Aspectos Éticos y Legales del Ejercicio de la Cirugía, 4 Parte

Las huelgas médicas, de ingrata recordación para los colombianos, promovidas generalmente con miras a obtener beneficios económicos o mejores condiciones de trabajo, resultan siempre en perjuicio de los enfermos, que por no ser responsables del conflicto, ni de la solución de los problemas, vienen a recibir un daño injusto con aumento de su sufrimiento.

Las razones económicas pueden acompañar a quienes participan en una huelga médica, pero nunca la sociedad podrá entender ni apoyar un acto que ha sido calificado de inhumano, que riñe con los fines de la profesión, pues aun cuando quienes en ella participan atiendan los servicios de urgencia, se comprende lógicamente que el compromiso médico va más allá de evitar la muerte, pues le corresponde también mitigar el dolor (23).

La responsabilidad civil y penal de los médicos se ha constituido en un tema de trascendental importancia, debido fundamentalmente a la esencia de la profesión: el ser humano, su vida y su salud, considerados como bienes jurídicos que la legislación debe proteger eficazmente frente a actos médicos impropios, que no pueden considerarse como de riesgo.

Pero tampoco es un secreto para nadie que cada día se presentan manipulaciones extrañas con los enfermos y sus familiares,que han logrado que prosperen los juicios contra los cirujanos en forma incontrolada, lo que ha conducido en algunos lugares a practicar la llamada “cirugía defensiva” en donde el cirujano, temeroso de las demandas y para protegerse de las mismas, solicita exámenes innecesarios y evita procedimientos lógicos o, por el contrario, se excede en el tratamiento con el pretexto de haber hecho todo lo posible.

Atención Médica

La nueva constitución da también gran preponderancia a los derechos humanos y como es natural, los derechos del enfermo hacen parte muy importante de los mismos, entendida la atención médica como un acto de profunda solidaridad humana, que involucra para quien lo ejecuta, una responsabilidad social, cuyo contenido es a la vez profesional y ético.

El paciente quirúrgico debe recibir una información detallada y comprensible sobre el tratamiento a que será sometido. Debe conocer los riesgos, las molestias posoperatorias, el resultado estético, el tiempo de convalecencia, los costos del tratamiento y espera que todos los informes médicos y comunicaciones pertenecientes a su cuidado, serán tratados con reserva y discreción. Igualmente será informado sobre los riesgos que corre al no aceptar el tratamiento propuesto.

La investigación científica tan necesaria para enriquecer y renovar los conocimientos, se reserva en los enfermos únicamente para aquellos casos en los cuales los métodos convencionales no ofrecen eficacia, siempre y cuando se obtenga el consentimiento del paciente.

La necesidad de reglamentar la investigación en seres humanos se inició con el código de Nuremberg en 1947, con la proclamación de algunos principios básicos que fueron ampliados en la declaración de  elsinki, en 1964, con normas que afiancen la libertad y la seguridad de los individuos sometidos a ensayos clínicos y a experimentación quirúrgica, la información al paciente sobre la naturaleza del riesgo, el consentimiento libre del paciente y la posibilidad de retirarse del experimento en cualquier momento. En la enmienda de Tokio en 1975 se recomendó la creación de comités de ética para revisar los protocolos de la investigación, como requisito previo a las publicaciones en las revistas médicas (24).

Relación Médico – Paciente

Como un elemento inevitable en la relación del médico con el paciente, en ciertos casos ocurre la muerte, con las implicaciones familiares y sociales que corresponde conocer. Los innumerables recursos que permiten prolongar la vida, han provocado dilemas éticos y dificultades en la comprensión y definición de la muerte y se observa una variación en la actitud de la sociedad frente a la misma.

La muerte, que antes era considerada como un proceso natural, como un designio divino (Fig. 7), hoy depende de la programación que la tecnología médica moderna permite. Ante el enfermo terminal, los problemas éticos· del cirujano constituyen un equilibrio entre lo que debe hacerse en una grave situación y lo que debe darse. La posibilidad de emplear novedosos procedimientos, no significa que debe mantenerse la vida a toda costa. Los médicos deben comprender que los pacientes tarde o temprano morirán y que su labor es tan necesaria para buscar la curación, como para prestar un cuidado compasivo en la fase terminal (25).

