Mutis y la Educación Médica en el Nuevo Reino de Granada

Ya hablé del ofrecimiento, dos veces repetido, que se le hiciera a don José Celestino para que tomara a su cargo la cátedra de Prima de Medicina, en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, desde 1761, y expuse las razones, generalmente aceptadas, que lo obligaron a declinar, el mismo número de veces, dicha responsabilidad71,74,75.

El 10 de enero de 1764, estuvo presente en el acto en el cual Don Vicente Román Cancino, quien rigió la cátedra mencionada desde el 1º de octubre de 1753, el mismo día en el cual la Universidad Tomística le confirió el grado de doctor en medicina127, hasta su muerte, ocurrida en 1765, confirió el mismo grado a uno de sus discípulos, don Juan Bautista de Vargas128.

El doctor Mutis, verdadero profesor de medicina, prefirió conservar su libertad y evitó todo arraigo a la ciudad129. En matemáticas, en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, ya contaba con unos pocos, pero verdaderos discípulos, quienes conocían el arcano sagrado130. (Lea también: Historial de la Medicina: Mutis y la Medicina)

En medicina le bastó, por entonces, formar uno o dos discípulos129 que, en los siguientes años, dotaron a nuestra patria de los profesores adecuados para multiplicar la semilla y recoger la mies: el entonces fraile hospitalario don Miguel de Isla y el diácono, don Vicente Gil de Tejada, verdaderos fundadores de la medicina científica colombiana129.

Las numerosísimas ocupaciones no médicas del sabio Mutis no le impidieron tomar conciencia clara del panorama desolador de la medicina, la cirugía y la farmacia en el Nuevo Reino de Granada, en el crepúsculo del siglo XVIII131.

Por esta razón intervino, en forma activa, en la redacción de los planes de estudio de medicina que propusiera el fiscal, don Francisco Antonio Moreno y Escandón y, años después, el Arzobispo-Virrey Caballero y Góngora, en los cuales fueron tan importantes las ciencias naturales y la medicina132.

La primera intervención enérgica de Mutis, en el sentido de exigir conocimientos y práctica suficiente para los cargos rectores de la medicina en el Nuevo Reino, la realizó en carta del 1º de agosto de 1767 al Señor Virrey, don Pedro Messía de la Zerda y Guirior132,133.

La muerte del doctor Don Vicente Román Cancino, Protomédico de Santafé y rector de la cátedra de Prima de medicina en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, ocurrida en Santafé, en 1765134, dejó vacantes dichos cargos y, para obtener el Protomedicato, se presentó ante el Virrey el doctor Don Juan José Cortés a quien, después de las consultas adecuadas y de rigor, el gobernante nombró en dicho cargo.

Sin embargo, el joven doctor Don Juan Bautista de Vargas, a cuyo grado había asistido Mutis, en enero de 1764, aspiraba al mismo. En la comunicación epistolar, el doctor Mutis dejó clara la extensa experiencia del doctor Cortés y la muy poca del doctor Vargas, lo que le hizo recomendar, sin dilación ni duda, al doctor Cortés133,135.

En carta al Virrey Don José de Ezpeleta, del 30 de junio de 1794, en respuesta al decreto del gobernante que otorgó a Mutis facultades para revalidar y habilitar el ejercicio público de la profesión médica136, después de presentarle amplias y positivas referencias del Maestro Fray Miguel de Isla, lo consideró idóneo para tal ejercicio136.

Años más tarde, cuando se definía la persona que regiría la cátedra de Prima de Medicina en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, después de realizarle al Maestro de Isla un nuevo examen de conocimientos y experiencias “para llenar cumplidamente las obligaciones de la enseñanza pública de la medicina”, encontró que el candidato obtuvo resultados altamente positivos, razón por la cual Mutis lo consideró apto para el cargo y remitió al Virrey, Don Pedro Mendinueta y Muzquiz, su recomendación al respecto, en carta fechada en Santa fé, el 5 de marzo de 1799137,138, que se resume en las siguientes palabras:

Constando pues al superior gobierno por mi informe de la citada fecha (1794) la suficiencia del Maestro Isla por lo respectivo al ejercicio práctico, ratificada posteriormente en las consultas y conferencias de los casos prácticos ocurridos hasta el presente; me resta solamente certificar acerca de su aptitud y talentos para instruir a los discípulos en los conocimientos teóricos, reunidos al genio de enseñar y dirigir la juventud con toda la esperanza que se promete V. Exa. en el nuevo establecimiento”138,139.

El Doctor Mutis, en extensa comunicación al Rey Don Carlos IV de España, fechada en Santafé el 3 de junio de 1801, en respuesta a la Real Cédula del 16 de octubre de 1798, que le inquiría sobre el estado de la medicina, la cirugía y la farmacia en el Nuevo Reino, en contra de las solicitudes de don José Antonio Burdallo, don Juan de Arias y don Sebastián López, en la cual piden al Monarca la “importación” de un buen número de médicos peninsulares, para solucionar las grandes deficiencias encontradas, ante una supuesta ausencia total de médicos y boticarios, destacó las cualidades de profesionales como Don Honorato Vila, Don Miguel de Isla, Don Vicente Gil de Tejada, el doctor don Manuel de Castro, Don Antonio Gorráez, boticario de profesión y Fray José Bohórquez, boticario también, legítimamente aprobados140,141.

Demostró así la existencia, en el Nuevo Reino, de personas doctas, éticas e idóneas, capaces de hacer mucho por la enseñanza y el ejercicio de la medicina en estas tierras140,141.

