Rehabilitación Cardiaca en la Unidad de Cuidado Intensivo
Cardiac Rehabilitation in the Intensive Care Unit
Diana Marcela Achury*, Luisa Fernanda Achury Beltrán**
Resumen
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de morbilidad y mortalidad en el mundo, razón por la cual los programas de rehabilitación cardiaca han buscado la incorporación de los pacientes no solo en los servicios de hospitalización o de forma ambulatoria, sino también de una forma temprana en la unidad de cuidado intensivo; en donde el profesional de enfermería debe participar activamente en el proceso de readaptación del paciente, promoviendo el inicio temprano de la actividad física, rehabilitación pulmonar y algunas recomendaciones que le permitan generar toma de conciencia y adaptarse al proceso de rehabilitación física, social y emocional.
Teniendo en cuenta lo anterior este artículo busca proporcionarles a los profesionales en enfermería los fundamentos que les permita participar en la implementación temprana de fase I mediante el conocimiento de los efectos positivos de rehabilitación cardiaca y el rol que desempeña como parte del tratamiento integral del paciente.
Palabras clave: rehabilitación cardiaca, enfermería, unidad de cuidado intensivo.
Abstract
Cardiovascular diseases are the leading cause of morbidity and mortality in the world, thus the cardiac rehabilitation programs seek their incorporation not only in the inpatient and ambulatory scopes, but also an early manner, in the intensive care unit, where the nurse should actively participate in the patient’s rehabilitation process, promoting early the start of physical activity and pulmonary rehabilitation, provide recommendations toward generating awareness and adaptation to the process of physical, social and emotional rehabilitation.
Given the above, this article seeks to provide nursing professionals with the basics so as to enable them to participate in the early implementation of Phase I through the knowledge of the positive effects of cardiac rehabilitation and the role that nursing plays as part of integral management of the patient.
Key words: Cardiac rehabilitation; nursing; intensive care unit.
Introducción
La elevada incidencia de enfermedades cardiovasculares en el mundo y el tratamiento quirúrgico al que son sometidos los pacientes como parte del manejo médico, han dejado ver la importancia de la implementación temprana de la primera fase de la rehabilitación cardiaca, en donde el profesional de enfermería juega un papel decisivo en la incorporación de los pacientes y su adaptación y adherencia al tratamiento, lo cual favorece en forma significativa su recuperación y reincorporación a la vida familiar, laboral y social. A continuación se describe la incidencia de la enfermedad cardiovascular en el mundo, el contexto general de los programas de rehabilitación, el desarrollo de la primera fase en la unidad de cuidado intensivo en los pacientes con síndrome coronario agudo, revascularización miocárdica y recambio valvular.
La Incidencia de la Enfermedad Cardiovascular
A pesar de los numerosos avances en salud, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de morbilidad y mortalidad en los países industrializados y en vía de desarrollo(1). La American Heart Association en su informe estadístico sobre enfermedades cardiacas actualizado en el 2010, estima que 81’100.000 adultos estadounidenses (más de 1 de cada 3) padecen de uno o más tipos de enfermedad cardiovascular (hipertensión arterial, enfermedad coronaria, insuficiencia cardiaca y enfermedad cerebrovascular). Los datos revelan que las enfermedades cardiovasculares son desde 1900 la principal causa de muerte en Estados Unidos, ocasionando incluso más muertes que el cáncer.(2)
Según el Informe sobre la Situación de la Salud en Colombia 2007 del Ministerio de la Protección Social, la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en Colombia tanto en hombres como en mujeres mayores de 45 años e incluso supera las muertes violentas o por cánceres combinados.(3) Frente a esta problemática se han desarrollado diferentes estrategias dirigidas a la promoción de estilos de vida saludables y a la prevención de los factores de riesgo cardiovascular; sin embargo, estas medidas no han generado el impacto esperado en la reducción de las tasas de morbilidad y mortalidad lo cual se ve reflejado en la alta incidencia de enfermedades cardiovasculares que hacen necesaria la implementación y desarrollo de los programas de rehabilitación cardiaca.
