Contaminación Ambiental y Enfermedad Respiratoria

José D. Cardona A. MD*
*Cirujano de Tórax.
Miembro de la Sociedad Chilena de Enfermedades del Tórax.
Miembro de la Sociedad Colombiana de Neumología y Cirugía de Tórax.
Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Medicina.
Docente de la Universidad Militar “Nueva Granada“.

El aire contiene suspendidos numerosos agentes nocivos, partículas orgánicas, gases, humus, microorganismos, virus, hongos, toda clase de alergenos, humedad, sustancias volátiles, etc., que en determinado momento pasan a la tráquea, bronquios y alvéolos, produciendo diferentes episodios de enfermedad respiratoria que van desde una afección gripal, una crisis de broncoespasmo o una neumonía bacteriana. Los niños y ancianos son los más vulnerables a estos factores atmosféricos, por una parte por el tamaño de la vía aérea y porque los mecanismos de defensa no tienen la madurez suficiente; por otra parte en la tercera edad se asocian factores inmunológicos, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), asma y otras patologías respiratorias preexistentes.

La mucosa bronquial y los movimientos ciliares son los encargados de expulsar todas las partículas extrañas, además que por su contenido en IGA (inmunoglobulina A), leucocitos y macrófagos tratan de neutralizar los microorganismos. El incremento de la polución atmosférica ha aumentado considerablemente las enfermedades de las vías respiratorias, especialmente los procesos crónicos.

El pulmón es la mayor superficie corporal que está en contacto con los componentes gaseosos del entorno. El cociente entre la superficie de intercambio gaseoso del pulmón y la superficie total del cuerpo se sitúa aproximadamente en un valor de 40-1. Cien metros cuadrados de epitelio respiratorio, esto es, un 60% de la superficie epitelial, entran en contacto cada día con unos 9.000 a 10.000 litros de aire inspirado, según el profesor G. Huchon del Hospital Laenec de París. En consecuencia, el pulmón constituye a la vez un blanco para las enfermedades ambientales y una importante vía de penetración para los contaminantes atmosféricos, que pueden ser responsables además, de patología extrarrespiratoria, pues el 70% del aire inspirado llega hasta los alvéolos, franqueando las defensas del aparato respiratorio.

La importancia de los efectos de la contaminación atmosférica sobre el aparato respiratorio, no ofrece duda alguna, especialmente después de los episodios de contaminación atmosférica que se produjeron en 1930 en Bélgica, 1948 en Pensilvania y en 1952 en Londres. Estos episodios se asociaron con un aumento importante de la mortalidad, sobre todo en pacientes que presentaban ya enfermedades respiratorias.

La contaminación atmosférica es el principal componente de la contaminación ambiental y puede definirse como la presencia en la atmósfera de una o varias sustancias en cantidad suficiente para producir alteraciones de la salud, se presenta en forma de aerosol, con sus componentes gaseosos y específicos, alterando la calidad de vida de la población y la degradación de los ecosistemas. El principal contaminante, tanto por la frecuencia como por la importancia de sus efectos, es el humo de cigarrillos.

El ambiente se ha visto más comprometido con el progreso industrial, proveniente de chimeneas y fábricas, incendios forestales, sustancias irritantes como disolventes, pinturas y resinas que aumentan la concentración de partículas y gases tóxicos como el dióxido de nitrógeno y monóxido de carbono, la exagerada utilización de aerosoles, pero especialmente el aumento de vehículos circulantes y la falta de conscientización de la población en cuanto a estos factores se refiere y de manejo de desechos, lo que afecta directamente las vías respiratorias, especialmente en pulmonares crónicos, asmáticos y enfermos cardiovasculares.

