Novedades Bibliográficas: La Neurocirugía en Colombia

LA NEUROCIRUGÍA EN COLOMBIA. 50 AÑOS DE LA ASOCIACIÓN 1962-2012

Germán Peña Quiñones

Libro, La Neurocirugía en Colombia.Autores: Remberto Burgos de la Espriella, Marlyn Ahumada Yanet
Editorial: Academia Nacional de Medicina
Fecha de publicación: 2012
Formato: Libro
Número de Páginas: 200

Agradezco a los miembros de la Junta Directiva de la Academia por la distinción que me hacen al encargarme de hacer el comentario de orden del libro que han presentado el académico Burgos y la Sra. Marlyn Ahumada, no sólo porque me ha interesado mucho la historia de las neurociencias sino por el aprecio que tengo por el Dr. Burgos, desde la época en que fue nuestro residente en el Instituto Neurológico de Colombia y porque con él, he tenido muchas coincidencias en la vida profesional, especialmente por haber sido ambos presidentes de la Asociación Colombiana de Neurocirugía, de un Congreso de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Neurocirugía y Presidentes Honorarios de la Federación.

Se trata de un libro auspiciado y publicado por la Asociación Colombiana de Neurocirugía, creada como Sociedad Neurológica de Colombia para celebrar los cincuenta años de su fundación, presentado por su Presidente, el Dr. Juan Carlos Oviedo Cañón; tiene 200 páginas, divididas en 8 capítulos, 8 anexos y un extraordinario prólogo escrito por el Académico Honorario Efraim Otero-Ruiz titulado “Un cincuentenario y un libro admirable” en el que hace una sinopsis magistral del contenido del libro que está elegantemente presentado y contiene bellas ilustraciones entre las que se destacan composiciones fotográficas del árbol del totumo, cuyo fruto, para el Dr. Burgos tiene gran similitud con el cráneo, y al cortarlo, según él, la apariencia de la corteza cerebral.

En el primer capítulo “Nace una Especialidad” relatan los autores el inicio de la asepsia y antisepsia, de la anestesia, y de la hemostasia en el mundo y hacen una breve historia de la presentación que hizo Harvey Cushing ante la Academia de Medicina de Cleveland el 18 de noviembre de 1904, que se ha considerado como el acta de nacimiento de la especialidad, seguida por la biografía de William Macewen, quien según el concepto de los autores, fue el primer neurocirujano en el mundo.

Presentan a continuación reseña de la vida de otros neurocirujanos europeos, seguida por una breve narración sobre la vida de los pioneros de la neurocirugía en Chile, Uruguay y Argentina y sobre los orígenes de la neurocirugía latinoamericana. Estoy muy de acuerdo con los autores en considerar al Dr. Macewen como el primer neurocirujano en el mundo y esta apreciación concuerda con lo establecido por Samuerl H Greenblatt, reconocido historiador de la American Association of Neurological Surgeons y editor de su libro “History of Neurosurgery”, quien establece que para que una persona sea considerada como miembro de una profesión, requiere que la practique con un grupo de personas con la misma mentalidad y que dedique la mayor parte de su tiempo y energía a la práctica y progreso de esa disciplina, porque Macewen dedicó la parte final de su vida a diagnosticar lesiones neurológicas de acuerdo con la localización cerebral y a operar exclusivamente casos neuroquirúrgicos y a mejorar sus resultados.

El segundo capítulo, “La Neurocirugía en Colombia: Historia de Prohombres” está dedicado a la historia de algunos hechos quirúrgicos en Colombia, en el que relatan los autores intervenciones quirúrgicas y el estado social del país durante el siglo XIX y principios del XX y en él hacen un símil entre Macewen y el Dr. Tomás Quevedo, cirujano que en Medellín operó en 1893, un caso de tumor cerebral, que a mi juicio, tiene gran similitud con el caso operado por el Dr. Rickman Godlee de Londres 9 años antes y poco o nada con la trayectoria quirúrgica de Macewen y aunque los autores consideran al Dr. Quevedo como el fundador de la neurocirugía del país, pienso que se trató de un caso aislado y que de acuerdo con el argumento enunciado por Greenblatt, no se le puede calificar como tal; tendrían más méritos para ser considerados fundadores de la neurocirugía en Colombia el Dr. Antonio María Vargas Reyes y los académicos Samuel Fajardo Camero y Nicolás Osorio y Ricaurte, quienes llevaron a cabo complejas cirugías craneanas mucho antes que el Dr. Quevedo.

