Prácticas Funerarias en la Sima de los Huesos

En 1993, el equipo español que trabajaba en la Sierra de Atapuerca descubrió en la cueva subterránea de la Sima de los Huesos, una treintena de individuos de hace 300.000 años.

La mayoría de los restos hallados correspondía a adultos jóvenes; todo parece indicar que fueron arrojados al pozo siguiendo alguna práctica ritual anterior a la de los entierros organizados.

Algunos restos se encontraron asociados a un bifaz de características excepcionales. El depósito fue intencional. Durante muchos años especies intermedias como heidelberg fueron llamadas H. sapiens arcaicos, pero por exigencias del código de nomenclatura zoológica este grupo intermedio se denominó Heidelbergensis.

Según este modelo, H. heidelbergensis se habría originado en África; los restos de Bodo y de Broken Hill serían los más representativos de ese continente, mientras que un cráneo de Petralona ha representado a otros heidelbergensis de Europa.

Nuevas expectativas sobre el origen de los europeos, plantean recientes hallazgos en la localidad de Ceprano al sudeste de Roma. A este nuevo registro están ligados los nombres del arqueólogo Italo Biddity y la paleontóloga Eugenia Segre-Naldini. Se trata de restos humanos que incluyen una calota cuya antigüedad se sitúa entre 800.00 y 900.000 años.

El cráneo reconstruido del hombre de Ceprano, muestra grandes arcos superciliares y frente inclinada, como H. Erectus, aunque difiere en algunos caracteres como la ausencia de un relieve en su parte central. Su cerebro es más grande que el de erectus clásico.

Para el destacado paleontólogo Giorgio Manzi “Se puede considerar la atribución de Ceprano a la especie H. antecessor”.

Nos hemos referido con frecuencia al hombre de Neanderthal como descendiente de los preneanderthales de Atapuerca, consideramos pertinente resumir aquí algunas de sus características físicas y culturales.

Este nombre agrupa a los homínidos cuyo esqueleto muestra semejanzas con el famoso espécimen hallado en 1856 en el valle de Neander, cerca de Dusseldorf, en Alemania, en una cueva de rocas calizas de este pintoresco lugar.

La célebre cueva de Neanderthal (que hace tiempo fue demolida), es sitio de singular importancia para el estudio del hombre prehistórico. Fue en este lugar, donde obreros que trabajaban una cantera, hicieron casualmente el descubrimiento de los restos de un extraño ser.

Desde el primer momento el hallazgo suscitó agudas polémicas sobre su taxonomía, algunos opinaban que se trataba de antiguos legionarios mongoles, otros, como el brillante patólogo y catedrático de la universidad de Berlín, Rudolf Virchow, afirmaron que el hombre de Neanderthal era un individuo moderno de cráneo deforme y que mostraba rasgos patológicos compatibles con raquitismo, artritis y gota; otros eruditos consultados, opinaron que se trataba de un idiota microcéfalo.

A William King, profesor de anatomía del Queens College de Galway, en Irlanda, se debe el honor de ser el primer científico en reconocer que el cráneo de la cueva de Neanderthal pertenecía al representante de un tipo de humanidad hasta entonces desconocido. Aunque la bóveda del cráneo era la única parte del fósil bien conservada, King creó, para que fuese admitida, una nueva especie y la llamó Homo Neanderthalensis. De su presencia en amplio espacio territorial dan cuenta hallazgos a lo largo del Mediterráneo desde el Estrecho de Gibraltar hasta Grecia e Irak, al norte hasta Rusia, al Oeste hasta Gran Bretaña, y hasta Mongolia hacia el Este.

Cuando observamos los rasgos de los neanderthales y los comparamos con los del hombre actual, nos sorprende la acentuada longitud de su cráneo (dolicocéfalo), su capacidad craneal en muchos casos es mayor que la nuestra superando fácilmente los 1600 cm3. por encima de las órbitas, los neanderthales presentan un torus fuerte, bien marcado que forma un arco continuo debido a la proyección glabelar.

El frontal muestra inclinación hacia atrás, pero no tan acentuada como la de Homo erectus, se observa prognatismo medio facial, las ventanas de la nariz son amplias, los senos maxilares se amplían de manera notable proyectándose los pómulos, la mandíbula es grande y robusta, con un cuerpo mandibular alto y sin mentón. Los incisivos y los caninos de los neanderthales tienen coronas altas, anchas y raíces muy largas, siendo frecuente el taurodontismo (fusión radicular).

El esqueleto de los neanderthales era más pesado que el del H. sapiens debido a que su masa ósea era mayor. Fuertes superficies de inserción muscular revelan una contextura atlética. Los neandertales tenían una estatura media calculada en 160cm., su tórax era más voluminoso que en nuestra especie, su pelvis más ancha y sus antebrazos y piernas eran más cortos que los del hombre actual.

En octubre de 2007 Lalueza-Fox, Holger Römpler de la universidad de Leipzig y sus colegas, anunciaron que habían aislado el gen de la pigmentación a partir del ADN de un individuo de la cueva de Sidrón (provincia de Asturias), así como el de un fósil proveniente de Italia. La forma concreta del gen MC1R indicaba que, por lo menos algunos neanderthales habían sido pelirrojos de piel clara y, tal vez con pecas. Sin embargo, el gen es distinto al de los pelirrojos actuales, lo cual sugiere que los neanderthales y los humanos modernos desarrollen este rasgo independientemente.

