Enfermería como Profesión, Generar Cultura, Encontrar Sentido

Editorial

Alejandra del Carmen Parisotto¹

La enfermería como profesión está en constante evolución y cambio que requiere a los líderes ponerse al frente de nuevos desafíos en forma permanente.

Primero a los líderes porque a partir de allí los cambios se enfrentan y se acompañan.

Desde hace muchos años prevalece una inquietud ¿cómo hacer que otros quieran hacer lo que es bueno para el paciente? Parece una pregunta extraña, ya que no habría profesional de enfermería que no quiera sumarse a hacer cosas buenas por y para el otro. Un ser que necesita de cuidados y que está junto a su familia en cierto estado de vulnerabilidad o con riesgo de ser más vulnerable.

Sin embargo, en la mayoría de las instituciones, vemos que muchas veces la adherencia a normas, políticas y procedimientos, que le harían bien al paciente, no llegan al objetivo propuesto o los indicadores frecuentemente marcan nuevas estrategias a implementar.

Allí es donde se actúa y se trabaja sobre la tasa que no da bien, que no llega a la meta, se mejora y, simultáneamente, lo que se dejó de mirar tan exhaustivamente disminuye su adherencia. La pregunta que surge es ¿por qué nos pasa esto? Y la respuesta podría ser que hay que generar cultura y encontrar sentido.

Humberto Eco, semiólogo italiano, en su libro “La estructura ausente”, nos hace imaginar al hombre prehistórico que usaba una piedra de una manera y la transformó en un utensilio con un nuevo valor. Comienza una nueva etapa, donde la piedra que servía para algo pasa a ser la piedra x que sirve para y.

En este ejemplo simple, Humberto Eco nos expresa que la cultura es comunicación y significación. Y agrega que “para poder hacer esto es necesario que quien utilice la piedra por primera vez, considere la posibilidad de transmitir al día siguiente y a sí mismo la información adquirida. Utilizar la piedra por primera vez no es cultura. Establecer qué y cómo esto se puede repetir y transmitir, esto sí es cultura”. De esta manera, se construye la memoria, la comunicación, la cultura y el sentido.²

Además, el sentido es lo que nos moviliza (o no) al hacer, salir del discurso, que sin el “hacer” se convierte en algo hueco, decir que se busca evitar o prevenir lesiones por presión, o que haya una preparación y administración segura de medicamentos, no basta.

Es necesario la adherencia a las normas, que nos ayudan a ser seguros y entender que la seguridad del paciente depende de procesos analizados y probados y de profesionales que utilicen su juicio clínico, que comprendan el porqué de las normas y que, además, lo puedan llevar a la práctica, conscientes de la implicancia de su intervención.

En el “hacer de enfermería” tenemos varias opciones: el hacer por hacer, el hacer porque me miran, el hacer porque me dicen, el hacer porque me parece o decidir hacer porque lo que hago tiene un sentido, porque tiene una meta, porque hay un “otro” que depende de mis decisiones.

Encontrar sentido y generar cultura es una responsabilidad de todos que requiere compromiso individual, salir del “piloto automático”, estar en el aquí y ahora de cada intervención en cada paciente en particular.

En ese accionar diario es necesario que podamos preguntarnos como miembros del equipo en forma permanente: ¿cuánto sé? ¿lo sé todo? ¿hay algo nuevo? ¿lo hago? ¿tiene sentido?

Encontrar esas respuestas o buscar responderlas nos irá marcando el camino y construyendo la cultura de seguridad que tanto los pacientes, sus familias y el equipo de salud necesitan para seguir trabajando.

La profesión de enfermería por sí sola no tiene un sentido, somos los profesionales de enfermería quienes se lo damos, con nuestro trabajo diario, yendo más allá de la acción cotidiana, haciéndolo con responsabilidad (habilidad de responder ante las diferentes situaciones), buscando cumplir la misión que tenemos al lado del otro más vulnerable y que sólo podemos llevar adelante de la mejor manera posible, con lo más profundo de la ciencia y con una gran dosis de humanidad, necesarias para acompañar a ese “otro”.

He aquí entonces el resumen que Victor Frankl ³ en uno de sus siete principios en “El hombre en busca de sentido”, nos dejó: “Podemos superar nuestros propios límites y hacer un aporte importante al mundo”.

Está allí la clave, dejar huella cuidando al “otro” en forma completa, que mi acción, mi presencia y mi palabra no provoquen daño, que el cuidado al paciente y su familia se brinde sin agregar riesgos. Allí estará el legado de enfermería.

Autor


¹ Alejandra del Carmen Parisotto. Licenciada en enfermería. Directora del Hospital Universitario Austral. Argentina.
² Eco, U., & Cantarell, F. S. (1972). La estructura ausente: introducción a la semiótica (No. 04; B820, E2.). Barcelona: Lumen.
³ Pattakos, Alex. El hombre en busca de sentido, cap. 1 pág. 29-30. Editorial Paidós. Barcelona. 2009

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