En el capítulo tercero, que titulan los “Maestros”, los autores escriben breves biografías de algunos de ellos, incluyendo a los Académicos Mario Camacho Pinto, Ernesto Bustamante Zuleta, Alejandro Jiménez Arango, José Mora Rubio, Jaime Gómez González, Juan Mendoza Vega, Jaime Fandiño Franky y de otros destacados neurocirujanos como los Drs. Antonio Becerra Lara, Juan de Dios Trujillo Mejía, Humberto Uribe Posada y Arnoldo Levy. En este capítulo, desafortunadamente no está y hace mucha falta la biografía del Dr. Álvaro Fajardo Pinzón, quién fue alumno del Dr. Walter Dandy, fue el primer neurocirujano que llegó a Colombia como especialista y fue quién practicó las primeras cirugías de tumores e hipofisectomías en Bogotá y la primera cirugía de tumores cerebrales de la época moderna en Perú, además de ser el autor una de las primeras clasificaciones de los gliomas cerebrales en compañía del Dr. JM Sucker, su profesor.

En el cuarto capítulo, “Los Servicios y las Regiones” se estudia la historia de algunos hospitales de Bogotá, Medellín, Cali, el Viejo Caldas, la costa Atlántica y los Santanderes.

En el quinto capítulo titulado “La profesión hoy: ¿Qué tanta neurocirugía necesita Colombia? Los autores evalúan la situación socioeconómica de los neurocirujanos en Estados Unidos, Europa, Australia y Asia y la comparan con la situación en Latinoamérica y Colombia. Debaten además, bajo el título: la Academia en neurocirugía, la situación de los neurocirujanos colombianos del momento y las pocas posibilidades que tienen para investigar y publicar, debido al estado actual de la medicina y acompañan esta disertación con una discusión sobre la situación medico-legal y los escenarios de práctica y programas de neurocirugía.

En el sexto capítulo, que los autores titulan “Del pebetero al microscopio” analizan la situación diagnóstica desde la época de Hipócrates y hacen una sucinta descripción de los medios diagnósticos desde el punto de vista histórico; narran la historia de la utilización del microscopio y de la neuroanestesia seguida de un análisis del futuro de la neurocirugía y un pronóstico sobre el progreso de la especialidad a través del conocimiento, del desarrollo tecnológico, de la neurocirugía funcional, de la epidemiología e informática, de los cambios de paradigmas y del cambio, en respuesta a la presión social.

En el séptimo capítulo titulado “El ingenio Colombiano salva vidas”, los autores hacen una narración de la vida, obras e inventos del Académico Salomón Hakim y luego revisan la evolución de la cirugía estereotáxica y de los marcos para ésta, construidos por los neurocirujanos colombianos, desde la época del Dr. Fernando Rosas Peña. Enseguida hacen una breve historia de la cirugía de columna en el mundo.

En el octavo capítulo, “Un gremio forjador del futuro” los autores analizan la historia de la Asociación Colombiana de Neurocirugía, de sus directivas haciendo énfasis en los servicios que presta a los neurocirujanos y de las relaciones internacionales; de su posicionamiento respecto a las sociedades latinoamericanas y mundiales y los proyectos para futuros eventos en Colombia.

En los anexos, los autores relatan las condiciones requeridas para los programas de neurocirugía, algunas anécdotas y los premios otorgados por la Asociación.

Me parece que el libro estudia algunos aspectoshistóricos de la práctica y antecedentes de la neurocirugía en Colombia, que ilustra con la biografía de algunos de sus precursores y de prominentes neurocirujanos de la época moderna, además de ilustrarnos sobre la iniciación y adelantos en la hemostasis, en la anestesia, en la asepsia y antisepsia que hicieron posible el desarrollo de la neurocirugía en el mundo y el inicio de la neurocirugía como ciencia y como especialidad; nos ilustra igualmente sobre el desarrollo de la neurocirugía en Latinoamérica, compara la situación de la neurocirugía en Colombia con la de Latinoamérica y la de Estados Unidos y Europa, y analiza tanto el pasado, como el presente y el futuro de la neurocirugía colombiana con respecto a la mundial y se convierte en una fuente bibliográfica importante para conocer la historia de la especialidad, muy útil para quienes estamos interesados en conocer de donde venimos y para donde vamos.

Me queda felicitar a los autores por su elegante obra y agradecer a ustedes por su atención.

REFERENCIAS

1. Burgos R: Aumada M: La Neurocirugía en Colombia. 50 años de la Asociación 1962-2012. Asociación Colombiana de Neurocirugía Bogotá. 2012.
2. El Tiempo: Diciembre 7 de 1945. Bogotá.
3. Fajardo A: Comunicación personal. Abril 7 de 1995.
4. Fajardo R: Primera trepanación practicada con éxito en Colombia. Repertorio de Medicina y Cirugía (Bogotá) 2:607-612. 1911.
5. Fajardo S: Trepanación. Revista Médica. Organo de la Sociedad de Medicina. 36:3-4, 1876, Bogotá, Marzo 15. (microficha)
6. Greenblatt SH: The Historiography of Neurosurgery: Organizing Themes and Methodological Issues. En Greenblatt SH (E) A History of Neurosurgery. The American Association of Neurological Surgeons. Park Ridge, Illinois, 1997. PP 3-9.
7. Peña G: Apuntes para la Historia de la Neurocirugía en Colombia. Kimpres, 1994. Bogotá.

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