Svante Pääbo del laboratorio de genética de Leipzig y sus colaboradores, anunciaron igualmente que dos individuos del Sidrón parecían compartir con los seres humanos modernos una versión del gen FOXP2 que contribuye a la capacidad para el habla.

En noviembre de 2006, Pääbo y sus colaboradores publicaron un artículo en la revista Nature, en el cual señalaban que habían descifrado aproximadamente un millón de nucleótidos del ADN Neanderthal.

Actualmente cursa el proyecto genoma Neanderthal, liderado por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, cuyos resultados sin duda contribuirán a esclarecer muchos de los interrogantes relativos a este grupo.

La cultura de los Neanderthales

Los neanderthales se caracterizan por manifestaciones culturales mucho más complejas que las de los grupos que le precedieron. Autores del musteriense, fabricaron sofisticados instrumentos valiéndose de la técnica que incluía la preparación previa de núcleos que les permitía producir lascas y puntas que repetían en idéntica forma. Esta técnica se denomina talla Levallois. También fabricaron grandes puntas de piedra que pudieron usarse como extremos de lanza enmangándolas al final de un vástago de madera apuntándolas con la ayuda de resinas de abedul.

Usaban el fuego, habitaban en cuevas y desarrollaron complejas prácticas de cacería en grupo.

Prácticas funerarias

Los neanderthales inhumaron a sus muertos colocándolos en lugares seguros contra los depredadores. Su creencia en el más allá se traduce en la colocación de ofrendas funerarias que incluyen elementos como collares, dientes perforados y viandas.

En la Chapelle-aux Saints fue hallado un cuerpo extendido en una fosa que había sido cavada intencionalmente. Sobre la tumba se había colocado una pata de bisonte, un lomo de reno y numerosos fragmentos de huesos.

En la Ferrasie (Dordoña), fueron descubiertos dos cadáveres de adultos y tumbas pequeñas con restos de niños de poca edad, sobre cada cadáver fueron colocados tres sílex y se construyeron nueve pequeños montículos.

En el Asia Central, la gruta de Teshik-Tash (Uzbekistán), contenía una tumba, en cuyo fondo fueron colocados huesos largos de cabra, dispuestos en líneas paralelas. El cadáver de un joven fue hallado en posición decúbito lateral. Alrededor de la cabeza se encontró un círculo formado por cuernos de Cabra Siberiana, dispuestos en forma de aureola con sus puntas hundidas en la tierra.

En la cueva de Shanidar IV, en el Kurdistán, iraquí, asociado a un enterramiento colectivo de siete individuos adultos y dos infantiles se encontró abundante polen de vistosas flores primaverales, (jacintos, azulejos y malvas).

De la amplitud del universo espiritual del hombre de Neanderthal y de su expresión simbólica dan cuenta igualmente hallazgos como los de la gruta de Drachenloch en Suiza. Allí fueron halladas grandes cajas construidas con piedras planas y llenas de cráneos y de huesos de oso. Cráneos de oso se hallaron alineados cuidadosamente en los alvéolos cavados en la pared.

Enfermedades y supervivencia

En el esqueleto del Valle de Neanderthal es descrita una fractura no consolidada en el brazo izquierdo. Cuatro de los 6 esqueletos de Neanderthales hallados en la cueva de Shanidar en Iraq presentaban señales de osteoartritis; uno de los individuos registrado en este sitio muestra fracturas no consolidadas en la pierna, el tobillo, así como en el pié derecho y un traumatismo en la región orbitaria izquierda. Todas las heridas muestran señales de curación, hecho que se interpreta como derivado de ayuda suministrada a los enfermos y lisiados.

Lecturas Recomendadas

1. BERMÚDEZ DE CASTRO, José María. Hijos de un tiempo Perdido. La Búsqueda de Nuestros orígenes. Barcelona, 2004.
2. RIGHTMIRE, G.P. The Evolution of Homo Erectus. Comparative Anatomical Studies of an Extint Human Species. Cambridge, United Press, 1990.
3. ROSAS, A y BERMÚDEZ DE CASTRO, J.M. Human Remains From The Gran Dolima (TD-6 Level, Sierra de Atapuerca, Spain) and the Question of the Common Ancestor of Modern Humans an Neanderthals. Internacional Symposium on Paleoanthropology, Beijing, China, 1999.
4. CARBONELL, E. y SALA, R. Planeta Humano, Península, Barcelona, 2000.
5. GORE, Rick. Los Primeros Europeos. Los Origenes del Hombre. National Geographic Society. Madrid, 2003.
6. DELAUNAY, Albert. La Aparición de la Vida y del Hombre. Ediciones Guadarrama, Madrid, 1969.
7. JOHANSON, Donslel y MAILLAND, Edey. El Primer Antepasado del Hombre. Editorial Planeta, Barcelona, 1982.
8. KOENIGSWALD,G.H.R. Historia del Hombre. Alianza Editorial, Madrid, 1972.
9. LEAKEY, L.S.B, y MORRIS VANNE, Goodall. Hacia El Develamiento del Origen del Hombre. Aguilar, Madrid, 1973.
10. STIX, Gary. Huellas de un Pasado Lejano. Investigación y Ciencia. Edición Española de Scientific American: septiembre 12-19, Barcelona, 2008.

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