El Contexto General de los Programas de Rehabilitación Cardiaca
Según la Organización Mundial de la Salud, la rehabilitación cardiovascular es el conjunto de actividades necesarias para que el paciente coronario (o con cualquier otra patología cardiovascular), llegue a un nivel funcional óptimo desde el punto de vista físico, mental y social, por medio del cual pueda reintegrarse por sus propios medios a la vida familiar y profesional.(4)
La American Heart Association y el American College of Cardiology reconocen los programas de rehabilitación cardiaca como parte esencial del cuidado de los pacientes cardiovasculares y por ello son recomendados como útiles y eficaces (Clase I); un consenso realizado entre la American Heart Association, la American Association of Cardiovascular and Pulmonary Rehabilitation (AACVPR) y la Agency for Health Care Policy concluyó que los programas de rehabilitación cardiaca deben ofrecer de forma multifacética y multidisciplinar intervenciones que permitan la reducción del riesgo cardiovascular; de manera que los programas que sólo ofrecen entrenamiento físico no pueden ser considerados como rehabilitación cardiaca,(5) en esa medida las actividades educativas cobran gran importancia en los programas de rehabilitación que manejan al paciente cardiovascular, pues son el pilar fundamental del cambio en los estilos de vida de los individuos y la adherencia de estos de manera completa al tratamiento farmacológico y no farmacológico de la enfermedad.
Los programas de rehabilitación cardiaca se encuentran constituidos por los profesionales de la salud en el marco de un equipo multidisciplinario, complementario del tratamiento médico que ayudan a los pacientes a recuperarse física, social y emocionalmente(6,7) mediante el acompañamiento, la realización de actividades físicas y educativas que le permitan al individuo disminuir los síntomas y el riesgo de futuros eventos cardiacos.(8)
Los servicios de rehabilitación cardiaca iniciaron hacia 1950 sólo en el manejo de los pacientes que habían sufrido un infarto agudo de miocardio, y con el tiempo y el conocimiento de los efectos benéficos del ejercicio y de la educación contenida en los programas de rehabilitación se amplió esta alternativa terapéutica a los pacientes en postoperatorio de cirugía cardiovascular, procedimientos percutáneos, postrasplante cardiaco, angina estable e insuficiencia cardiaca, entre otros.(5)
Las siguientes tablas muestran las indicaciones y contraindicaciones para la asistencia de los pacientes a un programa de rehabilitación cardiaca.
Los programas de rehabilitación tienen los siguientes objetivos:
1. Mejorar la calidad de vida
• Mejorar la capacidad funcional y cardiorrespiratoria
• Fomentar independencia funcional y autocuidado
• Disminuir el deterioro psicológico
• Educar al paciente y la familia
• Mejorar las relaciones sociales
• Lograr adherencia a la terapia farmacológica y no farmacológica
2. Realizar prevención secundaria:
• Facilitar el control de factores de riesgo
• Disminuir la progresión de la enfermedad ateroesclerótica, isquemia miocárdica, arritmias y muerte súbita
• Mejorar la perfusión miocárdica y función ventricular
• Incrementar la sobrevida postinfarto
• Evitar complicaciones y número de hospitalizaciones.
Como parte de los programas de rehabilitación cardiaca algunos autores han propuesto el desarrollo de protocolos de entrenamiento físico, psicológico, de educación y de prevención secundaria,(1,9-13) con el fin de obtener una recuperación integral del paciente que sufre de enfermedades cardiovasculares. Estos protocolos deben orientarse en cuatro elementos:
• El entrenamiento físico busca una mejor tolerancia a las actividades de los pacientes mediante el desarrollo progresivo de actividad física según la tolerancia del individuo. La prescripción del ejercicio se realiza con base en los METs, los cuales reflejan la cantidad de oxígeno que consume una persona en reposo y el metabolismo basal (1 METs equivale a 3,5 ml/Kg/minuto) y se establecen con base en 5 lineamientos básicos: modalidad, intensidad, frecuencia, tipo y progresión.(14)
• El acompañamiento psicológico busca garantizar el bienestar del paciente en este aspecto, de manera que el individuo experimente menores niveles de ansiedad y de depresión, lo cual se ve reflejado de forma positiva sobre la calidad de vida.(1)
• El protocolo de educación busca mantener informados a los pacientes y sus familiares sobre la enfermedad y tratamiento, de manera que ellos puedan ejercer medidas de control del estrés y conocer todos aquellos aspectos relacionados con los estilos de vida que deben adoptar.(1)
– El protocolo de prevención secundaria pretende controlar todos aquellos factores de riesgo cardiovascular como el control del perfil lipídico, del peso y la hipertensión arterial con el fin de disminuir la morbilidad y mortalidad.(1)
Algunos programas de rehabilitación cardiaca que funcionan actualmente implementan en cada una de sus sesiones la valoración cardiovascular, monitorización, el ejercicio terapéutico, las técnicas de relajación, el apoyo nutricional, el soporte educativo y la asesoría individual como parte del manejo integral del paciente cardiovascular, de la misma forma que realizan intervenciones prequirúrgicas con las cuales se prepara al paciente tanto física como emocionalmente para el procedimiento al cual va a ser sometido con el objetivo de disminuir su ansiedad y otras de tipo posquirúrgico o postevento agudo en donde se contemplan las actividades específicas de las fases I, II, III y IV de los programas de rehabilitación.(5)
Los programas de rehabilitación cardiaca se dividen en tres o cuatro fases, cada una de las cuales especifica el tiempo de desarrollo de la misma y las actividades que deben llevar a cabo los individuos en su recuperación.
