Atención Nutricional y Tratamiento Médico Nutricional

El proceso de atención nutricional (Nutrition Care Pro­cess) fue desarrollado por la American Dietetic Asso­ciation (ADA) en el 2002, con el objeto de proporcio­nar un método sistemático de pensamiento crítico y tomar decisiones que proporcionen una atención nu­tricional segura y efectiva (19).

El proceso de atención nutricional consta de las si­guientes cuatro etapas:

  • evaluación nutricional,
  • diagnóstico nutricional,
  • intervención nutricional y
  • vigilancia y seguimiento.

La ADA define el tratamiento médico nutricional como una serie de actividades planeadas y desarrolla­das mediante un proceso consultivo que incorpora el conocimiento actual del profesional y la investigación disponible, y que establece el nivel, el contenido y la frecuencia del proceso de atención nutricional para una enfermedad o condición (20).

Evaluación Nutricional

La identificación de los pacientes en riesgo nutricional se basa inicialmente en la disminución del índice de masa corporal (IMC) y una historia de pérdida de peso. Un enfoque basado únicamente en el peso es cada vez menos efectivo ante la epidemia global de obesidad y el nuevo conocimiento sobre alteraciones metabólicas que se presentan antes que los cambios de peso corporal.

La valoración global subjetiva con adición del puntaje generado por el paciente (Patient-Generated Subjective Global Assessment, PG-SGA), es el método ideal para evaluar el estado nutricional del paciente (21).

En este formato del PG-SGA, se puede observar que los cuadros del 1 al 4 deben ser diligenciados por el pacien­te o la información debe provenir directamente de él. Esta se encuentra relacionada de la siguiente manera:

  1. Información del peso corporal: se evalúa el peso actual y usual, 15 días, un mes o seis meses atrás.
  2. Ingestión de alimentos: cambios en la cantidad, la consistencia o la vía de administración (oral, enté­rica o parenteral).
  3. Sintomatología relacionada principalmente con el sistema digestivo y con alteraciones secundarias al tratamiento del cáncer, como vómito, diarrea, estreñimiento, mucositis, disgeusia, disfagia, xe­rostomía, alteraciones en el olor y el sabor de los alimentos y fatiga, entre otros.
  4. Actividad y funcionalidad: cambios evaluados en el mes anterior con respecto a la actividad diaria. Se evalúa si el paciente presenta limitaciones para realizar las actividades diarias y si se encuentra li­mitado a estar en una silla o en la cama. Los cuadros del 5 al 7 son elaborados por el profesional de la salud, quien debe contar con un entrenamiento previo para poder anotar con precisión las características del paciente. Una explicación breve de cada cuadro se encuentra a continuación.
  5. Enfermedades y relación con las necesidades nutricionales 6. Demandas metabólicas que dependen de variables conocidas que incrementan las necesidades proteico-calóricas, como fiebre y uso de corticoides.
  6. Examen físico: incluye los tres aspectos de la composición corporal, grasa, músculo y estado de los líquidos corporales.

El puntaje resultante se emplea para determinar la intervención nutricional específica, que incluye educación para el paciente y sus familiares, y manejo de la sintomatología. Para esto se requieren intervenciones farmacológicas y una intervención nutricional específica, que incluye modificaciones en la alimentación, fortificación, empleo de suplementos nutricionales, e indicaciones de nutrición entérica por sonda, nutrición parenteral o ambas.

La PG-SGA es un método de evaluación nutricional empleado a nivel internacional para tamización nutricional, evaluación, seguimiento y triage en los pacientes con cáncer. Como todo método, tiene ventajas y desventajas. Sus ventajas son: permitir la participación del paciente, agilizar la recolección de datos, incluir una lista de síntomas, identificarlos y calificarlos con base en el impacto nutricional; es fácil de usar y la clasificación permite el seguimiento de los resultados. Entre sus desventajas se encuentran la resistencia del profesional a practicar el examen físico, la percepción de que es un trabajo adicional y que, a veces, los pacientes no quieren llenar más formas (22).

Necesidades Nutricionales 

Por cuanto el cáncer y su tratamiento influyen profundamente en el estado nutricional del paciente, la desnutrición proteico-calórica aparece como el segundo diagnóstico más común (23,24). Hoy en día muchos de los pacientes con cáncer pueden presentar sobrepeso y obe­sidad, pero pueden sufrir sarcopenia, lo cual influye en la tolerancia de la dosis límite de la quimioterapia (25).

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