En la misma comunicación, Mutis presentó a la consideración del Monarca un primer esquema de lo que, a su juicio, debía ser una escuela de medicina expresado en los siguientes términos: “Tratándose de criar médicos o cirujanos patricios, bien instruidos, y en número suficiente para llenar de pronto el inmenso vacío de las principales poblaciones del reino; y perpetuar sucesivamente la enseñanza de modo que dentro de pocos años se pueda propagar el mismo beneficio a las menores poblaciones a imitación de lo que se practica en Europa: es necesario fijar un establecimiento permanente de cátedras, cuyo número, dotación, ramos de enseñanza y maestros puedan verifi carse prontamente según las actuales proporciones, y por unos tan fáciles arbitrios, que excluyan absolutamente las invencibles difi cultades de los proyectados por Burdallo y médicos infor mantes. Bastan por ahora las ocho cátedras de primer establecimiento permanente, y siempre fijas en los sucesivos, sin exclusión de otras dos o tres que se podrán fundar en adelante con el fi n de ampliar la enseñanza de los conocimientos auxiliares y relativos a la salud pública”142. Y da los siguientes temas para cadauna de las cátedras: “La primera de matemáticas...”142; “la segunda de física en todos los ramos. …”142; “La tercera de anatomía, …”143; “La cuarta de medicinateórica,...” 143; “La quinta de medicina-práctica, ...”143; “La sexta de doctrina Hipocrática,…”144; “La séptima de medicina-clínica, …”144; “La octava de botánica, …”145. “Esta cátedra suplirá por ahora las de farmacia y de química, cuyos necesarios instrumentos, ofi cinas y profesores exigen mayores gastos ...”145.

A renglón seguido, planteó la problemática económica que representaría para la Corona el envío de profesores peninsulares a esta, su lejana colonia, y recomendó: “Parece más natural, sencillo y reducible a la práctica con toda la brevedad que exige la urgentísima de formar médicos, adoptar los arbitrios que siguieron sin duda las universidades de Lima y México, contentándose desde su establecimiento con sus maestros patricios, ...”146. A continuación, pasó a asignar profesores para cada cátedra, así: “Por lo perteneciente a la de matemáticas la obtiene por la citada Real Orden mi substituto doctor Fernando Vergara, ...”147; “La cátedra de anatomía y de cirugía práctica, que deberán separarse cuando puedan ocuparla discípulos bien instruidos, la desempeñará cumplidamente don Honorato Vila; …”147; “La cátedra de medicina-teórica es muy propia del genio y talentos de don Vicente Gil de Tejada”147; “La cátedra llamada de medicina-práctica …, la podrá obtener don Miguel Isla,...”148; “La cátedra de doctrina Hipocrática podrá desempeñarla don Sebastián López, ...”149; “La cátedra de clínica. …, la ocupará en adelante don Miguel Isla”149 y “La cátedra de botánica le pertenece de justicia a don Francisco Zea, individuo de la Real Expedición Botánica; ...”149.

Luego abordó el espinoso tema de las finanzas, donde puntualizó los emolumentos para cada quien y demostró cómo sería menos oneroso realizar el proyecto con personal nativo que hacerlo con foráneos150.

La institución elegida como sede nominal de la Facultad de Medicina fue el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario que, al ser electo como Rector del Claustro don Fernando Caicedo y Flórez, hombre probo y, adicionalmente, ejecutor testamentario del ex-Rector don Miguel de Masústegui, “disponía de los medios económicos para realizar cuanto soñara durante su memorable rectoría”151.

“Desde luego –anotaron Martinez Briceño y Hernández de Alba Lesmes- la escuela de Medicina surgiría de nuevo pero elevada a la altísima dignidad científica que señalaba el Plan de Estudios propuesto por el sabio Mutis, para que lo desarrollase un profesor eminentísimo, discípulo del Director de la Real Expedición Botánica, el antiguo conventual de san Juan de Dios, Miguel de Isla, …”152.

El nuevo Rector del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario reforzó las comunicaciones de Mutis con la siguiente nota, que remitió al Virrey, el 2 de abril de 1799:

“Se verán por este medio (como se espera de la piedad de nuestro soberano) acallados los clamores de tantos beneméritos ciudadanos, que tanto tiempo hace piden, suplican y ruegan por el mejor establecimiento de esta Cátedra, como verdaderos amantes de la Humanidad. Mi Colegio verá restituido a la posteridad un privilegio de que ha estado privado por tantos años. V. E. mismo verá verificadas las benéficas intenciones que ha manifestado siempre en favor de este Reino que felizmente gobierna”153,154.

La Real Cédula que firmara Carlos IV en el palacio de La Granja de San Ildefonso, el 2 de octubre de 1801155, no sólo celebró y aprobó la determinación rosarista y la selección del profesor Isla, sino que organizó el Tribunal del Protomedicato, para presidir el cual nombró el Rey al insigne Profesor Doctor Don José Celestino Mutis, y al Maestro Profesor don Miguel de Isla para secundarlo quienes, de acuerdo a lo dispuesto por el propio Rey, que los facultó para escoger al tercer miembro del Tribunal del Protomedicato, escogido por ellos del grupo de profesionales locales, nombraron como dicho tercer miembro de éste a don Vicente Raimundo Gil de Texada (Tejada) y Rivera156,157. La regencia de la Facultad recayó en manos de Mutis y, como colaborador de Isla, ocupó el cargo de catedrático auxiliar (pasante) el bugueño Tejada158, arriba mencionado.

Finalizó el Monarca su Cédula conuna puesta en su lugar al Fiscal de la Real Audiencia, don Manuel Mariano de Blaya -gran opositor de las aspiraciones de Isla al doctorado y a la Cátedra- y a su Real Audiencia “que no debieron mezclarse en el referido asunto por ser de puro gobierno”155. En las cátedras de química y mineralogía actuó otro rosarista insigne, el aristócrata don Jorge Tadeo Lozano, quien había recibido su grado en Madrid159.

Mutis, con la inspiración que en él originó el principio fundamental que enunciara dos siglos atrás Fray Cristóbal de Torres, lo sintetizó así: “Si el médico debe empezar por donde acaba el Físico, es consiguiente que al estudio de la filosofía suceda el de la Medicina”157. Estableció, como preparación preuniversitaria, “el estudio previo de la filosofía natural que comprende las ciencias matemáticas y físicas. Al médico que careciera de esta necesaria instrucción le sería imposible penetrar los profundos arcanos que ocultan las funciones de la economía animal ni comprender en lo posible los admirables designios a que se dirigen la organización y mecanismo de la mejor máquina del universo, cual es el hombre, para cuya inteligencia y aplicación se ha reclamado también el auxilio de estas ciencias”160,161,162.

