Una Aproximación a la Ciencia y el Arte: La Fotografía en la Prensa
José Chalarca*
Resumen
Varias decenas de años antes de que los periódicos le dieran cabida a la fotografía, de que la hicieran elemento fundamental de la noticia, algunos fotógrafos hicieron el intento de fotografiar sucesos contemporáneos, tales como la guerra; ellos fueron los precursores del reporterismo gráfico. Palabras clave: fotografía, prensa, reporterismo gráfico.
Abstract
Decades before daily journals began to publish photographs, before photographs became fundamental elements of the news, some photographers tried to picture current events, such as the war; they were the predecessors of graphic journalism.
Key words: Photography, press, graphic journalism.
Se cumplieron ya más de cien años de la aparición de la primera fotografía en un periódico. En efecto, fue el 4 de marzo de 1880 cuando el Daily Herald de Nueva York publicó en sus páginas una fotografía con el título de “barracas”; la técnica superada sólo unos diez años atrás, en la década de los setentas, consistía en reproducir una fotografía de una pantalla tramada que la dividía en una multitud de puntos.
Se pasaba luego el cliché así obtenido a partir de una fotografía bajo una prensa, al mismo tiempo que un texto compuesto.
El hecho protagonizado por el Daily Herald partió en dos la historia del periodismo. Antes de la utilización de la fotografía, los periódicos solían ilustrar sus artículos con dibujos que se reproducían, ordinariamente, con la técnica del grabado en madera o xilografía.
Pero es obvio que el dibujo, así tenga el máximo de fidelidad, está ya mediatizado por la concepción del dibujante, por las características que le imprime su técnica y, así sea tomado del natural, no puede arrojar el detalle que capta la lente de la cámara fotográfica.
La fotografía viene a ser por si sóla noticia, portadora de un mensaje que el espectador capta y recibe de un solo golpe de vista al que el pie de foto o la noticia escrita, sólo añaden los detalles precisos para la identificación del su ceso y su ubicación exacta ya en el tiempo ya en el espacio.
La fotografía escribe Susan Sontag, tiene poderes que ningún otro sistema de imágenes ha alcanzado jamás porque, al contrario de los anteriores, no depende de un producto de imágenes.
Aunque el fotógrafo intervenga cuidadosamente en la preparación y guía del proceso de producción de imágenes, el proceso mismo sigue siendo óptico-químico (o electrónico) y el funcionamiento automático, y los artefactos requeridos serán inevitablemente reformados para brindar mapas aún más detallados y por lo tanto más útiles de lo real.
La génesis mecánica de estas imágenes, y la literalidad de los poderes que componen, implica una nueva relación entre imágenes y realidad, y aunque puede decirse que la fotografía restaura la relación más primitiva la identidad parcial de imagen y objeto la potencia de la imagen se experimenta ahora de modo muy diferente. La noción primitiva de la eficacia de las imágenes presume que las imágenes poseen las cualidades de las cosas reales, pero nosotros propendemos a adjudicar a las cosas las cualidades de una imagen.
No obstante el significado y el valor trascendental que implicaba la utilización de la fotografía para el desarrollo del periodismo, se requirió un tiempo considerable veinticinco años, para que se comprendieran a cabalidad todas las implicaciones del nuevo invento y para que este procedimiento de reproducción mecánica se convirtiera en algo corriente.
Hubo que esperar hasta 1904 para que el “Daily Mirror” de Inglaterra ilustrara sus páginas únicamente con fotografías y a 1919 para que el “Illustrate Daily News” de Nueva York siguiera su ejemplo.
Pero volvamos sobre la significación de la fotografía en la prensa; Gisele Freund ha escrito a este respecto con visión: “La introducción de la foto en la prensa es un fenómeno de capital importancia. Cambia la visión de las masas. Hasta entonces, el hombre común sólo podía visualizar los acontecimientos que ocurrían a su vera, en su calle, en su pueblo.
Con la fotografía se abre una ventana al mundo. Los rostros de los personajes públicos, los acontecimientos que tienen lugar en el mismo país y allende las fronteras se vuelven familiares.