La muerte un proceso natural - Aspectos Éticos y Legales de la Cirugía

Los pacientes no están obligados a aceptar el tratamiento propuesto aun sabiendo que su negativa les puede ocasionar la muerte. Para Pablo VI, “La obligación del médico consiste sobre todo, en esforzarse por aliviar el dolor y no en prolongar, por todos los medios posibles una vida que no puede llamarse plenamente humana y que naturalmente llega a su final” (26).

Derecho a Morir Dignamente

El respeto a este fuero que le asiste el paciente para decidir, tiene aplicación de gran importancia en el llamado “Derecho a Morir Dignamente”, como un concepto que ha surgido de la moderna tecnología mediante la cual es posible mantener las funciones vitales del paciente en forma que antes era imposible hacerlo. Estos adelantos que han logrado salvar tantas vidas, dice Jiménez Arango, “son inestimables cuando se aplican al paciente recuperable.

En cambio resultan inútiles y costosas y solamente logran prolongar una situación de sufrimiento y de pobre calidad de vida cuando se aplican al paciente definitivamente perdido. Se reconoce claramente el derecho del paciente y de su familia a exigir la suspensión de estas medidas extraordinarias con el fin de permitir que el paciente irrecuperable pueda morir en forma digna y tranquila. En igual forma se reconoce que es un derecho y un deber del médico, suspender las medidas cuando las considere inoficiosas” (27).

Es necesario respetar la muerte, y la cirugía no debe convertirse en el arte del bien morir. Aquí se llega al problema de la eutanasia, que significa muerte sin sufrimiento físico y en sentido estricto, la que así se provoca voluntariamente. El médico debe aliviar los sufrimientos y dignificar la agonía; sabemos desde Hipócrates que al médico le esta vedado decidir la muerte de sus semejantes, aun en circunstancias terminales, casos en los cuales se usarán los métodos y medicamentos a su alcance, mientras subsista la esperanza de aliviar o curar la enfermedad.

La Asistencia Médica

La cronicidad o incurabilidad de la enfermedad no constituye motivo para privar de asistencia a un paciente. En cambio es necesario aclarar que el médico no está obligado a aplazar la muerte con medios técnicos en pacientes deshauciados y debe limitarse a respetar la dignidad de la misma. Es lo que se conoce como eutanasia pasiva, éticamente válida y que es reclamada cuando de morir dignamente se trata. Su acción no está dirigida a quitar la vida y la suspensión de los medios que la sostienen precariamente, no es por su naturaleza misma letal. Se permite que lo natural suceda apaciblemente, con ayuda de medicamentos que mitiguen el dolor.

La administración de la verdad al paciente es uno de los conflictos que el cirujano afronta en su práctica cotidiana, por cuanto no siempre el enfermo está en capacidad de escucharla. Montaigne, que tanto se ocupó de los médicos, no aceptaba la mentira piadosa pero admitía que “a los médicos pertenece el derecho de manejar la verdad y la mentira en forma discreta, ya que las promesas influyen en la salud”. Recordemos también la frase de Voltaireo”La mentira sólo es un vicio cuando hace mal, pero es una gran virtud cuando hace bien”.

Con frecuencia el médico tiene más temor ante la muerte que el mismo enfermo y elude hablar al paciente sobre su proximidad, lo cual puede ser equivocado. Lo importante es que el médico administre la información con inteligencia, con afecto y protección, sin abandonar al enfermo a una realidad cruda, ni engañarlo con palabras que provoquen falsas ilusiones. Por eso, todo lo que se diga, naturalmente debe ser verdad, pero no todo lo que es verdad necesariamente debemos decirlo.

Control de la Práctica Médica

Hemos visto cómo desde las más remotas épocas, la sociedad le ha exigido al médico el riguroso cumplimiento de los principios éticos, y cómo aún no existen criterios unánimes sobre los enfoques y los programas de su enseñanza. No podemos desconocer la ingerencia cada vez mayor que la ley ejerce en el control de la práctica médica y cómo lo prohibido en algunos países es permitido en otros.

El tiempo ha demostrado que la ciencia médica no es tan exacta ni tan neutra, porque siempre existe algún compromiso ideológico, emocional o subjetivo en su práctica. El pensamiento ético depende de creencias individuales pero sin ser todo subjetivo, ya que permite definir muchos procedimientos y conductas fuera de toda relatividad. No es suficiente conocer los códigos deontológicos y por ese motivo, la ética debe incorporarse a la programación universitaria tanto en nivel de pregrado como de posgrado.

