Atención Prenatal Básica
• Valorar la presencia de los factores de riesgo y de alto riesgo psicosocial.
• Realizar el control prenatal (debe ser practicado por el médico).
• Cuantificar el ácido úrico en la primera consulta prenatal preferiblemente en la primera mitad del embarazo. Las pacientes con ácido úrico mayor de 6,0 mg/dl presentan mayor riesgo de mortalidad perinatal.
• Comparar las cifras de hemoglobina y hematocrito desde la primera mitad del embarazo con las cifras del tercer trimestre, para vigilar la hemoconcentración.
• Realizar prueba de Gant o Roll over test entre las semanas 28 y 32. Consiste en tomar la tensión arterial en decúbito lateral izquierdo en el brazo derecho, después colocar a la paciente en decúbito supino y esperar cinco minutos para repetir la toma de la tensión arterial. Si la cifra diastólica aumenta en 20 mm Hg, la prueba se considera positiva. Si la prueba es positiva, cuantificar la presión arterial media, con la paciente sentada, si ésta es mayor de 85 mm Hg (PAM-85), considerar la prueba como verdadera positiva.
• Recomendar reposo en decúbito lateral como medida preventiva de preeclampsia.
• Administrar ácido linoléico, calcio y ácido fólico.
• Cuando se identifica en este grupo de pacientes la prueba de Gant, verdaderamente positiva, las medidas a realizar son las siguientes:
– Cuantificar la proteinuria en orina de 24 horas.
– Iniciar maduración pulmonar con betametasona: 12 mg/día por dos días.
– Iniciar la administración diaria de antioxidantes: 400 U.I. de vitamina E y 1g de vitamina C.
– Seguimiento semanal de tensión arterial, peso y síntomas neurológicos.
– Seguimiento ecográfico cada tres semanas del crecimiento fetal.
– Prescribir la suplencia de hierro.
• En pacientes con patologías médicas coincidentes o que anteceden al embarazo, con alto riesgo de desarrollar preeclampsia sobre agregada las recomendaciones son:
– Realizar las intervenciones necesarias para mantener controlada la enfermedad de base.
– Recolectar orina de 24 horas para cuantificar depuración de creatinina y proteinuria cuantitativa, durante la primera mitad del embarazo, en todas las pacientes con enfermedades de base, susceptibles de compromiso renal pregestacional, para establecer el grado concomitante de compromiso glomerular y tener el patrón de referencia para determinar, posteriormente, la preeclampsia sobre agregada.
– La cuantificación del calcio urinario ha establecido un valor de anormalidad menor de 195 mg en orina de 24 horas o menor de 12 mg/dL en muestra aislada de orina. Este examen debe tomarse antes de la semana 20 para compararlo con el resultado del tercer trimestre o en la segunda mitad del embarazo para encontrar el diagnóstico temprano de preeclampsia.
– Administrar de manera profiláctica ácido acetilsalicílico (ASA) en dosis de 1 mg/Kg/día a partir de la semana catorce hasta la semana 34. En pacientes con antecedentes trombofílicos muy importantes los antiagregantes plaquetarios y los anticoagulantes deben administrarse durante toda la gestación, incluido el primer trimestre del embarazo. El be neficio comprobado del ASA es reducir hasta en 15% la preeclampsia.
– Realizar Doppler de la arteria uterina entre las semanas 20 y 24 de la gestación para identificar la presencia de muesca protodiastólica en aquellas pacientes destinadas a presentar insuficiencia placentaria.
– Hacer curva de crecimiento fetal cada tres semanas a partir de la semana 24 de la gestación para realizar tempranamente el diagnóstico de RCIU.
– Maduración pulmonar desde la semana 26 hasta la semana 34. Se prefiere el uso de betametasona.
– Realizar control prenatal en consulta especializada de alto riesgo obstétrico.
Manejo hospitalario
No existe una medida terapéutica que revierta el compromiso endotelial y multisistémico de la preeclampsia.
La enfermedad puede empeorar progresivamente el síndrome de hipoperfusión tisular hasta la falla orgánica. De acuerdo con esto, el principal objetivo terapéutico es encontrar el momento oportuno para terminar el embarazo.
