De Virus y Hombres: Reflexión sobre una Historia de La Fiebre Amarilla en Colombia, 2 Parte

En palabras del profesor José Félix Patiño, prologuista de la obra, esta nueva publicación del Centro de His­toria de la Medicina de la Universidad del Rosario es un “fascinante […] meticuloso y muy bien documen­tado relato de la construcción social del concepto de la fiebre amarilla selvática”, cuya lectura le “resultó emocionante, por cuanto [creció] en el hogar del pro­fesor Luis Patiño Camargo [1871-1978], cuya vida de médico higienista en buena parte la dedicó al control de la fiebre amarilla en Colombia y América tropical, a cuya obra […] los autores se refieren con claridad y muy justa precisión” (Patiño, 2017, XV).

En síntesis, como bien lo dice el profesor Patiño en su último pá­rrafo, la nueva obra del grupo de historiadores de la Universidad del Rosario corresponde, perfectamente, a un Opus magnum.

Y este no es el único en su haber, puesto que la preci­sión y la claridad son características de toda la obra de Quevedo y su grupo de historiadores, incluyendo su magnífica colección en varios tomos titulada Historia de medicina en Colombia (Quevedo, 2007-1010).

En cuanto a la “justa precisión” referida por Patiño Restrepo en relación con la obra de su padre, esta co­rresponde a la necesidad de fijar bien las prioridades en la autoría de los conceptos y publicaciones en el campo de la ciencia y, en este caso particular, en el concepto de la fiebre amarilla selvática.

Este concepto, de acuerdo con los argumentos de los historiadores de la Universidad del Rosario, fue inicialmente postulado en Colombia por Roberto Franco Franco (1974-1958), a quien se dedica buena parte de este libro.

Como en toda obra bien documentada, en torno al caso de Roberto Franco –tratado con especial detalle–, se logran cimentar sólidos caminos de profundización para la historiografía contemporánea. Uno de ellos tie­ne que ver con la historia de la educación de los médi­cos colombianos en el Instituto Pasteur de París a par­tir de la transición del siglo XIX al siglo XX.

Sobre este punto, Quevedo y colaboradores indican en una nota al pie de la página 61, apenas iniciando el capítulo 3, que “si bien tanto M. J. A. y Sanmartín aseveran que Franco estudió en el Instituto Pasteur de París, este es un aspecto que aún no hemos podido comprobar, por­que ninguno de los dos autores cita fuentes primarias ni bibliográficas al hacer esta afirmación”. (Quevedo, op. cit., 2017, 61). Tal es el rigor de los historiadores rosaristas. (Vea también: De Virus y Hombres: Reflexión sobre una Historia de La Fiebre Amarilla en Colombia, 1 Parte)

Como muestra de mi agradecimiento después de reci­bir el libro en obsequio, y atendiendo a la coincidencia de mi propia formación en este mismo Instituto a fina­les del siglo pasado, quise ayudar en esta indagación y pude comunicarme con la señora Véronique Choisy, Secretaria de la Association des Anciens Élèves de l´Institut Pasteur, y preguntarle por las listas de los alumnos inscritos en los cursos de 1901 a 1902, que ella muy amablemente me remitió.

En la lista de los 109 inscritos en el “Cours de microbie 1901-1902” dic­tado por Émile Roux (1853-1933), Elie Metchnikoff (1845-1916) y Amédée Borrel (1867-1936), aparece efectivamente registrado el estudiante “Franco” de “Colombie”, así como dos colombianos más: “Alejan­dro Cote[s]”, y otro ilegible (Figura 2).

Curso de Microbiología del Instituto PasteurAdemás de este, un segundo camino de investigación quedó abierto con una frase que se escapó en un tono tal vez demasiado absoluto, más o menos infrecuente en los trabajos de Quevedo y colaboradores.

En efecto, en la página xxvii de la Presentación de su libro, los autores dicen que después de 1799 “Humboldt no vol­vió a referirse al tema [de las fiebres] nunca más”. Para disuadir a los futuros historiadores que sientan la pul­sión por incluir frases tan contundentes y, repito, tan absolutas, se incluyen aquí algunas referencias del pru­siano a fiebres (incluyendo fiebres amarillas) posterio­res a 1799:

  1. En los últimos días de enero de 1800, en carta a Antoine de Fourcroy (1755-1809), dice Alexan­der von Humboldt (1769-1859):

“La fiebre amarilla que asola este puerto de la América meridional nos obliga a una estadía tan corta que tomé al vuelo la ocasión de haceros lle­gar estas líneas y repetiros, desde el fondo de la zona tórrida, cuánto pienso en usted y en sus ilus­tres colegas, entre los cuales he recibido una aco­gida tan halagadora durante mi última estadía en París […]” (Humboldt [1989], 34).