La fase I o intrahospitalaria tiene una duración aproximada de 8 a 12 días, en la cual se involucran todos los pacientes cuya condición hemodinámica lo permita; usualmente esta primera fase de la rehabilitación cardiaca se divide en dos etapas, la primera de las cuales se desarrolla en la unidad de cuidado intensivo y la segunda durante el resto de la hospitalización del individuo.
El objetivo principal de las actividades desarrolladas en esta fase es contrarrestar los efectos del reposo prolongado,(1,10) como lo es el mantener el tono muscular, prevenir la hipotensión postural, disminuir el riesgo de trombosis venosa profunda y preparar psicológicamente al paciente y a su familia para afrontar la situación en curso.(5,15) Se considera que este es el momento ideal para iniciar las actividades de prevención secundaria, por medio de las cuales se brinda educación al paciente y su familia sobre la enfermedad, la dieta, los factores de riesgo y su modificación, los medicamentos, los cuidados que ha de tener en casa, la actividad física permitida y los signos de alarma.(1,10)
Algunos autores señalan una fase intermedia entra la primera y la segunda de los programas, que han denominado como fase 1,5 y la cual se desarrolla después del egreso hospitalario durante un periodo aproximado de 2 a 6 semanas, tiempo que transcurre desde que el paciente retorna a su hogar hasta cuando se incorpora a un programa supervisado. En esta etapa también se desarrollan actividades que cuentan con la participación de los familiares e incluyen ejercicios de bajo nivel y actividades educativas que motiven al paciente al control de los factores de riesgos y la implementación de un estilo de vida saludable.(1)
La fase II conocida también como fase activa, ambulatoria supervisada o post-hospitalaria, tiene una duración de 3 a 6 meses y tiene como objetivo principal aumentar la capacidad funcional del paciente(1) para conseguir que éste se desenvuelva de forma independiente dentro y fuera de su hogar. En esta etapa cobra gran importancia la adherencia del paciente al ejercicio físico regular y a las actividades educativas enfocadas al conocimiento de la enfermedad, el cambio en los estilos de vida, la readaptación familiar, ocupacional y social.(5,10)
Y por último se desarrolla la fase III o también conocida como fase de mantenimiento, la cual tiene una duración de 4 a 6 meses e incluso puede llegar a prolongarse de manera indefinida; en esta fase el individuo no requiere supervisión continua durante la realización de la actividad física (usualmente del tipo de resistencia), sino que por el contrario el individuo desarrolla su actividad conforme a un plan de entrenamiento establecido al finalizar la segunda fase de la rehabilitación, con lo que se busca mantener la capacidad funcional ya adquirida.
* Magíster en Enfermería en el cuidado de la salud cardiovascular. Universidad Nacional. Profesor asistente Facultad de Enfermería. Pontificia Universidad Javeriana.
** Especialista en Enfermería en Cuidado Crítico. Pontificia Universidad Javeriana. Enfermera Unidad de cuidado intensivo Pediátrico. Hospital San Ignasio. Profesor instructor Facultad de Enfermería. Pontificia Universidad Javeriana.
Correspondencia: dianaachury@yahoo.es
Recibido: marzo de 2010
Aceptado para publicación: mayo de 2010
Actual. Enferm. 2010;13(2):22-29
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