Al abarcar más la mirada, el mundo se encoge, la palabra escrita es abstracta, pero la imagen es el reflejo concreto del mundo donde cada uno vive. La fotografía inaugura los mass media visuales cuando el retrato individual se ve sustituido por el retrato colectivo. Al mismo tiempo se convierte en un poderoso medio de propaganda y manipulación.
“El mundo en imágenes funciona de acuerdo con los intereses de quienes son los propietarios de la prensa: la industria, las finanzas, los gobiernos”.
La fotografía, digo yo, añade a la noticia una vivencia, una conmoción que, superando la epidermis, apunta a los estratos más profundos del alma y los estruja y los conmueve, esto particularmente cuando la imagen que reproduce la fotografía me es familiar, cuando ya la conozco, cuando yo la he vivido, cuando forma parte de los archivos de mi memoria. Allí entonces la contemplación de la fotografía despierta en mí emociones de tal naturaleza, que casi me involucran en el suceso de que da cuenta la fotografía y me convierte en una especie de testigo presencial.
“El documento humano que siempre mantendrá al presente y al futuro en contacto con el pasado” dijo Lewis Hiñe. Pero escribe Susan Sontag, lo que suministra la fotografía no es sólo un registro del pasado sino una manera nueva de tratar con el presente, según lo atestigüen los efectos de los incontables billones de documentos fotográficos contemporáneos. Si las fotografías viejas completan nuestra imagen mental del pasado, las fotografías que se toman ahora transforman el presente en imagen mental, como el pasado. Las cámaras entablan una relación inferencial con el presente (la realidad es conocida por sus huellas), ofrecen una visión de la experiencia instantáneamente retroactiva. Las fotografías brindan formas paródicas de posesión: del pasado, del presente, aún del futuro.
El Fotógrafo Periodista o Reportero Gráfico
Varias decenas de años antes de que los periódicos le dieran cabida a la fotografía, de que la hicieran elemento fundamental de la noticia, algunos fotógrafos hicieron el intento de fotografiar sucesos contemporáneos, tales como la guerra; ellos fueron los precursores del reporterismo gráfico.
El primero fue Roger Fenton quien, en febrero de 1855, se embarcó para fotografiar la guerra de Crimea. Según cuenta Gisele Freund: “Lo acompañan cuatro asistentes y lleva consigo un gran carruaje tirado por tres caballos. Este pesado vehículo, que había pertenecido a un bodeguero, le servía de dormitorio y de laboratorio a la vez. El material que embarca es enorme: treinta y seis cajones, más los arneses de los caballos y su pienso! Tras llegar a destino, Fenton comprueba que tendrá muchas dificultades por culpa del calor. La atmósfera en su laboratorio es asfixiante.
Cuando prepara sus placas pues por esa época aún trabaja con el colodión húmedo y hay que prepararlo justo antes de su utilización, suele ocurrir que se le sequen antes de insertarlas en la cámara. El tiempo de pose (exposición) es de 3 a 20 segundos, y todas las fotos deben tirarse bajo un sol tórrido. Después de tres meses de labor encarnizada, vuelve a Londres con unas 360 placas. Dichas imágenes se limitan a dar una idea muy falsa de la guerra, pues sólo representan soldados bien instalados detrás de la línea de fuego. La expedición de Fenton había estado financiada a condición de que no fotografiara nunca los horrores de la guerra, para no asustar a las familias de los soldados.”
El segundo precursor fue Mathew Brady quien hizo miles de daguerrotipos con escenas de la Guerra de Secesión americana, iniciada en 1861.
Brady estuvo acompañado por varios colaboradores entre quienes es preciso destacar a Timothy O’Sullivan y Alexander Gardner. “Las fotografías que obtienen de tierras quemadas, casas incendiadas, familias hundidas y abundancia de muertos responden a un afán de objetividad que confiere a esos documentos un valor excepcional, sobre todo si recordamos que la técnica rudimentaria de la daguerrotipia (los aparatos aún pesan kilos, la preparación de las placas y el período de exposición son largos) no facilitaba su trabajo.