Muchos ambientes interiores, como el hogar y sitios de trabajo, presentan condiciones de humedad, frío, oscuridad, pérdidas de gas, chimeneas, calor, corrientes de aire, proteínas animales y aeroalergenos, que condicionan un ambiente propicio para la propagación de enfermedades respiratorias. Las bacterias, los virus y los hongos prosperan en el aire cálido estancado, igualmente el polvo de diferentes procedencias, el polen, las esporas, flotan en el aire e inciden directamente en personas con antecedentes de enfermedad pulmonar o alérgicos. La infección se presenta habitualmente por la inhalación de microorganismos presentes en el ambiente y si bien no se multiplican en el aire, ésta es la vía por la que se transmiten. Las concentraciones son más altas en sitios cerrados y se facilita su transmisión al estornudar, toser o simplemente respirar o hablar por medio de gotas microscópicas de líquido mucoso bronquial. El aire inspirado al circular lentamente permite que se sedimenten las partículas según su tamaño, llegando así a las diferentes partes del árbol respiratorio. Tabla 1.

Tabla 1. Factores que contribuyan a la mala calidad del aire en edificios (%).

Hongos alergénicos
Polvo en suspensión en el aire
Bacterias patógenos o alergénicas
Humedad relativa baja
Formaldehido
Fibra de vidrio
Gases de escape de vehículos
Compuestos volátiles orgánicos
Humo de tabaco
Humedad relativa alta
Ozono

24
16.2
12.2
11.4
6.7
4.7
4.3
3.2
2.2
2.2
0.5

Cuando la gruesa y sucia capa de aire del ambiente se mezcla con humo y bruma, constituye lo que se conoce como smog (en Inglés smoke y fog) de los ingleses.

Actualmente en nuestro país las enfermedades respiratorias agudas constituyen la primera causa de consulta ambulatoria de urgencias, ocasiona entre el 50 y el 80% de las hospitalizaciones y representa la primera causa de mortalidad en la población menor de 5 años y la 5ª sobre la mortalidad general. El asma, ocupa el primer lugar entre los trastornos crónicos de la infancia, aparte de ser la primera causa de ausentismo escolar. Afecta entre el 5 y el 10% de la población menor de 15 años.

En Colombia anualmente se producen 4.100.000 toneladas de contaminantes atmosféricos. La industria manufacturera se destaca como una de las que más aporta con esta cifra. En Bogotá, la calidad del aire presenta un grave deterioro causado por los automotores, por la industria, así como por las descargas de las fuentes fijas ubicadas a lo largo de la ciudad. Esto origina zonas de alto grado de contaminación con concentraciones de partículas y óxidos de nitrógeno por encima de los niveles permitidos. Bogotá, situada en una depresión montañosa a 2.600 metros de altura, con una temperatura media de 14 grados y vientos muy débiles, la hacen la tercera ciudad más contaminada de América Latina.

La inhalación de polvillos inorgánicos produce una serie de enfermedades pulmonares que se conocen como neumoconiosis. Las más importantes son: silicosis, (exposición a minas, canteras, tallado de piedras, cemento, etc.); antracosis (trabajadores de minas de carbón); berilosis, asbestosis e inhalación de amianato. La asbestosis es una fibrosis pulmonar difusa por exposición reiterada al polvillo de amianto durante mucho tiempo. En estos pacientes la incidencia de cáncer bronquial es mucho mayor. Frecuentemente el mesotelioma maligno de la pleura se considera secundario a la exposición al amianto. La inhalación de vapores tóxicos puede causar neumopatía aguda o crónica. Entre los agentes etiológicos figuran el dióxido de nitrógeno (enfermedad de los que manipulan silos), el cloro, el fósforo, el anhídrido sulfuroso, el óxido de zinc, los vapores de mercurio, los vapores de cadmio y de polímeros.