En 1802, Mutis aconsejó a Isla la redacción de un nuevo y más completo plan de estudios para la Facultad de Medicina del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, que la colocó al nivel científico de las demás de su tiempo160. “La mejor información que tenemos sobre los conocimientos médicos del sabio botánico -dice Pablo Elías Gutiérrez- nos la proporciona el Plan de Estudios para la Medicina que elaboró Mutis en 1802, en unión del Maestro don Miguel de Isla”162.

El mencionado plan se elaboró en la forma más completa posible y, en palabras de Mutis, se resume así: “Los estudios de Medicina teórica se reducen a cinco cursos escolares en la forma siguiente; El primer año destinado a la anatomía teórica en el Colegio, y a la práctica en el Hospital. El segundo a las instituciones médicas. El tercero a la patología general y particular. El cuarto y quinto a la doctrina hipocrática. Concluidos los cinco años quedan habilitados los estudiantes para recibir los grados de su facultad. Los estudios prácticos del Hospital se reducen a tres años; y concluidos quedan formados los médicos para recibir su revalidación y licencia de curar. Los cirujanos romancistas harán sus estudios teóricos y prácticos en el hospital. Se reducen a tres años. El primero destinado a la anatomía. El segundo a las instituciones quirúrgicas. El tercero al estudio práctico de operaciones. Concluidos los tres añospodrán ser admitidos al examen y obtener la licencia de curar. El orden de tratados y autores escogidospara la enseñanza quedan señalados en el Plan de Estudios que se está formando para su apropiación. Por ahora será Boerhaave. Firmado José Celestino Mutis”163,164.

Martinez Briceño y Hernández de Alba Lesmes incluyen, en detalle, a continuación de la cita anterior, todo el Plan de Estudios de Mutis, que rematan con el texto de la carta del sabio al Monarca español, fechada en Santafé, el 6 de mayo de 1805, cuando ya la Facultad llevaba, al menos, dos años largos de labores165,166. Con fecha de 2 de enero de 1805, el doctor Mutis escribió el siguiente certificado (sic):

“Facultad de Medicina: Don José Celestino Mutis Presbítero, Profesor de Medicina, Director de la Real Expedición Botánica: Certifico en debida forma, que D. Miguel Isla, único Catedrático de Medicina por Real nombramiento en el Colegio mayor de nuestra Señora del Rosario, tomó posesión de su Cátedra y dio principio a sus lecciones de Anatomía el 18 de Octubre de 1802, con catorce cursantes matriculados y otros aficionados de libre asistencia: acompañando sus instrucciones teóricas con las disecciones prácticas de cadáveres en el anfiteatro provisional del Hospital de San Juan de Dios; ejercitándolos igualmente en los actos privados, que según su turno con las otras facultades sostiene un cursante con su respectivo Catedrático; terminando finalmente este primer año de su enseñanza con otro acto público de Conclusiones que presencié en calidad de Regente de esta facultad, con la satisfacción no menos mía que todo el concurso, y con que quedó bien acreditado en todo el público el suspirado restablecimiento de la Medicina.

A consecuencia de tan notorio aprovechamiento y animado de los mismos deseos principió el mencionado catedrático su segundo año dando las lecciones de Fisiología a los cursantes que han perseverado con propósitos firmes de consumar todos sus estudios, depuestos los recelos que manifestaron todos al principio y positivamente retrajeron a muchos, sobre la incertidumbre de los grados correspondientes a esta facultad, por la seguridad dada en la instancia representada al Superior Gobierno; cuya providencia ha contribuido a que haya tomado mayores alientos para redoblar su aplicación, y merecer el acertado nombramiento del Pasante Dn. Vicente Gil de Texada, que auxiliase las diarias tareas del Catedrático, a cuyos reunidos esfuerzos ha correspondido el aprovechamiento de los cursantes, manifestado en los actos provados y los de dos públicos de conclusiones, que igualmente presenció con la misma satisfacción mía y del concurso que las primeras.

Si la perseverancia de los cursantes que han abrazado una carrera desconocida entre los demás estudios que hasta el presente han franqueado los Colegios a la juventud de este Reino, merecen los desvelos del Catedrático y su Pasante; no son estos dos beneméritos Profesores menos acreedores a la gratitud y reconocimiento de todo el Público por la justa consideración del sobresaliente beneficio, que le van proporcionando en el empeño de continuar sus funciones académicas, no solamente sin el aliciente del sueldo competente, recomendado a favor del Catedrático en la real Cédula de su nombramiento, sino también desprendiéndose ambos de los emolumentos de su asistencia a muchos enfermos que la reclaman, por ser esa carga incompatible con la gravosa ocupación de la enseñanza: generosidad digna de mejor recompensa y que sin duda se tendrá presente en los informes pedidos por S. M. cuya paternal beneficencia para el consuelo de sus vasallos de estos dominios la tiene tan repetidas veces declarada, ofreciendo dar las últimas providencias para consolidar el establecimiento permanente de la Medicina en su enseñanza y respectivo tribunal. Sin embargo, reflexionando sobre las actuales circunstancias, no se puede ocultar que a pesar de la constancia del Catedrático, auxiliado por el Pasante, y del aprovechamiento de los discípulos actuales, si se retardan las providencias consiguientes a los informes pedidos, quedaría reducida la presente institución a un beneficio pasajero y de pequeña utilidad para todo el Reino.

En efecto: una sola Cátedra que ha de llevar sobre sí la enseñanza de la ciencia principal y sus ramos auxiliares según el espíritu de una sólida instrucción, a imitación de lo establecido en las Universidades según los últimos planes de reforma; semejante Cátedra sería un fenómeno nunca visto en una profesión de tan extensos y varios conocimientos, que aumentan su dificultad y la distinguen de las otras ciencias. Supóngase prolongada la vida del anciano catedrático hasta completar tres cursos con el mismo empeño que hasta aquí ha manifestado ¿qué ventaja sacará el público de unos pocos discípulos recién formados en ocho años, y de otros más si no desmayan, en el dilatado espacio de veinte y cuatro años? ¿Y ese pequeño número podrá llenar el inmenso vacío de médicos inteligentes que reclama la Capital del Reino y sus provincias, por su numerosa población doliente? Desde luego van a desaparecer los deseos de una lucida y copiosa juventud inclinada a seguir esta carrera, faltando el indispensable establecimiento de franquearle un curso cada año, abriendo la matrícula para los que hayan cumplido su filosofía en los Colegios de la Capital y demás Escuelas habilitadas en ella y sus provincias.