  1. En su Diario, en 1801, subiendo por el Magdale­na, Humboldt anotó:

“Nuestra navegación por el Magdalena realmen­te fue una tragedia. De 20 bogas, 7 se quedaron en el camino debido a enfermedades. Casi la misma cantidad llegaron a Honda pálidos y con abscesos detestablemente apestosos en los pies.

Les dio tercianas, que en muchos duró de 2 a 3 meses: a Rieux, padre e hijo; a nuestro mulato José de la Cruz, que nos acompañó desde 1799; a la amante de Rieux, doña Manuela de Castro; incluso al locuaz y servicial don Mariano Monte­negro (para nuestra desgracia, corregidor de Noa­namá, por lo cual nos asediaba interminablemen­te con historias de culebras del Chocó); también a su pequeño sobrino, Gregorito Nariño.

Qué fe­liz coincidencia que mi naturaleza sola resista a la fiebre tan prodigiosamente. En 2½ años de tantos viajes, por ríos, bosques, y las enfermedades más contagiosas del Orinoco… quedé libre de fiebres” (Humboldt [1982], 110a).

  1. En su Diario en 1801:

“La fiebre [palúdica?] siempre recurrente de Bon­pland (consecuencia de la navegación por el río Magdalena) me obligó a permanecer en Santa Fe casi 6 semanas completas, en lugar de 14 días” (Humboldt [1982], 59,a).

  1. En su Diario en 1801 (en Ibagué):

“Esta vez la viruela provenía de Popayán y en Santa Fé había mucho temor por la cercanía de Ibagué. Por la misma época había otra preocu­pación más seria. En Cartagena habían muerto varias personas con síntomas de fiebre amarilla (epidemia que reinaba en la Guayana y Puerto Cabello, desde hacía 5 años).

Si la fiebre empie­za allá, se extenderá probablemente al interior, hasta Honda, debido al tráfico por el río, a la similitud del clima y a la tremenda insalubridad del aire en el cauce del Magdalena” (Humboldt [1982], 83,a).

  1. En su Diario en 1801 (en Popayán):

“En toda América casi no hay ningún valle tan famoso por sus miasmas de fiebre como el valle del Patía. El valle es muy bajo y caliente; lo visi­tan principalmente habitantes de zonas frías (qui­teños, popayanejos y pastusos) acostumbrados tan sólo al frío.

La incomodidad del viaje produce debilidad y en ese estado asténico se es fácil presa de los miasmas con mayor intensidad. Cualquier mojada en ese valle caliente, por el que se viaja 1½ días a través del camino de Mercaderes a Po­payán, irremediablemente produce calenturas. Si se queda en el valle, son tercianas y nada más.

Si se prosigue el viaje a Popayán y se llega al frío Alto de Quilcacé…, la calentura del Patía, en Po­payán se convierte en fiebre maligna muy difícil de curar y casi siempre mortal. La acentuación de la fiebre en el valle del Patía depende mucho más de circunstancias secundarias, de disposiciones y condiciones especiales del Valle, el que si es ca­liente pero seco, y de ninguna manera tiene ni la vegetación ni las materias putrefactas que [tienen] los valles de Aroa […], Cumaná y Barcelona, y de la Orilla del Orinoco en el Maipures y Atures” (Humboldt [1982], 99,a).

  1. En 1824, en su Memoria sobre el bocio en la Nueva Granada, Humboldt anotó:

“Este fenómeno recuerda aquellos largos in­tervalos de tiempo en los que la fiebre amarilla no prevalece en Veracruz, aunque nada parezca cambiar en las circunstancias meteorológicas, y aunque llegue al puerto el mismo número de ma­rineros no aclimatados, procedentes de parajes donde reina el ´vómito negro´, librándose a todos los excesos de la bebida [Aquí aparece una lla­mada a pie de página con la siguiente referencia del prusiano: “Véase mi Essai politique sur la Nou­velle-Espagne, tomo II. p. 783].