Medidas generales
• Hospitalización de todas las pacientes con diagnóstico de preeclampsia en nivel de complejidad media o alta.
• Durante las primeras seis horas de hospitalización, calificar el compromiso materno y fetal para clasificar la entidad. Además, precisar la edad gestacional, estabilizar las variables hemodinámicas y, en muchas ocasiones, terminar el embarazo.
• La paciente hospitalizada debe ser valorada de la siguiente manera: tensión arterial cada cuatro horas, proteinuria cualitativa diaria, proteinuria cuantitativa semanal, control diario de peso, balance de líquidos administrados y eliminados. Además de solicitar los siguientes paraclínicos: hemoglobina, hematocrito, recuento de plaquetas, transaminasas, bilirrubinas, ácido úrico, BUN, creatinina, deshidrogenasa láctica, frotis de sangre periférica, depuración de creatinina, ecografía obstétrica, perfil biofísico y monitoria fetal.
• Administrar 12 mg de betametasona cada 24 horas por dos dosis para fomentar la maduración pulmonar en embarazos entre 26 y 34 semanas.
Esta recomendación disminuye el riesgo de membrana hialina neonatal en 50%.
• Las indicaciones para terminar el embarazo son:
– Preeclampsia en pacientes con embarazos menores de 26 semanas o mayores de 36 semanas.
– Pacientes con dos o más criterios de disfunción orgánica múltiple sin interesar la edad gestacional. Previo al manejo obstétrico iniciar el tratamiento correspondiente de acuerdo con la disfunción.
– Pacientes con disfunción orgánica estable o progresiva en el curso de gestaciones mayores de 34 semanas.
– El estado fetal crítico implicaría la realización de cesárea de emergencia inmediata. Estos casos corresponden a fetos con: variabilidad ausente, anhidramnios, desaceleraciones profundas y prolongadas, ausencia o reversión del flujo diastólico de la arteria umbilical o Doppler venoso anormal.
– Entre las semanas 26 y 34, un grupo multidisciplinario con experiencia en el área deberá decidir la terminación del embarazo, de acuerdo con el recurso humano disponible.
– La tendencia progresiva, el empeoramiento de los datos de laboratorio y la presencia de hallazgos patológicos en la vigilancia fetal son los parámetros que determinarán la terminación del embarazo.
La atención intervencionista se relaciona con mayor morbilidad neonatal como membrana hialina, enterocolitis necrotizante y mayor ingreso a UCI en contra de un mayor riesgo de restricción en el crecimiento fetal observado durante el manejo expectante. El parto precoz se justifica por la posibilidad de daño para la madre si se continúa con el embarazo.
Medidas específicas
• Ordenar dieta normosódica e hiperproteica.
• Administrar en forma sistemática cristaloides en todas las pacientes con preeclampsia, para optimizar la perfusión tisular. La reexpansión de volumen está asociada con una reducción en las cifras de tensión arterial y con una mejor circulación materna y útero placentaria.
• Utilizar sulfato de magnesio endovenoso en todos los casos de preeclampsia. El sulfato de magnesio previene la eclampsia en 58%; de manera adicional, parece reducir el riesgo de muerte materna. A las dosis recomendadas, no tiene efectos adversos sobre el feto ni sobre la madre. Se deben usar 4 g de sulfato de magnesio como bolo de impregnación administrado en 30 minutos y continuar luego a razón de 1 g hora por 24 horas.
El rango terapéutico es amplio siempre y cuando se mantenga una vigilancia clínica obligatoria: gastos urinarios mayores de 60 ml/hora, frecuencia respiratoria mayor de doce por minuto, reflejos osteo tendinosos de ++. Si lo anterior no se cumple el riesgo de intoxicación es inminente y se debe proceder a administrar el antídoto: gluconato de calcio. Por estas consideraciones, siempre se coloca sonda vesical a drenaje permanente en todas las pacientes que reciben magnesio para cuantificar horariamente la diuresis.