Así se han retraído de esta carrera jóvenes en este año, tercero para los primitivos, con quienes no podrían aquellos alternar, ni distraerse el Catedrático con la enseñanza de dos años vencidos. En vista de lo que expongo en ésta y de lo que al mismo tenor tengo informado a S. M. en virtud del especial nombramiento con que se dignó autorizarme en la citada real Cédula, vuelvo a repetir que a pesar de los honrados procedimientos del Catedrático y del aprovechamiento de sus actuales discípulos por la única esperanza de alternar en lo sucesivo con sabios Comprofesores, abolida para siempre la miserable turba de curanderos, habilitados por la necesidad, autorizados por el vulgo y disimulados por el Gobierno; a pesar de tan lisonjeras esperanzas vendrá a parar el actual establecimiento de una sola cátedra en un restablecimiento de mera ilusión y de una aparente perspectiva, capaz de frustrar los benéficos designios del Rey y las esperanzas de sus necesitados vasallos en estos dominios”167,168.

Con este documento cerró y redondeó Mutis su labor de creación y permanencia de la nueva Facultad de Medicina del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario en la ciudad de Santafé, semillero de grandes profesores, algunos de cuyos alumnos darían origen a la Sociedad de Medicina y Ciencias Naturales, antecesora directa de la Academia Nacional de Medicina de Colombia. De tal manera que Mutis y sus discípulos, el Maestro Miguel de Isla, el primero de ellos, y don Vicente Gil de Tejada conformaron, a no dudarlo, la base en la cual se asentó, creció y perduró la Academia en Colombia, en el campo de la medicina y de la higiene pública.

La actitud visionaria de Mutis frente a la enseñanza de la ciencia médica, marcó la iniciación de nuestra medicina científica. La Escuela de Medicina del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, primera en ajustarse a una sabia planeación y una inteligente secuencia en sus materias, así como en los requisitos previos a la iniciación, por parte del aspirante, como en los establecidos para su graduación, inició labores, como lo consignó Mutis en su certificado, el 18 de octubre de 1802: su devenir histórico es motivo de otra narración que, naturalmente, se sale del objetivo de las presentes notas. Sin embargo, la tarjeta de invitación de Don Miguel de Isla, Rector de la Escuela, a Don José Celestino Mutis para asistir a la in auguración oficial y primera clase de la Facultad, la cual, enmarcada, adorna uno de los muros del Archivo Histórico de la Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario da, como fecha de dicha ceremonia, la del 21 de octubre de 1802

