Editorial: TRH, un fenómeno dinámico en la atención de la mujer

Nunca ha habido un tema tan dinámico en la atención de la mujer como el uso y la prescripción hormonal a la mujer menopáusica en todas sus etapas. La primera de las preguntas que nos hacíamos era si en la premenopausia se debían prescribir hormonas. La conclusión inicial fue que las hormonas serían benéficas en las mujeres con o sin síntomas, porque en las no sintomáticas se prevenían los eventos cardiovasculares porque así lo decían una veintena de estudios observacionales. En el 2002 con la aparición de 2 estudios prospectivos muy bien conocidos por los médicos, las pacientes y los medios, se tumbó ese paradigma hasta el momento y la TRH se convirtió en un generador de eventos en lugar de lo contrario establecido anteriormente. La Internacional Menopause Society (IMS), el 13 de febrero del 2004, genera una posición, después de un análisis muy serio y bien documentado, acerca del efecto de la terapia en la enfermedad cardiovascular y llega a conclusiones de que no hay evidencia de que la TRH no sea cardioprotectora en la transición menopáusica y en mujeres más jóvenes postmenopáusicas tempranas y por lo tanto recomienda que siguen siendo más los beneficios que los riesgos (Rev Col Menop 2004:1:53).

Aun más, siguen cambiando los conceptos con relación a la TRH y ahora es su uso en mujeres con cáncer de mama previamente tratado. En este número de la Revista Colombiana de Menopausia (pág. 47) aparece el resumen y el comentario del estudio HABITS (hormonal replacement therapy after breast cancer–is it Safe?), que como siempre tuvo mucha difusión por los medios y creó más confusión y pánico entre los médicos y los pacientes. Dos estudios previos realizados por la norteamericana Lila Nattingall y el australiano Barry Wren habían mostrado lo contrario en estudios de hasta 22 años de seguimiento. Sin embargo el recuerdo más reciente es el que queda en la mente de los informados. Es decir los conceptos evolucionan con una rapidez asombrosa y lo que ayer fue verdad es hoy una gran mentira y viceversa.

En el número anterior de la Revista (2003;9:339) aparece la publicación y los comentarios de personas tan autorizadas como el profesor León Speroff del estudio británico MWS (Million Women´s Study), un estudio observacional con la fortaleza de un gran número de pacientes incluidos, en el que se reporta un aumento de incidencia de cáncer de mama y en él se involucra no solo el acetato de medroxiprogesterona como progestacional, sino la noretindrona, el levonorgestrel y la tibolona.

Como si lo anterior no fuera suficiente, acaba de salir la comunicación de la NIH en la cual se suspende el brazo de terapia estrogénica, TE, del WHI que se suponía iría hasta el 2005 (Rev Col Menop 2004;1:61). Aunque no se encontró mayor incidencia en cáncer de mama y en eventos cardiovasculares, hubo un aumento por encima de los límites de seguridad de eventos trombóticos cerebrales, ACV. El comité de seguridad del trabajo consideró que los riesgos superaban los beneficios en ese campo. Esto ya se había demostrado en el informe del brazo de TEP del WHI.

Esto quiere decir que los que trabajamos en el tema tenemos la obligación de estar enterados de los cambios y cómo se van sucediendo, y que los que estamos dedicados a difundir y trasmitir el conocimiento tomemos partido activo en el proceso y nos dediquemos a difundir con orientación científica y académica los hechos que muchas veces son difundidos por personas ineptas, inexactas, inescrupulosas y en algunas ocasiones con intereses diferentes al meramente científico y de salud.

Lo que para nosotros sí es claro es que la terapia hormonal está vigente y tiene indicaciones y contraindicaciones algunas muy claras y otras todavía en discusión.

Con la aparición de nuevos compuestos con nuevas moléculas, menores concentraciones efectivas, la mujer perimenopáusica sigue teniendo la alternativa de una mejor vida activa menos complicaciones mayores (fracturas) y si se logra demostrar su papel protector cuando se usa temprano en la menopausia, preparar la mujer para una placentera vida en la edad de la vejez.

Gustavo Gómez Tabares
Editor jefe

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