Presencia de Alergenos Ambientales

La inhalación de sustancias orgánicas, producen enfermedades pulmonares, en la mayoría de los casos una alveolitis alérgica. Es conocido el pulmón del granjero (por inhalación de heno enmohecido), fiebre o brucelosis (especialmente los que manipulan ganado caprino); ornitosis (Psitacosis, neumonitis aviaria), histoplasmosis y criptococosis. Los ganaderos del Cono Sur del continente corren el peligro de infestación equinococócica (hidatidosis) patología muy frecuente en dicha región y aún no registrada en Colombia, los que manipulan conejos pueden contraer tularema. Bagasosis (por bagazo enmohecido); bisinosis (polvillo de algodón, lino y cáñamo) y los que trabajan con pulpa de madera, aserrios, etc.

La asociación entre hipersensibilidad a los alergenos inhalados y el asma, es reconocida, especialmente en niños, donde se evidencia una respuesta inflamatoria inmune del pulmón. Los alergenos derivados del ácaro del polvo casero, representan los alergenos más comunes y los estudios realizados muestran que hasta el 80% de los asmáticos alérgicos son sensibilizados al polvo casero. Los factores determinantes para el crecimiento del ácaro son la temperatura y la humedad ambiental.

También existe el alergeno del gato (el felis doméstico), el cual tiene un tamaño entre 2-5 micras, lo cual le permite permanecer mucho tiempo en el aire. La sensibilidad al perro es menor (can FI), contiene un 25% de la actividad alérgica del pelo y caspa, especialmente en la saliva y la piel. Las cucarachas proveen un 30% de alergenos domiciliarios. Los asmáticos tienen una gran sensibilidad a la inhalación de estos polvillos orgánicos, inorgánicos y vapores tóxicos, los que pueden desencadenar una crisis asmatiforme. Muchos de estos gases y aerosoles solubles y compuestos hidrocarbonados, pueden inducir al edema pulmonar agudo, cuya gravedad depende mayormente de la intensidad y duración de la exposición. Son muy importantes las secuelas como la bronquiolitis, fibrosis grave y la peribronquilitis, bronquiectasias generalizadas y enfermedades de las vías aéreas de tipo obstructivo.

Otra enfermedad relacionada con los alergenos, es la rinitis alérgica (fiebre de heno), producida por la inhalación de los pólenes de ciertas plantas, los que desencadenan en organismos sensibilizados, reacciones alérgicas o anafilácticas de diferente intensidad, cuyos síntomas pueden ser leves, moderados o graves. Se presenta con intensa tumefacción, edema y secreción de la mucosa nasal, acompañada de prurito y estornudos, intensa conjuntivitis con fotofobia, escozor en los ojos y edema palpebral. En ocasiones puede coexistir con laringitis, laringotraqueitis, otitis y verdaderos accesos de broncoespasmo con abundantes sibilancias. Es frecuente en agricultores y jardineros. La mayoría de los rinitis son ocasionadas por los rinovirus.

La rinitis vasomotora, a diferencia de la fiebre de heno se debe a una hipersensibilidad constitucional y las causas son múltiples. La histamina liberada puede ser en cualquier órgano, produciendo importantes reacciones vasomotoras que se manifiestan por obstrucción nasal súbita con eliminación masiva de una secreción acuosa (rinorrea), con fuertes accesos de estornudos. Los alergenos son varios y muchos relacionados con determinadas profesiones que inhalan polvos irritantes, como los panaderos, los farmacéuticos, los molineros, los vapores, el humus, el polvo de establos, de plumas (galpones de aves), el polvo casero, los cabellos y los pelos (peluqueros), los perfumes, la manipulación de carnes, los peces, etc. Estos alergenos también pueden producir urticarias, erupciones eritematosas cutáneas, cefaleas y desencadenan crisis asmáticas, lo que de hecho es el terreno más propicio.

La conjuntivitis alérgica se presenta también por la gran contaminación del aire especialmente en las ciudades y con la exposición al sol, a la industria del caucho o de productos inflamables, la floricultura, los talleres de soldadura, al polen, pelos de animales, plumas, etc., los ojos se presentan enrojecidos, con fotofobia y rasquiña, lo que puede complicarse con conjuntivitis viral o bacteriana donde se agrega la secreción mucopurulenta.

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