV).
b. Parámetros que se alteran en patologías obstructivas: porcentaje de volumen (%V-PF) y de tiempo hasta alcanzar el PTEF (Tme/Te).

La mecánica respiratoria puede ser evaluada por métodos dinámicos y pasivos. Los dinámicos no alteran el ciclo respiratorio durante la medición, mientras que los pasivos lo interrumpen. Los métodos pasivos incluyen las técnicas de oclusión simple y de oclusión múltiple. Evalúan los cambios de flujo o de volumen en relación a los cambios de presión a nivel de la boca durante períodos de relajación muscular respiratoria. Esta puede ser provocada por el reflejo de Hering Breuer que es inducido mediante la oclusión al final de la inspiración. Esta es la base de numerosas técnicas de oclusión actualmente en uso. Si los músculos respiratorios permanecen relajados durante la espiración posterior a la oclusión, es posible determinar la constante de tiempo del sistema respiratorio a partir de la pendiente de la curva flujo/volumen y luego es factible calcular la compliance (Crs) y la resistencia (Rrs) del sistema respiratorio. Es importante tener en cuenta las limitaciones de estos métodos:

  1. Evalúan la mecánica del sistema respiratorio en su totalidad y no solamente del pulmón.
  2. No es posible asegurar la completa relajación muscular sin un electromiograma.
  3. Distintas condiciones de la vía respiratoria superior, tales como laringitis, obstrucción nasal, mala postura del cuello, o la presencia de secreciones pueden alterar el resultado de estos parámetros.
  4. Hay gran variabilidad inter e intrasujeto cuando se miden niños sanos o enfermos y por lo tanto es difícil establecer valores predictivos.

No obstante, tienen la ventaja de su sencillez, rapidez y no invasividad.

La técnica de la “rápida compresión tóraco-abdominal” es la técnica más utilizada para determinar el calibre de las vías aéreas periféricas en los lactantes. Se la ha empleado para describir el crecimiento y desarrollo de los pulmones durante la infancia, y a partir de ella se han elaborado las ecuaciones para inferir los valores teóricos o predictivos en función de la talla o la edad. Asimismo, es la más frecuentemente empleada para determinar las anormalidades observadas en diferentes entidades clínicas respiratorias y evaluar la respuesta funcional a los tratamientos implementados.

La técnica consiste en la utilización de un chaleco inflable rodeado por otro inextensible alrededor del tórax y del abdomen del paciente, abarcando desde las axilas hasta el pubis con los brazos por fuera de los chalecos. Un tanque reservorio de aire conectado al chaleco inflable transmite al final de la inspiración la presión necesaria para producir una rápida compresión tóraco-abdominal. Durante la exhalación forzada los flujos espiratorios son registrados por un neumotacógrafo adosado a una máscara facial cubriendo herméticamente las fosas nasales y la boca del niño. En tiempo real, se grafica en pantalla la curva flujo/volumen resultante. Esta curva presenta un ascenso rápido del flujo espiratorio hasta alcanzar un pico (PEF) para luego descender gradualmente continuando hasta un punto más allá del establecido como capacidad residual funcional (FRC). El flujo obtenido a nivel de ese punto se denomina V FRC. Para determinar la limitación al flujo aéreo se deben aplicar presiones progresivamente crecientes al chaleco inflable, que oscilan desde +20 hasta +100 cm de agua. Con la presión aplicada que consigue el mayor valor de V FRC se determina el flujo máximo a nivel de capacidad residual funcional (VmaxFRC), el parámetro que mejor correlaciona con el calibre de las vías aéreas.

La determinación del VmaxFRC es útil, además, para valorar los cambios funcionales que se producen luego de la administración de agentes broncodilatadores o broncoconstrictores.

Recientemente se han descrito innovaciones metodológicas tales como la espiración forzada a partir de volúmenes pulmonares preinsuflados, con la que se pueden obtener curvas máximas en forma no invasiva.

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