El magnesio está contraindicado en pacientes oligoanúricas (gastos urinarios menores de 30 ml/hora), en pacientes con miastenia gravis y en pacientes con bloqueos auriculo ventriculares.
Antihipertensivos
Utilizar fármacos en aquellas pacientes que después de una adecuada hidratación, reposo y administración de magnesio, persistan con cifras de presión arterial diastólica mayor de 100 mm Hg, o presión arterial sistólica mayor de 160 mm Hg, registradas en decúbito lateral izquierdo.
Las indicaciones para utilizar medicamentos anti hipertensivos pueden resumirse de manera simple en dos criterios:
a. En las gestantes embarazadas con preeclampsia, cuando las tensiones arteriales se encuentren en estadio hipertensivo II.
b. En las gestantes con preeclampsia después del parto, cuando las tensiones arteriales se encuentren en estadio hipertensivo I.
Lo anterior obedece a que durante la gestación la presión arterial favorece la perfusión placentaria.
Los medicamentos utilizados durante la gestación se clasifican en cuatro grupos:
• Simpático líticos de acción central: alfa-metil dopa y clonidina.
• Calcioantagonistas: nifedipina, nitrendipina, nimodipina, verapamilo y amlodipino.
• Beta bloqueadores: labetalol, metoprolol. El atenolol se ha relacionado con alta frecuencia de RCIU, por lo cual no se recomienda. El propranolol es de primera elección durante la lactancia, por eliminarse en menores concentraciones en la leche materna.
• Vasodilatadores periféricos: prazosín, hidralazina y ketanserina.
Durante el embarazo están contraindicados de manera relativa los inhibidores de la ECA y los diuréticos. También están contraindicados los antagonistas de receptores de angiotensina. Los inhibidores de la ECA se han relacionado con abortos, muerte fetal in útero, hipocalvaria, tubulopatía renal, cierre del ductus y RCIU. Los inhibidores de la ECA pueden utilizarse durante el puerperio en el curso clínico de la falla cardíaca.
En las pacientes que presentan emergencias hipertensivas: encefalopatía, disfunción ventricular izquierda o nefropatía, las cifras tensionales deben manejarse con fármacos parenterales de acción rápida: hidralazina (primera elección, pero de difícil consecución en nuestro medio), labetalol, nitroprusiato, clorpromazina.
El soporte inotrópico está indicado cuando hay signos de disfunción ventricular sistólica la cual debe sospecharse en pacientes con: taquicardia con ritmo de galope, estertores basales, cardiomegalia y derrames pleurales, presión venosa central o capilar pulmonar elevada, oximetría de pulso menor de 90%, oliguria persistente. En estos casos se recomiendan los digitálicos y los adrenérgicos: dopamina, dobutamina o adrenalina. Estas pacientes ameritan monitoreo hemodinámico invasivo.
Manejo periparto
La inducción del trabajo de parto con oxitocina, está indicada en pacientes con embarazo mayor de 34 semanas, cifras tensionales controladas y sin alteración del sistema nervioso central.
Si el compromiso materno es severo se debe estabilizar hemodinámica y neurológicamente para terminar el embarazo entre 6 y 24 horas, mediante cesárea.
Las pacientes con preeclampsia ameritan reserva de dos unidades de sangre total o glóbulos rojos empaquetados.
Manejo posparto
Estas pacientes ameritan una vigilancia estrecha durante las primeras 72 horas de puerperio. Este período es crítico por la aparición frecuente de complicaciones: edema pulmonar, eclampsia puerperal y sepsis.
Debe vigilarse la redistribución de líquidos que se manifiesta por una fase de poliuria acuosa, con disminución progresiva de los edemas patológicos.
Las cifras de tensión arterial permanecen elevadas durante las primeras seis semanas y se deben controlar estrechamente ajustando en forma periódica la dosis de los medicamentos. En pacientes con proteinuria severa, ésta debe mejorar de manera ostensible durante las primeras cuatro semanas, cuando esto no ocurre es probable que exista una nefropatía asociada. Los paraclínicos deben normalizarse en 72 horas.
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