Notas y Referencias

1. SCHUMACHER, Hermann A. Mutis. Un forjador de la cultura. Empresa Colombiana de Petróleos (ECOPETROL).Imprenta Patriótica del Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1984. p.11.
2. SCHUMACHER, H. A. Mutis. Un forjador de la cultura. Op. Cit. p.188.
3. LLINÁS CUENTAS, Juan Pablo. Mutis: el hombre y sus sueños. Ediciones Tercer Mundo, Bogotá, febrero de 1982. p. 55.
4. Partida de Bautismo. Parroquia de la Iglesia Catedral de la ciudad de Cádiz. Libro de Bautismos de 1732. Citada por GREDILLA, A. F. Biografía de José Celestino Mutis. Ed. Real Academia de Historia. Madrid, 1911.
5. GREDILLA, Apolinar Federico. Biografía de José Celestino Mutis. Ed. Real Academia de Historia. Madrid, 1911. Citado por LLINÁS CUENTAS, J. P. Mutis: el hombre y sus sueños. Op. Cit. pp. 55 y 61.
6. HERNÁNDEZ DE ALBA OSPINA, Gonzalo. Quinas Amargas. El sabio Mutis y la discusión naturalista del siglo XVIII. ISBN: 958 – 601 – 338 – 3- Academia de Historia de Bogotá. Tercer Mundo Editores. Bogotá, agosto de 1991. p. 17.
7. RESTREPO SÁENZ, José María y RIVAS ESCOBAR, Raimundo. Genealogías de Santafé de Bogotá. Grupo Genealógico José María Restrepo Sáenz. Gente Nueva Editorial. Santa Fe de Bogotá, D.C. 1998. T. V. Nº 243. p. 433.
8. MONITOR. Enciclopedia Salvat para Todos. Salvat S. A. de Ediciones. Pamplona – San Sebastián. 1972. T. 11. p. 4373.
9. ENCYCLOPÆDIA BRITANNICA. Encyclopædia Britannica, Inc. Chicago – London – Toronto. 1954 T. 16. p. 32.
10. PEQUEÑO LAROUSSE ILUSTRADO. Editorial Larousse. Buenos Aires – París. 1968. p. 1459.
11. IBÁÑEZ TOBAR, Pedro María. Memorias para la Historia de la Medicina en Santafé. Publicación de la Universidad Nacional de Colombia. Imprenta Nacional. Bogotá, 1968. p. 46.
12. PEQUEÑO LAROUSSE ILUSTRADO. Editorial Larousse. Buenos Aires – París. 1968. p. 1201.
13. LLINÁS CUENTAS, J. P. Mutis: el hombre y sus sueños. Op. Cit. p. 56.
14. HERNÁNDEZ DE ALBA OSPINA, G. Quinas Amargas. El sabio Mutis y la discusión naturalista del siglo XVIII. Op. Cit. pp. 21 – 22.
15. LLINÁS, Juan Pablo. José Celestino Mutis. Manuscrito que reposa en la biblioteca de la Academia Nacional de Medicina de Colombia. p. 35.
16. HERNÁNDEZ DE ALBA OSPINA, G. Quinas Amargas. El sabio Mutis y la discusión naturalista del siglo XVIII. Op. Cit. p. 22.
17. LLINÁS, J. P. José Celestino Mutis. Op. Cit. p. 38.
18. LLINÁS CUENTAS, J. P. Mutis: el hombre y sus sueños. Op. Cit. p. 60.
19. DE HOYOS S., L. Celestino Mutis, naturalista, médico y sacerdote. Editorial Nacional, Madrid, 1945. p. 14. Citado por LLINÁS CUENTAS, J. P. Mutis: el hombre y sus sueños. Op. Cit. pp. 60 y 61.
20. GUTIÉRREZ ÁNGEL, Pablo Elías. El Sabio Mutis y la medicina en Santafé durante el Virreinato. Medicina y Cirugía. Publicación de la Sociedad Médico Quirúrgica – Lombana Barreneche – Bogotá. Vol. XIV. Nº 2. Diciembre de 1949. p. 80.
21. ROSSELLI QUIJANO, Andrés. Los estudio de Medicina en Santafé de Bogotá en la época de la Independencia. Capítulo Primero. Medicina. Órgano Informativo de la Academia Nacional de Medicina de Colombia. Nº 1. Bogotá, 1978. p. 63.
22. HERNÁNDEZ, N. El Arcano de la Quina. Obra póstuma de don José Celestino Mutis. Madrid. 1928. p. XIII. Citado por LLINÁS, J. P. José Celestino Mutis. Op. Cit. p. 38 y LLINÁS CUENTAS, J. P. Mutis: el hombre y sus sueños. Op. Cit. p. 60.
23. HERNÁNDEZ DE ALBA OSPINA, G. Quinas Amargas. El sabio Mutis y la discusión naturalista del siglo XVIII. Op. Cit. p. 24.
24. QUEVEDO, Emilio. José Celestino Mutis ante la Higiene Pública: Un oráculo periférico preso en un Paradigma Metropolitano Contradictorio. En : El Humanismo de Mutis: Proyección y Vigencia. Ediciones rosaristas, 1994. Santa Fe de Bogotá, D.C. 1994. p. 91.
25. QUEVEDO, Emilio. Institucionalización de la medicina en Colombia, 1492 – 1860: antecedentes de un proceso. En: Historia Social de la Ciencia en Colombia. Quevedo, E. Edit. Santa Fe de Bogotá, D.C. 1993. T. VII. 1993a. pp. 100 – 106. Citado por QUEVEDO, E. José Celestino Mutis ante la Higiene Pública: Op. Cit. p. 91.
26. HERNÁNDEZ DE ALBA OSPINA, G. Quinas Amargas. El sabio Mutis y la discusión naturalista del siglo XVIII. Op. Cit. p. 29.
27. LLINÁS CUENTAS, J. P. Mutis: el hombre y sus sueños. Op. Cit. pp. 66 – 67.
28. GUTIÉRREZ, P. E. El Sabio Mutis y la medicina en Santafé durante el Virreinato. Op. Cit. p. 84.
29. LLINÁS CUENTAS, J. P. Mutis: el hombre y sus sueños. Op. Cit. p. 68.
30. EL PEQUEÑO LAROUSSE ILUSTRADO. Editorial Larousse. ISBN Edición México: 970 – 22 – 0770 – 3.Barcelona – México – Buenos Aires – París. Edición Centenario, 2005. p. 1319.
31. SCHUMACHER, H. A. Mutis. Un forjador de la cultura. Op. Cit. p.12.
32. HERNÁNDEZ DE ALBA OSPINA, G. Quinas Amargas. El sabio Mutis y la discusión naturalista del siglo XVIII. Op. Cit. p. 23.
33. HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, Guillermo. La Cereal Audiencia. 1550 – 1759. En: Colombia en la Historia. Director: Antonio Cacua Prada. Editor Corporación Universitaria del Meta. Tomo I. ISBN: 978 – 958 – 8004 – 10 – 5. Editorial Guadalupe Ltda.. Bogotá, D. C., 19 de julio de 2007. Parte Cuarta. Capt. XIII. El Comendador Don José de Solís y Folch de Cardona. Su personalidad de excepción, don de mando y señorío ejemplar. Su acertado gobierno, su caridad y piadosa devoción. Su vocación religiosa lo determina a tomar el hábito de Hermano Franciscano. Pp 468 – 481.
34. HENAO, Jesús María y ARRUBLA, Gerardo. Historia de Colombia para la Enseñanza Secundaria. Editorial Librería Voluntad. 8ª Edición. Bogotá, 1967. p. 250.
35. HERNÁNDEZ DE ALBA OSPINA, Gonzalo. La Ilustración. 1760 – 1784. En: Colombia en la Historia. Director: Antonio Cacua Prada. Editor Corporación Universitaria del Meta. Tomo I. ISBN: 978 – 958 – 8004 – 10 – 5. Editorial Guadalupe Ltda.. Bogotá, D. C., 19 de julio de 2007. Parte Quinta. Capt. IV. El “Introductor de novedades”. p. 544.
