Madrid – Cádiz – Cartagena – Honda
Figura 3. Virrey Don Pedro Messia de la Cerda y Guirior. 1761 1773. Óleo sobre lienzo. Maestro Joaquín Gutiérrez. Museo Colonial. Bogotá.
Figura 3. Virrey Don Pedro Messia de la Cerda y Guirior. 1761 1773. Óleo sobre lienzo. Maestro Joaquín Gutiérrez. Museo Colonial. Bogotá. Mutis viajó entonces a Sevilla, donde lo esperaba el nuevo Virrey para convenir compromisos y ultimar detalles de su traslado al Nuevo Mundo39.
Dejó don José Celestino Madrid – según su propio “Diario de observaciones”40 -, el lunes 28 de julio de 1760, a las ocho de la noche39,41,42, en compañía del cirujano Jaime Navarro, su compañero de tan larga travesía39,41,42.
Iba con ellos, también, el criado del maestro don Miguel Barnades, director del Jardín Botánico de Migas Calientes, en Madrid42,43, Esteban Pardo39,42, con el encargo de servirles hasta Córdoba, de donde volvería éste a Madrid, con las plantas y semillas recolectadas durante el viaje por Mutis para Bernades39,41,42.
En la noche del domingo10 de agosto de 1760. Llegaron los viajeros a Cádiz, donde se alojaron en casa de los padres de don José Celestino44,45,46, y donde permanecieron hasta el sábado 6 de septiembre45, cuando éste partió, en bote.
En compañía del doctor Navarro, con la intención de visitar al Virrey en Puerto Real pero, al encontrarlo en el caño de Trocadero. Les hizo embarcarse en el bote que seguía al suyo, travesía que culminó en el navío que los conduciría a América36,47,48.
Ese mismo día embarcaron, junto con el Virrey y su comitiva, en el navío de guerra “Castilla”36,47,48, dispuesto por la Corona para el traslado del Virrey a América.
El barco se hizo a la mar al día siguiente, 7 de septiembre de 1760, a las seis de la mañana, con rumbo al Nuevo Mundo, al impulso de “un vientecillo de milla por hora”44,45,47.
Figura 4. Diario de viaje de Don José Celestino Mutis. Primera página. Nota del lunes 28 de julio de 1760
Figura 4. Diario de viaje de Don José Celestino Mutis. Primera página. Nota del lunes 28 de julio de 1760
El día 20 de ese mes divisaron en lontananza las Islas Canarias y, un mes después, Tobago, Curaçao y Aruba44,45,47.
El día miércoles 29 de octubre, cuando los primeros rayos del sol se reflejaban, caleidoscópicos y deslumbrantes. En la superficie del mar, avistaron los viajeros el cerro de La Popa, que parecía surgir del mar, y largaron velas para aprovechar los últimos vientos nocturnos49,50: La Ciudad amurallada aún dormía a esa temprana hora.
El barco orzó lentamente hacia el sur, hasta ingresar a la bahía por el canal de Bocachica y esperar, cerca a la isla de Carey, a uno de los prácticos reales que los condujese, sanos y salvos, al puerto antillano de Cartagena de Indias44,46.
Permanecieron casi dos meses en ese puerto y, unos pocos días antes de la navidad, partió el Virrey con su comitiva hacia Santafé48,51: por el canal del Dique salieron las canoas hasta el Gran Río de la Magdalena y por él remontaron la corriente hacia el centro del país48,51. Mutis debió guardar cama en Cartagena y alcanzó a la comitiva del Virrey a la altura de Mompox, antes del fin de año48,51.
A las 7 de la mañana del día 8 de enero de 1761, abandonaron ese puerto del Magdalena 51,52, y el 28 de enero llegaron a Honda, donde permanecieron unos diez y ocho días53,54,55, hasta el martes 17 de febrero de 176156, cuando enfi laron el camino real hacia la Sabana y Santafé.
HERNÁNDEZ DE ALBA OSPINA, Gonzalo. Quinas Amargas. El sabio Mutis y la discusión naturalista del siglo XVIII. |
FIGURA 7. Garita y muralla de Cartagena de Indias. Fotografía: Zoilo Cuéllar-Montoya. |
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FIGURA 8. Navegación en el Río Grande de la |
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