Si se comparan los trabajos de Fenton y Brady, resultan muy superiores los del norteamericano en lo que hace al contenido fotográfico mismo. Aunque su interés era de tipo estrictamente comercial, el realismo y la crudeza de los documentos gráficos obtenidos satisfacen por completo las exigencias del reporterismo gráfico del mayor profesionalismo. Brady tenía las manos libres y podía mostrarlo todo sin ningún reato, sin ningún impedimento.
No obstante, sus proyecciones comerciales fallaron, las fotografías tomadas no se vendieron como lo esperaba y se fue a la quiebra. La mayor parte de las fotografías tomadas por Brady fueron a parar, como parte de pago, a una firma de productos químicos que imprimió y publicó las fotos por varios años.
Entre los precursores del reporterismo gráfico, el más cercano a nosotros y el que más se aproxima al profesional de hoy es, sin duda, el alemán Erich Salomon (1886-1944).
Salomon era un hombre educado, doctor en derecho de una universidad berlinesa logró en una carrera de cinco años 1928-1933, acumular tal cantidad de fotografías de todos los temas y de tan alta calidad que bien pueden ameritarle el título de primer reportero gráfico del periodismo moderno.
Dejemos que él nos cuente su iniciación como profesional de la fotografía: “Un domingo, estando yo sentado en la terraza de un restaurante a orillas del Spree, estalló una furiosa tormenta. Minutos después llegó un vendedor de periódicos y contó que el ciclón había derribado árboles y que una mujer había muerto. Entonces cogí un taxi y avisé a un fotógrafo. Luego ofrecí esos documentos exclusivos a la casa Ullstein. Me dieron I00 marcos a cambio. Entregué 90 al fotógrafo y pensé que mejor hubiera sido que yo mismo hiciera las fotografías. Al día siguiente me compré una cámara”.
Para la época en que Salomon se inicia como fotógrafo estaba recién salida al mercado la cámara fotográfica Ermanux que era pequeña, ligera de peso e iba provista de un objetivo F:2 de luminosidad excepcional para su época.
No obstante, para conseguir fotos tomadas en interiores era preciso recurrir a placas de vidrio, pues eran mucho más sensibles que las películas existentes (en rollos desde 1884).
Salomon es el primero en intentar tomar fotografías de personas sin que éstas se den cuenta. Tales imágenes resultan vivas y naturales ya que están libres de la pose; así comienza el periodismo moderno, donde ya no es la nitidez de la imagen la que marque el valor de la fotografía, sino su tema y la emoción que despierte en el espectador.
Salomon logra magníficas fotografías de personajes de la época; con ellas publica en 1931 un álbum que contiene 102 fotografías entre las que se cuentan las de Richard Straus, Arturo Toscanini, Pablo Casals, Ramdolph Hearst, Alberto Einstein, Thomas Mann. En el prólogo de este álbum nos da su credo fotográfico, que aun tiene validez para el reporterismo gráfico de hoy: “La actividad de un fotógrafo de prensa que quiere ser más que un artesano, es una lucha continua por su imagen. Del mismo modo que el cazador vive obsesionado por su pasión de cazar, igual vive el fotógrafo con la obsesión de la foto única que aspira a obtener. Es una batalla continua. Hay que luchar contra los prejuicios que existen, pelear contra la administración, los empleados, la policía, los guardianes; contra la luz deficiente y las grandes dificultades que surgen a la hora de hacer fotos de gentes que no paran de moverse. Hay que captar la en el momento preciso, cuando no se mueve.
También hay que pelear contra el tiempo, pues cada periódico tiene una hora de cierre a la que hay que anticiparse. Ante todo, un reportero fotógrafo debe tener una paciencia infinita, no ponerse nunca nervioso; debe estar al corriente de los acontecimientos y enterarse a tiempo de dónde se desarrollan. Si hace falta hay que recurrir a todo tipo de argucias, aunque no siempre salgan bien”.
* Escritor y Periodista, Filosofía y Letras en la Universidad de Caldas.
Correspondencia: chalarcajose@hotmail.com
Recibido: marzo de 2007
Aceptado para publicación: abril de 2007
Actual. Enferm. 2007;10(2):37-42
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