Desde la década de los 50’s se han venido organizando en muchos lugares los comités de ética médica, que tratan de proteger la seguridad y el bienestar de los pacientes y ejercer control sobre los proyectos de investigación. Son comités que deben ofrecer soluciones sin crear problemas ni temores entre los médicos. No deben ejercer tareas disciplinarias, sino solamente dictar normas, sugerir, proponer y vigilar conductas sin convertirse en tribunales de honor o comités de disciplina.

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Responsabilidad Médica

La Asociación Latinoamericana de Academias Nacionales de Medicina, reunida en la ciudad de Quito en 1984, recomendó que la “ética debe ser el marco conceptual de inspiración y referencia para todas las acciones concernientes a la formación, ejercicio y desarrollo de las profesiones médicas” y más adelante indicó que “Los alumnos de medicina han de ser educados en el sentido de que los deberes del médico prevalecen sobre los derechos del gremio y que el ideal de nuestra profesión exige extender la responsabilidad médica del individuo a la comunidad”.

La mejor manera de enseñar la ética es con el ejemplo. Decía Andrés Santas “Los alumnos se forman a imagen y semejanza de quienes los educan” (28).

Sólo los hombres rectos podrán enseñar con rectitud. Cada procedimiento médico exige no sólo conocimientos científicos, sino actitud ética adecuada. Las aptitudes técnicas y el éxito profesional basados en la habilidad y el saber, no logran por sí solos la cabal satisfacción de la actuación médica, si no se tiene tranquilidad de conciencia.

Referencias

1. Bejarano J.: El estado y las medicinas de patente ante la Federación Médica Colombiana. El Médico L.olombiano 1938 abr; 1: 13-47

2. García R: Filosofía del ejercicio de la Medicina y Cirugía. Rev. Cir.1990 marabr; 5 (2): 51-4

3. Quijano M: Orientación Social de la Medicina. Editorial Rev. Cir. General 1989; 11 (4): 73

4. Patiño JF: El Triunfo de la BiologíaMolecular y el Auge de las Ciencias Biomédicas: Paradigma Biológico y dilema soocial de la Cirugía Moderna. (Editorial). Rev. L.oI Cirug 1989 abr; 4 (3): 126-8

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8. Forero Benavides A: La autodestrucción del bombre:Primer Simposio Nacional del Grupo “Médicos Colombianos para la Prevención de la Guerra Nuclear. Bogotá, Talleres Gráficos de Montoya y Arango Ltda. 1987, pp 51-9

9. Serpa F: Aspectos Eticos del Movimiento Antinuclear. Primer Simposio Nacional del grupo “Médicos Colombianos para la prevención de la Guerra Nuclear, Bogotá, Talleres

10. L6pez A: El Nuevo derecho a la vida. Correo Médico. Barranquilla, año 5 N’ 16, pp 8-10

11. Llano A (SJ): Transición de la Etica Médica a la Bioética. Rev Nal Educ Méd 1990; 11: 233

12. Jaramillo L, Didier H: Responsabilidad Ci’,il del Médico en la Legislación Colombiana, y comparada. Tesis de grado. Universidad de los Andes- Facultad de Derecho, 1989

13. Patiño JF. : Ciencia, Salud Pública y Educación Médica. Análisis Crítico del Panorama actual. Medicina, p 46

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15. Vela S: latrogenia en Cirugía. La iatrogenia y el derecho penal, 1 ed, México, SALVAT, 1991 P 235

16. Patiño JF latrogenia en cirugía (Prólogo), 1 ed. Mexico, SALVAT, pp 13-6

17. Cervantes J: latrogenia en Cirugía, 1 ed, México, SALVAT, 1991

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25. Roldan 1: Los derechos del Enfermo. Rev Nal Educ Méd 1990; 11: 243

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27. Jiménez A: Los Derechos del Enfermo. Rev Nal Educ Méd 1990; 11: 253

28. Santas A: Etica y Educación en Medicina, 2 ed, Bs As, Fund A. J. Roemmers, 1986, p 35


*Oración pronunciada por el doctor Mario Rueda Gómez, expresidente de la Sociedad Colombiana de Cirugía, con motivo del XVII Congreso de la Sociedad, el 15 de agosto de 1991 en el Salón Rojo del Hotel Tequendama, en Bogotá, D.C., Colombia.

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