Editorial: La Importancia de una Ley para la Reglamentación de las Especialidades Médicas

Han transcurrido muchos años en el país sin una reglamentanción adecuada para el ejercicio de las especialidades médicas; lo cual a a simple vista parece no tener importancia ya que el desarrollo de estas ha sido continuo y de la mano del progreso de la ciencia médica, logrando posicionar nuestra medicina como una de las mejores del continente.

A raíz de esta falta de orden jurídico han sido muchos los problemas que han surgido en cada una de las especialidades y sobre todo en nuestra especialidad, la otorrinolaringología y cirugía de cabeza y cuello. Es inegable que gran parte de las dificultades que nos aquejan como sin: una falta de remuneración digna y equitativa, sobrepoblación médica otottinogaringológica, concentración en las grandes capitales, diversidad de programas de entrenamiento, falta de recursos para un buen ejercicio profesional y confrontación con especialidades afines entre otras, surgen por una falta de legistación y de interés de las entidades gubernamentales para pner orden a este caos administrativo.

No podemos ser ajenos a la importancia que han jugado las especialidades médicas en el desarrollo del país; gracias a ellas nuestra población ha podido acceder a la más alta tecnología médica y mejorar enormemente su calidad de vida. Recordemos que la salud es un factor vital en toda comunidad desarrollada y que un pueblo sin salud es un pueblo sin futuro.

Hasta el momento se han presentado un proyecto de ley al congreso de la república, que aunque dista mycho de ser una ley ideal, tiene el mérito de ser una propuesta innovadora y futurista.

Es vital que las sociedades científicas puedan participar y debatir estos proyectos, ya que de su aprobación depende en gran parte el futuro de nuestra especialidad. Hay aspectos tan relevantes como el papel que puede jugar una sociedad científica como entre fiscalizador en la capacitación de nuevos profesionales, intervieniendo directamente en la conformación y creación de programas míminos unificados de la especialidad. Así mismo el papel determinante de las agremiaciones científicas en la creación de manuales tarifarios justos y acordes con la complejidad de los procedimientos y con la capacidad del recurso humano; fijados por consenso y no en forma arbitraria y unilateral, como se ha venido realizando a través de los años y donde el derecho de réplica es desconocido absolutamente.

Debemos tener conciencia que la fortaleza de las sociedades científicas es trascendental en la obtención de objetivos claros y definidos. No ignoremos que el trabajo realizado hasta el momento nos ha permitido posicionar nuestra especialidad como una de las agremiaciones científicas nacionales líderes en el ámbito científico y gremial.


JOSÉ ALBERTO PRIETO, MD.
Director – Editor

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