36. GUTIÉRREZ, P. E. El Sabio Mutis … Op. Cit. p. 86.
37. MUTIS, José Celestino. Carta al Rey Carlos III de España. 1764. Citada por GREDILLA, A. F. Biografía de J. C. M… Op. Cit. Citado por GUTIÉRREZ, P. E. El Sabio Mutis … Op. Cit. p. 86.
38. GREDILLA, Apolinar Federico. José Celestino Mutis. Ed. Academia Colombiana de Historia. Bogotá, 1983. p. 46. Citado por HERNÁNDEZ DE ALBA OSPINA, G. Quinas Amargas. El sabio Mutis y la discusión naturalista del siglo XVIII. Op. Cit. p. 23.
39. LLINÁS CUENTAS, J. P. Mutis: el hombre y sus sueños. Op. Cit. pp. 71 – 72.
40. HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, Guillermo. Diario de observaciones de José Celestino Mutis (1760 – 1790). Transcripción, prólogo y notas. Instituto Colombiano de Cultura Hispánica. Segunda Edición. Bogotá, febrero de 1983.
41. LLINÁS, J. P. José Celestino Mutis. Op. Cit. p. 48.
42. MUTIS, José Celestino. Diario de observaciones de José Celestino Mutis (1760 – 1790). Transcripción, prólogo y notas de Guillermo Hernández de Alba. Instituto Colombiano de Cultura Hispánica. Segunda Edición. Bogotá, febrero de 1983. Tomo I. pp. 1 – 2.
43. REYES POSADA, Carlos José. Mutis y la Ilustración en el Nuevo Reino de Granada. En: El Humanismo de Mutis: Proyección y Vivencia. Ediciones Rosaristas. Bogotá, 1994. p. 51.
44. LLINÁS, J. P. José Celestino Mutis. Op. Cit. p. 52.
45. LLINÁS CUENTAS, J. P. Mutis: el hombre y sus sueños. Op. Cit. p. 76.
46. MUTIS, J. C. Diario de Observaciones … Op. Cit. p. 26.
47. MUTIS, J. C.Diario de Observaciones … Op. Cit. pp. 32 – 34, 55 – 56.
48. LLINÁS, J. P. José Celestino Mutis. Op. Cit. p. 56.
49. MUTIS, J. C. Diario de Observaciones … Op. Cit. pp. 60.
50. LLINÁS CUENTAS, J. P. Mutis: el hombre y sus sueños. Op. Cit. pp. 79 – 80.
51. MUTIS, J. C. Diario de Observaciones … Op. Cit. pp. 62- 63.
52. LLINÁS CUENTAS, J. P. Mutis: el hombre y sus sueños. Op. Cit. p. 81.
53. MUTIS, J. C. Diario de Observaciones … Op. Cit. p. 82.
54. LLINÁS, J. P. José Celestino Mutis. Op. Cit. pp. 56 – 57.
55. LLINÁS CUENTAS, J. P. Mutis: el hombre y sus sueños. Op. Cit. p. 82.
56. MUTIS, J. C. Diario de Observaciones … Op. Cit. p. 83.
57. HERNÁNDEZ, Manuel. Mutis, La Nueva Granada y El Colegio del Rosario. En: El Humanismo de Mutis. ISBN: 9203 – 48 – 5. Op. Cit. p. 35.
58. PÉREZ ARBELÁEZ, Enrique. José Celestino Mutis y la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. ISBN: 958 – 9129 – 46 – 3. Editorial Guadalupe Ltda.., Santa Fe de Bogotá, D. C., abril de 1998. p. 56.
59. LLINÁS, J. P. José Celestino Mutis. Op. Cit. p. 57.
60. AGUDELO, Benjamín, o.h. Los Hijos de San Juan de Dios en Nueva Granada, Colombia. Carvajal S. A. Cali, Colombia, 8 de marzo de 1983. T. III. p. 1104.
61. SCHUMACHER, H. A. Mutis. Un forjador de la cultura. Op. Cit. p.15.
62. LLINÁS, J.P. José Celestino Mutis. Op. Cit. pp. 58 y 59.
63. GREDILLA, A. F. Biografía … Op. Cit. Citado por LLINÁS, J. P. Op. Cit. p. 59.
64. LLINÁS, J.P. José Celestino Mutis. Op. Cit. p. 59.
65. MUTIS, J. C. Diario de Observaciones … Op. Cit. p. 86.
66. LLINÁS CUENTAS, J. P. Mutis: el hombre y sus sueños. Op. Cit. p. 86.
67. PÉREZ ARBELÁEZ, E. José Celestino Mutis y la Real Expedición … Op. Cit. pp. 67 – 68.
68. IBÁÑEZ TOBAR, Pedro María. Crónicas de Bogotá. Academia de Historia de Bogotá. Tercer Mundo Editores. Tercera Edición, Bogotá, 1989. T. I. p. 415.
69. GREDILLA, A. F. Biografía … Op. Cit. p. 488. Citado por IBÁÑEZ TOBAR, P. M. Crónicas … Op. Cit. p. 415.
70. IBÁÑEZ TOBAR, P. M. Crónicas… Op. Cit. T. I. p. 416.
71. GUTIÉRREZ, P. E. El Sabio Mutis … Op. Cit. pp. 86 – 87.
72. REYES POSADA, C. J. Mutis y la Ilustración… Op. Cit. p. 52.
73. MUTIS, José Celestino. Archivo Epistolar del Sabio Naturalista José Celestino Mutis. Compilación, prólogo y notas de Guillermo Hernández de Alba. Instituto de Cultura Hispánica. Bogotá, 1983. Tomo I. p. 6. Citado por GREDILLA, A. F. Biografía … Op. Cit. p. 43, por REYES POSADA, C. J. Mutis y la Ilustración… Op. Cit. p. 52. y por GUTIÉRREZ, P. E. El Sabio Mutis… Op. Cit. p. 87.
74. MARTÍNEZ BRICEÑO, Rafael y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, Guillermo. Contribución para la Historia de la Medicina en Colombia. Biblioteca Schering Corporation U.S.A. Serie: Historia. Nº 38. Ediciones Sol y Luna. Bogotá, 1966. p. 125.
75. MUTIS, J. C. Archivo Epistolar del Sabio Naturalista José Celestino Mutis. Op. Cit. Citado por GREDILLA, A. F. Biografía… Op. Cit. Citado por GUTIÉRREZ, P. E. El Sabio Mutis … Op. Cit. p. 88.
76. GOODMAN, Louis S. y GILMAN, Alfred. Bases farmacológicas de la Terapéutica. Unión Tipográfi ca Editorial Hispano Americana. México, 1957. T. II. p. 1368.
77. ENCYCLOPÆDIA BRITANNICA. Encyclopædia Britannica, Inc. Chicago – London – Toronto. 1954 T. 10. p. 926.
78. GOODMAN, Louis S. y GILMAN, Alfred. Bases farmacológicas de la Terapéutica. Unión Tipográfi ca Editorial Hispano Americana. México, 1957. T. II. p. 1266.
79. ENCYCLOPÆDIA BRITANNICA. Encyclopædia Britannica, Inc. Chicago – London – Toronto. 1954 T. 16. p. 33.
80. PÉREZ ARBELÁEZ, E. José Celestino Mutis y la Real Expedición … Capt. XI. El divino y amargo remedio. Op. Cit. pp. 167 – 181.
81. HERNÁNDEZ DE ALBA OSPINA, G. Quinas Amargas. El sabio Mutis y la discusión naturalista del siglo XVIII. Op. Cit. Capt. 4. El difícil problema de las quinas.pp. 107 – 134.
82. MUTIS, José Celestino. Sobre la necesidad de construir los cementerios en las afueras de las poblaciones. 1798. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, Guillermo. Escritos científi cos de don josé Celestino Mutis. Bogotá, 1983. pp. 255 – 263.
83. HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, Guillermo. Escritos científicos de don josé Celestino Mutis. Bogotá, 1983. pp. 255 – 263.
84. MUTIS, José Celestino. El Arcano de la Quina. Papel Periódico de la ciudad de Santafé. Reproducción facsimilar. Banco de la República. Bogotá, 1978.
