Terapia de Sustitución Hormonal

Toda la población, hombres y mujeres pierde de manera normal, calcio del hueso trabecular a partir de una determinada edad de vida adulta. Se sabe que las mujeres de raza blanca o asiática, de constitución delgada, sedentarias, fumadoras y con un componente genético predisponente son las más susceptibles a esta patología.

¿Cómo identificarlas? ¿Es necesario prescribir estas hormonas a toda una población femenina cuando conocemos que son quizás el 30% de ellas quienes se benefician del defecto protector y antagonista de las fracturas generado por los estrógenos usados por lapsos prolongados de tiempo?.

Se detecta en la revisión de la literatura que hay problemas con el cumplimiento de la prescripción de la terapia de sustitución. En los Estados Unidos se ha estimado que sólo el 20% de la población de mujeres postmenopáusicas ha recibido alguna clase de sustitución hormonal estrogénica. De estas pacientes el 50% no alcanza a recibir la medicación por un período mayor de un año.

El efecto protector sobre la matriz ósea supone la utilización continua de los estrógenos al menos por un período de siete años. Si es éste el panorama ante una población con elevados niveles de información y motivación, son facilidades de acceso al control médico y al apoyo tecnológico. Cuál podría ser la situación en zonas con serias limitaciones a la disponibilidad de atención médica básica.

(Lea También: Sustitución Hormonal)

De este interrogante solamente podría escaparse un reducido número de pacientes de nuestro medio:

Las de un estrato socio-económico alto. Con este reducido grupo, y considerando aquellas para quienes no existe contraindicación para el uso prolongado de los estrógenos (neoplasias estrógeno-dependientes, sangrado ginecológico sin diagnóstico preciso, enfermedad hepática, enfermedad tromboembólica). Podría ofrecerse la opción de la terapia siempre y cuando se den las posibilidades de control mamográfico. Control del crecimiento endometrial, control del perfil lipídico y posibilidad del examen ginecológico completo anual.

Todo esto sin olvidar que la modificación de los hábitos de vida (control del hábito del cigarrillo. Ejercicio físico adecuadamente orientado y suplementos prolongados de calcio) son pilares fundamentales para la prevención de la osteoporosis.

Cabe en este punto destacar que las caídas (acontecimiento del cual suele depender finalmente la prestación de la fractura). También pueden prevenirse mediante la intervención sobre aspectos ambientales y de diseño arquitectónico (iluminación, superficies de baños y pisos, pasamanos, escaleras).

Es obvio que el médico habrá considerado con antelación a la formulación de los estrógenos el control de otros importantes eventos que tiene que ver con las caídas de las pacientes mayores de edad, como la disminución de los reflejos, la utilización de medicación antihipertensiva, sedantes y neurolépticos y además, ha considerado y tratado adecuadamente la presencia de problemas ortopédicos ya establecidos, sin mencionar los trastornos del equilibrio, el exceso de peso y las consecuencias de las enfermedades “degenerativas”, todas ellas condiciones propias de este grupo particular de pacientes.

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