Vitamina D, Geriatría

Con respecto a este tema, la longitud telomérica está relacionada con el envejecimiento cromosómico y, con ello, el proceso mismo del envejecimiento de los individuos. Si bien la deficiencia de Vitamina D es uno de los factores recientemente mencionados como factor independiente asociado, los datos no son concluyentes (65- 67).

Se cuenta con evidencia creciente sobre las posibles funciones atribuidas a la Vitamina D en el mantenimiento del funcionamiento cerebral, vinculadas con su papel preponderante a nivel endotelial.

Los cambios microvasculares cerebrales que, en imagenología se conocen como «hiperintensidad de la sustancia blanca», se encuentran frecuentemente en pacientes con la enfermedad de Alzheimer. Dichos cambios se relacionan potencialmente con hipovitaminosis D.

Existen estudios que prueban su papel en la expresión de factores neurotróficos, neurogenésis, homeostasis del calcio, destoxificación y el aclaramiento de amiloide. (Ver además: Vitamina D, Aspectos cardio-metabólicos)

Ginecología y obstetricia

Durante la menopausia, el hipoestrogenismo se liga con bajos niveles de Vitamina D dado que los estrógenos son esenciales en la activación renal de esta. Mantener los niveles óptimos deVitamina D en la mujer posmenopáusica disminuye el riesgo de padecer osteoporosis y fracturas en aquellas que ya tienen la enfermedad. Por lo tanto, deben suplementarse de rutina aquellas mujeres con baja masa ósea y elevado riesgo de fractura (6, 7, 68- 71).

Durante el embarazo la mujer se encuentra en riesgo de presentar déficit de Vitamina D. Se dispone de evidencia acerca de la asociación entre una mayor morbilidad neonatal y más riesgo durante la gestación cuando los niveles de Vitamina D son insuficientes o deficientes (6).

Este Consenso, de acuerdo con recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), no recomienda medir niveles de Vitamina D3 a mujeres en estado preconcepcional (72).

Durante la lactancia aumenta el remodelado del hueso, por tal razón los requerimientos de Vitamina D son mayores que en la mujer que no está lactando y debe suplementarse a esta población específica solo cuando no se obtengan los requerimientos suficientes de la dieta o mediante la exposición solar (8).

En el periodo de fertilidad, la asociación entre Vitamina D y la reproducción constituye un terreno más teorizado que comprobado. Se sabe que el ovario es un órgano blanco de la 25 OH Vitamina D y como tal las células de la granulosa tienen la capacidad de hidroxilar el carbono de la 25 OH Vitamina D.

Se ha corroborado la presencia de niveles elevados de Vitamina D3 en el antro y líquido folicular. Sin embargo, no se detecta mejoría en las tasas de fertilidad si se suplementa o no Vitamina D (73- 74).

Finalmente, en el caso del síndrome de ovario poliquístico (SOP) se detecta una relación entre bajos niveles de Vitamina D y la aparición de mayores alteraciones metabólicas en estas pacientes como mayor resistencia a insulina, hiperandrogenismo, alteración en el perfil de lípidos y mayor relación anormal en la medida cintura/cadera (74).

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