85. MUTIS, José Celestino. Sobre la necesidad de construir los cementerios en las afueras de las poblaciones. 1798. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, Guillermo. Escritos científicos de don josé Celestino Mutis. Op. Cit. pp. 255 – 263.
86. MUTIS, José Celestino. Defensa del uso científico de la innoculación de las viruelas. Santafé, noviembre de 1796. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Escritos… Op. Cit. pp. 218 – 229.
87. MUTIS, José Celestino. Plan de curación de las enfermedades agudas que se padecen en el Darién. 1786. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Escritos… Op. Cit. pp. 145 – 146.
88. QUEVEDO V, Emilio. José Celestino Mutis ante la Higiene Pública: … Op. Cit. p. 98.
89. HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, Guillermo. Estudios Científicos de Mutis. 1968. T. I. p. 503. Citado por QUEVEDO, E. José Celestino Mutis ante la Higiene Pública: Op. Cit. p. 98.
90. BOERHAAVE, Hermann. Médico, botánico y famoso profesor de medicina alemán, nacido en Voorhout, cerca de Leyden, el 31 de diciembre de 1668. Se graduó en fi losofía en Leyden y en medicina en Harderwyck. Ejerció su actividad profesiolnal, toda su vida, en Leyden, donde tuvo a su cargo las cátedras de botánica y de medicina, ocupó la rectoría de su Universidad y rigió las cátedras de medicina práctica y química. Sus principales trabajos fueron: “Institutiones medicae”, Leyden, 1708; “Aphorismi de cognoscendis et curantis morbis”, Leyden, 1709; y “Elementa chemiae”, Leyden, 1732. Murió en Leyden, el 23 de septiembre de 1738.
91. GARRISON, A. B., Fielding H. An Introduction to the History of Medicine. W. B. Saunders Co. Philadelphia and London, 1929. pp. 315 – 317.
92. QUEVEDO, E. José Celestino Mutis ante la Higiene Pública …. Op. Cit. p. 93.
93. QUEVEDO, E. José Celestino Mutis ante la Higiene Pública: Op. Cit. p. 96.
94. de MIER, José María. Mutis Sacerdote. Instituto Colombiano de Cultura Hispánica. Bogotá. 1986. pp. 21, 41 – 46.
95. QUEVEDO, E. José Celestino Mutis ante la Higiene Pública: Op. Cit. p. 97.
96. QUEVEDO, E. José Celestino Mutis ante la Higiene Pública: Op. Cit. p. 99.
97. QUEVEDO, E. José Celestino Mutis ante la Higiene Pública: Op. Cit. p. 100.
98. MUTIS, José Celestino. Sobre las precauciones que deben observarse en la práctica de la innoculación de las viruelas, formada de orden del superior Gobierno. 1782. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Escritos… Op. Cit. p. 194. Citado por QUEVEDO, E. … Higiene Pública: Op. Cit. p. 100.
99. MUTIS, José Celestino. La epidemia de viruelas en el Nuevo Reino de Granada en 1782. Informe al Ministro español don José de Gálvez. 1783. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Escritos… Op. Cit. p. 204. Citado por QUEVEDO, E. .. Higiene Pública: Op. Cit. p. 100.
100. MUTIS, José Celestino. Las viruelas en la ciudad de Popayán y plan de curación. Mariquita, febrero 11 de 1787. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Escritos… Op. Cit. p. 215. Citado por QUEVEDO, E. … Higiene Pública: Op. Cit. p. 100.
101. MUTIS, José Celestino. Sobre la enfermedad llamada de San Lázaro. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Escritos… Op. Cit. pp. 123 – 127. Citado por QUEVEDO, E. … Higiene Pública: Op. Cit. p. 100.
102. MUTIS, José Celestino. Estado de la Medicina y de la Cirugía en el Nuevo Reyno de Granada en el siglo XVIII y medios para remediar su lamentable atraso. Santafé, 3 de junio de 1801. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Escritos… Op. Cit. p. 35. Citado por QUEVEDO, E. … Higiene Pública: Op. Cit. p. 100.
103. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op., Cit. p. 136.
104. MUTIS, José Celestino. Carta a Su Majestad, Carlos IV de España, del 3 de junio de 1801 sobre el deplorable estado de la medicina, la cirugía y la farmacia en el Nuevo Reyno. Biblioteca Nacional de Bogotá. Sala de manuscritos. Vol. 191 de la “Colección Pineda”. Citada por MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op., Cit. pp. 134 -168.
105. MUTIS, José Celestino. Plan de curación de las enfermedades agudas que se padecen en el Darién. 1786. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Escritos… Op. Cit. pp. 145 – 156. Citado por QUEVEDO, E. … Higiene Pública: Op. Cit. pp. 100 – 101 y 110.
106. MUTIS, José Celestino. Problemas de los platanales sembrados a inmediaciones de villas y pueblos. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Escritos… Op. Cit. pp. 247 – 248. Citado por QUEVEDO, E. … Higiene Pública: Op. Cit. pp. 102 y 110.
107. MUTIS, José Celestino. Sobre la necesidad de construir los cementerios en las afueras de las poblaciones. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Escritos… Op. Cit. pp. 255 – 263. Citado por QUEVEDO, E. … Higiene Pública: Op. Cit. pp. 102 y 110.
108. MUTIS, José Celestino. Estado de la Medicina y de la Cirugía en el Nuevo Reyno de Granada en el siglo XVIII y medios para remediar su lamentable atraso. Santafé, 3 de junio de 1801. En: HERNÁNDEZ DE ALBA, G. Escritos… Op. Cit. p. 34. Citado por QUEVEDO, E. … Higiene Pública: Op. Cit. pp. 102 y 110.
109. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución… Op., Cit. p. 135.
110. MUTIS, José Celestino. Carta a Su Majestad, Carlos IV de España, del 3 de junio de 1801 sobre el deplorable estado de la medicina, la cirugía y la farmacia en el Nuevo Reyno. Biblioteca Nacional de Bogotá. Sala de manuscritos. Vol. 191 de la “Colección Pineda”. Citada por MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op., Cit. pp. 134 -168.
111. QUEVEDO, E. José Celestino Mutis ante la Higiene Pública: Op. Cit. p. 102.
112. MUTIS, José Celestino. Problemas de los platanales sembrados a inmediaciones de villas y pueblos. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Escritos… Op. Cit. pp. 251. Citado por QUEVEDO, E. José Celestino Mutis ante la Higiene Pública: Op. Cit. p. 103.