Traté de estudiar bien las localidades; pero confieso mi profunda ignorancia sobre las causas de los fenómenos pa­tológicos que acabo de esbozar” (Humboldt [1824], citado en: Patiño 2001).

Nunca es bueno decir “nunca”, y menos “nunca más”…

Dicho esto, y para cerrar esta reflexión con algún su­plemento al análisis de Quevedo y colaboradores so­bre los determinantes científicos y sociales de los dos tipos de fiebre amarilla (la urbana-costera y la rural-selvática), se recomienda la lectura de dos artículos que extienden y consideran en detalle las dimensiones biogeográficas, inmunológicas y éticas de esta virosis en el siglo XX:

El artículo del profesor Hernando Groot publicado dos veces en la Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, la primera como artículo original en 1964 (Groot, 1964), y la segunda en 2017 como referencia en una selección de los “artí­culos clásicos” que fueron publicados en los primeros 50 años de esta academia (Groot, 2017).

El artículo sobre la ética de la investigación científi­ca y el consentimiento informado en los trabajos de la Comisión Reed sobre la fiebre amarilla, publicado por Fernando Suárez-Obando y Adriana Ordóñez, investi­gadores del Instituto de Genética Humana en la Facul­tad de Medicina de la Pontificia Universidad Javeriana (Suárez & Ordóñez, 2010).

Con estos y otros trabajos publicados y en preparación, se podrán aportar nuevas piezas al complejo rompeca­bezas de la interacción del hombre con los microbios, tanto como a sus efectos en la sociedad.

Referencias

1. Gómez, Alberto. De monos y humanos: la búsqueda de una estrategia de vacunación antipalúdica basada en péptidos sintéticos. Infectio 2011; 15(2): 75-83.
2. Gómez Gutiérrez, Alberto. Estudios sobre virus transmitidos por artrópodos en Colombia [de] Hernando Groot Liévano. Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales 2017; 41(Suplemento): 12.
3. Groot, Hernando. Estudios sobre virus transmitidos por artrópodos en Colombia. Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales 1964; 12(46): 191-217.
4. Groot, Hernando. Estudios sobre virus transmitidos por artrópodos en Colombia. Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales 2017; 41(Suplemento): 12-33.
5. Humboldt, Alexander von. Cartas americanas. Caracas: Ayacucho, 1989.
6. Humboldt, Alexander von. Extractos de sus diarios. Bogotá: Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, 1982.
7. Humboldt, Alexander von. Observations sur quelques phenomenes peu connus qu´offre le goitre sur les tro-piques, dans les plaines et sur les plateaux des Andes. Journal de Physiologie Experimentale et Pahologique 1824; 4:109-118.
8. Mapoteca Digital. Biblioteca Nacional de Colombia. http://catalogoenlinea.bibliotecanacional.gov.co/custom/web/content/mapoteca/fmapoteca_95_ftsalbin_62/fmapoteca_95_ftsalbin_62.htm
9. Obregón Torres, Diana. Batallas contra la lepra. Estado, medicina y ciencia en Colombia. Medellín: Banco de la República – EAFIT, 2002.
10. Patiño Restrepo, José Félix. Revisión histórica sobre el bocio en Suramérica y la Nueva Granada. Medicina 2001; XXIII 2(56): 135-150. Recuperado a partir de http://revistamedicina.net/ojsanm/index.php/Medicina/article/view/56-11
11. Patiño Restrepo, José Félix. Prólogo. En: Quevedo Vélez, Emilio et al. De los litorales a las selvas. La cons-trucción social del concepto de fiebre amarilla selvática, 1881-1938. Bogotá: Universidad del Rosario, 2017, XV.
12. Quevedo Vélez, Emilio et al. Historia de la medicina en Colombia (Vols. 1-3). Bogotá: Tecnoquímicas – Grupo Editorial Norma, 2007-2010.
13. Quevedo Vélez, Emilio et al. De los litorales a las selvas. La construcción social del concepto de fiebre amarilla selvática, 1881-1938. Bogotá: Universidad del Rosario, 2017.
14. Suárez-Obando, Fernando y Adriana Ordóñez. Ética de la investigación científica: la fiebre amarilla, la Comisión Reed y el origen del consentimiento informado. Infectio 2010; 14(3): 206-216.

Recibido: 2 de mayo de 2018
Aceptado: 24 de mayo de 2018

Correspondencia:
Alberto Gómez Gutiérrez
agomez@javeriana.edu.co

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