113. MUTIS, José Celestino. Sobre la necesidad de construir loscementerios en las afueras de las poblaciones. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Escritos… Op. Cit. pp. 256 y ss. Citado por QUEVEDO, E. José Celestino Mutis ante la Higiene Pública: Op. Cit. p. 103.
114. GUTIÉRREZ, P. E. El Sabio Mutis y la medicina en Santafé durante el Virreinato. Op. Cit. p. 92.
115. GARRISON, F. H. … History of Medicine. Op. Cit. pp. 373 y 405.
116. GARRISON, F. H. … History of Medicine. Op. Cit. p. 405.
117. MUTIS, José Celestino. Sobre las precauciones que deben observarse en la práctica de la innoculación de las viruelas, formada de orden del superior Gobierno. 1782. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Escritos… Op. Cit. pp. 189 – 194. Citado por QUEVEDO, E. … Higiene Pública: Op. Cit. pp. 104 y 109 y 110.
118. MUTIS, José Celestino. Método general para curar las viruelas. 1782. En: En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Escritos… Op. Cit. pp. 195 – 198. Citado por QUEVEDO, E. … Higiene Pública: Op. Cit. pp. 104 y 110.
119. MUTIS, José Celestino. Defensa del uso científi co de la innoculación de las viruelas. Santafé, noviembre de 1796. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Escritos… Op. Cit. pp. 255 – 263. Citado por QUEVEDO, E. José Celestino Mutis ante la Higiene Pública: Op. Cit. p. 104.
120. GARRISON, F. H. An Introduction to the History of Medicine. Op. Cit. pp. 372 – 375.
121. GARRISON, F. H. An Introduction to the History of Medicine. Op. Cit. p. 374.
122. AGUDELO, B., o.h. Los Hijos de San Juan de Dios … Op. Cit. T. III. p. 1094.
123. GUTIÉRREZ, P. E. El Sabio Mutis … Op. Cit. p. 93.
124. MUTIS, José Celestino. Epidemia de viruelas en Santafé y manera de obtener la vacuna para su curación. 1802. En: HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Escritos… Op. Cit. pp. 230 – 241. Citado por QUEVEDO, E. José Celestino Mutis ante la Higiene Pública: Op. Cit. p. 104 y 111.124. QUEVEDO, E. José Celestino Mutis ante la Higiene Pública: Op. Cit. p. 104.
125. IBÁÑEZ TOBAR, P. M. Memorias … Op. Cit. p. 41.
126. MENDOZA PÉREZ, D. Expedición Botánica de… Op. Cit. Citado por GUTIÉRREZ, P. E. El Sabio Mutis … Op. Cit. p. 93.
127. LLINÁS, J. P. José Celestino Mutis. Op. Cit. p. 84.
128. GUTIÉRREZ, P. E. El Sabio Mutis … Op. Cit. p. 76.
129. GUTIÉRREZ, P. E. El Sabio Mutis … Op. Cit. p. 77.
130. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 125.
131. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 126.
132. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 127.
133.186. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 127 – 130.
134. BÁÑEZ TOBAR, P. M. Memorias … Op. Cit. p. 18.
135. ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL DE BOGOTÁ. Salón de la Colonia. Instrucción. T. 1. Folio 44. Citado por MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 127 – 130.
136. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 129.
137. ARCHIVO NACIONAL. Bogotá. Médicos y Abogados. T. III. Folios 786 v. a 788 f. Citado por MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 130 – 131.
138. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 131 – 133.
139. ARCHIVO NACIONAL. Bogotá. Médicos y Abogados. T. III. Folios 816 a 817 v. Citado por MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 131 – 133.
140. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 132.
141. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 134 – 144.
142. BIBLIOTECA NACIONAL DE BOGOTÁ. Sala de Manuscritos. Vol. 191. “Colección Pineda”. Citado por MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 134 – 168.
143. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 151.
144. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 152.
145. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 152 – 153.
146. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 153.
147. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 154.
148. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 155.
149. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 155 – 156.
150. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 156.
151. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 156 – 159.
152. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 168.
153. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 169.
154. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 169 – 170.
155. CARLOS IV DE ESPAÑA. Cédula Real de San Ildefonso. Fechada el 2 de octubre de 1801. Archivo Nacional. Colonia.
156. ROSELLI QUIJANO, H. Los estudios de medicina en Santafé de Bogotá … Op. Cit. p. 66.
157. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 170.
158. IBÁÑEZ TOBAR, P. M. Memorias … Op. Cit. p. 44.
159. HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, Guillermo. El primer maestro de cirugía en Colombia. “Mundo al Día”. Bogotá, 12 de enero de 1929. Citado por MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 169 – 170.
160. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 171 – 172.
161. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 172.
162. MENDOZA PÉREZ, D. Op. Cit. p. 115. Citado por MARTÍ- NEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 172.
163. GUTIÉRREZ, P. E. El Sabio Mutis … Op. Cit. pp. 79 – 80.
164. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 172 – 174.
165. MENDOZA PÉREZ, D. Expedición Botánica de… Op. Cit. pp. 118 y 119. Citado por MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. p. 172.
166. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 174 – 225.
167. MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 226 – 229.
168. MUTIS, José Celestino. Certificado del 2 de enero de 1805. Citado por MARTÍNEZ BRICEÑO, R. y HERNÁNDEZ DE ALBA LESMES, G. Contribución … Op. Cit. pp. 226 – 229.

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